Capítulo 79. El cumpleaños de Eva.
El jueves llegó. La semana había pasado más o menos rápida.
Estaban desayunando Bianca y Diana juntas, cuando Diana le comentó a su madre que esa noche iba a salir por ahí con sus amigas.
-Mamá, hoy es el cumpleaños de Eva y quiere celebrarlo cenando y luego tomando algo por ahí.
Bianca se tensó. Camila no le gustaba para su hija y menos todavía para Valeria. Sabía que a esa chica le gustaba Valeria, pero tenía claro lo que la joven y ella tenían, y Camila no tenía nada que hacer con Valeria estando ella con la joven. Bianca confiaba mucho en sí misma y Camila no le llegaba ni a la suela de los zapatos.
-Ah, bueno, seguro que lo pasáis bien, hija.
-Bueno mamá, si te soy sincera, vamos por obligación. Porque es el cumpleaños de Eva, si no ni Valeria ni yo iríamos. Sabes, a Camila le gusta mucho Valeria. Yo creo que está obsesionada con ella, aunque Valeria no me cuenta mucho.
-Pero, a Valeria no le gusta Camila, ¿No?
-No mamá, Valeria sí me ha reconocido que Camila es muy guapa y está muy bien, pero no. Valeria está centrada en Pamela, en los estudios y en el trabajo.
-Ah, vaya. No sabía que Valeria tuviera esa opinión de Camila - pero sí sabía que en realidad Valeria tenía otras ocupaciones a parte de las que su hija había nombrado.
-Ya ves, mamá. Es verdad que Camila es una chica muy guapa. Pero es algo oscura, tiene algo que no nos gusta.
-Lo entiendo hija. Bueno, pues pasarlo muy bien esta noche. No te puedo decir otra cosa.
-Gracias. Seguro que sí. Estaremos el tiempo justo y luego imagino que Valeria y yo nos volveremos juntas.
-Si no se os hace demasiado tarde os puedo recoger si vais a beber alcohol.
-Bien mamá, ya te iré diciendo.
Diana se despidió de su madre y se fue para la universidad. Había quedado con Valeria en la cafetería.
Bianca ya estaba a punto de irse a trabajar, cuando decidió mandarle un mensaje a Valeria.
"Hola cariño. Me ha dicho un pajarito que esta noche sales por ahí. Espero poder verte antes, sabes que te deseo mucho y necesito besar esos dulces y húmedos labios que tan loca me vuelven. Te quiero preciosa".
Valeria estaba a punto de salir de su casa cuando recibió un mensaje de WhatsApp. Pensaba que era de Diana, pero cuando vio que era de Bianca, esbozó una preciosa sonrisa que tardó unos minutos en abandonar su rostro. Tal cual lo leyó, se dispuso a contestarle a la abogada.
"Sí. Hoy salimos, pero no me apetece ir. No nos ha quedado otra a Diana y a mí que decirle que sí a Eva. Yo también me muero por verte, Bianca. Y también te quiero mucho".
Valeria salió de su casa rápidamente pues ya llegaba tarde a la universidad.
Bianca se echó perfume, cogió su maletín y se dirigió al garaje para sacar el coche. La abogada, desde que estaba con Valeria, se mostraba todos los días exultante e iba a trabajar completamente feliz, aunque supiera que iba a tener un día laboral tedioso y estresante. Valeria tenía mucho que ver en ese cambio de humor, como le había dicho Noelia. Ésta había dado totalmente en el clavo.
El día pasó rápido para Bianca. La mujer se había pasado todo el día pensando en Valeria. Ésta había quedado con Diana en que iría a su casa para luego irse juntas al restaurante donde habían quedado con Eva y Camila. Así que Bianca sabía que vería a la joven en su casa. Diana y Valeria habían quedado a las siete y media, por lo que la abogada intentó salir a las cinco del trabajo. Necesitaba relajarse un poco y estar con su hija antes de ver a Valeria.
Diana y Bianca estaban en el jardín tomando un refresco cuando tocaron al timbre. Fue Bianca la que se levantó para abrir. Y cuando ésta abrió la puerta y vio a Valeria, le dieron ganas de comerse entera a la joven. Estaba despampanante con unos vaqueros bastante rotos y ajustados a sus increíbles piernas, con una camiseta de tirantes algo escotada y unas bonitas sandalias con tacón de aguja. Bianca la miró de arriba a abajo. Le era imposible dejar de mirarla.
-Valeria, cariño, estás impresionante. Creo que hoy vas a romper más de un corazón.
-¿De verdad crees eso, Bianca?- Le contestó coqueta Valeria.
-Sí, muchos corazones se van a resquebrajar mientras el mío late a todo latir por ti, preciosa.
-Ummm sabes que tu corazón tiene que estar muy tranquilo, porque el mío también late como loco por ti, Bianca. Estamos parecidas, me temo.
-Lo sé amor.
-¿Hoy saliste antes del trabajo?
-Sí, salí antes porque tenía ganas de ver a una preciosidad de veinte años que me tiene totalmente a sus pies.
Justo cuando Valeria le iba a contestar, escucharon unos pasos acercarse a ellas.
-Hola Valeria, pasa. ¿Mi madre te tiene afuera y no te deja entrar?-Le preguntó Diana a su amiga de forma burlona.
-No es eso Diana, estábamos hablando.
-Sí, hija. A decir verdad estaba bromeando con ella. Pero sí, perdona Valeria, pasa.
La joven por fin entró en la casa.
-Bueno, Valeria, quédate un momento con mi madre que voy a acabar de maquillarme y vengo, ¿Te parece? Será un minuto. Mamá, pórtate bien con ella, por favor, que quiero que siga viniendo a casa- le dijo por último a su madre bromeando. La joven se fue corriendo hacia su habitación.
Cuando por fin se quedaron a solas, Bianca enseguida cogió a la joven de la cintura y la acercó a ella. La abrazó de forma tierna, sellando sus labios con los de Valeria y metiendo sus manos en los bolsillos del trasero de la joven. Deseaba rozar una entrepierna con la otra.
-Bianca, no me hagas ésto, por favor. Estás haciendo que me caliente, me tengo que ir ahora con tu hija y para colmo llevo unos jeans muy ajustados a mis partes.
-Ummm. Eso me excita, Valeria, de sólo pensar cómo esos jeans se ajustan a tus genitales y los rozan como podrían rozarlos mis dedos, joder, sí, vamos a parar porque nos vamos a quedar las dos con las ganas.
Cuando escucharon de nuevo a Diana acercarse, las dos mujeres se separaron.
-Bueno, ya estoy, ¿Nos vamos?
-Por mí sí.
-¿No queréis que os lleve yo, chicas?-a la abogada le costaba separarse de Valeria.
-No mamá, ya llamé a un taxi. Y esta noche según como veamos también puedo llamar a un taxi.
-Diana, puedes llamarme y yo os recojo a las dos. Bueno chicas, Pasarlo muy bien.
Las chicas se despidieron de Bianca y se fueron.
Bianca se quedó pensando que le encantaría poder salir con Valeria delante de todo el mundo. Ella no quería esconderse, y si lo hacía era sólo por su hija. Pero sabía perfectamente que si su hija aceptaba su relación con Valeria, ella saldría con la joven sin esconderse de nadie, a la vista de todo el mundo. Eso lo tenía más que claro. Aunque seguramente sus padres no se lo tomarían como ella querría. Eso estaría por ver. Su padre se había esforzado mucho por sacar adelante el bufete y el que la futura dueña del mismo, fuera lesbiana y para colmo su pareja fuera una chica muchísimo más joven que ella, seguro que daba mala publicidad para el bufete y acababan perdiendo clientes. Bianca prefería no pensar en eso. Aunque le gustaba tenerlo todo controlado, por mucho que ella quisiera ese aspecto se le escapaba totalmente. Pero tenía muy claro que no iba a renunciar a Valeria por el dichoso bufete. Ella ya había hecho todo lo que tenía que hacer en su vida, y ahora que había encontrado el amor verdadero, no quería perderlo por nada del mundo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro