Cap 7 La Trampa de Christopher: Noche de Chicas Parte (2).
Finalmente Christopher se marchó dejándome a solas con mi desayuno.
Rápidamente termine mi desayuno y lista para salir.
Cuando ya me marchaba recibí una video llamado de Sara y René me detienen un momento.
—Hola chicas ¿cómo están?
—Muy bien ¿y tú? Pamela—
contestaron las dos.
—Muy bien gracias— mentí, ellas no tenía idea de lo que me sucedió. Solo mentí con que estaba enferma, aunque eso no era cierto. No quería que me preguntarán nada.
Bastante tuve con mi hermano, sin embargo ellas sabían de mi falsa enfermedad pero no tocaron ese tema. Por suerte.
—¿Estás libre el
sábado dentro de dos semanas? —preguntan.
—Sí, creo que si ¿Por qué?
—Habrá una fiesta en un casino muy lujoso y ya tenemos una reservación vendrás con nosotras ¿verdad?
—Claro que sí, iré con ustedes.
—Muy bien. Adiós Pamela, cuídate. Te queremos.
—Esperen chicas—las detengo.
—Sí, ¿qué pasa?
—¿Están libres hoy?
—Como para que—dijo René con una ceja arqueada.
—No lo sé, tal vez... Pensé que les gustaría hacer una pijamada.
—. Claro que sí, ahí estaremos—dijo Sara.
FIN DE LA VIDEO LLAMADA:
Después de la llamada. Pague el desayuno y salí rumbo hacia el supermercado más cercano.
Compré suficiente comida para toda la semana. También aproveche y compré cosas para la pijamada de esta noche.
De regreso a casa tuve que dejar las bolsas de las compras en el suelo para poder abrir la puerta. Luego tome nuevamente las bolsas y una de ellas se estropearon haciendo que las frutas y vegetales cayeran al suelo.
Rápidamente recogí todo y lo acomode en la otra bolsa.
—. Vaya, vaya. Mira a quien tenemos acá, nada más y nada menos que a la mentirosa de Pamela—dice la voz de Christopher detrás de Pamela.
—¿Qué quieres? Acaso te...
Cuando me gire para verle la cara me sorprendió. Estaba bien vestido traía un pantalón de vestir gris, zapatos de vestir más una camisa negra de pana ajustada al cuerpo.
Se veía muy bien. Bueno siempre se ve bien solo que... Ahora estaba más arreglado de lo común.
—¿Por qué me ves así? Te quedaste muda o que—dice sacándome de trance.
—Cállate—fue lo que logre soltar al salir de mis pensamientos.
—Aparte de mentirosa, grosera—dice a lo seco.
—. Quieres parar con eso. Ya te divertiste lo suficiente conmigo, me menospreciaste, te burlaste de mí. ¿Qué más quieres? Tomarme una foto arrodillada ante tus pies rogándote perdón por ser buena persona contigo—solté de una, tenía que decirlo.
—No es mala idea pero no, solo voy a trabajar—dedica una sonrisa.
—¿Y qué haces aquí...? Solo vete.
Luego tome la bolsa y entre a casa dejándolo allí afuera así como él ha hecho conmigo.
¡¡¡TOCK-TOCK!!!
Ignore el toque a la puerta ya que sabía que era él, pero el insistió tocando hasta que me harté y abrí.
—¡QUÉ...!—le grito molesta.
—Se te olvidó una manzana—el extendió la manzana hacia mí.
En ese momento lo vi siendo bueno conmigo que me ablande y olvide todo lo que él hacia conmigo. Me odie por eso pero... No me resistí y solo conteste—. Quédatela, te la regalo—y para colmo una pequeña sonrisa se me escapa.
—Guao... Mira como me trataste antes y mírate ahora. Eres buena nuevamente... —ladea una pequeña sonrisa—. ¿Es fresca? —pregunta.
Asiento con la cabeza—Si no lo fuera, no la hubiese escogido.
—Me gustan tus sarcasmos y gracias por la manzana—junto con terminar esa frase se marchó.
—Que te vaya bien—le digo.
—Gracias—logro escuchar a pesar de que ya se había ido.
Cerré la puerta de un golpe y me recosté a ella—¡Pamela! ¿Qué demonios fue eso? ¿Por qué lo trate bien? Él es nada más que un idiota, egocéntrico. No debí hacer eso.
Me regañe a mí misma por eso. Es que no lo puedo evitar yo no soy así. Ósea sí, pero es que no lo sé, con él es diferente. Siento que debo conocerlo acercarme a él simplemente me niego a dejarlo en paz pero... ¿Por qué...? ¿Por qué él...?
...
«Debes recordar tu posición Pamela. Recuerda porque estás haciendo lo que haces. Déjate de estupideces, Christopher es uno más... Y ya».
—¡¿Pamela estás en casa?! —escucho la voz de Hiuyin detrás de mí.
Abrí lentamente la puerta—¿Si? —digo.
—Seré breve... ¿Puedo pasar primero?
Me aparto de la puerta dejando que pase... Nos sentamos en el sofá y espero a que diga algo.
SILENCIO:
—"¿Qué es lo que quiere usted con Christopher?" —interroga.
—¿Yo...? ¿Por qué lo dice? —dije confundida.
—Solo responde, Pamela—dice sin darme alguna aclaratoria.
—Ah, ya sabes mi nombre—digo.
—Siempre lo supe, ahora no me cambies el tema—Hiuyin se mantiene reacio.
—Bien. No quiero nada, acepto caerle bien. Eso es todo—confieso.
SILENCIO:
—Ok y... ¿Usted por casualidad no ha desarrollado algún sentimiento hacia él?
—Lo que quieres saber es que si estoy enamorada de Christopher—respondo directamente.
—Bueno...
—Él te envío verdad. Dile que no, no siento nada hacia él.
—. Pamela quiero que seas honesta conmigo—dice con seriedad.
—Perfecto. Él es un hombre peligroso sin duda alguna, pero eso no me impide intentar caerle bien. Es guapo, si me gusta cómo se viste. Sus ojos son divinos a pesar de ser comunes y no. No estoy enamorada de él, aunque si pienso todo eso sobre él.
Hiuyin intenta decir algo pero no lo dejo.
—Ahí está tú honestidad ¿contento? Ahora ¿Por qué vienes hasta acá a platicarme sobre eso? —pregunté.
—Escucha. Solo te diré una cosa y espero lo entiendas muy bien. Esto lo digo en un bien para ti y vine por voluntad propia él no me envío.
—Habla ya por favor, me estás inquietando además tengo cosas que hacer—le digo.
—Puede ser que digas la verdad y puede que no, pero solo quiero que sepas que si tú sientes algo hacia él. No hay problema es normal, pero su relación no podría realizarse debido a su trabajo, todo lo que él hace... No puedo darte detalles ya que no tengo permitido hacerlo a menos que el así lo quiera. Si lo hago me arrancaría la cabeza.
—Y por qué me dices esas cosas a mí—pregunté.
—Porque he notado como lo tratas. Por más que no quieras hablarle, terminas haciéndolo por más que él te rechace. Por más que en ciertos momentos lo odies tu siempre estás ahí para él. Sin importar lo que te haga o te diga. O si te lastime tanto físico como verbalmente. Siempre estás allí sin importarte las consecuencias o lo grave de la situación tanto para el como para ti.
—Corrección: Yo no le pasó palabra desde que intento matarme, él es
quien me habla de vez en cuando por su voluntad propia—le aclare.
—Te entiendo, pero sabes que esa es solo su estrategia ¿verdad?
Me quedé muda ya que esa es una confesión que podría ser muy cierta. También puede explicar por qué se ríe de mí cuando le contesto cada vez que me lanza esas miraditas extrañas.
O cuando yo no le paso palabra a él. Y se toma la libertad de hacerlo aunque yo no tenga intenciones de hacerlo, eso me daba muchas respuestas a mis preguntas, que Christopher no se atrevía a responder. Sin embargo solo se reía de mí.
Eso... Me dejó paralizada porque estaba segura de que lo que Hiuyin me acababa de confesar es muy cierto y espero que no, pero si es así. Él debe de está justo en este momento burlándose de mi a carcajadas por lo de hace rato...
—Pamela... —de no ser por Hiuyin me quedaría congelada en mis pensamiento
—¿Qué pasa? ¿En qué pensabas? —pregunto Hiuyin.
—Nada. Recordé que debo hacer unas cosas que tengo pendientes—respondo.
—¿Cosas como que?...
—Ahora debo decirte lo que haré.
—No, solo quería saber.
—Ok, Hiuyin. Sé que es descortés de mi parte pero, podrías irte ya, de verdad debo hacer unas cosas y ya se me hace tarde.
—Está bien, no pasa nada. Entiendo perfectamente, que tengas una linda tarde.
—Gracias igualmente—le digo.
Él se marchó y yo me derrumbe al suelo no sé cómo no pensé en eso. Si es verdad—me queje e hice berrinche—soy una estúpida, como pude caer en su trampa. Yo tengo la culpa, no estoy pensando con el cerebro solo me dejó llevar por mis impulsos desenfrenados.
No me controlo. Es que el me demuestra el mínimo interés y yo me emociono como una tonta. No lo entiendo él no me gusta, no siento ese sentimientos de deseo o romance que me hace sentir mariposas, no siento nada de eso yo solo quiero agradarle pero creo que ni yo misma me agradaría si actuará así de patética.
Me volví a quejar como una niña de cinco años cuando no tiene su dulce preciado y eso. Es precisamente lo que odio de mí. No controlo mis sentimientos y eso me hace vulnerable.
¿Y que pienso al respecto?: pues... Me amo tal y como soy pero a la vez me odio por actuar así.
—Bien Pamela—me dije a mi misma y me levanté del suelo, comencé con los preparativos de esta noche, no iba a permitirme que lo que me acababa de confesar Hiuyin me afectará. Al contrario me sirvió de ayuda...
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La noche cayó rápido. Las chicas llegaron y yo ya estaba lista tuve que usar un pequeño parche y no la venda para poder fingir que mi herida era una simple e inofensiva herida nada grave.
—¡¡¡Pamela!!! Estás divina—contesto Sara.
—Pero que te...
—- Me caí y me lastime, nada grave—no permití que René hiciera más preguntas—Ahora quien está lista para pasar la noche despierta, comiendo, charlando y sobre todo viendo películas de distintas clases.
—Yo—dijo toda animada y un poco gritona Sara.
—Chicas adivinen que traje—pregunto René.
—No sé—contestaron Pamela y Sara al mismo tiempo.
—Traje ponche de crema—dijo sacando la botella de su bolso.
—René, sabes que Pamela no ingiere alcohol.
—. Lo sé, por eso este ponche no tiene alcohol—responde la risada con una sonrisa.
—Bueno, bueno. Ya nos vamos para que comencemos nuestra noche de chicas—les digo sonriente.
—Si—dijo Sara.
—Claro—le siguió René.
—Bien. Andando— conteste.
...
Nuestra noche estaba muy bien. Muy tranquila y yo estaba contenta de estar con ellas. Por suerte ninguna de las chicas hizo más preguntas respecto a mi herida, eso era un alivio para mí.
René soltó un fuerte grito ahogado que me saco de mis pensamientos.
—¡¡¡René!!! No grites así— contesto Sara.
—Perdón, perdón. Me asusté un poco—sonrió.
—Un poco dices—conteste.
Las tres nos echamos a reír como locas.
—Después de esta película pondremos música chicas porque está película me mato. Literal me mato—responde René.
—De acuerdo, si quieres hacemos eso. A mí tampoco me quedaron más ganas de continuar—dice Sara.
—Perfecto—colocamos unas buenas canciones a volumen medio ya que era de noche y no había que molestar a los vecinos.
Tiempo después:
¡¡¡TOCK-TOCK!!!
—¿Quien toca a esta hora? puedes ir tu René necesito un poco de agua.
René abre la puerta encontrándose con Christopher.
—Noches, porque de buenas no hay nada. Necesito hablar con Pamela—responde Christopher.
—Ah... Si claro. Deme un momento— contesto toda impresionada.
—¡¡¡Pamela!!! Un hombre guapísimo quiere hablarte—René volteo y le pico un ojo al hombre que tenía enfrente.
—¿Un hombre guapísimo quiere hablar conmigo...? Hay no, el otra vez—me queje.
...
—Gracias. René. Continúen sin mí, yo lo atenderé.
SILENCIO:
—Ajá, ¿qué quieres? —le digo.
—Bájale a tu música necesito descansar—responde finalmente.
—Pero si tiene el volumen mínimo—le digo, ¿Cómo demonios alcanzo a escuchar?
—No me interesa, bájale y no griten tan fuerte. Que me duele la cabeza—responde de mala gana.
Solo pude mirarlo enojada al igual que el a mí, solo que él se veía relajado, o algo así —Bien la apagare. Ya puedes irte
—Por cierto, ya son las 11:00 p.m.
—¿Y? —conteste levantando una ceja.
—Hace tres horas atrás expiró mi oferta y ya no hay vuelta atrás, espero que la vida te trate bien.
—Adiós—le cerré la puerta en la cara, pero él la detuvo y me tomó del brazo sacándome de la casa.
—OYE ¿Qué te pasa?
—¿Qué te pasa a ti? Te estoy ayudando y mira como actúas. En vez de pensar en cuidarte te arriesgas aún más.
—Suéltame—suelto enojada, el me suelta y me observa de pies a cabezas.
—Entra a tu casa y descansa, te conviene—responde.
—Tú no tienes control sobre mí—después de eso entre, cerré la puerta y rápidamente abrí y le dije—. Por cierto. No me mires así, no me gusta—y luego entre a la casa con las chicas.
...
—¿Y bien...? ¿Qué paso? ¿Qué quería el hombre guapo? —dijo René de una.
—Nada, vino a quejarse de la música y la descartaremos así que... Continuemos viendo la TV ¿les parece? —le digo un poco decepcionada.
—Está bien. No hay problema, no queremos a más vecinos alterados—contesto Sara.
—. Sí, estoy de acuerdo con Sara—concordaron las dos.
—Muy bien. Me alegro que no se decepcionaron por eso—sonreí un poco.
Continuamos viendo películas hasta que nos quedamos todas dormidas...
Una pequeña muestra de la pijama de Pamela. Está es solo como yo la veo. Ustedes son libres de imaginarse está prenda como deseen 💋.
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