Cap 16
Camila's POV
Han pasado un par de semanas desde la última vez que vi a Lauren, casi un mes. He tratado de evitarla últimamente, pero eso no significa que no me muera por verla. Tampoco impide que me sienta triste por estar lejos de ella.
He avanzado mucho en cuanto al guion y me siento feliz, pues está quedando tal y como yo deseaba. Hace dos días le envié los avances a Josh, el director de la película, y él está encantado con el hecho de que me esté concentrando tanto por darle a los espectadores mucho del libro.
Josh es un tipo fantástico y he tenido la oportunidad de hablar con él personalmente en dos ocasiones. Es un joven apuesto, solo cuatro años mayor a mí. Un hombre fantástico y sencillo, sobre todo caballeroso. Pero ni todas esas cualidades logran crear en mi algún sentimiento.
Él me había invitado a salir, en plan de cita hace una semana, y a pesar de que mi plan era olvidarme de aquella ojiverde, se me hacía imposible aceptar salir con él. Simplemente no podía. Además, trabajaríamos juntos y sinceramente no quería terminar en malos términos, así que simplemente le mentí, alegando que tenía una reunión importante, cuando la verdad era que me había quedado toda la noche junto a mi hija, haciendo una maratón de Harry Potter.
Estábamos a mediados de octubre ahora, el tiempo pasaba rápidamente y pronto llegarían los dieciséis de Hailee, lo que significaba la inminente llegada de Drew.
Andrew me había enviado un par de fotos de los vehículos que había visto para Hailee, él quería mi opinión, como siempre cuando se trataba de nuestra hija. Andrew nunca tomaba una decisión sin antes consultármelo, incluso si él pagaba los gastos.
Todas las imágenes, mostraban preciosos vehículos, él no había pensado en nada enorme, pues sabía que sería demasiado para una adolescente, y era mejor que tuviera un pequeño pero moderno y lindo auto. Así que finalmente nos decidimos por un lindo Camaro descapotable, en color plateado. Sabíamos perfectamente, que Hailee lo amaría.
Por otra parte, Hailee ya se había inscrito para recibir su licencia, por lo que en una semana haría la prueba. Me comentaba en las cenas, que Lauren le ayudaba y cada vez que salían, le prestaba el auto un momento, para que empezase a acostumbrarse a manejar en la carretera.
Me parecía bien que aquella chica se preocupase por ayudar a mi hija, y esperaba que lo hiciese por que apreciaba a Hailee y no por querer quedar bien conmigo. Aunque Hailee decía que Lauren se portó bien con ella desde el primer momento que se conocieron, y en ese entonces ella no sabía que yo era la madre de Hailee. Así que dudaba que se tratase por eso, y que realmente lo hacía, porque Haiz le importaba.
—Mamá. —Hailee apareció en la puerta de mi despacho, media dormida. Suspiré y revisé la hora en la pantalla de mi computadora. Iban a dar las cuatro
de la mañana. Agradecía que el día siguiente fuera domingo y pudiera dormir hasta tarde.
— ¿Qué sucede cariño? —pregunté, sacándome los lentes.
—Mira la hora, mamá. Ve a dormir. —me pidió, entrando en el despacho.
—Lo siento cariño, ya iré a dormir. Déjame guardar los archivos. —respondí, empezando a guardar los archivos con los cambios que había hecho. —Josh ha aprobado lo que le envié hasta el momento, y aun me falta terminar.
—Lo bueno es que has avanzado mucho. —dijo ella, sentándose en el mueble. —Sí, ya no me falta tanto. Voy más de la mitad del libro. —sonreí, cerrando mi
portátil y dejando marcada la página en la que me había quedado.
—Si...—suspiró. —Mamá, Josh es un hombre genial ¿no crees? —dijo, mientras yo acomodaba las cosas en mi escritorio.
—Sí, es un hombre genial. —asentí, tratando de entender a qué se refería. —Y es atractivo. —asintió, sonriéndome.
Suspiré y reí bajito, al entender lo que trataba de decirme.
—Claro que es atractivo, Haiz. Pero por favor, no intentes querer metérmelo a los ojos. Ya salimos varias veces, como amigos, y siento que se debe quedar así... créeme cariño, Josh es un buen hombre y realmente no quiero arruinar la amistad que tenemos.
—Está bien, lo entiendo... ahora, vamos a dormir. —suspiró ella, levantándose del sillón y caminando hasta mí, abrazándome. —Yo solo quiero que tú seas feliz, sin importar nada. —dijo, dejando un beso en mi mejilla y abrazándose a mi brazo, mientras caminábamos fuera del despacho.
—Lo sé, y lo aprecio. Pero realmente lo único que ahora necesito, está aquí conmigo. —dije, dejando un beso en su cabeza.
—Te quiero mucho, mami. —Y yo a ti, mi pequeña.
Lauren's POV
El vivir tan cerca de esa mujer, y no poder acercarme me estaba matando. Llevaba casi un mes y medio sin verla, y las veces que pasaba con Hailee –que eran casi todos los días– aprovechaba para saber algo más de ella.
Hailee era una chica estupenda y se había convertido en mi mejor amiga. Después de todo pasábamos mucho tiempo juntas y siempre nos contábamos cosas. Se había vuelto en mi confidente, pero, sin embargo, estaba segura que jamás sería capaz de contarle lo que me sucedía con su madre.
Hace dos días me contó lo emocionada que estaba debido a que su cumpleaños se acercaba y su padre pronto estaría aquí. Además de que su madre le había contado que ya tenían elegido el auto que le regalarían en su dieciséis. Ella había hecho la prueba hace una semana, y al fin tenía su carnet de conducir, ahora solo esperaba tener su auto.
También me contaba cosas de su madre, sobre todo acerca de cómo iba el guion para la película, que, por cierto, aun no se había informado a los fans, por lo cual me sentía orgullosa de saberlo incluso antes que los demás.
Pero lo que me había molestado, fue la cara de desilusión de Hailee cuando me contó que había planeado que su madre saliera con Josh, el supuesto director de la película, y que claramente, Camila no había aceptado.
Octubre estaba por acabarse, y yo no podía dejar de pensar en aquella mujer. No podía dejar de pensar en cómo la última vez que nos vimos, pude sentir con su mirada, el deseo latente entre nuestros cuerpos. Kendall era estupenda y yo no quería hacerle daño, pero simplemente yo no podía dejar que algún idiota tratase de conquistar a Camila. La sangre me hervía de solo pensarla en los brazos de alguien más.
Estaba claro que ella me estaba evitando, pero yo simplemente no podía siquiera pensar en que ella lo hiciera, me dolía en el pecho tan solo imaginarla evitando toparse conmigo.
Le había robado el número de su madre a Hailee hace un par de días, pues me había rendido en esperar alguna llamada suya, y debía respetarlo si ella no lo quería. Pero mataba la espera y me consumía la ansiedad por tenerla entre mis brazos y hacerla mía.
Normalmente, Camila llegaba a las cinco o más tardar, seis de la tarde a su casa del trabajo. Pero hoy ella llego antes, iban a dar las tres de la tarde cuando pasé por su casa y vi el auto de la mujer mayor estacionado. Hailee se había quedado en el instituto con los demás, incluso Kendall y mis primas estaban allá, pero yo había decidido regresar pues este día nos cancelaron la última clase y no me encontraba con los ánimos de acompañar a los chicos.
Ellas habían decidido esperar un rato más a un par de amigos, para después irse a los bolos en la camioneta de Niall, uno de nuestros amigos de último año.
Cuando llegué a casa, muchos pensamientos rondaban mi cabeza, no sabía si hacerlo o no. Los chicos llegarían tarde y Camila se encontraba sola en su casa. Sabía que esto era jugar con fuego, pero si esa morena era el fuego, no me importaba quemarme con ella.
Así que, tomando una decisión, me duché rápidamente, quitándome el sudor después de haber hecho ejercicio en educación física. Me vestí con unos sencillos jeans negros, una camiseta blanca con cuello en v. Me puse una beisbolera sobre la camiseta, mis zapatos, y salí de casa, sin decirle nada a nadie.
Sabía que no era correcto hacer esto, pero me moría de ganas por verla. Necesitaba verla.
Cuando llegué a la puerta, pude escuchar en el interior risas y varias voces. Parece que no estaba tan sola como pensaba.
Las dudas me atormentaron, aún tenía tiempo para dar media vuelta e irme a mi casa, y eso fue lo que hice. El miedo se había apoderado de mí, al escuchar las voces en el interior de la casa. Para mi suerte se escuchaban mujeres, pero una voz entre ellas sobresalió, era la de un hombre.
Más tarde en la noche supe que se trataban de los viejos amigos de Camila, y su hermano, gracias a que Hailee me comentó que se encontraba feliz por la llegada de ellos, y que estarían el fin de semana en su casa.
Suspiré tranquila al saber que no se trataba de ese tal Josh.
Camila's POV
En menos de un parpadeo nos encontrábamos iniciando diciembre y con ello, el cumpleaños de Hailee acercándose. Ella se encontraba emocionada, pues en esa semana llegarían Andrew junto a Nina y el pequeño Jake.
En todo este tiempo, vi a Lauren un par de veces. Su semblante al verme brillaba de emoción, y sabia, era el reflejo de mi rostro. Ella no evitaba recorrerme el cuerpo con la mirada, y yo no me quedaba atrás, siempre encontraba la forma de dejarme sin aliento, principalmente, cuando me miraba fijamente a los ojos, con aquellos penetrantes ojos verdes.
Dinah seguía siendo la única en saber mi situación, y me hacía feliz que respetara mi decisión de mantenerme alejada de aquella chica, pero tampoco dudó un segundo en recordarme que sin importar nada, para ella mi felicidad era lo que importaba. Y ella sabía que la ojiverde, sería esa felicidad y compañía que tanto he anhelado y buscado.
Pero sinceramente, lo único que me importaba en estos momentos, era que todo saliese bien en la fiesta de cumpleaños de mi pequeña. Andrew me había comentado que enviaría su jet privado a recoger a todos los amigos invitados de Hailee a la fiesta, pues esta se haría en Miami, donde estaban todos nuestros familiares.
Yo me había tomado la molestia de hablar con todos y cada uno de los padres de los amigos de Haiz y asegurarles que ellos estarían bien, pues nos encargaríamos de llevarlos y traerlos de vuelta. Además de que Hailee quería disfrutar junto a sus amigos en la playa, y era una buena oportunidad, después de todo, estarían un fin de semana entero.
Lauren había sido la primera en afirmar que iría, junto a sus hermanos, pues sin dudar, Megan y Patrick estaban invitados. También iría Kendall, y aunque tratase de odiarla, era imposible. Aquella chica era un amor de persona y se llevaba muy bien con mi hija, simplemente no podía, y odiaba el no poder odiarla.
Ahora me encontraba sola en casa. Hailee había salido de compras junto a varias de sus amigas, por lo cual decidí continuar con mi trabajo. El guion estaba casi listo y eso me hacía feliz, sobre todo porque lo terminaría con mucho tiempo de anticipación y tendría tiempo disponible para mí.
De los preparativos para la fiesta, se estaba haciendo cargo la madre de Andrew, como siempre, junto a mi madre, lo cual era estupendo, pues me daban tiempo de continuar con mis ocupaciones.
Estuve aproximadamente unas tres horas, encerrada en mi despacho, cuando el timbre resonó por toda la casa. Fruncí el ceño mientras me ponía de pie. No sabía de quien podría tratarse, pues sinceramente no esperaba a nadie.
Arreglé mejor mi ropa y mi cabello, y salí de mi despacho.
El aire se quedó atorado en mi garganta al ver de quien se trataba, mis piernas se sintieron débiles y mi cuerpo se encendió bajo su mirada, como siempre que aquellos ojos verdes me escaneaban.
—Hailee no está. —fue lo único que pude articular, y me sentí estúpida al escuchar su risa.
—No la busco a ella. —dijo seriamente, sin dejar de ver mis piernas.
Sus ojos se encontraron con los míos, ella sonreía mientras se mordía el labio y yo simplemente no pensé.
En menos de un minuto, Lauren había entrado en mi casa y me había tomado de la cintura, pegándome a la puerta y cerrándola con la acción. Sus manos bajaron hasta mi trasero y apretó levemente mis nalgas, provocando que un gemido se escapara de mis labios.
—No sabe cuánto la deseo, señora Cabello. —suspiró, acariciando mi cuello con su nariz.
Me sentía débil bajo su tacto, y en ese momento en lo único que pensaba era en que se deshiciera de mi ropa y me hiciera suya.
—Usted es tan malditamente hermosa...—susurró, empezando a dejar besos en mi cuello. —Me muero por hacerle el amor... tenerla debajo de mí, pidiendo que la haga mía...—sus palabras se clavaban en mi mente, mi excitación creciendo con cada cosa que salía de su boca. Podía sentir lo mojada que estaba, y nunca antes me había sentido de esta manera.
— ¿Qué es lo que quieres, Lauren? —logré decir. Mis manos apretando sus hombros.
—La quiero a usted. —suspiro, besando mi mejilla. —Y sé que usted, también lo quiere. —dijo, completamente segura de sus palabras.
—Esto es un error... tu eres muy joven para mí, tienes la edad de mi hija... eres la mejor amiga de mi hija...—dije, tratando de darle una excusa para que parase, porque si ella continuaba, yo simplemente me iba a dejar llevar.
—No es un error, mi amor... nunca es un error amar. —asintió, mirándome a los ojos.
—No sabes lo que dices... tienes una novia...
— ¡Pero no la amo! —me interrumpió, sus manos bajando para colarse dentro de mi vestido y tocar mi piel desnuda.
—Pero ella es una joven hermosa, igual que tú...—repliqué. —Yo no soy para ti, Lauren...
—Créame, esa es una vil mentira que se repite para tratar de convencerse... yo sé que usted también lo desea... vamos Camila, déjese llevar...—dijo, tomando mi labio inferior entre los suyos, desarmándome por completo.
Lauren levantó mi pierna derecha y me hizo rodear su cintura con ella, mientras su cuerpo se pegaba más al mío. Nunca antes había estado así de excitada. Ningún hombre había logrado hacerme sentir de esta manera, y ella con unas simples palabras me tenía a su merced.
Ella tenía razón, yo también la deseaba, y simplemente no podía luchar. Así que me deje llevar. Apreté levemente sus hombros, acercando su rostro al mío y por primera vez nuestros labios se tocaron... esto se sentía realmente bien, aunque no lo fuera.
Sus manos apretaron mis nalgas, levantándome y logrando que rodeara su cintura, rápidamente la ojiverde nos llevó al sofá, sin dejar de besarnos. Luchamos con nuestras ropas, hasta quedar completamente desnudas. Ella sobre mí, besando y acariciando mi cuerpo, y yo gimiendo sin parar...
— ¡Mamá! —la voz de Hailee me sobresaltó.
Rápidamente abrí los ojos, dándome cuenta de que aún me encontraba en mi despacho y me había quedado dormida. Había sido simplemente un sueño, un sueño demasiado real.
—Acabo de llegar y vine a buscarte...—dijo, acercándose a mi escritorio. —Lo siento, estoy muy cansada. —suspiré, levantándome de mi silla.
—Lo noté. —ella rio. —Son las ocho ¿comiste algo? Yo comí una pizza con los chicos y estoy llena... si quieres te preparo algo mientras tomas una ducha. —me sonrió y yo simplemente asentí, aceptando su oferta.
—Gracias cariño. —dije, arreglando mi escritorio. Ella se encogió de hombros.
— ¿Qué te gustaría cenar? —me preguntó, antes de salir.
—No te preocupes, prepárame un sándwich de pollo... ¡No espera! Mejor cuatro. —respondí, saliendo del despacho junto a ella.
Hailee negó y me sonrió. —Está bien, ve a ducharte. —Gracias. —suspiré.
Hailee asintió y se fue a la cocina. Yo suspiré nuevamente y fui a mi habitación. Necesitaba esa ducha con agua helada después del sueño que había tenido. Eso realmente había estado mal, pero se sintió tan bien. Aunque no fuera real.
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