Cuando Noelia dejó las copas en la isla de la cocina y fue a darse la vuelta, se topó con Aitana y su cuerpo se paralizó. No se esperaba para nada tener tan cerca a la abogada. 

-Aitana…

-Noelia, perdona, no quise asustarte. Sólo vine porque…

-Tranquila, estoy bien. Por qué has venido si se puede saber. 

-Me preguntaba si…Si puedo besarte. 

Noelia palideció. Joder, la quería besar, pero ahora le entró el miedo. ¿Y si Aitana solo quería probar con ella?¿Y si la besaba y luego no le gustaba el beso? Siempre había confiado en sí misma pero ahora le entró un miedo irracional. Aitana le gustaba demasiado y le daba pavor que ésta acabara rechazándola y marchándose de su casa.

-Aitana, ¿estás segura que quieres hacerlo? quizás solo quieras probar qué se siente besar a una mujer.- le preguntó Noelia con las pupilas totalmente dilatadas. El azul de sus ojos se había tornado completamente negro, y Aitana se dio cuenta de ello.  

-Noelia, llevo desde que he llegado a tu casa deseando besarte. Y sí, es la primera vez que deseo besar a una mujer. Pero es que nunca antes me había pasado algo igual, ni con un hombre. Lo que tú despiertas en mí nadie lo había despertado antes. A decir verdad me muero por probar tus labios…

Noelia se acercó titubeante a Aitana, poniendo sus manos alrededor de la cintura de ésta. Las dos mujeres se estremecieron con tanta proximidad. En realidad las dos lo estaban deseando. Por mucho que lo negaran, se morían de ganas por estar juntas. Por descubrirse una a la otra y por ver cómo se iban a fusionar ambos cuerpos, desnudos. 

Fue Aitana la que acercó sus implacables labios a los de Noelia, dejando a ésta completamente aturdida. No se esperaba que Aitana fuera finalmente la que llevara la iniciativa, y eso significaba que en realidad Aitana sí debía de morirse de ganas por besarla como le había dicho. Joder, iba a vivir un momento muy especial y no estaba preparada para ello. Pero debía dejarse llevar y disfrutarlo. 

Como Noelia no era capaz de moverse, Aitana pasó su lengua por los labios de Noelia, dejándola completamente sorprendida y a punto de desmoronarse. El corazón de Noelia estaba desbocado y parecía que se le iba a salir del pecho. 

Aitana necesitaba acercarse todo lo posible a Noelia, y es lo que hizo, sintiendo los pechos de ésta chafarse con los suyos, y esa sensación le encantó.  De hecho su intimidad comenzó a palpitar y a humedecerse a la par. Era una sensación embriagadora. 

Ahora sí, Noelia fue capaz de devolverle el beso a Aitana con un deseo y una pasión incontenible. Y Aitana no se creía lo que estaba viviendo y sintiendo gracias a los únicos e increíbles labios de Noelia. 

Las dos mujeres se besaron con ganas, con pasión, con un deseo totalmente nuevo para las dos. No querían separarse y necesitaban dejarse llevar. Noelia llevó suavemente a Aitana hacia la isla de la cocina, apoyándola en ella con cuidado, mientras no dejaba de besarla y abrazarla. 

Aitana nunca antes había estado tan excitada como en ese momento. Era algo increíble. Noelia pasó sus manos de la cintura de Aitana a sus nalgas, apretando el cuerpo de la mujer contra el suyo. Quería sentir la intimidad de Aitana pegada a la suya. Las dos mujeres comenzaron a gemir. 

Noelia introdujo su mano por la abertura de la falda de la mujer, comenzando a acariciar su muslo de forma delicada. Hasta que decidió subirle la falda. Aitana tenía unos muslos muy bien formados y tonificados. Y eso aún prendió más a Noelia. 

-Aitana ¿estás segura que quieres seguir?- le preguntó Noelia con la voz completamente ronca. 

-Noelia, como pares soy capaz de matarte. En la vida me había mojado tanto como hasta ahora. Necesito sentirte desnuda. 

La cabeza de Noelia le daba vueltas por el descomunal deseo que sentía por Aitana. Ella misma no quería dejar de besar y de tocar a la otra mujer. 

-Joder Aitana, no pensaba que fueras tan directa, pasional y tan provocadora.

-Yo tampoco, Noelia, pero es lo que despiertas en mí. 

Las dos siguieron a lo suyo, parando el tiempo en ese beso y en esa pasión tan desmedida que las tenía atrapadas a ambas. 

Noelia llevó la palma de su mano al interior del muslo de Aitana. Ésta perdió directamente la noción del tiempo al sentir la mano de la otra mujer acercarse a sus bragas de encaje. Los gemidos de Aitana se volvieron más vivos y más potentes, dejando a Noelia maravillada. A ésta no le quedaba ya mucho para tener el mejor orgasmo de su vida, sin necesidad de que Aitana la tocara.

Aitana se encontraba tan desatada que cogió por la muñeca a Noelia y llevó la mano de ésta a sus bragas. Noelia, mientras seguía besándola, no pudo evitar sonreír. 

-Abre las piernas, Aitana…

Aitana obedeció al segundo de que Noelia se lo pidiera. Mientras Noelia acariciaba los genitales sobre las bragas empapadas de Aitana, con la otra mano le desabrochó la blusa y se la retiró. A Aitana le sorprendió lo experimentada que era Noelia, y le hizo pensar en lo mucho que iba a disfrutar al lado de esa mujer. 

Noelia dejó de besar a Aitana quedándose embelesada cuando vio los pechos de la mujer tan bien puestos. 

Aitana no se quiso quedar atrás e hizo lo mismo con Noelia, pero con algo más de torpeza a la hora de quitarle el vestido a la abogada. Cuando por fin consiguió quitárselo, quedando Noelia en ropa interior, Aitana aún se mojó más. 

Con ello, Noelia decidió retirarle las bragas a Aitana y sus ojos se abrieron como platos cuando vio las bragas tan mojadas y la intimidad de la mujer también empapada. Si eso iba a ser siempre que intimara con Aitana, estaba deseosa de intimar diariamente.

Noelia cogió de las caderas a Aitana y pegó el cuerpo de la mujer al suyo. Ella tenía también las bragas bien mojadas, estaban las dos mujeres como dos adolescentes haciendo el amor por primera vez con la persona que ellas amaban. Menos mal que el tiempo parecía que se había parado para las dos, y así podían recrearse con lo que estaban viviendo juntas. 

Sin dejar de besarse mientras ambas lenguas jugaban la una con la otra en el interior de las bocas de cada una, Noelia manejaba el cuerpo de Aitana a su antojo agarrándola con suavidad de las caderas. 

A Aitana ya le quedaba poco para llegar al clímax, y Noelia lo sabía, por lo que dirigió sus dedos a los labios de la mujer y comenzó a tocarlos con una agilidad pasmosa. Aitana pasó de los intensos gemidos a los gritos directamente, hasta que Noelia le introdujo dos dedos en su interior y Aitana terminó por descontrolarse completamente y se corrió con los dedos de Noelia moviéndose dentro de ella. Noelia, con lo que había vivido en ese instante, consiguió también tener un maravilloso orgasmo. 

Cuando las dos mujeres recuperaron la respiración, a Aitana solo se le ocurrió abrazar a Noelia, y a ésta le entraron las ganas de llorar. Nunca antes una mujer la había abrazado después de intimar con ella, por lo que se quedó totalmente descolocada. Pero aunque le costó reaccionar al abrazo de Aitana, ella le devolvió el esperado abrazo y Aitana por fin se relajó entre los brazos de Noelia. 

Estuvieron así unos largos minutos. Ninguna de las dos quería separarse de la otra. Aitana no se quería ir y Noelia deseaba con toda su alma que la abogada se quedara a dormir con ella.  Por lo que dejó sus miedos a un lado y se atrevió a preguntarle:

-Aitana…Yo…¿Te quieres ir ya?

-¿Qué? Noelia, no me quiero ir, pero ni ahora ni nunca. Acabo de vivir el mejor momento de mi vida contigo. Eres una mujer excepcional, y si me lo permites, quiero seguir conociéndote. Y ahora mismo me gustaría quedarme contigo, pero entiendo que cuando íntimas con alguien luego cada una a su casa. Así que tranquila, que si así lo deseas me iré. 

Los ojos de Noelia se humedecieron. Era la primera vez que la otra persona quería quedarse con ella. La abogada pensaba que cuando tenía relaciones sexuales con alguien, luego cada una iba a lo suyo. Para ella era completamente nuevo que Aitana quisiera quedarse a dormir con ella, pero tenía que reconocer que quería exactamente lo mismo que Aitana. Ésta era muy especial para ella y estaba viviendo un sueño al lado de esa increíble y maravillosa mujer. 

-Entonces queremos las dos lo mismo, Aitana. Nunca antes había querido que alguien se quedara en mi casa a dormir conmigo. Pero es que contigo es todo muy diferente. No es que quiera que te quedes, es que creo que lo necesito, Aitana. Bendita la hora que el padre de Bianca me dio trabajo en el bufete. 

Las dos mujeres estaban entusiasmadas y felices de cómo estaba yendo la noche. Disfrutaban mucho juntas y parecía que se llevaban muy bien. Noelia cogió de la mano a Aitana y la llevó directamente a su habitación. Seguía igual de excitada que antes y quería hacer el amor con ella en la cama. Aitana no se iba a negar, al contrario, estaba igual o con más ganas que Noelia de acostarse juntas. Nunca pensó que fuera multiorgásmica pero esa misma noche iba a conocer a una Aitana totalmente desconocida, descubriendo una parte de sí misma que la fascinaba, porque tenía ganas de hacer el amor con Noelia de muchas maneras diferentes y además quería emplear toda la noche en hacerlo con la abogada.  

Esa noche las dos mujeres se amaron con unas ansías y una necesidad imperiosa por parte de ambas. Y lo mejor vino cuando se quedaron dormidas abrazadas y desnudas, con medio cuerpo de Aitana sobre una Noelia sumamente relajada y feliz.