Cristián observo a Christopher—Me tengo que ir—se dan la mano.

—Vete con cuidado—le dije.

—Si tienes ganas de romper algo hazlo en la sala de ejercicio pero no con Brayan.

Cristián salió de la casa y se marchó con los chicos en el auto.

Me dirigí a la sala de ejercicio. Me prepare y me sujete con fuerza de la barra, comenzando a hacer dominadas.
______________________________________

Brayan:

Deje la maleta con mi ropa cerca de la entrada y fui a la habitación de Christopher.

Allí no estaba, así que lo busque en la cocina, allí tampoco estaba. Por ultimo me dirigí a la sala de ejercicio. —Bingo bango.

Se recostó al marco de la puerta—Tan temprano y ya estás enojado.

Seguí subiendo y bajando sin mirarlo—No estoy enojado solo quiero despejar mi mente.

—Ahh ya, entonces estas relajándote aunque tu cara diga lo contrario.

Baje de la barra y lo mire—¿De cuándo acá has visto a una persona sonriendo mientras entrena?

—Claro, claro, y... ¿Hasta cuándo la seguirás buscando?

—No voy a parar hasta encontrarla—confesé.

—Si sabes que hay una gran posibilidad de que este muerta verdad.

—Pamela no está muerta.

—Puede que si puede que no, nadie lo sabe, lo único que si se es que resulto ser igualita a Ángela.

—No las compares Brayan. Ellas no son iguales.

—Lo dices porque te niegas a aceptarlo, solo recuerda "a Ángela le encantaba salir a todas partes contigo al igual que Pamela, Ángela te faltó al respeto múltiples veces Pamela no, pero a la final termino haciéndolo.

—Cállate—le digo.

—¿Cuantas veces Ángela y tú se prometieron el amor eterno? Y ya sabes cómo termino todo. Ella te uso; cuantas veces te pedía dinero supuestamente para hacerse las uñas comprarse ropa, salir con sus amigas y hacer miles de cosas. La consentiste en todos sus caprichos y la final te dejo por un mugriento tatuado hasta la cabeza sin futuro alguno y de paso te destrozó el corazón de la peor forma.

—Brayan por favor.

—Pamela y Ángela son idénticas hasta parecen hermanas; Ángela te destruyo y como lo descubriste, el día que no te contesto los mensajes y las llamas. Fuiste hasta su casa y que encontraste... A tu bello ángel de corona y alas con plumas en pleno acto con un tipo, y que te dijo.

*Silencio*

—Contesta Christopher...

—Ya no lo recuerdo eso fue hace años atrás.

—Pero yo sí. Ella simplemente te dijo "ya no te necesito"; en cuanto a Pamela que pasó con ella, se acercó a ti, te sedujo con sus encantos de niña buena como Ángela, te enamoraste y la protegiste del mal. Le llenabas la cuenta bancaria de dinero sin que se diera de cuenta. Le diste un anillo de casi "quinientos millones de dólares". Tienes a su nombre tres de tus seis casas en todo el territorio de California, ¿y qué pasó...? Resulto ser una agente del "FBI" dispuesta a entregarnos a todos porque ese es su trabajo, te desmorono el corazón y de paso se murió sin decirte más nada...

—¡¡¡Pamela no está muerta!!! —explote ante la ultima palabra.

Saque él tuvo de la barra y lo señale—Vete Brayan.

Brayan lo miro pero este ni se asustó por tener a un Christopher histérico y propenso a matarlo si le daba la gana.

—Ella dos se merecen un premio nobel por romper corazones, Ángela una infiel, que le encanta el dinero, y Pamela una doble cara agente del FBI, traidora, te saco dinero y bastante porque hasta la construcción de su empresa se la pagaste de tu bolsillo y no del de ella que también tiene. Si es que está viva, debe de estar gozando todo lo que le diste—confiesa Brayan.

Solo lo digo para que abras los ojos, y dejes de ser un idiota. Entiende que no vale la pena que la estés buscando. Ya olvídala.

Brayan salió de la sala dejándolo allí solo.

Arroje él tuvo contra el suelo haciendo un fuerte ruido—¡¡¡AAAHHH!!! —solté un grito que me lleno de dolor.

Me acerque al saco de boxeo golpeándolo con fuerza—¡Claro que intente olvidarte! crees que no me sigue doliendo tu traición claro que me duele, pero me duele aún más no tenerte conmigo.

Sostuve con ambas manos el saco mientras apoyaba la cabeza a el—No sabes cómo quisiera olvidarte:

Recuerdos de Christopher:

«—Después de todo ya eres parte de los míos». «—Tú me quieres, pero tú eres mi todo». «—Te... amo». «—No sabes lo angustiante que fue para mí cuando no contestabas mis llamadas. Pensé que te había sucedido algo».

Fin de los recuerdos:

Los recuerdos me invaden cada vez que te extraño. Siempre estas presente ante mí aunque no te pueda ver—Es algo que odio porque no te puedo olvidar. Por más que lo desee... Siempre estás aquí conmigo. Te amo y también te odio.

Le di un fuerte golpe al saco dejandome caer al suele, flexionando mis piernas mientras que cubría el rostro con los brazos.

—Perdóname Pamela, debí aunque sea escucharte y no lo hice, te deje allí y... No sé si sigues con vida o no.

Brayan entro y se sentó a su lado con una botella de vino tinto y le ofreció un trago—. Ten, vamos a ahogar tus penas de desamor de nuevo.

—Déjame. Quiero estar solo.

—Solo uno, no te hará daño—sugirió.

La copa estaba llena y la tome de un solo trago—Dame otra.

Brayan sonrió y con gusto lleno su copa la cual ingirió de inmediato...

-----------------------------------------------------------

Pamela:

Corrí con todas mis fuerzas por la calle. La gente me miraba como si estuviese loca, aunque técnicamente es lo que era, estaba toda despeinada, descalza y para colmo en pijama. Y no una decente sino una de esas batas que te hacen ver como una maldita loca que se escapa de un psiquiátrico.

La libertad no duro mucho porque el auto de Isaack cruzo en mi camino. La puerta se abrió y su gente me llevo con ellos al auto.

No me dio ni tiempo de pedir ayuda o siquiera gritar.

-----------------------------------------------------------

Su gorila me lleva de vuelta a rastras a la casa.

—¡Entiende que no te puedes escapar! —replica Isaack entre dientes.

Le di una fuerte cachetada que le dejo una marca roja—¡Y tú no entiendes el infierno que es estar encerrada aquí contigo, lo único que veo a donde vaya es a ti!

Mis lágrimas inundaron mis ojos—. Yo solo quiero salir de aquí, y no verte más. Estoy ¡harta! ¡¡¡Harta de estar aquí!!!

—No te vas a ir a ningún lado, ni siquiera lo pienses porque a donde vayas te seguiré. No me importa si te guste o no, ahora me perteneces y no te dejare ir.

—Y porque mejor no me matas eh, así estaría mejor porque no te vería... ¡Anda! ¡¿Qué esperas?! ¡¡¡Mátame, mátame de una maldita vez!!!

Mis lágrimas cesaron a mares, me acerque al espaldar del sofá apoyándome a él mientras cerraba con fuerza mis ojos, comencé a quejarme de a poco hasta que mi cuerpo se consumió por el llanto. Lo siguiente fue repentino solo me llene de ira y arroje la lámpara de cristal al lado del sofá haciéndola pedazos en el suelo.

—¿Por qué tienes que romper mis cosas?

Me gire para mirarlo—¡¡¡¡PORQUE ME DA LA GANA!!! ¡¡¡PORQUE ME DA LA MALDITA GANA DE ROMPER TUS COSAS!!!

—Fue un regalo caro—murmuro.

—¡¡¡Y tú crees que me importa si es caro o no!!! Para eso eres rico.

Me hice a un lado y él lo bloqueo me tomo de los hombros con fuerza.

—Suéltame, me estas lastimando.

—Entiende. Que solo te protejo.

—A mí nadie me protege, no necesito que me protejan, y suéltame que me estas lastimando—tome sus brazos e hice que me soltara.

—Pero yo sí, porque ahora estas en peligro.

—Si estoy en peligro pues deja que me maten... Y ya, o me matas tú, así desaparezco de esta maldita realidad que es un infierno en vida—suelto dificultosa por mis sollozos.

—Yo te salve como puedes desear que te maten—dice con delicadeza.

—Yo no te pedí que me ayudaras. Preferiría estar muerta antes que estar aquí encerrada en esta casa contigo—trato de controlarlo pero mis labios tiemblan— Odio todo esto, odio a tu gente, odio a ese maldito gorila que no me deja ni... —aprieto con fuerza mis manos, clavándome mis propias uñas por el enojo y el dolor que sentía—¡¡¡Y tú!!! ¡¡¡Sobre todo tu...!!! Eres los que más aborrezco, odio todo de ti. Tu cara, tus ojos, tu existencia, todo lo que venga de ti lo odio.

Me hice a un lado y me fui a la habitación, cuando me di la vuelta el gorila estaba detrás de mí sentado en el comedor esperando a que yo le hiciera daño a su hombre para intervenir.

—Quieras o no, mañana nos casamos.

Entre a mi habitación y me deje caer a la cama hecha un desastre emocional. Solo por instinto cerré la puerta y todo lo que pude hacer fue llorar de la desesperación...
______________________________________

Christopher:

¡¡¡LLAMADA!!!

Abrí el mensaje era un video, lo reproduje viendo a Pamela en un video donde se la llevaban en una camioneta, rápidamente me llegaron unas fotos de ella.

Me levante de inmediato, mire a Brayan quien estaba dormido a mi lado.

Salí y entre al auto. Conduje a toda velocidad, mientras marcaba al número que me envió el video y las fotos pero no hacía nada.

Llegue rápido al lugar de siempre. Entre al edificio y abrí la puerta donde estaban todos trabajando.

Deje el teléfono sobre la mesa de William—Rastrea este número. Mira de donde viene.

—Señor. William está en la mesa de allá—señalo otro joven.

Carraspee mi garganta y fui hasta donde señalo tome asiento a su lado y el tomo el celular.

Sentía como todos me miraban extraño, hasta William lo hacía—¿Qué me ves? —pregunte.

—Mateo, trae unas píldoras para la jaqueca y un té.

—Señor porque esta ebrio y, vestido así.

—No estoy ebrio Brayan se tomó toda la botella, yo solo me tome cinco tragos.

—Claro y ¿Por qué esta vestido así?

Mire mi ropa. Solo llevaba un cómodo mono y una franela que dejaba al descubierto mis brazos.

—Es lo que uso en casa... ¡¡¡Que acaso creen que por ser rico siempre estoy bien vestido, pues no!!!

—Ya, ya, ya, está bien, está bien. Voy a rastrear este número—dice William.

—Tome señor le hará bien—dijo Mateo entregándole a Christopher unas píldoras para la jaqueca y un té.

Las cuales tomo y al poco tiempo se quedó dormido...

5 horas después:

—Señor, despierte señor—dijo William.

Abrí mis ojos mire a mi alrededor—Encontraste algo.

—Si el número proviene de los "Ángeles". No le puedo dar específicamente la última ubicación en la que estuvo ya que el número ya no está disponible.

—Bien—me levante—Preparen a mi gente, nos vamos a los Ángeles. Pero antes búsquenme un traje...