Peter POV

Me encuentro como es de costumbre todas las tardes de los últimos dos años en mi cómoda oficina dentro de mi lujosa mansión. Estaba ordenando unos papeles cuando siento que alguien abre la puerta, de inmediato saqué el arma que guardo dentro de unos de los cajones de mi escritorio y apunto a quien sea que haya entrado sin tocar a mi oficina dispuesto a disparar.

— Soy yo hermano, soy yo Mirtha — chilla mi hermana cuando ve que apunto el arma en su dirección, por mi parte decido disparar a un costado de ella haciendo que la pared se comenzara a derretir.

Mirtha, mi hermana menor es una hermosa chica de cabellos dorados y ojos azules, con un muy buen proporcionado cuerpo lleno de bendiciones además de un gran intelecto, la mejor en su clase sin duda. Pero a pesar de su gran coeficiente intelectual nunca se dio cuenta del “oficio” que ejercía nuestro progenitor y del mundo donde estoy metido ahora, así que desde que soy el nuevo jefe la he aislado de prácticamente todo y de todos, siendo su rutina diaria del instituto a la mansión y viceversa. No me perdonaría si alguien quisiera atentar con su vida por mi culpa.

— La próxima vez que entres a mi oficina sin tocar no dudaré en dispararte a ti — espeté con furia, realmente me enojaba que no se me acataran las órdenes que daba. Una risa salió de mis labios cuando me fijé en el agujero que se formaba en la pared — que bueno, los proyectiles A16 son todo un éxito.

— ¿Estabas probando tus nuevos inventos conmigo? — dijo haciéndose la dolida, aunque a lo mejor si lo está. De todas formas no me interesa.

Después del invento de la droga que revolucionó el mundo y me dio el puesto que tengo en la organización me dispuse a invertir las ganancias en investigaciones en nuevos armamentos y proyectiles, así como en mejoras para mi droga que nombré como P-06.

P-06 cambió la forma de consumir la droga, ya que es una tela especial, cuyo hilo está hecha a base de algunas plantas que por medio de un meticuloso proceso de cambios físico-químicos logra convertirse en la materia prima de esta tela especial, que con tan solo ponértela deja una sensación de poder y superioridad a las personas, con ella sientes que vuelas.

— Tal vez... ¿Para que entraste a mi oficina si sabes que no se te tiene permitido la entrada aquí? Dudo mucho que sea para ser mi conejillo de indias para mis nuevos inventos, porque para eso tengo a mis subordinados que me traen a los... — me detuve a tiempo antes de decir algo que de seguro después me arrepentiría —  lo que sea eso no te incumbe ¿QUE MIERDAS HACES AQUÍ?— dije esto último gritando.

— Necesitaba hablar contigo, llevas varios días encerrándote por muchas horas en tu oficina y cuando sales de ella vas al laboratorio si es que no sales de paseo a quien sabe donde durante horas y hasta días — dijo Mirtha un poco nerviosa.

— Bien, ya hablamos, ahora ¿serías tan amable de retirarte? — espeté con ironía.

— ¿Porqué me tratas así? ¿Qué te he hecho? Soy tu hermana — gritó Mirtha con lágrimas amenazando con salir de sus ojos.

— Precisamente porque eres mi hermana te trato así, de otra forma ya te habría echado y no de mi oficina... sino de mi casa — la miré a los ojos, los míos fríos, sin ninguna emoción, en cambio en los de ella se podía notar el dolor y la tristeza que mis palabras le causaban.

Mirtha empezó a controlarse, se secó las lágrimas que sin querer había derramado y ya más serena habló — te vengo a recordar que en una semana es mi cumpleaños número dieciocho y quería tu permiso para una pequeña reunión con mis amigas del instituto ya que me imagino que no permitirás como de costumbre la salida en mi cumpleaños.

¿Qué se cree ella? ¿Que voy a permitir que unas hormonales calenturientas se metan en mi mansión y hagan destrozos? O mejor que vengan y hasta se roben cosas, no,no y no.

— Me niego rotundamente, no quiero tener a tus amiguitas por ahí rondando en la mansión causando un caos — la veo a los ojos y me lanza una mirada suplicante, y luego... ¡Oh no! Ni crea que va a funcionar.

— Por favor, por favor, por favor, por favoooor —dijo Mirtha mientras me abrazaba fuertemente, colocando su cara en mi pecho — prometo recoger todo ¿si? — levantó su mirada encontrándose con la mía consternada por su inesperada muestra de afecto — además, yo nunca te he pedido nada todos estos años.

Mierda me lo está haciendo difícil.
¿Pero que podría salir mal con una simple fiesta?, además podría ser interesante — dijo mi conciencia.
Tienes razón.

Suelto un bufido y me separo de ella — Esta bien, pero todo el tiempo que dure la fiesta estarás cerca de uno de mis guardaespaldas — ella asintió — además que al primer vaso, plato, adorno o cualquier porquería rota se acaba la maldita fiesta ¿entendido? — Mirtha sonrió y volvió a asentir con su cabeza, se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla para luego abrazarme.

— Muchas gracias hermano, gracias a ti pasaré el mejor cumpleaños de estos últimos años, te prometo que cuidaré mucho de la casa — se separó de mi y se dirigió a la puerta, no sin antes ver el enorme agujero que había en la pared, donde fácilmente podría caber una persona — por cierto deberías llamar a alguien para que arregle esto — yo asentí, no tenía ganas de seguir hablando con ella — en fin, adiós te quiero.

Que niña tan caprichosa.
Recuerda que ya no es una niña — dijo mi conciencia.
Nuevamente conciencia, tienes razón.

Y es cierto, mi hermanita pronto será toda una mujer. ¿Qué problemas traerá consigo esta fiesta? ¿Cómo pude dejarme convencer por ella?

Lanzo un suspiro al aire de resignación y me dirijo al escritorio en busca de mi móvil para llamar a servicio para que arregle el “problema” con la pared cuando observo que tengo un mensaje de mi mano derecha Jeremy.

Jeremy: Estamos en problemas, el jefe de la mafia rival a logrado mejorar nuestra P-06. Nos han cancelado varias entregas y varios aliados nos han dado la espalda.

Yo: Reunión de emergencia en 30 minutos.

Estrello mi teléfono con rabia contra el piso. Y empiezo a destruir todo lo que se encuentre en mi oficina.

— Maldito Wings te juro que pagarás caro el haberte metido en mi camino, lo juro porque me llamo Peter Mc'Cride que non descansaré hasta verte arruinado — dije mientras terminaba de lanzar mi escritorio por la ventana.

N/A:

Hola, espero que les haya gustado este primer capítulo, donde ya se puede apreciar la actitud de nuestro protagonista.
¿Qué les parece el trato de Peter hacia su hermana?
Y ese final... ¿Qué creen que hará Peter en esa reunión?
Se viene bueno... Apenas vamos entrando en calor.
¿De que países son? Me gustaría saber hasta donde ha llegado mi novela.

Attm Miguel M.