Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap 10 UNA FIESTA SANGRIENTA...

—¡PAMELA! ¿Ya estas lista? —preguntaron las chicas.

Bajé rápidamente reluciendo con mi espectacular vestido negro, cubierto repleto de brillantina. Con ese corte en "V" que resaltaba los senos con unas hermosas mangas largas que comienzan desde los hombros y ese divino corte que deja mostrar una pierna que tanto me encanta.

—Sí, ya estoy lista—conteste.

Ellas se quedaron con la boca abierta admirando mi hermoso vestido.

—Me encanta ese vestido, se ve sexy—dijo René toda impresionada.

—Es perfecto para ti, Pamela—contestó Sara.

—Gracias chicas, ustedes también se ven divinas. ¿Entonces ya nos podemos marchar? —pregunté.

—Sí, claro—respondieron ambas.

Demostración del vestido...

Cuando llegamos al lugar, se veía muy hermoso tanto por fuera como por dentro.

—Es hermosamente espectacular este lugar—contesté.

—Bienvenida a tu primera vez en un casino, Pamela—contestaron las dos al mismo tiempo.

Aunque no tenía intenciones de venir a este lugar. Debo admitir que es hermoso y me encanta.

—Bueno chicas, a mí no me esperen porque yo tengo mis propios planes en este lugar. Las veré más tarde—René con eso dicho se marchó.

—Así que solo seremos tú y yo Sara—le pregunté por si tenía también intenciones de irse y dejarme allí.

—Así es, iré por un cóctel ¿Quieres uno?

—Sí, te acompañaré.

Llegamos al bar y tomamos asiento en la barra. El barman del lugar se nos acerca para tomar la orden.

Barman: —Buenas noches señoritas, ¿qué se les apetece de bebidas?

—Buenas noches, dos cócteles, uno de fresa con alcohol para mí y otro de...

—Naranja sin alcohol, por favor—conteste.

Barman: —Perfecto, salen de inmediato.

—Y bien, Pamela ¿Cómo has estado? ¿Ya tienes trabajo?—dijo Sara.

—Sara, por favor... Evitemos hablar sobre trabajo, no estoy de ánimos para eso, sí.

—Oh, está bien, no pasa nada.

—. Buenas noches lindas señoritas—dice un hombre.

—Buenas noches—contestamos las dos.

El hombre suelta un silbido—Un Whisky doble y lo anotas a mi cuenta.

Barman: —De inmediato.

—Sus cócteles señoritas, que lo disfruten.

—Gracias—contestamos las dos.

—Y bien, ¿Qué hay de ti? tenemos siglos sin saber de ti—interroga nuevamente Sara.

—Bueno...

—. Disculpen que las interrumpa chicas, pero usted por casualidad ¿Es Pamela? —preguntó el hombre a nuestro lado.

—Existen muchas Pamelas en este mundo ¿Y usted es?

El solo sonrió gentilmente—Pamela, soy yo. Cristian, el chico del gym.

No pude evitar sonreír tras eso, —Gran descripción de ti—sonreí un poco—Por supuesto que sé quién eres.

—¿Cómo has estado? —preguntó.

—Muy bien ¿y tú? —le dije.

—Bien, me da gusto saber de ti.

Sara entendió muy bien que esa era su señal para marcharse. Tomó su cóctel y se marchó sigilosamente. Iba a pedirle que se quedara, pero ella se fue sin decir nada.

—Y qué haces por acá—preguntó Cristian.

—Vine con unas compañeras un rato. Ya después me voy.

—Entiendo, pero parece que tus compañeras te dejaron sola.

—René está ocupada con sus propios planes y Sara se fue justo cuando llegaste, pero lo más probable es que ya esté en la pista de baile moviéndose como loca—contesté.

—Ay—sonrió—Creo que la ahuyente. Bueno será mejor que me vaya para que estés con tus.

—. No está bien, no pasa nada. Quédate.

Cristián se me queda mirando un momento. —Ah, digo bueno, Si tú quieres claro.

«A decir verdad. Me sentía más a gusto con Cristián que con las chicas que llevaba tres años conociéndolas muy bien, sin embargo. No siento ese vínculo con ellas así como lo es con Cristian el me hace sentir como si lo conociera desde mi otra vida»

—Claro, pero estoy en el área VIP ¿Te gustaría acompañarme? —propuso él.

Por un momento dude—Estás seguro de que me dejarán entrar allí.

—Querida si eres mí invitada por supuesto que te otorgarán la entrada—aclaran.

—Bueno... Supongo que está bien.

—Andando entonces—contesto.

Cuando llegamos al área VIP me quedé sorprendida—Cielos, este lugar es inmenso—sale de mi boca.

—¿Qué te parece el lugar? —pregunto Cristián.

—Es muy grande y lindo, pero un poco aburrido ¿Qué se supone que se hace en este lugar? —pregunte.

—Muchas cosas. Puedes beber todo lo que quieras. Sin duda puedes jugar con apuestas también hay un área de chicas haciendo sus demostraciones de baile y por supuesto también puedes solo Beber con tus amigos y pasarla bien, cosas así—contesto él.

—Y supongo que a ti te encantan los shows de las...

—Para nada. De hecho no me gusta, siento que es algo que una verdadera dama no debería hacer. Siento que deberían ser más como...

Se queda pensando un momento. Así que lo ayude—Más reservadas—complete yo.

—Más como tú. No te conozco muy bien, pero tus vibras me envían una señal de que eres una mujer reservada que cuida muy bien de sí misma, le encanta arreglarse y salir de vez en cuando entre otras cosas más ¿no es así? —sonríe de forma coqueta.

—Muy buena definición de mí—le sonreí.

—Además de coqueta—agrego Cristián.

—Coqueta yo—sonreí—Por favor, exageras no estoy ni un poco cerca de eso—confesé.

—Bueno yo pienso que sí. Llamaste mi atención al instante.

Ahí, me sorprendí mucho, actuaba muy bien. Como un hombre coqueto a diferencia del chico gentil y tímido que conocí el otro día.

—Bueno si tú lo dices. Y dime, ¿Tú a qué vienes a hacer en este lugar?

—Nada interesante, solo vengo a liberar un poco el estrés cuando salgo del trabajo a veces vengo con mis amigos y ya.

—Ya—mi teléfono comienza a sonar—Disculpa me das un segundo.

—Claro, adelante.

Me aparte un momento y tome la llamada de René.

—Hola René, ¿Qué pasa?

—Pamela, lo siento, pero me tengo que ir. Sara no se siente muy bien ¿Te vienes con nosotras o te quedarás?

—Bueno... Yo me quedaré, pero iré a.

—. Bien adiós.

SILENCIO:

—Despedirlas—me quedé con la frase en la boca, ella simplemente me cortó así de la nada...

—. ¿Sucede algo?

Me doy la vuelta. Detrás de mí estaba Cristián.

Le dedico una sonrisa—Ah, no, nada importante ¿En dónde nos quedamos?

—Escucha, si te tienes que ir adelante. No hacen falta excusas, lo entiendo perfectamente.

—No, es que me quiero quedar aquí en serio.

El me dedico una hermosa sonrisa—Está bien, ¿Podrías dedicarme un poco de tu tiempo para bailar?

Justo en ese momento estaban tocando una canción muy hermosa y suave, —Claro, bailemos un poco—conteste.

El tomo mi mano suavemente. Entrelazamos nuestras manos gentilmente mientras que su otra mano se posaba en mi cintura y comenzamos a movernos muy lento al ritmo de la música.

Se sentía tan mágico. No me había divertido tanto en mi vida, estar con Cristián me hacía sentir diferente a como era con las chicas ellas... Eran más de convivir entre sí mismas que conmigo, pero Cristián era todo lo contrario.

Él me hacía sentir especial, que para él yo soy algo. La canción ya casi llegaba a su fin y yo no quería que acabará.

Me dio una media vuelta y para finalizar el pegó mi cuerpo contra el suyo. Nuestras miradas se cruzaron. Con eso nuestro hermoso baile finalizó y luego me dijo mientras me miraba fijamente—. Por cierto, me quedé esperando ese mensaje de tu parte.

Yo aún seguía cautivada con el baile. Como me tocó gentilmente que no pude procesar bien lo que me había dicho—¿Eh? —no me había dado de cuánta que aún seguía tocándolo a pesar de que la canción ya había finalizado así que reaccioné rápidamente y tal vez un poco exagerada apartándome de él.

—Disculpa. Podrías repetir lo que me acabas de decir es que estaba. Digo,
tengo la mente en otro lado.

A lo que él solo sonrió—Dije, que me quedé esperando ese mensaje de tu parte.

—Ah, sí, eso. Lo siento estuve en serio muy ocupada que me olvide por completo ¿Tienes tu celular está vez contigo'

Cristián asiente con la cabeza.

—Muy bien, volvamos te enviaré un texto.

Cuando estábamos de regreso le envié un mensaje de texto así él tendría mi número.

—Guardado, y muchísimas gracias, bella dama—responde Cristián.

¡Cristián!

Se interpone una voz que hace que el desvíe la mirada.

—Te hemos buscado durante milenios dónde... Oh—alza una ceja—¿Quién es la hermosa dama?

El extendió la mano hacia mí y contesto—Mucho gusto...

—Pamela—completé.

—Mucho gusto Pamela—tomo mi mano y la sujeto con mucha delicadeza.

—¿Y los demás? —pregunto Cristián.

—Fueron a buscar unos tragos—responde el amigo.

—Puedo... —dije señalando el lindo y como sofá.

—Claro, adelante—contesto Cristián.

Tome asiento recostándome en el sofá a gustó.

—. Muy cómoda—pregunto una voz masculina a mi espalda.

—Vaya, mira nada más—contesto una segunda voz un tanto juguetona.

Me di la vuelta y eran dos chicos.

—Cristián ¿Quién es la invitada? —preguntó uno de los chicos.

—Si, por eso te desapareciste un rato—contesto el segundo chico cuyo nombre es irreconocible aún.

Observe a Cristián, el solo supo sonreír—Ella es una amiga,
Pamela él es Samuel y él es Sebastián—los presenta.

—Mucho gusto—contesto Samuel.

—El gusto es todo mío—contesto Sebastián—Te invito una copa dime ¿Cuál es tu favorito?

—Es un placer conocerlos chicos y no gracias no ingiero alcohol.

—Ha, está bien. Un cóctel sin alcohol te parece—insistió.

No pensé que fuese tan intenso. Pase mi mirada hacia Cristián quien me la devolvió.

—Ya te dijo que no Sebastián, déjala en paz—contesto Cristián por mí.

Sus amigos lo observaron un tanto extraño. Como si les dijeran, está es tu mujer y no nos habías dicho nada al respecto...

O bueno eso fue lo que yo pensé por un momento. Aunque si tuve intenciones de reír pero no lo hice.

—Disculpen que interrumpa su duelo de miradas o lo que sea que hagan, pero ya es tarde...

Ellos me miran sin decir nada... —Y debo irme a casa—complete luego de la incomodidad.

—Te llevamos—se ofreció Sebastián de inmediato.

—Yo la llevaré—replicó Cristián.

—Am, no hace falta me iré sola a casa, gracias—sonreí.

—Piensas irte sola a las 02:27.a.m. dónde debe de haber cualquier persona que desee aprovecharse de ti... No creo que sea buena idea, déjame llevarte—contesto Cristián.

Eso me causo risa aunque era muy cierto. Solté un suspiro de resignación—Está bien, solo si no es molestia para todos ustedes.

—Para nada. ¿Verdad chicos? —voltea a ver a los chicos.

Ellos se miraron entre sí y luego a Cristián y a mí para finalmente aceptar.

—Bien, esperen un momento mientras llamo al chófer.

Me levanté del sofá y no muy bien cuando lanzaron la siguiente pregunta uno de ellos: —¿A dónde vas Pamela? —pregunto Sebastián.

—Debo arreglarme el cabello, voy al baño un momento.

—Pero si estás genial—respondieron los dos de inmediato.

—Qué lindo de su parte, pero soy muy perfeccionista y siempre me gusta estar muy bien.

—Con eso no se justifica nada. Adelante te esperaremos—contesto Samuel.

Asentí con la cabeza y salí de allí en dirección al baño luego regrese ya que no sabía dónde quedaba, —¿Alguien sabe dónde está el baño por acá?

Cristian regresó rápidamente y escucho lo que Pamela dijo. Así que se ofreció a llevarla.

Cristián y Pamela salieron muy tranquilos al baño. Pero lo que ellos no sabían era el caos total que estaba por desatarse:

Cuando íbamos pasando la multitud se escucharon tres disparos directos desde la entrada, Cristián se alertó y tomo mi mano para sacarme rápidamente de allí.

La multitud de personas estaban escandalizados. Todos corrían en diferentes direcciones y otros se escondían; mientras pasábamos por todo ese gentío una persona misteriosa me tomo de mi mano. Voltee a ver quién era y por alguna razón sentí como se me iluminaron los ojos al verlo llevar en un lujoso traje de vestir azul marino, con zapatos de vestir y corbata a juego. —Se viene conmigo.

Cristián un tanto molesto observa a Christopher—Ella está conmigo, no te metas—replicó.

—Sabes que está en mejores manos que en las tuyas—defendió Cristián.

—Y tú apenas la conoces—respondió Christopher.

—Eso no te importa a ti—replicó nuevamente Cristián.

No sé por qué, pero para mí que estos dos ya se conocían y ya me estaba cansando. Cristián tirando de mi brazo hacia él y por otro lado Christopher haciendo lo mismo.

Y me cansé no sé por qué demonios me trataban así.

—¡¡¡Suéltenme!!! —les grite a ambos.

Me zafe de sus fuertes agarres.

—Mira Cristián, me caes muy bien y sé que eres capaz de protegerme, pero tengo que irme con él. Así que ve y ponte a salvó con tus amigos yo tengo que irme con Christopher.

Cristián resignado asintió—Cuídate, te llamaré luego y cuídala bien—le dijo a Christopher a lo que él solo asintió—Tú también, cuídate.

Christopher me saco de allí en busca de un lugar a salvo. Se escuchaban muchos gritos en la parte baja fuera del área VIP en la parte en la que nos encontrábamos. Varias personas ya estaban muy mal heridas y otras ya estaban muertas y desangradas.

—Allí—señalo—Nos esconderemos un momento detrás del Bar.

Por desgracia antes de llegar al lugar dispararon es esa dirección destruyendo todo el licor. El camarero refugiado allí murió de inmediato, buscamos otro lugar a nuestro alrededor la mayoría de las personas estaban ya muertas a nuestro alrededor.

—Plan "B" —Christopher me protegió estando debajo de una mesa.

—Hiuyin, plan B. Es urgente ya sabes que hacer.

Nuevamente se escucharon más disparos, también habían hombres vestidos de negro corriendo en direcciones diferentes.

—¿Qué vamos a hacer Chris? Vamos a morir.

Justo en ese momento cayó un hombre cerca de nosotros ya iba a soltar un gran grito de no ser por Christopher, quien me cubrió la boca antes de poder hacerlo.

—Quédate aquí en silencio, te traeré un arma.

Él se medió movió un poco y lo detuve—Voy contigo—le digo.

—Atrévete a salir y te dejaré aquí para que mueras—respondió.

No necesito un arma, pero en este momento es una buena opción... El salió, con mucho cuidado se acercó al tipo muerto le quito su arma y unas cuantas municiones y luego regreso a mí rápidamente.

—Toma—me entrego en arma mientras recargaba él la suya. —Esa arma aún no está cargada, te enseñaré como usarla rápidamente porque tendremos que salir a las de ya.

Pero antes de eso note que un hombre estaba apuntando a nuestra dirección. Estaba lejos, pero lo logré identificar. Tome el arma y la cargue rápidamente. Por desgracia está se trabó.

—Déjame ayudarte, no sabes cómo se hace.

No esperé ninguna enseñanza, tome su arma que ya estaba lista solo de disparar. Apunte y dispare de inmediato. Le di en el blanco justo en la frente y el hombre cayó al suelo.

—Que demo.

—. ¡Corre! Te iban a disparar—salí de la mesa por el lado izquierdo.

—Esa parte está rodeada—dijo él.

Así que fuimos en sentido contrario. Un hombre se nos atravesó en nuestro camino.

—Ay señor—exclame.

Me agaché e hice un pequeño giro con mi pierna izquierda extendida haciendo que caiga. El logro disparar, pero le dio fue al techo y yo le regale una balita en el pecho mientras Christopher se me quedaba viendo sorprendido e intento decir algo pero lo interrumpí.

—Ahora no—por alguna razón él me tomó por la cintura y me protegió con su cuerpo y luego se giró disparando hacia mi espalda.

Claro tenía sentido, mientras que a él lo atacaban en la parte delantera, conmigo sería lo mismo solo que a mis espaldas. Salimos corriendo juntos hasta la salida.

En cuanto salimos de allí Hiuyin nos estaba esperando con el auto listo para irnos, a él también lo estaban atacando, pero el auto seguía encendido. Christopher abrió la puerta del auto y entro para luego darnos la señal para entrar.

Yo estaba detrás de un árbol viejo y grueso, Hiuyin logro acabar con los que lo estaban atacando y así pude salir del lugar en dirección al auto, pero no fue así, uno de esos matones salió de repente de quién sabe dónde y me tomó por el brazo apuntándome con su arma en la cabeza.

—¡Pamela! —Christopher salió de inmediato del auto solo por mí.

—¡No! Vete, ¡VETE CHRIS...! —pero a él no le importo. Saco su arma y apunto al hombre.

Decidí no quedarme de brazos cruzados y aproveche a Christopher como distracción para tomar unas armas que tenía escondido bajo mi escote y una navaja escondida en mi pierna.

—¿Quieres morir verdad? —contesto Christopher.

—Creo que morirá ella antes que yo—confeso el hombre.

Mientras deslizaba mí mano con cuidado bajo la tela de mi de vestido y tomaba mi navaja... —Serás tú quien muera justo aquí—aproveché que estaba distraído con Christopher y lo apuñale en el estómago.

Pero aun así, él no me soltó y me abrazo con sus brazos muy fuertes—Suéltame maldito desgraciado—grite.

—Vas a morir por eso.

Justo en ese momento se escucharon dos disparos al mismo tiempo. El hombre cayó muerto al suelo, un gran charco de sangre salía de su cabeza obviamente tenía su merecido. Le quité el arma y corrí en dirección hacia Christopher.

—Gracias—le dije con mucha emoción de seguir viva y lo abracé fuerte muy, muy fuerte. Tan fuerte que si tuviese suficiente fuerza lo asfixiaría.

Lo más lindo fue cuando él me devolvió el abrazo igual de emocionado.

—No solo gracias a mí a ti también por actuar rápidamente y a una persona más.

—¿A quién? —pregunté confundida.

Christopher sonrío un poco—Mira hacia atrás.

Me di la vuelta y Cristián estaba de pie justo detrás de mí, junto con sus amigos y otro dos que no reconocía.

—Cualquiera de los dos disparos te salvó pudo ser él o yo.

Mire a Cristián le sonreí y le di las gracias junto con un abrazo.

—No pasa nada, en realidad fue Christopher quien te salvó él le disparó en la cabeza y yo en la espalda.

—No importa gracias a los dos, de verdad.

Me sentía muy feliz de que no estaba muerta y claro también me alegraba de que ellos también lo estuviesen—Estás bien—le pregunté a Cristián.

El asintió con la cabeza. A igual que yo—Hay que irnos antes de que lleguen más de esas personas.

Christopher no dijo ni una palabra. Solo entro al auto y ya.

—¿Puede ir conmigo? La protegeré, lo prometo—aseguro Cristián.

—Ella está bajo mi responsabilidad así que se bien conmigo—zanjo Christopher.

—Pero...

—Por favor, no quiero peleas. No soy un juguete tú te vienes con nosotros tengo que hablar a las de ya, con ustedes dos.

Subí al auto a igual que Cristián. Finalmente el auto se marchó.

—¡ESPERA...!—les digo.

El auto frena de golpe, tras mi grito el cual exagere.

Abrí la puerta del auto y salí.

—Pamela, no ¡Es peligroso! —dijo Cristián.

—¡Vuelvo rápido! —rodee el auto y me dirigí al hombre que Christopher disparo y tome mi navaja y así, si volví al auto—Muy bien, nos podemos ir.

—¿Es en serio? Volviste solo por buscar una maldita navaja, Pamela—contesto Christopher.

—Esto me pertenece—conteste en defensa.

—"Condamner" ¿Cómo es que no estás traumatizada por lo que acabas de hacer?

—Después hablamos de eso—rebusque en uno de mis senos y saque un pequeño pañuelo.

—¿Cuantas cosas tienes allí? —preguntó Cristián a mi lado, a lo que Christopher lo miraba con una mirada que decía vuelve la mirara así y te sacaré los ojos.

—No le mires los senos depravado—Christopher tomó su saco de vestir y me lo lanzó a Pamela—Cúbrete—lo mire y por su expresión no estaba para nada contento, pero eso no me importo y conteste la pregunta de Cristián—Guardo este pañuelo y... Déjame ver, ha sí, otra navaja de repuesto.

—Dame eso—Christopher me arrebato mi navaja.

—¡Oye!

—Esto es peligroso—replica.

—Más de lo que acabamos de pasar, no lo creo y desde cuándo te importo. —Hiuyin, frena el auto. Bájate—ordenó.

—Yo—dijo Cristián.

—No yo—replicó Christopher.

Cristián bajo de él auto, por un momento pensé que lo dejaría allí y nos iríamos sin él, pero no fue así.

—Siéntate en el copiloto—con eso terminado Christopher se sentó a mi lado.

—Arranca...

Y así continuamos nuestro camino.

—Dame eso—el tomo la navaja que estaba limpiando.

—Estás raro Christopher, tú no eres así—contesto Cristián.

—De cuando acá te importo, siempre me tratas como si fuese invisible—le digo.

—Cállate al menos hasta que lleguemos a casa

—¿Casa? ¿Cómo que a casa? Nos pueden estar esperando allá. Y por cierto, ¿De dónde sacaste este auto tan hermosamente lujoso? tú siempre usas taxi o caminas.

—Lo del auto no es tu problema y no vamos a ese departamento. Ahora, ya cállate que estoy estresado...

Durante el camino a quien sabe dónde guardamos silencio. Luego llegó ese momento dónde me aburrí y saque mi celular, pero nuevamente Christopher tomo lo que no le pertenece y lo arrojó por la ventana del auto.

—¡¿POR QUÉ...?!

—Ya debe de estar rastreado.

—Ese celular era nuevo, pude desactivar la ubicación. Mi hermano me va a matar cuando no sepa nada de mí, pensará que me sucedió algo y lo peor es que así es—respondí alterada.

—Calma Pamela, ya resolveremos las cosas no te alteres, sí—dijo Cristián.

Mientras que Christopher solo tomo una botella de agua—Ten, bebe un poco de agua.

Tome el agua—Gracias.

—Bien, ahora cálmate, respira profundo, todo va a estar bien—Intento calmarme

—Oye Hiuyin... ¿Cuánto falta para que lleguemos a no sé dónde?

—Como unos treinta o cuarenta minutos—respondió.

—Bien, cuarenta minutos de aburrimiento y un silencio igual de aburrido. ¿No tienes una revista o algo para leer? —le digo a Christopher.

—Si sigues hablando te dejaré en medio de la calle y que la suerte esté de tú lado.

—Adelante, hazlo—lo rete.

—No me retes niña—dice entre dientes.

—No soy una niña y que crees—lo mire—Ya lo hice.

Él me observó fijamente y le sostuve la mirada hasta que cedió y saco su celular y yo lo tome.

—Devuélvelo.

—. Ya está rastreado—lo arrojé por una ventana abierta en el techo del auto.

—¿Estás loca?

—De cuando acá copiar lo que tú haces me vuelve a mí, en una loca.

Se escuchó una pequeña risa burlona de parte de Cristián, y Christopher lo jaló por el cabello advirtiéndole—Vuelve a reírte.

Yo tomé a Christopher del brazo—Déjalo, no peleen...

Y de repente todo a mí alrededor era oscuridad...

Silencio:

—¿Qué le pasó? —pregunto Cristián.

—La dormí, ya me tenía harto ¿Por qué nunca se calla?

—No debiste hacerle eso—responde Cristián un tanto molesto.

—. Lo peor es que cuando se despierte se van a pelear y ella lo...

—. No te atrevas a terminar esa frase, Hiuyin.

—Como ordene, señor—contesto él.

SILENCIO:

–Christopher—llamó Cristián.

—Mm—pronunció.

—¿Te gusta Pamela?

—No.

—¿Y por qué...?

—No me gusta. Sin embargo, ella tiene un contrato conmigo y no quiero que se distraiga con cosas del amor, ya que después no será libre eso es todo...

—Yo no la pretendo si eso es lo que piensas, aunque si me cae muy bien.

—Llegamos—contesto Hiuyin.

—Muy bien entremos...

—No estarás pensando dejarla en el auto ¿o sí? Christopher.

—Claro que no. Pamela ya llegamos despierta...

Sentía unos pequeños toques en mi cara. Cuando abrí ligeramente los ojos estaba allí el ser que más despreciaba en ese momento.

—Levántate ya llegamos.

—¿Qué tenía el agua, Christopher?—salí del auto y me mareé un poco.

—¿Estás bien? —Contestó Cristián.

—Sí, solo me mareé un poco—terminado eso Christopher me cargo en sus brazos, así repentinamente—. ¿Qué haces? —lo mire sorprendida.

—Te mareaste así que estoy previniendo que te desmayes.

—Sólo fue un mareo, no necesito que me cargues. Por cierto ¿Qué tenía esa agua? porque recuerdo que yo los estaba ayudando para que no se pelearán y de allí no recuerdo nada.

—Sí, eso es porque te dormí para que dejaras de hablar.

—Pudiste pedírmelo.

—Lo hice y no te callaste.

—Porque no lo pediste amablemente y ya bájame puedo caminar sola.

—Como digas—el me bajo.

—. Todo está listo, ya pueden entrar iré a guardar el auto—contesto Hiuyin.

—Perfecto—contestó Christopher.

Entramos a la casa...

__________________________________________

—Bien, ahora sí estamos a salvó—contesto Cristián.

—Ahora hay que hablar—respondió Pamela.

Mientras que Christopher solo se fue por algo de comer al refrigerador.

Después todos se reunieron juntos en la sala. Christopher, Cristián y Pamela.

—Comenzaré yo...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro