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Capítulo 83. Las consecuencias.

Bianca por fin apagó su portátil y se dirigió a los servicios para arreglarse el maquillaje que había llevado durante todo el día. Después de salir del bufete iría directamente al pub donde habían quedado los abogados para tomar unas copas. Pero a decir verdad no le apetecía nada juntarse con ellos. Bueno, ni con ellos ni con nadie. Necesitaba estar sola en su casa, porque no se sacaba de su cabeza las malditas fotos que había visto de Valeria. Si la joven supiera el daño que le había hecho verla en ropa interior durmiendo en la cama de otra mujer, no se hubiera quedado a dormir en esa maldita casa. Pero estaba claro que por algo se había quedado esa noche en casa de Eva y no se había ido con Diana y con ella. Por más que pensaba, no le cabía en la cabeza por qué Valeria había actuado así. Y a pesar de querer estar sola, sabía que en esos momentos era mejor estar acompañada para no estar todo el tiempo pensando en lo mismo.

Cuando iba a salir del servicio, recibió una llamada de Aitana. Ésta quería quedar con Bianca, así que la abogada le dijo que se uniera con ella y sus compañeros para tomar esas copas, y Aitana le pareció muy buena idea. La abogada no quería meterse lo que quedaba de tarde y noche en su casa. También llamó a Lola para que se uniera a ellas. Y ésta no tardó ni un segundo en decirle que sí.


En menos de media hora estaban las tres en el pub con el resto de compañeros de Bianca. También se encontraba Noelia, cómo no. Ésta no iba a desaprovechar la oportunidad que tenía de pasar tiempo fuera del trabajo con su jefa. Además la notó triste, y no lo entendía puesto que Carlos había ganado un caso bastante complicado el cual ya daban por perdido. Así que no era motivo para estar triste, al revés, su jefa tenía que estar contenta y celebrando ese triunfo.

Mientras tanto, Valeria salió corriendo de su casa hacia el trabajo. Esa noche no le apetecía nada trabajar, puesto que aún no había recibido un mensaje de Bianca y la joven estaba de los nervios y desmoralizada. Pero como ya no aguantaba más sin saber qué le pasaba a la abogada, tenía decidido escribirle cuando saliera del trabajo. Diana le había dicho que Bianca iba a salir a tomar algo por ahí entonces estaría aún despierta cuando ella acabara de trabajar. Y si tampoco le contestaba a ese mensaje, acabaría llamándola. Necesitaba saber por qué Bianca pasaba de ella.

En el pub, Bianca se acercó a la barra a pedir una bebida para sus amigas y para ella, mientras se acercó Carlos para decirles que él las iba a invitar. A Carlos le llamó la atención Aitana. No sabía que Bianca tuviera una amiga tan atractiva. Le encantaban las mujeres rubias de ojos azules y esa mujer era una preciosidad. Por lo menos para sus ojos.

-Por cierto, Bianca, podrías presentarme a tus amigas.

-Claro. ¿No habéis coincidido nunca en los juzgados? Ellas también son abogadas. Mira, ella es Lola y ella Aitana. Chicas, él es Carlos. Estamos ahora aquí principalmente por él. Él ganó el juicio que pensábamos que íbamos a perder.

-Vaya, no hemos debido de coincidir porque estoy seguro que me acordaría de ellas - solo le faltó decir que se acordaría principalmente de la rubia, porque se había quedado atontado mirándola. Y pareció que a Aitana también le llamó la atención el abogado.

Carlos saludó a las dos mujeres pero perdió más tiempo del debido cuando le tocó darle un beso en cada mejilla a Aitana. La mujer llevaba un perfume que a él le podía volver loco. Aitana estaba colorada. Nunca le había pasado algo igual pero ese hombre sí le había gustado, y mucho. Ahora se alegraba de haberle dicho que sí a Bianca para ir a ese pub. Además se fijó que él también la miraba fijamente y con una sonrisa que no podía borrar de su rostro. Eso era una buena señal.

Bianca se dio cuenta al momento de las miradas que se echaban Carlos y Aitana, por lo que cogió del brazo a Lola y les dijo a los abogados que ellas dos se iban a ir a bailar, dejándolos solos. Aitana no podía estar más feliz. Y estaba claro que su amiga la conocía a la perfección, por eso se había llevado a Lola de allí.

Cuando bailaban en la pista Lola y Bianca, Noelia no podía quitar la mirada de su jefa mientras estaba sola bebiendo en la barra. Esa mujer la ponía a mil por hora y verla bailar con su amiga era todo un deleite para sus preciosos ojos azules. Aunque Bianca por dentro estaba muy baja de moral, intentó que nadie se diera cuenta de cómo estaba en realidad, y se dejó llevar por la alegría del momento que reinaba en el lugar.

Bianca ya llevaba unas copas en su cuerpo cuando se dio cuenta que el alcohol estaba haciendo efecto en ella. Estaba más desinhibida de lo normal. Por lo que decidió soltarse la melena con Lola mientras bailaban bien juntas. Las dos comenzaron a cantar la canción que estaba sonando en ese mismo momento y que además justo hablaba de desamor, lo que le faltaba a Bianca.

Cuando más animada estaba la abogada, se acercó Noelia a Lola para pedirle que la dejara bailar con Bianca, y cómo no, ésta no se negó. Aunque se quedó algo sorprendida. No se esperaba que Noelia quisiera bailar con ella, pero estando como estaba, no le importó en lo más absoluto.

Noelia posó sus manos por la cintura de Bianca e intentó guiarla a su ritmo. La abogada no bailaba nada mal y Bianca sólo se dejó llevar. A esas alturas ya estaba algo perjudicada por el alcohol, y mejor así, con ello no tendría la cabeza en un maldito restaurante llamado Itziar, y más concretamente centrada completamente en una de sus camareras.

Noelia pegó su cuerpo al de Bianca y pareció que a ésta no le importó. Estaban las dos mujeres una pegada a la otra, tanto que Noelia notó los exuberantes pechos de su jefa pegados a los suyos. Noelia ya estaba cachonda. Así que sin importarle quien las estaba mirando, acercó sus inquietos y húmedos labios a los de Bianca. Ésta sólo cerró los ojos cuando sintió a Noelia besarla. La lengua de la abogada se introdujo sensualmente entre los labios de Bianca, y a ésta se le escapó un pequeño gemido que excitó más si cabía a Noelia. Pero esa sensación de hormigueo en Bianca duró bien poco, porque cuando ésta se dio cuenta que la que la estaba besando no era Valeria, se separó del sopetón de Noelia y se dirigió corriendo a los servicios del pub. No pudo evitarlo y se le escapó alguna lágrima por el camino. Aitana se dio cuenta de todo lo que acababa de pasar, por lo que dejó un momento a Carlos y se dirigió rápidamente a los servicios yendo detrás de su amiga.

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