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Capítulo I


El tan terrible juicio había sido dividió en tres partes después de la presentación del caso, la primera sección se había terminado con las acusaciones, la segunda vendría la defensa y los testigos del defendido, la tercera sería la declaración y voluntad del pequeño en cuestión, pero para ello tendría que vivir un mes en un hogar de acogida donde ninguno de los dos padres tenía el derecho de intervenir.

Para entonces ya habían pasado dos semanas, a pesar de la fuerza y valentía que Nathan había demostrado lo primeros días, ahora se encontraba desolado, no entendía porque lo alejaban de sus padres, en especial de la madre que él mismo había escogido, ya hacía varias noches que se quedaba dormido después de llorar en silencio, comía apenas unos bocados en el día y luego se iba a un rincón...

—Nathan, por favor come un poco— Suplico la cuidadora de Nathan, era una mujer en sus cuarenta, ella y su esposo habían dedicado parte de su vida a cuidar de niños sin hogar o los cuales paraban allí como Nathan en una lucha de custodia, pero nunca había visto uno como él... Tan complejo.

—No, gracias.

—Cariño, debes comer algo más que eso.

—No quiero, gracias.

—Cariño, por favor— Rogó la mujer preocupada.

—No me diga cariño, solo mi papá me llama así— Agachó su mirada al suelo, conteniendo las lágrimas —Y mi niñera, solo ellos dos me pueden llamar así... Me prometieron que solo estaría aquí unos días, han pasado más que unos días.

—Sí, han alargado el juicio.

—Quiero hacer una llamada.

—Lo siento, no puedes comunicarte con tu familia.

—¿Cuál es la diferencia entre una cárcel y esta casa?

—No digas eso, Ca... Nathan, sé que es difícil esta situación, pero no es una cárcel, puedes ir al parque, al colegio.

—¡Basta!— Alzo su mano en señal de alto —Si quisiera escuchar mentiras, las escucharía de la misma mujer que causó todo esto, de ahora en adelante no me hable, no me dirija la palabra, entre usted y yo, tengo más poder que el que usted tendrá en toda su vida, así que seamos honestos y ya que usted no puede serlo, no me hable.

—No seas grosero, niño— Hablo fuerte el esposo, que también estaba preocupado por la situación de Nathan, pero no permitiría tal falta de respeto.

—O se retiran de la habitación o la próxima entrevista que tenga con la psicóloga, haré que esto se convierta en un sueño lejano y los demás niños, se quedarán sin el lindo hogar que ustedes les pueden dar.

—¿Quién te crees que eres?— Intervino la mujer.

—Mi niñera es una importante psiquiatra infantil, lo sé porque yo fui a clases con ella. Me enseñó a ser fuerte, pero también a no ser compasivo con quienes son justos, ni honestos.

La pareja se retiró, su preocupación aumento no solo porque sabían que el niño en cuestión podría llegar a cumplir su palabra, habían oído por los medios informativos que lo divulgaban como chisme, el nombre las familias que estaban en el enfrentamiento. Lo que más les asustaba era como a su manera estaba llevando la situación, se había cerrado y además se había vuelto agresivo, lo que no era bueno para él.

—Mami— Susurró el pequeño —Ya se fueron.

—Shhh... Espera un rato— Dijo ella desde el closet —Aún así vamos a hablar más rato de tu comportamiento.

—Es que no se querían ir... —Nathan se quedo callado porque Stephanie tenía razón, los podían descubrir.

Después de lo que calcularon el tiempo prudente ella salió del pequeño mueble, para darle un cálido y largo abrazo a su pequeño, ya había venido hacía un par de días, se había colado por las ventanas. aunque en esa ocasión vino de prisa, lo abrazó y le prometió volver esa noche.

—Te extrañé mucho mami.

—Y yo a ti, cariño, no te imaginas cuanto, tu papá también está muy triste por todo lo que está pasando.

—¿Él no vendrá?

—No cariño, ni siquiera sabe que estoy aquí, esto es contra de las leyes... Pero tu tío Nate, está vigilando afuera para que nadie nos descubra.

—¿Qué pasará si esa mujer se queda con la custodia?

—¿Cómo sabes eso?

—Escuché a los adultos, y luego investigué, tengo una idea de lo que está pasando, además sé que en las noticias han empezado a hablar de nosotros.

—Que chico tan listo— Step sintió como se le arrugaba el corazón, que un niño de su edad entendiera de manera madura lo que estaba pasando era un acto de crueldad absoluta, pero así era la vida, y la verdad que en este mundo de caos sobreviven los más fuertes y los que están en la manada, así que no iba dejar que su manada se disolviera por esa leona astuta y hambrienta de poder —Aún así, fuiste muy cruel con los señores que te están cuidando.

—Lo sé, mami... Me disculparé con ellos mañana.

—Eres el niño más lindo del mundo—Step lo llenó de besos —Por cierto ¿Dónde aprendiste a decir esas cosas?

—Del tío Nate, sabes que ha participado en series y una de esas él es grosero y malvado, así consigue lo que quiere.

Ese es mi chico— Habló una voz al audífono que tenía Step en el oído.

—Dice tu tío que está orgulloso de ti, por ser un buen actor como él.

—Gracias tío, la señora de la casa es tu fan, así que me deja ver todos los vídeos en los que apareces... Después de que pase todo esto, podrías darle tu autógrafo ¿Cierto?

—Tu tío promete que lo hará... Ahora vamos a la cama, te voy a cantar para que duermas.

—No me quiero dormir, porque cuando lo haga, me vas a dejar.

—Mi cuerpo se irá, pero mi corazón se quedará aquí contigo... Eres lo que más amo en la vida, no te voy a dejar del todo, aunque por ahora nos tengamos que separar, por favor come bien y recuerda que te estaré cuidando aunque no me veas— Stephanie limpió las lágrimas de los ojos del pequeños, lo abrigó bien para tomarlo en sus brazos, y empezó a cantarle las canciones de cuna que antes usaba para dormirlo.

Al rato, vencido por el cansancio y la debilidad se quedó profundamente dormido, ella se despidió con una serie de besos en su cabeza, le quito el seguro a la puerta y luego se marcho por la ventana, tal como había entrado.

Se sentía hipócrita al pedirle que se mantuviera bien y cuerdo, cuando ella hacía lo mismo que él, pero esperaba que al menos el pequeño supiera que podía contar con ella.

Cerca de las dos de la mañana unos gritos aterradores despertaron a todos en la casa, los cuidadores rápidamente llegaron a la habitación de Nathan, una pesadilla de las que no tenía desde hacía algún tiempo había vuelto para asustarlos a todos.

—Nathan, mi niño es solo una pesadilla— Lo levantó la mujer en sus brazos, pero el pequeño no despertaba, el hombre trajo una toallita húmeda para así despertarlo suavemente y además limpiar el sudor que lo cubría.

Cuando Nathan por fin despertó, a pesar de sentirse protegido, no era por quienes se quería sentir así y eso lo desmoronó más, levantó los brazos para que fuera el señor quien lo acunara.

—Quiero a mi papi, les prometo que me voy a portar bien... Pero déjenme ver a mi papi, por favor.

La pareja sintió tanto dolor por el niño en esa condición, era una injusticia la que se estaba cometiendo al tener ese niño apartado de su padre, por su egoísta madre, la señora se levantó y lo dejó en los brazos de su marido que ahora luchaba con todo su ser para no desmoronarse en lágrimas también, él trataba de ser un buen modelo paternal para los niños que terminaban en su casa, y cada niño tenía su propio caso que cargaba como piedras en el corazón, pero este niño estaba bien... Y ahora lo querían despojar de su estabilidad, le dolía el daño que pueden causar los padres con sus deseos egoístas, lo bueno era que ellos servirían como testigos en la corte para declarar sobre la salud física y mental del menor, por supuesto estarían cien por ciento a favor del pequeño Nathan.

—Llamé a la psicóloga y debido a lo que sucedió está dispuesta a venir en compañía de tu papá, para que pueda visitarte.

—Gracias— Dijo el pequeño más calmado al saber que podría ver a su papá —He reflexionado en lo que dije antes, y me disculpo por mi mala actitud, no lo volveré a hacer... Yo solo quería ver a mi papi y pensé que si hacía lo mismo que mi tío Nate, entonces podría conseguirlo... Pero sé que no se consigue nada por las malas y les pido perdón.

—Tranquilo, cariño, ya pasó.

La mujer le dio una ducha tibia al pequeño, luego le cambio la ropa de cama y ya que el pequeño no se quería quedar en la habitación la pareja lo llevo a la cocina, en menos de una hora ya estaba allí.

Cuando la mujer lo llamó, Alex estaba despierto, últimamente dormía poco y estaba sobre alerta, quiso llamar a Víctor para que lo acompañara, pero sabía que este no podía dejar a Nathan de nuevo y sería perjudicial para los dos, así que opto por llamar a Nate, para que a su vez este le dijera a Step como se encontraba el pequeño, ignorando que los dos ya habían intervenido a su manera; para que no sospechara Nate le dijo que si y pronto llegó por Alex.

—No entiendo ¿Qué sucedió?— Pregunto Nate un poco preocupado, después de todo Alex no le había comentado mucho.

—Parece que Nathan no se siente bien, así que hicieron una excepción por esta ocasión ¿Cómo está ella?

—¿Para qué quieres saber? ¿Sí ella se encuentra mal irás a verla?

—No... Ella no quiere....

—Entonces no preguntes por ella, la conozco, no quiere causarte problemas y obtener información que quizás no sea de tu agrado solo te hará sentir frustrado, lo único que te diré es que está bajo mi cuidado, yo los voy a cuidar...

—¿Lo sabes? ¿Qué ella esta... ?

—Lo sé— interrumpió para que no le dijera en voz alta, no porque no quisiera que se supiera sino que con el tiempo se había vuelto desconfiado y era preferible dar a entender, sin confirmar los hechos —Es mi persona favorita, la amo más que a mi mismo ¿Crees que no lo notaría?

—Gracias, por todo.

—Claro.

Llegaron unos minutos después, lo cuales parecieron horas, a pesar de estar libres de tránsito, las calles parecían demasiado largas, el silencio tétrico no ayudaba con la espera, y la preocupación menos, en el caso de Nate un poco de culpa por el hecho de que Step había estado horas antes en el lugar, lo cual probablemente era la causa de lo que sea que hubiera sucedido con el pequeño niño.

 —Buenas noches— Se encontraron con la psicóloga en la puerta, ella se veía cansada con ropa informal.

—Buenas noches, les aviso que la corte autorizo esta visita y dependiendo de ello se puede autorizar visitas vigiladas... Para ambas partes.

—Esta bien, lo que se necesite para poder ver a mi hijo—  Aunque las últimas palabras se sentían como hiel bajando por su garganta, la idea de que pudiera ver a su hijo era todo lo que le importaba.

—Entonces entremos— Ella se cubrió la boca por no poder evitar el bostezo —Lo siento, ha sido un largo día que al parecer no quiere terminar.

La mujer toco la puerta, al instante las luces de la sala fueron encendidas, literalmente los estaban esperando con afán, Nathan se había calmado de llorar, pero aún habían sollozos, sus cuidadores sabían que ninguno de los tres tendría paz hasta que el niño se sintiera seguro con su padre, él mismo lo había establecido desde el momento que no se despegaba de su cuidador.

—Gracias por venir— Dijo la señora de la casa —Sé que no es lo recomendado, pero entenderán que es un asunto de primordial importancia, además creo que tienen un excelente abogado para poder lograrlo en tan poco tiempo.

Hasta el momento solo había entrado Alex y la psicóloga, para cuando termino de hablar Nate ya había aparecido ante la mirada de la mujer, Alex volteo a verlo, porque eso último no lo sabía.

—¿Qué? Cuentas con los mejores abogados, apenas alguien pronuncia Nathan King, y ellos ya están trabajando... —Dijo Alex mientras levantaba los hombros diciendo lo obvio de la situación.

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