10. Lágrimas
Mirtha POV
Abro los ojos, y observo la hora en el reloj de mi móvil, la 1:13am, no podía conciliar el sueño después de la conversación tan extraña con Peter.
¿Me dijo que me quiere?.
Desde hace mucho tiempo no me decía eso, es más no recuerdo la última vez que lo hizo, si es que alguna vez lo dijo.
Peter me dio mucho que pensar con respecto a Avril, ella se veía segura en que realmente mi hermano había sido el culpable de lo que pasó en el edificio donde vivía pero yo no creo que mi hermano sea capaz de tanto.
Podrá ser frío, grosero, distante ... lo que sea menos un asesino.
De pronto me dieron ganas de ir al baño, me levanto con cuidado usando las muletas puesto que mi herida en la pierna no ha cicatrizado... se preguntarán ¿cómo se puede recuperar en apenas unas horas? Es porque me aplicaron una crema especial que ayuda en el tratamiento de heridas, cicatrizándolas en cuestión de horas y dejando la piel como si nada hubiese pasado. Tuve la suerte que la herida fue superficial, es decir, no llegó a ninguna arteria ni nada.
Cuando estaba por llegar a la puerta del baño un fuerte dolor en el vientre me hace perder el equilibrio y caigo al suelo. Empiezo a sentir algo húmedo bajar desde mi sexo y escurrirse por mis piernas manchando el suelo. No necesito mirar para saber que es, no necesito ver a un doctor para que me diga lo que está pasando... estoy perdiendo a mi bebé.
Mi rayo de luz se apaga.
Lágrimas, una tras otra salían de mis ojos.
Dolor, sangre, lágrimas y muertes. Muertes, porque con la muerte de mi bebé una parte de mí perecerá con él.
Peter POV
— ¡MI BEBÉ! — el grito de Mirtha me despierta, veo el reloj, mierda son la 1:32am ¿acaso no puede sufrir en silencio?. Me levanto fastidiado, salgo de la habitación en dirección a la de mi hermana, al momento en el que estoy por tocar la puerta recuerdo que todavía ando en bóxer. Me giro y me encuentro a Avril como un tomate. Me le acerco con una sonrisa maliciosa mientras que ella retrocede, pero no llegó muy lejos puesto que en pocos instantes ya la tenía acorralada a la pared con mis brazos a cada lado de su cabeza.
— ¿Te gusta lo que ves? — Avril trata de cubrir sus ojos con sus manos pero yo se las aparto con mías. Ella forcejea pero yo soy más fuerte que ella y fácilmente, en cuestión de segundos, ya le tenía sujeta ambas manos con una de las mías. Comienzo con mi mano libre a recorrer su cuerpo, sonrío por como se acelera su corazón por la cercanía y por como su piel se eriza con mi tacto.
— Su-su-suéltame ¿Qué-qué piensas hacer? — intenta darme un golpe con una de sus piernas pero soy más rápido y con la mano libre le levanto la pierna con la que me quería agredir y la coloco a la altura de mi cadera y me pego a su cuerpo restregando mi miembro en su cuerpo — Déjame ir — grita por un segundo pero la callo con un beso, beso el cual al principio resistió pero con el pasar de los segundos aceptó y correspondió.
Avril relaja su cuerpo y se deja llevar por el deseo de nuestros cuerpos, le libero las manos y ella las coloca alrededor de mi cuello y profundiza nuestro beso. Comienzo a subir mi mano por dentro de su franela negra de tirantes hasta llegar a la altura de su brasier pero antes de que llegáramos a más con su pierna libre me golpeó la entrepierna haciéndome caer al suelo del dolor.
— Maldita las pagarás — dije entre dientes por la ira y el dolor que la muy zorra me causó. Pero luego sonreí porque comprobé que no le soy indiferente, que a pesar de todo le atraigo.
— Eso te lo ganaste por imbécil — diciendo eso Avril se dirigió a la habitación de mi hermana.
Después de lo que pasó con Avril me fui a mi habitación para vestirme, me coloqué una camisa negra, pantalones negros, zapatos y cinturón del mismo color. Hay que vestirse para la ocasión ¿no?. Llamé a los paramédicos y en cuestión de minutos ya estaban en mi casa. Éstos se llevaron a mi hermana que no dejaba de gritar estupideces por la pérdida del bebé en una ambulancia donde su amiga la acompañó. Yo los seguí , no porque quería, sino porque no me quedó de otra, sería sospechoso que no fuera. Aunque pensándolo bien ¿quien creería que yo le di un polvo para abortar?.
En cuestión de horas ya mi hermana estaba en casa sin ánimos de nada. Pasé a saludarla y le conté sobre los planes sobre su fiesta de cumpleaños y ella asintió sin decir nada, además le dije que si quería no fuese al instituto lo que quedaba de semana y ella negó diciendo que eso la ayudaría a mantenerse distraída en algo para tratar de no pensar en su pérdida. Decido enviarle un mensaje a una empresa organizadora de eventos para que se encargue del cumpleaños de mi hermana que es dentro de unos días, cuatro para ser específico, y así intentar de que su actitud sea como era antes.
Después de haber buscado las llaves de la casa de Ming que había dejado olvidado en uno de los bolsillos de mi pantalón que usé ayer, le envío a mis guardaespaldas la nueva instrucción: escoltarme en mi ida a la casa de Ming ya que quiero personalmente presenciar lo que allí tiene guardado.
A lo mejor encuentre varias cosas que me puedan interesar.
Me encuentro con mis escoltas frente a la puerta principal de la casa del doctor Ming. Saco del bolsillo de mi pantalón el juego de llaves y se las doy a uno de mis empleados para que abra la puerta. Me parece increíble que todavía existan casas que usen llaves, puesto que ya casi nadie las utiliza debido a que prefieren el sistema de reconocimiento óptico y de huellas.
A lo mejor era amante a las antigüedades.
Alejo de mi mente esos estúpidos pensamientos y me concentro en lo que sea que haya del otro lado de la puerta.
Mando a mis hombres a chequear el perímetro por si hay algún peligro y verificar si hay alguien en la casa. Después de verificar que todo esta en orden y que en la casa de Ming no hay nadie es que entro, claro con mi hermosa pistola con municiones A-16.
Uno nunca sabe cuando la puedes llegar a necesitar.
Decido entrar solo, luego de haber mandado a mis hombres rodear la casa, camino lentamente, con precaución, procurando no hacer ruido, revisando los objetos que hay en la sala principal donde me encuentro libros antiguos, cuadros y muebles desgastados... es lo único que veo.
Sigo caminando hasta el final de la sala, y comienzo a subir las escaleras hacia la planta superior donde vislumbro varias habitaciones, cuatro para ser específicos. Después de revisar tres de ellas me siento realmente frustrado ya que solo encuentro ropa vieja,varios juegos de sábanas, algunos teléfonos antiguos, más libros, en fin, pura basura.
En serio creo que los que viven aquí le encanta coleccionar porquerías del siglo pasado.
No es que a mí no me gusten las antigüedades, pero es que el doctor era, mas que un fanático un obsesionado de lo anticuado.
Abro la puerta de la última habitación y me encuentro con una increíble escena: la familia del doctor Ming decapitada. Reviso los cadáveres y noto que cada uno tiene marcado una “W” en alguna parte de su cuerpo.
Wings.
Comienzo a abrir rápidamente cada uno de los cajones y me encuentro con un portarretrato, que al tomarlo hace que en mí una sensación que hace tiempo creí olvidada surja: tristeza. Mi manos comienzan a temblar por lo que veo.
Una foto.
Una lágrima traicionera baja por una de mis mejillas y un nudo se forma en mi pecho. En mis manos tengo una foto del doctor Ming besando a mi mamá.
Saco la fotografía del portarretrato y me encuentro con una carta. Mis manos tiemblan, no, no puedo mostrar debilidad, debe ser un mal entendido. Comienzo a leerla:
Alexander Ming, has sido el único hombre que he amado de verdad, a pesar que las circunstancias nos ha obligado a separarnos quiero que sepas que siempre tendrás un lugar en mi corazón. Por lo menos me complace el hecho de que tenga un pedazo de ti conmigo, nuestro hijo Peter. Ojalá pudieses verlo, es tan bello, tierno e inteligente. Nunca perdonaré a Patrick el habernos separado y te ruego que por favor no te atrevas a buscarnos porque temo lo que él pueda hacernos a nuestro hijo, a ti y a mí.
Por siempre tuya Marisha
Mi papá, el doctor... mi padre.
Me siento en la cama conmocionado, es increíble que durante tantos años estuve trabajando al lado de mi padre y ahora que no está me entero. Maldito Patrick, por tu culpa soy como soy, por tu culpa no conviví como debería haberlo hecho con él.
Engaño.
Todos me traicionan, me engañan, me mienten. ¿Porqué mamá? ¿Porqué me ocultaste que Patrick no era mi padre sino Ming?.
Wings.
Tú Wings debes ser su asesino, otra razón más para acabar contigo. Me levanto de la cama, me seco las lágrimas que había soltado y comienzo a buscar la computadora de... mi padre.
Luego de abrir otro cajón, saco todas las cosas que habían en él entre ellos una laptop del último modelo que salió antes de que dejaran de fabricarlas hace tres años cuando las reemplazó las pantallas holográficas.
Me siento en la cama y enciendo la laptop, luego de haberla encendido observo el registro de usos de las inyectadoras y me encuentro una con la fecha y hora poco después de cuando salió de la habitación de Mirtha.
Así que por eso tantos ataques.
Con esto todo concuerda, Wings a atentado varias veces contra nosotros porque busca debilitarnos para de una un otra forma conseguir la cura de la MPM-53. Sonrío porque ahora soy yo el que tiene todas las de ganar.
Cuando iba a obtener la ubicación donde se usó la inyectadora que cargaba Ming comienzo a escuchar un pitido. Me levanto velozmente y me dirijo al origen del sonido. ¿Porqué antes no lo había escuchado?.
A lo mejor se activó cuando abrí el registro.
Abro el armario, lugar donde me encuentro con nada más y nada menos que con una bomba de tiempo activa faltándole tan sólo 13 segundos.
¡Maldición ¿qué hago?!
En un movimiento disparo varias veces en la pared con mi pistola con los proyectiles A-16 y espero a que haga lo suyo. Observo la bomba 9 segundos.
A gran velocidad se va derritiendo la pared pero me pongo a pensar ¿sobreviviré a la caída desde la planta superior? Si lo haré, porque no le daré el gusto a Wings de verme muerto. Miro el reloj y marca 4 segundos.
Creo que es hora de saltar.
Me encamino a gran velocidad al gran agujero en la pared, y cuando estoy por saltar por el rabillo del ojo veo que solo falta 1 segundo.
Lo último que recuerdo es una gran explosión antes de que todo se volviese oscuridad.
N/A:
😭 no soy mujer, pero sin duda me llegó al corazón. Creo que la gran mayoría sabe lo difícil que es para alguien la pérdida de un hijo, haya nacido o no... Un hijo es invaluable e irreemplazable 😔.
Y esa escena de Peter con Avril tan 🔥hot con esa patada (me dolió hasta a mi jajaja)😫... creo se lo tenía merecido ¿qué dicen?.
En lo personal me encantó el final de este capítulo... un capítulo que reveló la verdadera procedencia de Peter, ¡Ay Marisha! tremendo secreto te tuviste que callar.
Aún faltan muchas revelaciones que hacer y secretos por salir a la luz.
Siguiente capítulo: narrará nuestra querida Mirtha.
Saludos...
Miguel M.
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