Cap 50 Persecución y Pasión.
Christopher:
«Eres fuerte Pamela. Sé que no te quedaste de bazos cruzados. Sé que algo debes de estar haciendo. Pelea sé muy bien que estás haciendo todo lo posible por no dejar que te toquen. Iré por ti tan pronto te encuentre».
Cruce a hacia el norte. Justo donde lo habían hecho esas personas en la moto y seguí el rumbo de sus huellas.
—Nada ni nadie me impedirá estar contigo—me dije a mi mismo.
Pamela:
No encontraba nada que pudiera utilizar para defenderme así que era mi turno de ensuciarme las manos.
Ese tipo se acercó a mí e intento agarrarme del brazo a la fuerza, pero no estaba dispuesta a que me llevara. Así lo golpee a puño cerrado en la cara.
Este se cayó al suelo por el impacto inesperado. Rápidamente se levanta e intenta contraatacarme con la misma técnica de golpearme.
Lo esquivo rápido antes de salir golpeada—. ¿Que tu madre no te enseño que a las damas no se les golpea?
Le devuelvo el golpe justo donde más le duele. En el estómago y una patada en las bolas.
Este cae retorciéndose del dolor mientas aprovecho y le robo su moto para salir de ese lugar.
Pero parece que no estaba sola porque no toque muy bien la moto cuando de la nada salieron unos tipos para seguirme.
Subo rápido a la moto y acelero a la máxima velocidad, sin mirar hacia atrás.
Hay un viejo dicho entre agentes del FBI que me gusta tanto. "Nunca mires atrás. Tu oponente debes capturar. Jamás voltees a verlos porque perderás"
Si, en realidad ese dicho no existe en más un lema que me invente pero funciona muy bien cuando estoy en momentos de crisis.
Cruce por el mismo camino por el que me llevaron. Derecha, derecha, izquierda. Sigo el largo camino y cruzo a tres arboles de distancia hacia mi mano derecha. Justo en ese momento casi choco con Christopher pero no lo hice. Me aparte siguiendo mi camino.
—¡Date prisa detrás vienen más! —le grito.
Christopher mira hacia atrás notando las motocicletas apresurándose en su dirección. Da la vuelta y la sigue a toda velocidad hasta lograr alcanzarla.
—¿Estas bien? ¿Qué paso? —pregunta Christopher.
—No es momento hay que salir de aquí y perderlos de vistas—le sugiero dejando de lado la charla y acelerando.
Salgo del bosque hacia donde estaban los autos. Mamá y papá están en el auto con protección de Hiuyin porque allí tambien había pelea entre la gente de Isaack y los de Christopher y papá.
Paso de largo sin esperarlos porque tenía en mente otro asunto. Christopher me sigue.
—¡Nos vamos! —ordena Jonathan.
La camioneta con ellos dentro avanza a toda velocidad. Algunas de las personas se quedaron para acabar con la gente de Isaack y así no nos seguirían.
Papá nos alcanzó a Christopher y a mí. Todos cruzaron en dirección hacia el este incluyendo a Christopher pero yo no lo hice porque tenía mi plan en mente.
Gire en dirección contraria hacia el oeste llevándolos en otra dirección hacia mi trampa.
—¡Pamela! —grita Christopher y los autos se detienen.
—¡Váyanse sin mí! ¡Luego los alcanzo. Lo prometo!
Cruce en un lejano callejón lleno de muchas entradas que los dejarían salir a cualquier parte. Y ese era mi plan. Primero me deshago de ellos para luego regresar con mi familia.
Aunque la familia de Pamela continuo con su camino. Christopher no lo hizo ya que no pensaba separarse de ella y la siguió. Solo que al igual se perdió entre tantos callejones sin salidas y otros con salidas a lugares extraños que lo llevarían a quien sabe dónde.
Los hombres en las motos me seguían y aunque los tenía muy cerca detrás de mí. No iba a permitir que me capturaran.
Entre en uno de esos callejones diminutos donde pude pasar con facilidad aunque a ellos se le dificulto un poco por lo estrecho. Estos se dispersaron en direcciones diferentes en grupos de tres.
Aunque no pude ver justo donde se fueron. Me deje intuir por los sonidos. No estaba segura exactamente donde era que iban, pero me deje llevar y mi sentido me indico que unos siguieron hacia el este los otros hacia el oeste y los otros me seguían a mi justo hacia el norte.
Acelere con todas mis fuerzas aunque ya no podía hacerlo más y logre perderlos. Y hasta el punto lejano en el que estaba, ya no los veía y tampoco los escuchaba.
Si yo no logro escucharlos ni velos. Seguramente ellos tampoco a mí.
Decidí detenerme porque sé que aun andaban por algún lado y no podía permitir que me escucharan.
Estacione la moto y la oculte con un montón de mantas viejas que encontré guindando en un largo hilo de alambre de cobre.
Me quede en silencio a descansar un poco en esa oscuridad. Ya no lograba ver nada de lo oscuro que estaba, pero si habían siluetas provocadas por la poca luz que habían en esos callejones.
Este era el lugar perfecto porque lo conozco a la perfección y sé que es un buen lugar para deshacerme de ellos.
Cerré mis ojos, tome aire y solté un largo suspiro que llevaba conteniéndolo durante mucho tiempo.
Alrededor de unos quince o veinte minutos decidí asomarme para ver cómo estaban las cosas y ver si podría o no salir.
Camine con cautela y lentamente con cuidado asome mi rostro para ver más allá.
Una mano me cubre la boca y me apega a su cuerpo impidiendo que me asomarme a ver.
Me alarme a punto en el que mi cuerpo casi sufre un ataque. Miro a esa persona a la cara, quien estaba cubierta.
Muevo mi cuerpo para intentar zafarme de sus brazos...
—Shhh...
Me pega a la pared cubriendo con una sola mano mi boca y con la otra sobre mi pecho. El cual subía y bajaba con furia.
Aparta una mano y se quita la capucha de la chaqueta—Ellos siguen allí...
Mi preparada para golpearlo se desvaneció cuando escuche su voz. Me mira fijo a los ojos sin apartar la mirada.
Extiendo mi brazo por el suyo hacia su pecho y bajo la cremallera de la chaqueta notando su saco debajo. Cierro mis ojos aliviada era Christopher.
—¿Tanto te asuste? —susurra.
Niego con la cabeza lentamente sin apartar el contacto visual con él.
Él acerca su rostro al mío observando mi expresión—Tu corazón dice lo contrario...
Llevo mis manos a la suya y la aparto de mi boca. La sostengo en mi mano sin soltarla.
El sonríe. Se acerca más a mí pegando su cuerpo contra el mío. —La historia se repite señorita Rodríguez. Nuestro encuentro en el callejón de aquel día, es el callejón de hoy... Ahora, hare algo que no hice antes.
Coloca ambas manos en mi rostro y me mira unos segundos. Se acerca a mí poco a poco juntando sus labios con los míos. Siento el rose de nuestras narices y nuestra respiración golpeando el rostro del otro.
Besa mis labios con delicadeza. Lentamente busca profundizar más. Separo un poco mis labios y al instante devora mi boca con intensidad. El rose de nuestras lenguas en cada beso que me daba era provocativo y deseoso.
Cruce mis brazos por su cuello para sentirlo mucho más.
Me separo de él quedándome con las ganas de más—. Debemos irnos—sugiero.
Christopher se muerde el labios—Justo ahora que tenemos tiempo para los dos—baja su mirada lentamente por su cuerpo notando su ropa íntima porque traía su camiseta desbotonada.
Pasa sus dedos con gentileza por mi cintura. Me acaricia y aprieta ligeramente sus dedos apegándome a su cuerpo. Con la otra mano pasa su mano por mi muslo. Levanta mi pierna pegándola a la suya—Algún día tendremos que hacer algo insano en público.
Sonrió ante sus palabras—Ya. Es en serio, debemos irnos...
Tomo mi moto y la empujo para sacarla a la carretera principal, al igual que Christopher. Ya allí encendimos las motos y nos largamos juntos de ese lugar...
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