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Capítulo 17.


Stephanie estaba cansada, aunque el trajín del día era poco, se sentía como si fuera uno de esos días donde salía de un juicio tras otro, para luego ir a la oficina por otro proceso, con los pies hinchados por estar de pie la mayor parte de su día, un leve dolor de cabeza por la falta de buena alimentación, el traje ajustado para hacerla ver sencilla, y con eso arremeter contra su contrincante en la corte.

—¿En qué piensas linda?— Preguntó el mayor de los Stottlemeyer, al ver a su pequeña perdida en sí misma, mientras reposaba en el columpio amoblado de mimbre del jardín interior de la casa.

—En como me siento agotada por no hacer mucho, cuando hace apenas unos años hacía de todo y no me dolía nada.

—"La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado". 

—¿Eh?

—Es una frase que leí en un libro, cuando lo hice me di cuenta de lo cierto que es, que no te quejaras, no es lo mismo a que no te doliera, estabas tan cansada de todo, de la vida, de tu matrimonio, de las personas que te rodeaban, incluso podría decir que también de tus hermanos y de mí.

—No papá ¿Por qué dices eso?— Preguntó un poco preocupada, no había manera posible en que ella se pudiera cansar o sentirse hostigada por su propia familia, la habían aceptado con tanto amor que no era posible que ella pagara de ese modo.

—Pero no confías en nosotros, en nadie realmente y pues eso quiere decir o que no somos cercanos a ti o que sencillamente estás fastidiada de nosotros.

—No es eso, para nada, es solo que se vuelve difícil expresar todo lo que siento y más si lo voy a pasar por alto días después.

—Pero nada de lo que te ha pasado los has podido pasar por alto, las heridas siguen ahí— Señaló el pecho de la muchacha —Aún laten con la misma fuerza que cuando fueron causadas, tienes que dejar ir algunas cosas, pero tienes que aferrarte a otra, no necesito que me digas a donde fuiste hoy, soy padre y abuelo, así que tengo una buena idea de donde, y créeme estás dejando ir a la persona equivocada.

—No es eso— Suspiró cansada, era la tercera vez que intentaba cambiar la opinión de su padre —Es que quería saber como estaba el bebé sin molestar a Alex.

—¿Acaso Alex no es el padre? ¿No merece saber si está bien o mal? Puede que estés demasiado concentrada en tus heridas y tus miedos, sin importar que es lo que te mueve, te has vuelto en alguien muy egoísta, y no piensas en los sentimientos de los demás, ni siquiera en los de tus propios hijos.

Stephanie se levantó abruptamente de su cómodo lugar para debatir frente a frente a su padre, pues esta acusación era dolorosa, pero antes de poder hablar el mayor de los Stottlemeyer puso su mano en alto para callarla.

—Tus hijos están sufriendo por tu causa, Alex está en una montaña rusa contigo porque no sabe lo que tiene contigo, tus hermanos están cada vez más preocupados e incluso Damián, porque aunque en parte es responsable de su situación y la tuya, no tiene del todo la culpa, además le quitaste a su hijo, puede que no Nathan no sea su hijo biológico, pero lo acepto como tal y lo cuidó de tal manera que sobrevivió a un terrible accidente ¿No te has preguntado por qué él recibió todo el daño mientras que tú y Nathan salieron casi ilesos?

—¿Por qué estaba en el lado equivocado?— Preguntó Stephanie un poco confundida.

—Si la bolsa de aire te hubiera impactado, Nathan no hubiera sobrevivido— Leland sacó una foto dentro de una carpeta de archivo.

—Estas son fotografías que tomaron del accidente, Damián los protegió a los dos a cambio de su propia vida, es cierto es un imbécil, pero era uno que te amaba y probablemente aún lo haga, no como debería amarse una pareja casada, pero al fin es amor, sin importar lo que haya hecho para mí está que más que pago que haya salvado a mis pequeños.

Stephanie empezó a llorar, no podía evitarlo, ver a Damián abrazándola ensangrentado y con la cabeza rota por el impacto, no podía recordar lo que estaba pasando, pero era fácil llegar a la conclusión, él había visto las luces del auto que los iba a estrellar y su instinto lo había hecho protegerla con lo único que tenía al alcance, sí él hubiera estado conduciendo como quería en un principio, quizás el auto no los hubiera alcanzado, después de todo sus reflejos eran demasiado rápidos para una persona normal, como ella misma había experimentado antes.

—¿Y qué hago papá?— Preguntó abrumada por la situación y el desborde de sentimientos confusos que alguna vez creyó apagados.

—Primero que todo ve a terapia, y descubre a quien tienes que dejar ir y a quien te debes aferrar, porque si no lo haces quien va a destruir tu vida eres tu misma, no Camila, aunque ella se esfuerce por hacerlo...  Aunque en lo personal, creo que ella solo necesita terapia a ver si así supera a mis hijos.

—¿Tus hijos?

—Sí, ¿Crees que eres la única que oculta cosas? Tienes que hablar con Nate, para que arreglen todo este asunto que no está asfixiando hasta la muerte.

—No entiendo.

—Él te explicará lo que tiene que ver Camila en todo este asunto— Stephanie se quedó en silencio con más preguntas que respuestas y su cabeza hecha nudos.

Su padre salió de su vista mientras ella se quedaba tratando de entender todo lo que estaba pasando, lo único que sí tenía en claro era que de verdad necesitaba ayuda profesional, no podía permitir que sus pequeños llevaran tan grande carga emocional, no seguiría ese camino, si para ella como adulta era cruel no podría imaginarlo para Nathan con todo lo que había vivido y menos del que llevaba en su vientre, ni siquiera había tenido la oportunidad de respirar el mismo aire y ya tenía que llevar todo eso.

—¿Por qué estás triste hoy mami? ¿Te dijeron algo malo en el médico?— Nathan llevaba unos minutos en el jardín, observando a su madre completamente ida en sus pensamientos, cuando vio un par de lágrimas recorrer su precioso rostro.

—Hola mi amor— Step sonrió nostálgicamente y extendió sus brazos para que su hijo mayor la acompañara en el columpio— ¿Cómo sabes que estaba en el médico?

—El tío nuevo le dijo a mi abuelo que te habías ido con el tío Nate al hospital, lo dijo cuando creyeron que estaba tomando la siesta.

—Eres muy listo mi pequeño— sonrió nuevamente y pensó en tener más cuidado a la hora de hablar —Solo estaba haciendome una revisión de rutina, nada malo, lo juro— Levanto su mano como muestra de promesa —Ahora dime ¿Quién es el tío nuevo?

—Es ese señor que dice ser hermano del abuelo o algo así.

—Ah ya...

—¿No te agrada el nuevo tío?

—La verdad no mucho, aunque parece buena persona.

—¿Cómo sabes si te agrada o no si no lo conoces bien?— Stephanie sonrió al notar el cambio del tema, aunque ese en particular no era muy de su gusto, al menos si era uno que podía manejar más fácil.

—Buen punto, quizás es porque no he tratado mucho con él, que siento que no me agrada.

—Deberías pasar más tiempo con él entonces.

—No, porque quiero pasar más tiempo contigo y no quiero robar ni un minuto de tiempo a tu lado.

—Ni modos, entonces no nos agrada mucho el nuevo tío— Ambos rieron.

Step miraba lo mucho que había crecido ese pequeño, no podía dejar de compararlo a la primera vez que lo tuvo en sus brazos, tan frágil e inocente, y luego cuando lo encontró en la empresa de Alex, ya no era tan pequeño, pero su instinto protector le hizo querer guardarlo de todo mal porque aún seguía siendo frágil e inocente.

—¿Qué piensas mami?

—¿Quieres irte a vivir conmigo a la playa?

—¿En serio? Claro que sí... Me gustó mucho donde fuimos la última vez, quiero ir contigo y papi.

—No creo que pueda ir papi, solo seríamos tú, yo y tu hermanito— Se tocó el vientre.

—No lo sé... ¿Tengo un hermanito?— Step le pidió que guardara el secreto poniéndose el dedo en la boca.

—No tienes que decidir, te voy a secuestrar y después miramos ¿Te parece?— El pequeño niño afirmó con la cabeza, aunque no tuviera muy en claro lo que estaba pasando.

Step se levantó deprisa y empezó a caminar descalza, cuando notó que Nathan no la seguía, se detuvo, le ofreció la mano y este al instante corrió a tomarla, salieron de la casa solo con lo que llevaban puesto, ella llevaba una mano su bolsa donde tenía sus papeles y la primera foto de su bebé, y en la otra su hijo mayor. 

—¿Volveremos a ver a papá?— Ella solo frunció los hombros con un quizás...


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