Capítulo 18.
—¡Mami ya no llores más!
—Lo siento, bebé, no puedo dejar de llorar— Step se limpiaba las lágrimas, pero seguían saliendo, Nathan solo la miraba sin poder hacer nada más que pasarle pañuelos.
—¿Segura que no le hace daño, que no le hace daño, que llores así?— Razonaba Nathan señalando la gran panza donde dormía su hermano menor.
—Seguro que es su culpa, mi amor— De nuevo empezó a llorar.
—¿Qué sucede aquí?—Preguntó Nate al llegar al lugar, un poco preocupado por lo que pasaba.
—Murió Sandman y mamá se puso muy triste, por eso— Susurró Nathan a su tío, quien llegaba del súper con las compras.
—¿Ok?
—Mamá, recuerda que revive al final de la película cuando Jack Frost ayuda a los niños a no tener miedo de la oscuridad, y tener sueños felices.
—Lo sé, pero es muy triste.
—¿Están viendo otra vez esa película?— Miró Nate al niño, quien fruncía los hombros para no explicar nada —¿Cuántas veces la han visto? ¿100? ¿200?
—No me molestes, si pudiera pararme te juro que me iría corriendo y me encerraría en mi cuarto.
—Lo sé nena, lo sé, voy a prepararte una deliciosa malteada de chocolate.
—Ya la preparé, tío, más bien cuando termine la película llevaré a mamá a la playa, ya que estás aquí te dejaré haciéndole compañía a mamá e iré a alistar lo que llevaremos.
—Guau, sí que eres el hombre de la casa.
—Sí, señor— Dicho esto, el pequeño niño se marchó.
—¿Sabes que se encerrará en su habitación para llamar a su padre?
—Sí, es un chico listo y extraña a su padre, es lo lógico.
—¿Aún estás molesta con él?— Preguntó Nate preocupado por la decisión de su hermana meses atrás.
—Ya te dije que nunca estuve molesta con él, ni contigo, ni con papá, si lo estuviera sencillamente hubiera desaparecido, solo quería mi espacio libre de todo, le dejé un mensaje a papá y a él donde estaba, también le envié a él cuando me iba a tomar cualquier examen si no quiere hablar conmigo o ser partícipe, pues... No tener una respuesta también es una respuesta.
—Oye, no seas injusta, tuve que arreglar todo mi horario para estar aquí contigo, cumplir con los compromisos... Por suerte mi agente tenía una idea de cuando ibas a entrar en labor y apartó casi un mes para estar al pendiente, no me imagino los demás.
—Damián vino a los pocos días...
—Vino a firmar el divorcio, y además él apenas está volviendo a la vida, así que no sabe lo que es tener una agenda sobregirada.
—Ay, por favor, tiene cinco años acumulados de procesos y trabajo, muchos de sus anteriores clientes estaban haciendo fila para que volviera, además se casó, fue una boda sencilla, pero al final boda, ya te imaginarás el papeleo... Y aquí estaba, entonces no me pidas que no compare una situación con otra, yo no llevo a su hijo en mi vientre, aun así se aseguró de que estuviera bien.
—¿Lo dices por qué te compró una gran casa en la playa con todas las comodidades posibles?
—No, eso era parte del fidecomiso de Nathan, es su parte de los bienes que hicimos cuando éramos un matrimonio, fue el hecho de que como persona que alguna vez apreció se aseguró de que estaba bien, no lo dio por hecho.
—Quizás solo te está dando tiempo para pensar... No sé.
—¿No has aprendido nada de la televisión? Cuando tu chica huye vas tras ella, sencillo.
—¿Desde cuándo eres tan dramática?— Dijo negando con la cabeza.
—¿Me dejas terminar de ver la película? Por favor, Jack está a punto de partirle al Coco, su mandarina en gajos, y no quiero perdérmelo por una discusión que no tiene lugar.
—Eres una tonta— Ella lo ignoró y siguió con la película.
Ya hacía cuatro meses que Step se había marchado de su casa, con unos zapatos comprados en el aeropuerto, su bolso de un lado y su hijo del otro, decidiendo a qué lugar iría.
Al principio no tenía en claro porque lo hacía, pero estaba segura de que era lo que necesitaba, tomó un vuelo al primer lugar que anunciaron cerca de una playa. Nathan había estado todo el tiempo en silencio hasta que empezó a temblar, estaba haciendo lo mismo que Camila, y eso de cierta manera lo aterraba.
Le tomó un momento entender a su pequeño, y por lo que estaba pasando, así que le dio su teléfono para que llamara a Alex y le dijera donde estaba e incluso en que hotel se quedarían. Alex se quedó callado y dijo que estaba bien, cuando Nathan le preguntó si quería hablar con Step dijo que no luego colgó, Step lo había tomado como un mensaje directo, podría haber tomado una mala decisión al principio, pero ahora estaba convencida de que era lo correcto.
—Hola— Cuando Stephanie escucho a Damián se sorprendió mucho y volteo de inmediato, tenía que reconocer que no era la voz que esperaba escuchar.
—¿Qué haces aquí?— Preguntó ella.
—Quiero que terminemos de la mejor manera, creo que lo que tuvimos mientras fue, era real y hermoso, y hasta el momento solo es trágico y doloroso, no quiero ser un mal recuerdo, el tipo que te rompió el corazón y de paso casi te mata en el intento.
—¿Y como quieres que termine esto? Yo aún te amaba, aunque tú ya no la hacías, me humillaste públicamente al sugerir que tenías amantes mientras yo trabajaba, quería hablar por los que no tenían voz mientras me volvía víctima de ti y tu prima... No se trata de perdonar, solo que todo esto es demasiado,
—Lo sé, por eso quiero que me perdones, yo causé todo tu dolor y no sería justo que empiece una nueva vida si tú no puedes continuar con la tuya.
—¿A qué te refieres?
—Quiero proponerle matrimonio...
—¿Y no puedes casarte si yo si sigo soltera o cómo?
—No, no puedo ser feliz con una persona o conmigo mismo, si no eres feliz.
—¡Qué estupidez! Más bien dime como hiciste para saber donde estaba.
—Le pregunté a Alex, él me dijo, no me pareció decente ni respetuoso, solo venir o investigar tu paradero —Step solo suspiró dolorosamente —¿Está todo bien entre ustedes? ¿Hay algo que pueda hacer o decir?
—Mírate, no eres la persona con la que me casé, ya no eres egoísta ni orgulloso, no solo estás dispuesto a cederme por así decirlo, sino que serías capaz de hacer algo por mí ¡Oh mira! —Señaló al suelo —¡Ahí va tu dignidad!
—Los protegiste, hiciste lo que no pude hacer por ella, mi hijo, ni por ti y el tuyo. No se trata de orgullo, se trata de que tengo una deuda de sangre contigo.
—Nos protegiste...
—¿Qué?
—Cuando el accidente, justo antes de que chocara el otro auto contra tu asiento, te quitaste el cinturón y me abrazaste, protegiste mi vientre para cuando la bolsa de aire estalló, eso te causó las heridas en tu espalda, las fracturas de tus costillas y tu cabeza rebotó contra mi ventana causando una fractura craneoencefálica, tuviste el cerebro inflamado durante semanas y entraba y salías de la sala de cirugía como si fuera el último respiro, si no lo hubieras hecho Nathan hubiera muerto destrozado dentro de mí y probablemente hubiera perdido la posibilidad de volver a embarazarme, créeme nos protegiste, incluyendo a este otro bebé.
—Eso no lo sabía.
—Yo tampoco, pero cuando descubrí que tenías un fidecomiso para Nathan, aun sabiendo que no era tu hijo biológico, lo entendí, no importaba la sangre, lo hubieras amado como si fuera tuyo, desde antes de nacer lo estabas protegiendo, estabas cuidando de nosotros, no es tu culpa que tu prima esté loca y que nunca me haya querido.
—No puedo dejar de sentir que era mi culpa.
—Hubo muchas cosas que fluyeron para que las cosas se dieran así, no todo es tu culpa... Eres responsable de lo que me hiciste, pero no de lo que causaron los demás. Yo no tengo nada que perdonar, creo que es más que suficiente que ambos tuviéramos que perder verlos crecer, es hora de que estés a su lado como se debe.
—¿Y tú?
—Yo, tengo que cuidar de la familia que tengo —Masajeo su panza —Y debo empezar por una pluma.
—¿Por una pluma?
—¿Traes contigo los papeles del divorcio? No puedes emprender un nuevo matrimonio sin terminar el anterior —Su sonrisa era dolorosa, él la conocía lo suficiente para saberlo, ella no era feliz, estaba sufriendo y nuevamente no podía hacer nada por ella.
—Si me pides que me quede, lo haré, los cuidaré... No importa.
—¿Qué sentido tiene hacer eso? Yo ya no te amo, y tú tampoco me amas, no lo hacías aun cuando te necesitaba, ahora menos, ya no te necesito, ya no siento nada por ti, por eso mismo te dejo libre, y espero que seas feliz o no, para ser honesta, estoy agradecida contigo por haber hecho parte de mi vida y por cuidar lo más importante para mí, pero nada más, si mueres o vives, si eres feliz o infeliz... Cuando firmemos los papeles ya no serás parte de mi vida.
—Cuando me necesites, te lo juro, estaré ahí— Dicho esto pasó los documentos para ambos firmarlos, se despidió de ella con un beso en la frente y un abrazo fuerte, al final se despedía de la que una vez fue su gran amor y su mejor amiga.
—¿En qué piensas?— Preguntó Nate viendo ensimismada a Step a pesar de que la película se había acabado hacía rato e incluso la computadora se había apagado.
—En que creo que olvidé que hoy es mi última cita con la sicóloga antes de que el bebé salga.
—Es cierto, lo olvidé, pero no estoy seguro de que debas caminar tanto.
—Ay, por favor estoy embarazada, no enferma ni incapacitada, además en la última semana es importante caminar y ejercitarme de manera normal, aunque sea un poco más complicado, eso ayudará a que la labor de parto sea más sencilla.
—No estoy seguro, lo bueno es que Natalia dijo que vendría pronto... Es más, creo que está por llegar —Dijo mientras ayudaba a colocar en pie a su hermana, que estaba atrapada en un puff gigante.
Step dio un par de pasos y abrió los ojos muy grandes.
—Espero que venga pronto porque si no son contracciones Braxton Hicks, tendremos problemas con que el único adulto aquí disponible apenas tenga cinco años.
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