14. Olor a muerte
Peter POV
Después de que Mirtha saliera de la habitación me arrepentí de haberle contado parte de la verdad ya que buscará la manera de saber toda la verdad.
Si eso pasa tendré que recurrir a eso otra vez.
Sacudo de mi mente ese pensamiento, no creo que sea necesario tomar esa medida pero es una opción si ella se entera de la verdad. Lo único positivo que ha pasado es que mañana me dan de alta médica y podré volver a mi puesto donde con una razón más trataré de acabar con Wings.
Sigo acostado en la cama del hospital, organizando todo lo que haré hasta que comienzo a sentir mucho sueño y en instantes quedo profundamente dormido.
Humo, humo por todas partes.
Estoy dentro de mi mansión en una de las habitaciones de invitados, ¿cómo llegué aquí?, debe ser un sueño, si... esto debe ser otro puto sueño.
Camino hasta la salida de la habitación y la puerta está cerrada, coloco el código una y otra vez marcando “error”.
Más humo y fuego comienza a aparecer desde las paredes dificultándome la visión.
Moriré, moriré si no hago nada. Golpeo la puerta una y otra vez haciéndome daño en mis nudillos donde sangre comenzó a brotar.
Estoy exhausto, y débil, casi no puedo respirar. Me deslizo al suelo donde sin éxito alguno continúo golpeando la puerta intentando abrirla y escucho su voz del otro lado de ésta.
La voz de mi hermana.
— Tal y como un día juré que si hacías algún mal a alguien que apreciara iba a hacer del resto de tu miserable vida un infierno querido hermano — y dicho eso el fuego consumió la habitación conmigo dentro de ella.
Despierto empapado de sudor, miro mi teléfono que se encontraba en una mesita al lado de la cama, 3am, ¿qué clase de pesadilla de mierda acabo de tener?, trato de olvidarme de lo que soñé porque eso fue, un puto sueño que no tiene posibilidad alguna de hacerse realidad ¿no?, Mirtha es una chica dulce y además me quiere a pesar de todo y sería imposible que sea capaz de hacer el mal a alguien y mucho menos a mí que soy su hermano.
Decido enviarle un mensaje a Sam, hermano gemelo de Sean quien está encargado de las investigaciones sobre el traidor y la identidad de Wings para saber si ha habido algún avance en mi ausencia.
Yo: ¿Algún avance con las investigaciones Sam? Sabes que no tolero las excusas ni mucho menos a los fracasados e ineptos que no logran lo que se les encarga así que espero que tengas alguna noticia que darme.
Al enviar el mensaje me levanto con cuidado de la cama dejando el móvil en la mesita, quitándome las intravenosas que tenía puestas y todas esas porquerías que los médicos le colocan a las personas pero mi vista viaja a un lugar en específico: el recipiente para los desechos. En éste había una bolsa de lo que juraría -por el color verdoso- que no es suero ni nada de eso, me acerco y tomo la bolsa para leer que fue lo que me administraron.
Aluxtris 5000... ¿Qué mierda es eso? No suena a nada que me colocaran antes.
Regreso por el teléfono para averiguar por medio del buscador que es el Aluxtris 5000, después de unos segundos que me parecieron eternos logré entrar en una página donde encontré desde su creación hasta los usos y sus efectos. Después de leer el contenido de la página llegué a una conclusión: que el idiota de Wings jugó bien sus cartas ya que logró que me administraran ese alucinógeno sin que mis escoltas se diesen cuenta, que no sólo crea una especie de dependencia si es consumida varias veces, sino que daña la capacidad de percepción de la realidad del que lo consume además de causarle pesadillas; en otras palabras el Aluxtris 5000 es capaz de volver loca a una persona en cuestión de semanas, cuanto mucho un par de meses.
Una notificación de mi móvil junto a los sonidos de las máquinas es lo único que se escucha en la habitación antes de escuchar disparos desde alguna de las plantas inferiores.
Mierda un ataque y a esta hora.
Reviso el teléfono para ver quien me envió y ruedo los ojos al ver que se trata de Sam.
Sam: Le adelanto que casi termino de averiguar la identidad del traidor y de Wings. ¿Paso por usted para hablar en persona y así poder darle los detalles?
Increíble que en tan poco tiempo haya logrado tanto, sinceramente creo que está haciendo méritos de ser mi nueva mano derecha.
Una idea se me ocurre, es la única forma de salir de aquí sin usar las escaleras o el ascensor del hospital lo que sería una muerte segura además que probaría si Sam es digno a ocupar el cargo que muchos de mis subordinados dentro de la mafia quisiesen tener.
Yo: Necesito que para ayer estés en la ventana de la habitación 315 del hospital que estoy siendo atacado. Usa un Jetpack y tráeme uno a mí además de un arma cargada.
Sam: Como usted ordene.
Los primeros prototipos de Jetpack se inventaron hace más de 100 años pero la diferencia de éstos a los de la actualidad es que los últimos pueden durar hasta 72 horas continuas de uso y es capaz de alcanzar grandes alturas siempre y cuando quien vaya a usarlo no pese más de 120kg. Por los momentos se recarga con combustible, aunque los científicos están tratando de emplear la energía solar para ese fin. Cabe destacar que el precio de cada Jetpack es muy elevado, motivo por el cual muy pocos poseen alguno, pero gracias a que soy un poderoso y rico mafioso tengo un almacén con al menos cincuenta Jetpack's del modelo más reciente.
El sonido de otros disparos, esta vez más cerca pone en alerta cada uno de mis sentidos, hasta que escucho un par de toques en la puerta.
— ¿Quién? — hablo sin miedo en mi voz. Miedo, un sentimiento muy humano que todos poseemos pero en mi caso muy pocas veces hace acto de presencia, no me he permitido sentir miedo muy seguido porque en este negocio quien lo hace pierde no sólo lo material sino también la vida.
Aunque eso tampoco me importe.
No soy miedoso, por lo tanto tampoco temo por mi vida ya que es algo de lo cual siempre pende de un hilo y eso no es un secreto para quienes vivimos este tipo de vida. Una acción, un error por más mínimo que sea puede desencadenar el mayor de los desastres y acarrear las más grandes consecuencias. Pero el hecho de que no tenga miedo de perder mi vida no significa que vaya a dejar quitármela, así como mi posición de líder de la mafia ni mis riquezas, nadie me arrebatará lo que con tanto sacrificio logré obtener... nadie.
— Soy Simons, señor vengo a informarle que estamos bajo ataque, acabaron con nuestros hombres de planta baja, así como del primer piso. Tenemos cubierto segundo piso y el pasillo donde se encuentra su habitación señor — habló con nerviosismo, ya que sabe lo que les esperará a cada uno de ellos en tan sólo unos minutos. Mi habitación queda en el tercer piso del hospital así que no queda mucho tiempo para que quien sea que me esté atacando llegue a donde estoy, solo espero que sea suficiente para que Sam haga su aparición.
No me decepciones Sam, no quiero morir sin antes acabar con Wings.
— Entiendo Simons, gracias por tus servicios y espero que salgas vivo de este atentado — inhalo profundamente y exhalo con cansancio — no te preocupes por tu familia ni la de tus compañeros que en caso de que mueras seguirán bajo mi protección. Tienes mi palabra.
— Gracias señor ¿Sabe? — queda unos instantes en silencio antes de proseguir — no es fácil actuar como si nada cuando tienes la muerte pisándote los talones.
— Simons la existencia de un mafioso es así, un día estás vivo y el otro no; debiste pensar eso antes de meterte esta porquería — bufé — pero lo comprendo, comprendo que estás asustado y ¿quieres que te recomiende algo? — continué ya que era una pregunta retórica — deja los miedos atrás porque si no lo haces morirás.
— ¿Qué le hace pensar que no moriré de todas formas? — respondió casi en un susurro pero pude escucharlo. La sangre me hervía de ira, nadie me respondía de esa manera, más sin embargo debido a la situación me contuve.
— A lo mejor si mueres — si no te matan ellos lo haré yo — pero por lo menos lo harás con honor y no como una rata asustadiza que escapa sin haber peleado — respondí como si fuera lo más obvio del mundo.
— Tiene razón, trataré de no morir y si lo hago... — suspiró — no será en vano.
— Ese es el espírit... — un disparo sonó demasiado cerca, haciendo que me callara y escucho un cuerpo caer al piso.
— Señor lo lamento, fue en vano — y eso es lo último que dice Simons antes de que otro balazo acabe con su vida.
Percibo como alguien arrastra el cuerpo de quien debería ser Simons, me imagino que le estorbaba para abrir la puerta. Segundos después la puerta comienza a abrirse y entra un joven pelirrojo que jamás he visto en mi vida.
— Pero mira a quién tenemos aquí, el mismísimo Peter Mc'Cride, uno de los más grandes mafiosos de todos los tiempos — el chico sonreía con malicia mientras me apuntaba con su arma, yo me mantuve sereno en la mitad de la habitación, cosa que a él pareció gustarle más — así que los rumores son ciertos — lo miré confundido — de que no le temes a la muerte — comencé a reír a carcajadas y él pelirrojo enarcó una ceja alelado — ¿porqué te ríes?
— Amigo, aquí yo soy la muerte — el me miró divertido por mi respuesta —¿porqué debería temerme?, en todo caso deberías ser tu el que anduviese con miedo — ahora es él quién se carcajea.
— Eres gracioso Peter — comenzó a negar varias veces con la cabeza — lástima que no vivirás mucho para seguir con este show barato que te montas — me señala con la mirada su arma — Wings te manda saludos.
Lo siguiente que escucho es una detonación y percibo el típico olor a muerte en el lugar.
N/A:
Mis adorad@s lectores espero que este libro les esté gustando.
¿Qué les pareció esa pesadilla de Peter? ¿Será pura fantasía o existe alguna probabilidad de hacerse realidad?
Y eso último, ¿quién habrá llenado la habitación con el olor de su sangre?
El próximo capítulo también lo narrará Peter, preparense porque se viene un encuentro.
Sin más que agregar les deseo un feliz día.
Nos leemos pronto.
Miguel M.
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