Cap 18
Camila's POV
Pude divisar, dentro del auto que pasaba por mi casa, a Lauren junto a su hermano Patrick. Ella estaba mirando fijamente hacia nosotros, sobre todo a Drew, que en ese momento estaba con Jake en sus brazos y sonreía con Hailee.
Su ceño estaba fruncido y sus labios apretados entre sí, haciendo una línea recta. Sabía que significaba eso. Lauren estaba enojada, definitivamente lo estaba. Ella estaba celosa.
Ni siquiera se había fijado en que yo la miraba a ella, solo miró a Drew y luego agachó la cabeza. Ella se veía tan tierna y hermosa con su ceño fruncido... deseché rápidamente esos pensamientos. Ella era la mejor amiga de mi hija, eso era todo.
Observé por última vez el auto, que ya entraba en la calzada de los Jauregui y sonreí, realmente esa chica me hace sentir tantas cosas. Ella me hace sentir viva.
Decidí olvidarme por un momento de ella y de que en esta tarde vendrían a una barbacoa planeada por Drew para así conocer a los amigos de nuestra hija, y me concentré en mis invitados.
— ¡Woow! Se ve mejor que en las fotos. —dijo Andrew, observando todo.
—Yo quiero ver si la cocina es tal y como lo ordené. —me sonrió Nina, tomando mi mano y arrastrándome junto a ella, mientras Hailee llevaba a su padre y hermanito a la habitación.
—No sé si tu idea era esta, pero me gustó mucho. —dije.
—Es mejor de lo que imaginé. —sonrió, satisfecha. —De verdad que las fotos no hacen justicia, esto se ve hermoso
—Sí, lo sé. Al inicio estaba enojada con Drew, pero al ver la casa... bueno, digamos que se me paso el enojo. —sonreí.
Ella sonrió y se acercó a la nevera, para sacar leche.
—Oye Mila. —suspiró, sentándose en la barra con su vaso de leche entre las manos.
—Dime. —dije, sentándome frente a ella, mientras me servía leche en un vaso. —Yo sé que quizás te tengan fastidiada con esto, pero...—suspiró, ya imaginaba
yo por donde iría esta conversación. —Andrew te quiere mucho, lo sabes. Eres la madre de su hija y comparten este amor por Hailee y yo lo respeto. Sé que en un inicio, como tú misma me lo contaste, ustedes intentaron estar juntos, sobre todo por el bien de Hailee, pero simplemente no funcionaron. Y él aún recuerda la promesa que le hiciste de ser feliz, pero han pasado quince años y...
—Nina, sé que se preocupan, pero te aseguro que soy feliz. Hailee es mi vida entera...
—Pero ella ya es una adolescente. —replicó. —Sé que quizá en un inicio tuvieras miedo de permitir que cualquier persona entrara en la vida de tu hija, y luego se fuera sin importar. Pero Hailee ya no es una pequeña, ella es una adolescente que entiende que necesitas
de alguien... yo también amo a Jake, pero... no sé. Jake es mi hijo, Drew es mi esposo. Cada amor es diferente y tú necesitas conocer ese amor. Si alguien llega a tu vida y provoca tantas sensaciones en ti y sientes que deseas verlo siempre... no te cierres y permítele ingresar a tu vida. Si no quieres involucrar a Hailee en un inicio, no lo hagas. Conócelo y mira a donde los lleva esto, y cuando lo creas seguro y conveniente, deja que se conozcan. Eres preciosa Camila y aun eres muy joven, seguramente tienes a muchos hombres babeando por ti.
—Gracias Nina. —sonreí, sonrojada.
Ella asintió y posó su mano derecha sobre mis manos, que rodeaban mi vaso de leche.
—Solo recuerda que Hailee está creciendo, y por más que queramos, simplemente no podremos mantenerlos por siempre a nuestro lado. Ella se preocupa por ti, y sé que quizá ella diga ahora que sería feliz si encontraras a alguien que te quisiera, pero también sé que sería difícil. Siempre han estado juntas, solo las dos, y han creado un hermoso lazo... pero, de todas maneras, ella será feliz –al igual que todos, por cierto–, si tu encontraras a alguien que te haga feliz.
—Me haces llorar. —chillé, limpiando las lágrimas que rodaban por mi mejilla. Ella simplemente se encogió de hombros y sonrió. Nina era una gran amiga, y sabía que podía contarle secretos y ella los guardaría muy bien, además de que siempre ha sido una gran consejera, tanto para mí, como para Hailee.
Pero no sabía si sería adecuado contarle sobre Lauren, tal vez ella sabría que decirme, y me ayudaría.
—Nina, hay al...—ella me miraba, escuchándome con atención.
—¡Mami! Mira, mira lo que Haiz me compro— el pequeño Jake entró en la cocina, interrumpiéndonos.
—Qué lindo cariño, ¿le agradeciste? —dijo Nina, observando al pequeñín corretear por toda la cocina, haciendo volar a su muñeco de Iron Man.
—Sí, si lo hice. —asintió el niño.
— ¡Bien! Tengo mucha hambre. —Drew entró en la cocina junto a Hailee.
—Yo también ma'. —dijo Hailee, acariciando su estómago.
—Pero si comimos en el camino. —dijo Nina.
— ¡Ya! pero me entró el hambre. —chilló Andrew.
—Ya preparemos panqueques. —dije, rodando los ojos. —Eso me hace feliz. —sonrió felizmente Drew.
—Ayuda a Jake a cambiarse de ropa, y los llamaremos cuando todo esté listo. —dijo Nina.
—Está bien ¡Vamos chicos! —gritó Drew.
Y rápidamente, desaparecieron escaleras arriba.
— ¿Qué era eso que me ibas a decir, antes de que Jake interrumpiera? —preguntó Nina, mientras yo sacaba las cosas para preparar los panqueques.
Me acerqué a la nevera y extraje el bote de jugo de naranja y un pedazo de cake. —Que había algo de cake para acompañar la leche. —sonreí inocentemente. Ella frunció el ceño, pero después sonrió. Estuve a punto de confesarle a Nina lo
que me había estado pasando desde el día en que me mudé a New York y definitivamente, no estaba preparada para que alguien más lo supiera. Ya era suficiente con que Dinah me moleste a diario preguntándome por Lauren.
Lauren's POV
Mi padre se había vuelto loco al enterarse que el idiota de Rick había planeado hacer que Alexa interrumpiera su embarazo, solo porque él no quería hacerse responsable.
Cuando llegamos a casa, después de visitar a los Owen, Alexa estaba encerrada en su habitación sin querer hablar con nadie, y todos estaban preocupados, pues no entendían que le sucedía. Y definitivamente nosotros no diríamos nada, hasta haber hablado con Alexa.
Gracias a la agilidad de Patrick para abrir puertas, logramos entrar en la habitación de nuestra prima y tener una larga charla con ella. No estábamos enojados, quizás algo decepcionados, pero lo importante ahora era mantenerlos a ambos bien.
Patrick se disculpó por haberle arrebatado el teléfono, pero simplemente se había enojado mucho. Él detestaba a Rick por ser un idiota, cretino y un patán siempre, pero respetaba que nuestra prima tenía una relación con él, aunque nunca le hubiera agradado.
Tampoco era santo de mi devoción, lo único que quería era que mi prima fuera feliz, y parcialmente, el idiota la hacía feliz. Pero definitivamente, después de esto, todos en la familia se irían en su contra. Tampoco es que alguien aquí lo quisiera, y espero que Alexa ya no siga perdidamente loca por él, porque definitivamente no vale la pena, y si es así, entonces sí que me enojaría con ella, y mucho.
Tras contarle lo que habíamos hecho, ella se calmó un poco al saber que lo había golpeado, e incluso sonrió. El dinero no era algo que le hiciera falta, simplemente no podíamos dejar que el imbécil simplemente hiciera lo que se le venga en gana con nuestra prima.
Alexa suspiró y decidió que era momento de contarles a los demás lo que sucedía, así que rápidamente arregló su cabello y lavó su cara para salir de su habitación. Patrick había bajado minutos antes, pidiéndoles a todos que tomaran asiento.
Cuando bajamos, Keana ya estaba ahí, pero no veía a Kendall.
Todos estaban sentados, Lucy se había colocado junto a su hermana y tenía las manos de Alexa entre las suyas. Vero apareció junto a Kendall segundos antes de que Alexa empezara a hablar. Mi novia me sonrió nerviosamente, mientras Vero estaba con el ceño fruncido. No entendía que mierda pasaba con estas dos, llevaban días distanciadas y Vero parecía muy enojada con ella.
Me acerqué a Kendall y la abracé por la cintura. Ella se tensó, pero pronto se relajó. Vero miró hacia nosotras y negó, para después sentarse junto a Lucy y abrazarla.
— ¿Qué está sucediendo? —preguntó mi padre, completamente preocupado. Alexa les contó todo, desde el momento en el que empezó a sentirse extraña,
hasta los mensajes de Rick, donde terminaba con ella y le echaba la culpa de haber quedado embarazada.
Patrick y yo les dijimos que ya nos habíamos hecho cargo de ese imbécil y que sus padres ya estaban enterados, eso tranquilizó un poco a papá, pero él estaba odiando cada segundo más a ese tipo. No lo culpo, yo también lo hacía.
*
— ¿Qué está sucediendo con Vero? —le pregunté a Kendall.
Habíamos subido a mi habitación a recoger nuestras cosas, pues Hailee me había escrito para decirnos que ya podríamos ir a su casa. Iban a dar las tres de la tarde y debido a todo lo que había pasado en casa esta mañana, había olvidado por completo que hoy conoceríamos al padre de Hailee, y sobre todo, que volvería a estar cerca de Camila después de tanto.
—Na-nada ¿Por qué lo preguntas? —ni siquiera me miraba a los ojos.
—Simplemente porque parece estar enojada contigo, y Vero no se enoja por nada Kendall, algo está pasando. —dije, mirando fijamente a su espalda, pues ella aún no se giraba.
—Tuvimos una pequeña discusión, cariño. Ya lo arreglaremos. —dijo, girándose a mí. —No te preocupes, todo estará bien. Gracias por interesarte.
Entrecerré los ojos, mirándola fijamente y asentí. No estaba de ánimos, lo único que quería era ver a la madre de mi mejor amiga.
Cuando salimos de la habitación, todos ya estaban esperando por nosotras en la sala. Nos despedimos de nuestros padres y caminamos hasta la casa de Hailee.
Ella me había dicho que varios de los otros chicos ya estaban ahí. Patrick tocó el timbre y puedo jurar que esos diez segundos que se tardaron en abrir, fueron infinitos para mí. Ella abrió la puerta con una enorme sonrisa, mientras llevaba en sus brazos a un pequeño. Definitivamente, se la veía preciosa, y por un momento dejé a mi mente volar e imaginarla a ella con un bebé recién nacido entre sus brazos. Un bebé nuestro.
—Hola chicos. —saludó Camila.
—Hola señora Cabello. —respondieron los demás, yo simplemente asentí. Ella me había robado las palabras.
—Pasen, que Drew quiere conocerlos. Principalmente a ti, Lauren. Cuando entramos, escuchamos la música.
—Están en la piscina. —nos informó.
Esta era la primera vez que los demás entraban en la casa de Hailee, mientras yo ya había venido varias veces en todo el tiempo que llevábamos de conocernos.
Camila indicó como llegar, pero yo no estaba escuchando, solo podía mirar lo hermosa que se veía. Llevaba el pelo suelto, unos shorts blancos y una blusa de tiras.
Suspiré, definitivamente, esa mujer me volvía loca.
— ¡Llegaron! —Hailee apareció por el pasillo, ella llevaba un traje de baño y estaba completamente empapada, venía junto a una chica rubia, muy linda, a decir verdad.
Camila sonrió y rápidamente se fue por el pasillo en dirección a la cocina, quise ir detrás de ella, pero sería algo extraño.
—Mierda. —escuché a Kendall susurrar.
La rubia sonrió y miró a mi novia atentamente, su sonrisa creció, parecía completamente emocionada al ver a Kendall.
— ¡Laur! —Hailee saltó a abrazarme y yo me concentré en mi amiga,
devolviéndole el abrazo.
—H. —saludé.
—Les presento a una amiga. —dijo Hailee, separándose del abrazo. —Cara Delevingne, estamos juntas en el curso de piano. —explicó. —Ellos son mis vecinos Patrick, Megan, Lucy, Alexa, Lauren y su novia Kendall. Y ellas son Vero y Keana, amigas y compañeras del colegio. —nos presentó.
Vero sonrió enormemente, casi parecía el gato de Alicia en el país de las maravillas.
—Es un gusto conocerte Cara. —saludó. Cara sonrió nerviosamente y asintió.
—Bueno, vamos que papá está haciendo la barbacoa. —dijo emocionadamente Hailee.
—Espera. —Camila apareció nuevamente. —Lleva a Jake con Nina, yo salgo en un minuto. —dijo, pasando al pequeño a los brazos de Hailee.
—Claro. Chicos, les presento a Jake Steinfeld, mi hermanito. —el pequeño nos sonrió tímidamente y escondió su rostro en el cuello de Hailee. —Es algo tímido cuando ve a muchas chicas.
Patrick empezó a bromear con el pequeño mientras caminaba junto a Hailee.
— ¿Vienes? —preguntó Kendall, pues me había quedado mirando en dirección a la cocina, por donde Camila había regresado.
—Voy en un minuto, necesito el baño. —mentí.
Kendall asintió y dejó un beso en mi mejilla para después caminar por el pasillo, siguiendo a los demás.
Fruncí el ceño y suspiré, tomando el valor necesario para ir a la cocina. Sonreí viendo como Camila se concentraba en su trabajo, no sé qué era eso que hacía, pero imaginaba era algún postre. Mordí mi labio inferior imaginando un día cotidiano con ella.
Simplemente no me pude contener y caminé hasta ella, rodeando su cintura y pegándome a su espalda.
— ¡Oh mi Dios! —exclamó. Giró su cabeza y me miró a los ojos. —Me asustaste. —suspiró.
—Lo siento. —sonreí, aunque en realidad no lo sentía.
—Yo... Lauren ¿Qué haces? —preguntó incómoda, tratando de soltarse de mi agarre, pero se lo impedí.
—No es obvio. —respondí.
—Lauren, por favor. —suplicó. —No hagas esto más difícil.
—No me has llamado Camila, me has estado evitando. —susurré, con mis labios pegados a su cabello.
—Eso debería decirte algo ¿no? —murmuró.
—Eso solo me lastima, Camila. —susurré. —Creo que ya sabes lo que me pasa contigo, no necesito decírtelo. —mi mano derecha descendió a su pierna y lentamente la acaricié con la yema de mis dedos.
—Lauren. —suspiró, pegando su espalda a mi pecho. —Esto, esto está mal. —susurró, soltando las cosas que tenía en la mano. —Eres mucho menor a mí.
—Pero eso no impide que la deseé, señora Cabello. —susurré en su oído.
—Es simplemente un... no sé. Eres una adolescente, muchos sueñan con el morbo de estar con la madre de sus amigos. —dijo ella.
—No Camila, no es así. —aseguré, apretándola más contra mi pecho.
— ¿Entonces? Lauren, tienes una novia que casualmente esta también aquí, junto a los demás en la piscina. Junto a mi hija. —suspiró.
—Sí, pero con Kendall no siento esto. Cuando la veo, tengo unas irremediables ganas de abrazarla, de sentirla junto a mí. Deseo besarla sin parar, deseo tantas cosas con usted.
—Lauren...—no permití que siguiera hablando, usé todas mis fuerzas para lograr girarla y así tenerla frente a mí.
—La quiero a usted, señora Cabello. —gruñí.
La miré fijamente a los ojos, mientras lentamente acercaba mi rostro al de ella. Nada me impediría besarla, había deseado tanto volver a verla, y ahora la tenía entre mis brazos, no se escaparía.
—Esto es un error. —susurró ella, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello.
—No lo es, ambas lo sentimos y lo necesitamos. —susurré sobre sus labios. —Bésame Lauren. —susurró, cerrando los ojos.
Cuando toqué sus labios con los míos, me sentí desfallecer. Sus labios se ajustaron perfectamente a los míos y no pude evitar soltar un pequeño gemido debido a todas las sensaciones que explotaron en mi interior. Había esperado por esto mucho tiempo y simplemente no estaba dispuesta a separarme.
Mis manos apretaron sus caderas, y ella acarició mi nuca. Nuestros labios se movían sincronizada mente, una de las manos de Camila empezó a acariciar mi mejilla, sin dejar de besarme.
Lentamente nos separamos, aunque yo quisiese seguir besándola, necesitábamos respirar.
Esto se había sentido tan bien.
—No puedo creer que lo haya hecho. —susurró Camila, sonriendo. Ella aún tenía los ojos cerrados.
—Yo no puedo creer que me haya dejado besarla. —dije. —Eso sigue siendo un sueño para mí.
Camila abrió los ojos.
—Se sintió muy bien. —susurró.
—Lo sé. —asentí, dejando un pequeño beso en sus labios.
Ella tomó mi labio inferior entre los suyos y empezó a besarme. Ninguna de las dos pudo evitar sonreír, y se sintió tan bien.
—Camila... —escuchamos la voz de una mujer, acercándose.
Rápidamente nos separamos, Camila se giró para continuar con lo que hacía,
mientras yo corría a la nevera y la abría, en busca de agua.
—Mila, quería saber si necesitabas que te ayudara en algo. Jake se metió a la piscina con Hailee y Andrew está concentrado en la barbacoa mientras habla con ese chico Patrick...—dijo, entrando en la cocina.
—No te preocupes Nina, ya casi acabo. —sonrió Camila. —Bien. —asintió ella.
Su mirada recayó en mí, y levantó una ceja. Era muy guapa, a decir verdad. Recordé entonces que Hailee me había dicho el nombre de la esposa de su padre, Nina.
Ese hombre sí que tenía suerte. —Eh... hola. —saludé, nerviosa.
—Nina, ella es Lauren, la mejor amiga de Hailee. Lauren ella es Nina, la esposa del padre de Hailee. —nos presentó Camila.
La mujer sonrió y se acercó para envolverme en sus brazos.
—Pero mira que chica más guapa. —dijo, apretando mis mejillas. —Que ojazos. —asintió.
—Gra-gracias. —tartamudeé. Camila se rió de mí.
—Será mejor que vayas pronto, Drew está queriendo conocerte ya que Hailee le habla mucho de ti. —dijo Nina, mirándome a los ojos.
—Iré en un minuto. —sonreí.
—Bien, iré a la piscina entonces, en cualquier momento Hailee querrá estar con sus amigos y Jake puede llegar a ser muy fastidioso.
—Claro, yo voy en un rato.
—Nos vemos Lauren. —me sonrió y salió de la cocina.
—Ella es... muy simpática. —dije, dejando la botella de agua de regreso en la nevera.
—Sí, no te asustes. Nina suele ser muy afectiva. —Camila me sonrió.
Le devolví la sonrisa y me acerqué a ella, envolviendo nuevamente su cintura entre mis brazos.
—Sí, pero nos interrumpió... recuerdo que estábamos en algo importante. —susurré.
— ¿Ah, sí? —preguntó ella.
—Mmhmm. —murmuré, acariciando su mejilla con mi nariz. — ¿Podrías recordármelo? Simplemente se me olvido. —dijo.
—Sería un placer. —respondí.
Uní nuevamente mis labios a los de ella y la besé lentamente, solo eran nuestros labios moviéndose sincronizada mente el uno contra el otro.
—Será mejor... que vayas a la piscina. —dijo Camila sobre mis labios. —Hailee vendrá a buscarte en cualquier momento.
—Sí, tienes razón. —asentí, dejando un último beso, para después separarme. —Estaré fuera en un rato. —me dijo.
—Estaré esperándote. —asentí.
—Bueno... ¡vete!
— ¡Ya! —sonreí y salí de la cocina.
Definitivamente este día iba a ser mejor de lo que pensaba. La sonrisa que cargaba nadie me la quitaría del rostro, simplemente estaba feliz. Completamente feliz.
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