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Capítulo 89. La conversación de Diana y Pamela.

Cuando Pamela llegó a la cafetería, Diana ya estaba esperándola. La joven estudió el rostro de Diana para ver si estaba enfadada o mostraba algún otro tipo de sentimiento. Y a decir verdad, Diana parecía que estaba normal. Eso era buena señal. 

-Hola Diana, ¿cómo estás? ¿a qué se debe el que hayamos quedado?se me hizo raro que quisieras quedar conmigo y no con Valeria. 

-Hola Pamela. Sí, quería hablar contigo de algo que nos atañe a las dos. Siéntate por favor. ¿Qué quieres tomar?

Pamela pidió una Cocacola y se sentó. Cuando Diana llegó con las bebidas, también se sentó y fue directa al grano.

-Verás, Pamela, me gustaría hablar contigo de Valeria y de mi madre. 

-Bien, ¿qué quieres saber?

-Mi madre y tu hermana, se llevan muy bien, ¿verdad?- Diana intentó tantear a Pamela. 

-Diana, vamos, ¿quieres saber si tienen algo? -La joven prefirió ir más directa que Diana. 

-Vaya, sí eres directa, Pam. Joven pero con las cosas muy claras. Así me gusta. Y sí, eso mismo quiero saber. 

-¿Por qué lo preguntas?¿las has visto juntas?

-No, no las he visto, pero si tú me has preguntado eso, es porque me lo confirmas, que sí han tenido algo, ¿no? Es muy obvio, Valeria, sólo que yo mantuve siempre los ojos muy cerrados. Por eso no me di cuenta de nada.

-Diana, sí han tenido algo. Pero, eso deberían ser ellas las que te lo digan, no yo. Sería mejor que hablaras con ellas.

-Sí, estoy contigo. Pero ellas no sé cuándo me lo van a decir. Imagino que no es fácil decirlo por parte de ninguna de ellas. Aunque a decir verdad, me hubiera gustado que hubieran confiado en mí. Y ninguna de las dos me lo ha dicho. 

-No, no es fácil Diana, ninguna de las dos quiere hacerte daño. Por lo que yo sé, a mi hermana le pesó que fueras hija de Bianca. Pero sabes, nada más vio a tu madre, sintió algo por ella. Debió ser un flechazo. Y luego el ir viéndola en tu casa, todas las tardes, ayudó mucho para que poco a poco se fuera enamorando de ella. Pero tu sombra y tú siempre habéis estado ahí, siempre han pensado en ti a la hora de hacer o dejar de hacer cosas. Si por ellas fueran, llevarían ya tiempo juntas. Es lo que me consta, Diana. 

-Sí, en el momento que se han estado ocultando de mí, eso quiere decir que no se han dejado llevar por lo que han sentido y me han respetado. Aunque imagino que en más de una ocasión lo habrán disfrutado en casa. Sabes, cuando Valeria vino una tarde a bañarse a mi casa y vio a mi madre en ropa de baño, me di cuenta que se sentía atraída por ella. Aunque no quise darle importancia porque para una chica lesbiana sé que mi madre está de muy buen ver, a pesar de que es bastante mayor que ella. 

-Lo sé, Diana. Mi hermana está muy enamorada de Bianca, y lo ha pasado mal todo este tiempo por no querer hacerte a ti daño. Y la edad, a  ellas no les importa la diferencia de edad. Sólo les importa lo que puedas pensar tú. Porque yo acepté los sentimientos de mi hermana en el minuto uno. Quiero verla feliz, se lo merece. Y en mi opinión tu madre es una mujer que vale su peso en oro. A mí me encanta. Además de todo lo que nos ha ayudado. Es una buena mujer. Entonces, ¿qué piensas al respecto?

-¿Qué pienso? Pues, pienso lo mismo que tú. Tu hermana me encanta para mi madre, porque todo este tiempo la he visto más feliz que nunca. La he visto muy ilusionada. No sabía el motivo de dicha felicidad pero ahora sé que era Valeria. Sabes, desde que empezó a venir tu hermana a mi casa por las tardes, mi madre comenzó a salir antes del trabajo, y no la culpo, Valeria siempre me ha gustado, Pamela. Entonces entiendo que a mi madre le haya gustado tanto como para enamorarse de ella. Es una chica guapísima, fuerte, madura y muy luchadora. Así que puedo entender a mi madre, a pesar de la diferencia de edad que hay entre ellas. Y ahora que me lo has confirmado, tienes que ayudarme a que tengan un encuentro. ¿Qué te parece?

Pamela no se lo podía creer. A Diana le parecía bien la relación de su madre con su hermana. Era algo increíble, si su hermana y Bianca tenían vía libre para dejarse llevar por lo que ambas sentían. La espera había merecido la pena y ahora por fin esas dos mujeres podrían dar rienda suelta a sus sentimientos. Sólo esperaba que Valeria hablara con Bianca sobre lo que sabía de Camila. Seguro que entre las dos podrían ponerla en su sitio. Lo que no sabía era que Bianca ya estaba hablando con Camila, pero se iba a enterar por Diana de eso en ese mismo momento. 

-Por supuesto, Diana, cuenta conmigo. Estaré encantada de ayudarte. 

-No esperaba menos de ti. Sabes, mi madre recibió unas fotos de tu hermana en ropa interior. Se las ha debido de mandar Camila para alejar a mi madre de Valeria. Y bueno, mi madre no es tonta y estoy segura que nunca perdió la confianza en tu hermana, así que ha ido a confrontar a Camila ahora. Necesita saber la verdad. Y ahora que sé todo lo que sé, mi madre querrá limpiar el honor de Valeria. Ella confía ciegamente en tu hermana. Y si están enamoradas, no creo que mi madre pierda por cualquier cosa a tu hermana.

-Lo sé Diana. Y me alegro que tu madre tenga las cosas tan claras. Ya te he dicho que tu madre es una mujer increíble.

-Mi madre nunca se ha enamorado, Pamela. Ella ha tenido sus rollos pero siempre ha estado sola. Y ahora si es feliz con tu hermana, removerá cielo y tierra para estar con ella. Mi madre es así. 

-Joder, ya tengo ganas de saber qué ha hablado con Camila. Esta mañana vi a Valeria mal, ella también sabía la existencia de esas fotos, como también me comentó que tu madre las había visto. Así que estaba muy desmoralizada porque pensaba que había perdido a tu madre. Se va a llevar una grata sorpresa cuando sepa que por fin todo ha salido a la luz y todo se va a poner en su sitio. 

-Sí, por eso tenemos que hacer que se vean. Tú llama a tu hermana y yo llamaré a mi madre. Veremos qué sale de ahí. 

Tanto Diana como Pamela estaban dispuestas a que Valeria y Bianca dejaran de esconderse y mostraran su amor delante de todo el mundo. Las dos querían verlas felices, porque se lo merecían, y para eso sabían que debían estar juntas. Sólo esperaban que la conversación que iba a tener Bianca con Camila saliera como ellas creían que iba a salir. Y si todo salía bien, tendrían que celebrar, por fin, que Camila y Pablo ya no iban a hacer más de las suyas y el acoso de ambos iba a quedar en algo para olvidar completamente. 

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