Capítulo 86. Noelia y Aitana.
Mientras, en el pub, Aitana seguía hablando con Carlos animadamente. Pero cuando Bianca se fue, divisó a unos metros a Noelia, sola en la barra. La abogada reconocía que Noelia era una mujer muy atractiva y Bianca tenía que amar mucho a Valeria para no haber caído en la tentación de acostarse con esa preciosa mujer.
De repente, mientras no dejaba de mirarla, se topó con la mirada curiosa de Noelia sobre ella, y viendo cómo ésta la estaba mirando, Aitana se ruborizó al instante. Sin saber por qué, y mientras hablaba con Carlos, sintió como se puso nerviosa sin poder controlarlo. Y todo por sentir la preciosa mirada de Noelia puesta en ella intensamente. Joder, ésto era algo completamente nuevo para ella. Estaba hablando con un apuesto e interesante hombre pero su cuerpo estaba reaccionando a unos preciosos ojos de mujer que no dejaban de mirarla. Aitana no entendía nada. Solo que pensaba seguir hablando con Carlos y dejar de mirar a Noelia, porque no le quedaba nada para perder completamente la compostura, y al final Carlos se iba a acabar dando cuenta de todo.
Igualmente Noelia se topó con la mirada escrutadora de Aitana y no pudo dejar de mirarla también. La amiga de su jefa era una mujer muy guapa. Y si no tenía nada qué hacer con Bianca, quizás podría intentar algo con Aitana. Pero tenía una pequeña pega, la mujer estaba hablando con Carlos y eso quería decir que estaba a gusto con él.
Aitana, a pesar de estar pasando un buen rato con Carlos hablando, y sin saber por qué, decidió dirigirse a la barra a pedir otra copa. Y no se le ocurrió otra cosa que ir a la parte de la barra donde estaba Noelia. Cuando ésta vio que la mujer se acercaba a ella, sólo pudo sonreír. Pensaba que la noche se había ido a la mierda cuando la había rechazado Bianca, pero de repente habían cambiado los acontecimientos en un abrir y cerrar de ojos y sólo pudo alegrarse por dicho cambio. Ya había asimilado que su jefa no iba a tener nada con ella, así que ahora tenía que dejar de pensar en ella y volver a sentirse una mujer libre y aprovechar la oportunidad que tenía en ese momento con esa guapa mujer.
Cuando Aitana por fin se acercó a la barra, no midió bien la distancia y sin quererlo se acercó demasiado a Noelia, lo que le produjo un nerviosismo incontrolable.
Noelia se dio cuenta que la mujer, conforme se acercaba más a ella, iba muy segura de sí misma, o eso parecía, porque la realidad era bien distinta. Así que ni corta ni perezosa, cuando la tuvo pegada a ella, acercó su pierna al muslo de Aitana. Quería desestabilizarla, y lo consiguió con creces, pues Aitana directamente se bloqueó cuando sintió la rodilla de Noelia rozar su muslo.
Una vez ya en la barra, Aitana saludó a Noelia con una bonita y nerviosa sonrisa, mientras la rodilla de la mujer seguía tocándola sin miramiento alguno.
-Hola, Aitana, ¿Me dejarías invitarte a lo que te vas a tomar?
-Hola, Noelia, te dejaría pero tengo a alguien esperando por mí.
Noelia miró hacia donde estaba Carlos, y éste estaba hablando con otro abogado de la firma.
-Aitana, él puede esperar. A mi me gustaría invitarte a tomar una copa, y así puedo conversar un poco contigo. Sólo eso.
Aitana vio a Carlos hablando con un compañero, así que sí, el abogado podía esperar.
-Está bien. ¿Y de qué quieres hablar conmigo? Porque de Bianca no me apetece hablar.
-¿Quién te ha dicho que yo quiera hablar de ella? Sabes, con una mujer no se me ocurre hablar de otra mujer. Me gustaría hablar de ti, y de mí- le contestó Noelia de forma coqueta y sin dejar de mirarla a los preciosos ojos azules que tenía Aitana. Esa mujer ganaba en las distancias cortas, y mucho. Normal que Carlos se hubiera prendado de ella nada más verla. Lo que no entendía Noelia como una mujer así podía estar soltera.
-Está bien, invítame, y hablemos, de nosotras-Dijo Aitana sin ser consciente de lo que le había dicho. ¿Cómo podía ser posible que su estómago estuviera revuelto por tener a Noelia pegada a ella? Aitana se sentía como en una nube al estar coqueteando con la otra abogada, y eso a ella nunca antes le había pasado. Era la primera vez que sentía algo por otra mujer y tenía que reconocer que esa sensación de hormigueo en su estómago le encantaba. Cuando se lo dijera a Bianca seguro que ésta no se lo iba a creer. Y encima estaba así por Noelia, ni más ni menos.
Las dos mujeres estuvieron conversando durante una hora, y Aitana estuvo tan a gusto con Noelia que no se dio cuenta que había dejado de lado a Carlos. Además no paró de sonreír en toda la hora que estuvo hablando con la otra mujer. Y a ésta le había pasado exactamente igual que a Aitana. Sin darse cuenta de la hora, Aitana ya se tenía que ir pero todavía no quería dejar a Noelia. Quería seguir hablando con ella durante toda la noche si pudiera.
-Bueno Noelia, ha sido un placer pasar este rato tan agradable contigo, pero me tengo que ir ya- Le dijo Aitana a una Noelia contrariada, puesto que deseaba no separarse aún de la mujer.
-Vaya, Aitana, yo también lo he pasado muy bien contigo, y me preguntaba,¿Vives lejos de aquí? Porque me gustaría acompañarte, si me lo permites, y así seguir hablando un poco más contigo- Era la primera vez para Noelia que disfrutaba tanto de la compañía de otra mujer sin llegar a intimar con ella. No sabía lo que era disfrutar del tiempo simplemente hablando con otra mujer. Y tenía claro que sí ya disfrutaba solo con conversar con Aitana, seguro que si intimaba con ella tenía que ser algo maravilloso. Esa mujer le encantaba y quería seguir compartiendo más tiempo con ella.
Aitana no se lo podía creer. Estaba encantada de que Noelia la acompañara, y sólo pudo mostrarle a la mujer una preciosa y sincera sonrisa mientras le contestaba.
-Vivo a quince minutos de aquí andando. Con los taconazos que llevas no creo que estés dispuesta a acompañarme, aunque también existen los taxis.
-No me subestimes, claro que te acompaño, con tacones o sin ellos, puedo andar lo que sea por seguir hablando contigo. Además, estoy más que acostumbrada a los tacones. Por eso no te preocupes. Y no es necesario que corramos, ¿Verdad? Entonces, ¿nos vamos?
-Claro, ya estamos tardando- le contestó Aitana feliz de poder pasar más tiempo con Noelia.
A lo que las dos mujeres iban a salir del pub, Carlos se acercó a ellas.
-Perdonad, chicas, ¿Ya os vais? Aitana, te puedo acompañar si quieres.
-No te preocupes Carlos, Noelia y yo vivimos cerca, así que nos vamos juntas. Nos vemos en otro momento.-Le contestó Aitana al abogado. En ese momento no tenía ganas de que él la acompañara.
-Claro, nos vemos entonces. Que vaya bien, chicas- Dijo el abogado descontento. Noelia le había fastidiado el plan. Quería ser él el que acompañara a Aitana.
-Adios compañero, nos vemos en el bufete-Dijo Noelia con una sonrisa completamente triunfal.
Las dos mujeres salieron del local bien juntas y contentas. Estuvieron todo el camino riendo y haciéndose bromas mutuamente. Habían congeniado a la perfección. Cuando llegaron al portal de Aitana, había llegado el momento de despedirse, aunque ninguna de las dos quería que llegara ese momento.
-Bueno, Aitana, gracias por permitirme acompañarte. Me gustaría seguir conociéndote, si te parece bien.
-Claro, ¿Y por qué no vienes conmigo y te tomas algo en casa?-Preguntó Aitana con ganas de que Noelia le dijera que sí. No sabía cómo podía salir esa invitación, puesto que era la primera vez que invitaba a una mujer a su casa para lo que la había invitado, pero tenía ganas de descubrirlo. Se moría por dejarse llevar con Noelia.
-Creo que lo mejor es que me vaya, Aitana.
Aitana no se lo podía creer. Noelia había rechazado la invitación. No entendía nada y eso la entristeció y la enfadó por igual. Noelia se percató al momento de que a Aitana no le sentó nada bien que le hubiera dicho que no.
-Aitana, no quiero subir a tu casa porque acabo de descubrir a una mujer muy especial para mí, así que prefiero ir despacio contigo. Quiero conocerte de muchas maneras si tú me lo permites, y como eres diferente a las demás,me gustaría volver a verte e invitarte a cenar.
-¿En serio?¿A cenar? Bien, pero quiero que sepas que será la primera cita que tenga con una mujer. Así que no sé cómo puede salir esa cena.
-¿Y entonces te da miedo tenerla con una mujer?
-Para nada, de hecho me pica mucho la curiosidad por tener una cena contigo. Estoy segura que la voy a disfrutar mucho.
-¿Cenamos mañana?-Preguntó dudosa Noelia. Le daba miedo que Aitana le dijera que no.
-Me parece estupendo- le contestó Aitana encantada. Le dio su número de teléfono y ya se iba a despedir de Noelia cuando ésta acercó sus labios a la mejilla de Aitana y la besó suavemente, haciendo enmudecer a Aitana. Joder, lo que había sentido esa noche al lado de esa mujer la hizo sentirse más viva que nunca y se moría de ganas porque llegara la hora de cenar con Noelia.
Noelia se marchó dejando a Aitana atontada con el beso que le acababa de dar en la mejilla. Pero la abogada también se iba más que satisfecha y sintiéndose muy dichosa por haber conocido a Aitana. De repente estaba muy ilusionada. Nunca antes había vivido nada igual con otra mujer. Sabía que Aitana era diferente a las demás y por lo tanto quería ir muy despacio con ella y hacer las cosas muy distintas a como las solía hacer ella.
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