Mirtha POV

Muerto, Jeremy está muerto.

Todos y cada unos de los presentimientos que tuve fueron acertados, debí haber seguido a mi intuición, quizás, tan sólo quizás algo hubiese cambiado. ¿Pero cómo llegué a esta situación? Tan solo unas semanas atrás todo estaba bien, pero, como las cosas en mi vida nunca pueden ser perfectas tuvo que pasar esto.

Me siento hecha pedazos, estoy hecha pedazos.

Luego de abandonar la habitación salí corriendo en dirección a la salida del hospital, quería estar sola pero para mi desgracia no fue así ya que Sean me alcanzó en el estacionamiento, nuestros pechos subían y bajaban, el suyo por correr pero el mío quizá sea por la noticia que tan sólo hace minutos recibí de mi hermano o por la carrera que hice para salir de este lugar, lo más probable es que sea una mezcla de ambas.

Sean me tenía agarrada del brazo con firmeza, en sus ojos se denotaba confusión y algo de preocupación por el estado en el que me encuentro, en estos momentos debería parecerme a un mapache drogado de tanto que he llorado.

Nos quedamos un par de minutos mirándonos en silencio hasta que en un movimiento rápido ya me encontraba entre sus brazos, lugar donde extrañamente me sentía segura, lugar donde me permití llorar y sacar todo este dolor que tengo guardado dentro de mí.

— Tranquila sé que debe ser duro todo lo que has pasado en estos días — comienza a acariciar mi cabeza — llora todo lo que quieras que estaré aquí para lo que necesites pequeña — fue en ese momento en el que le correspondí el abrazo, pero al recordar como me había llamado algo dentro de mí se removió, como si eso lo hubiese escuchado de él antes, pero es imposible ya que hace poco que lo conozco ¿no? — ¿pasa algo? — indaga preocupado y ¿confundido? — estás pálida ¿te sientes bien? — asiento con la cabeza.

— No pasa nada Sean, sólo que estoy un poco cansada por todo esto — miento, jamás le diría que la forma en que me llamó me sonó familiar — ¿me llevas a casa? — asiente y me percato que todavía seguimos abrazados y un rubor sube a mis mejillas, me separo disimuladamente — ¿y Avril? pensé que me esperaría — digo al mirar a los alrededores y no encontrar su cabellera castaña en ninguna parte.

— Se fue hace unos minutos, dijo que te esperaría en casa — asiento, es extraño que Avril se haya ido pero ya le preguntaré — ¿nos vamos? — extiende su mano y se la tomo un poco dudosa. Caminamos hasta llegar al vehículo y comenzamos el viaje a casa que afortunadamente fue en silencio, no podría iniciar una conversación con él, no sin saber nada más de él, no ahora que sigo sintiendo esta extraña sensación de familiaridad con él. ¿Quién es Sean? — llegamos — anuncia trayéndome a la realidad — estás muy callada  ¿segura que estás bien? — me bajo del vehículo esquivando su mirada y me dirijo a la puerta  principal, siento sus pasos detrás de mí y su penetrante mirada en mi nuca.

— Estoy segu... — fui interrumpida por un ruido desde el interior de la mansión seguidos de un par de gritos de los cuales logré reconocer el de Avril. Sin pensarlo dos veces me encuentro a la castaña en el piso siendo amenazada con un arma por una chica rubia que debe tener 21 años como mucho.

— ¿QUÉ PASA CONTIGO SORA? SUELTA EL ARMA — grita Sean al ver la escena. ¿Sora?, ese debe ser el nombre de la rubia que atacó a mi amiga. Ésta hace tal cual dijo Sean y se percata de mi presencia y me sonríe tímidamente — ¿porqué atacas a la amiga de Mirtha? — interroga con un poco de molestia y reproche en su voz.

— Eh... ¿amiga? — mira a mi dirección y asiento — vaya — se levanta, se rasca la nuca en señal de nerviosismo antes de tenderle una mano a mi amiga — discúlpenme ambas, pensaba que eras una intrusa — dijo esto último refiriéndose a Avril que estaba levantándose con ayuda de su mano — me alegro de verla después de tanto tiempo — dijo la rubia en mi dirección... espera ¿está queriéndome decir que nos conocíamos de antes?, no eso es mentira, trato de hacer memoria pero no logro recordar nada — soy Sora una nueva trabajadora de tu hermano — dijo la susodicha con un dejo de arrepentimiento en su voz.

— Un gusto en conocerte Sora, soy Mirtha Mc'Cride aunque creo que eso lo sabes ya — le dedico una sonrisa fingida — no te preocupes estás disculpada por lo de hace un rato y si me permiten — me dirijo a todos esta vez — necesito estar sola, gracias por todo Sean — este último me guiña un ojo — hasta luego — y sin más subo a mi habitación, encerrándome en esta para pensar en todo lo ocurrido.

¿Quién es Sean? ¿Quién es Sora? ¿Porqué se me hacen tan familiares?. Con todas estas interrogantes en mente que hasta el momento no tienen respuesta me quedo tendida en un profundo sueño con la convicción de que pronto descubriré quienes son ellos y de la manera en que murió Jeremy porque de algo que si estoy segura es que mi hermano tiene que ver con su inesperada muerte.

Wings POV

Después de un agotador día trabajando con mi verdadera identidad me encuentro en mi oficina peinando mi cabellera, no llevo la máscara puesta debido que la única persona que espero ya conoce mi verdadera identidad. Dejo el peine dentro de unos de los cajones y me levanto en dirección a uno de los cuadros colgados en la pared, lo quito, coloco la contraseña para que salga un dispositivo para el reconocimiento óptico y dactilar. Luego de unos segundos tengo abierta la caja fuerte donde saco un portarretrato con la foto de una de las dos personas que más quiero en mi vida.

Después de unos minutos admirando su foto escucho unos toques en la puerta y la voz de August solicitando el permiso para adentrarse a mi oficina, “adelante” es lo que le respondo y lo observo ingresar a la oficina con un semblante de pesar.

Algo anda mal.

— Dígame August ¿qué sucede? ¿acaso no logró administrarle junto al medicamento el alucinógeno en el hospital a Peter sin que se diesen cuentas sus escoltas? — enarco una ceja en su dirección, camino hacia mi escritorio con el portarretrato todavía en mis manos y me recuesto sobre él con la mirada fija en August que no a cambiado su expresión — ¡Maldición habla de una puñetera vez! — grito exasperada por su actitud.

— Si lo logré su señoría, tuvo pesadillas pero no dijo nada sobre la ubicación del antídoto de la MPM-53 pero si dijo otra cosa — junta sus dedos en señal de nerviosismo y agacha su mirada.

— ¿Qué otra cosa dijo? Te aconsejo que no le des vueltas a las cosas porque no estoy de buen humor — digo mientras que con mi mano libre masajeo mi frente.

— Señora lo que dijo fue que Jeremy está muerto — comienzo a negar una y otra vez, las manos me tiemblan y es inevitable que el portarretrato con su foto caiga en el suelo haciéndose pedazos.

Mi Jeremy.

— ¿Estás seguro que no oyó mal? — asiente — ¡maldito Peter me las pagarás — una lágrima baja por una de mis mejillas mientras me agacho a recoger su foto — te haré pedazos Peter así como estoy yo — digo entre diente, con un odio creciendo cada vez más, mientras me seco con brusquedad la lágrima que instantes atrás solté.

Cuando iba a emitir una orden de la cual lo más probable es que me arrepintiese después, me llega un mensaje de mi querida Zoe.

Zoe: Listo... instalados todos los explosivos en la mansión Mc'Cride tal y como pediste.

Yo: Perfecto, cambio de planes, decidí que estaré presente en la operación con ustedes el día del cumpleaños de Mirtha.

Zoe: ¿Pero que ocurrió? ¿porqué el cambio tan sólo un par de días antes de la operación?

Yo: Sólo que pienso que para que las cosas salgan bien debe hacerlo uno misma... no preguntes.

Además se lo debo a mi Jeremy.

Zoe: Está bien.

Yo: Nos vemos en la fiesta de Mirtha, me dijeron que será explosiva.

Apago mi teléfono y lo guardo en uno de los cajones de mi escritorio, comienzo a acariciar la foto de Jeremy antes de elevar la vista hacia August que durante todo estos minutos a guardado silencio.

— August cambio de planes, es el momento de revelarles quien soy, es el momento de que me enfrente caca a cara con el desgraciado que mató a mi Jeremy, quiero hacerlo pedazos August así que en dos días prepárate que vamos a irrumpir en la fiesta de Mirtha — hago una pausa — ya puede retirarse, le aviso si necesito algo — mi empleado asiente y hace una reverencia.

— Como ordene su señoría — se dirige a la puerta, pero antes de marcharse se voltea para hablar — lamento mucho su pérdida señora.

— Gracias — respondo casi en un susurro, August me lanza una sonrisa de pesar antes de retirarse cerrando la puerta detrás de él.

Comienzo a caminar a la caja fuerte para depositar la foto de Jeremy, no sin antes darle un beso y susurrarle un te quiero. Cierro la caja fuerte y me dispongo a recoger los trozos del portarretrato que hace poco se me cayó.

— Quizás se me vaya la vida en ello pero no descansaré hasta no verte así — digo apretando entre mis manos unos de los tantos pedazos de vidrio del portarretrato esparcidos en el suelo — destruido — concluyo cuando una gota de sangre cae de mis manos.

N/A:

Hola mis querid@s lectores.
Este capítulo en vez de aclarar las cosas, las ha enredado más 😜 ... No me maten 😸
Y bueno, ¿será que Wings hará esa fiesta explosiva? ¿O alguien lo evitará?
Muero de ganas porque llegue rápido esa fiesta.
Siguiente capítulo narrado exclusivamente por Peter.
Hasta otra ocasión.
Miguel M.