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Capítulo 73. Preparándose para la noche.

Diana y Pamela decidieron ponerse a bailar mientras Bianca, Aitana y Valeria se preparaban una copa. Ahora tocaba disfrutar un poco de la preciosa noche estrellada que se había quedado.

Mientras las más mayores bebían y hablaban, las tres jóvenes bailaban al son de la música que habían puesto. 

Bianca no podía dejar de mirar a Valeria bailar. Y Aitana se estaba riendo de lo descarada que estaba siendo su amiga. Menos mal que las jóvenes iban a lo suyo y no las miraban a ellas. Y estuvo a punto de ponerle un babero, puesto que su amiga no paraba de babear. Hasta que Aitana se animó también a bailar. Como Pamela y Diana estaban bailando juntas, Aitana cogió de la mano a Valeria y se puso a bailar con ella. Al principio a Valeria le dio vergüenza bailar con la abogada, pero consiguió relajarse y comenzó a disfrutar del baile con ella. La que también estaba disfrutando de las vistas era Bianca. Ésta se moría por ser ella la que bailara con Valeria, pero sabía que de ser ella la que bailara con la joven, no podría contenerse y acabaría besándola delante de todas. Así que lo mejor era seguir disfrutando viéndola bailar, pero sentada y sola. Valeria tenía unas piernas preciosas para el gusto de Bianca y, cuando según el movimiento que hiciera, se le subía el vestido, dejaba a la abogada ver unos muslos que la encandilaban. Tal cual. La abogada se estaba excitando al ver a la joven bailar con su amiga. Le resultó un baile sumamente erótico y sensual, y sabía que esa noche se iba a mastubar teniendo en su cabeza a esas dos mujeres bailando juntas. O mejor dicho, tendría la imagen de Valeria y ella misma bailando como lo estaban haciendo la joven y Aitana. 

La cena se alargó hasta la madrugada. Todas disfrutaron mucho de la velada. Hasta que para Aitana llegó el momento de irse.  

-Valeria, Pamela, ¿Queréis que os lleve a casa?

Bianca estaba deseando que se quedaran en su casa a dormir, y pareció como si Diana le hubiera leído la mente, porque les preguntó a las hermanas si querían quedarse a dormir.

Valeria tenía sentimientos encontrados, por una parte sí se quería quedar, para estar más tiempo junto a Bianca, pero por otra le podían sus celos y prefería marcharse lejos de la abogada. La que tenía claro que se quería quedar era Pamela, y así se lo hizo saber a todas.

-Pues, yo me quedaría. Si a Bianca le parece bien, y bueno, si mi hermana quiere, claro está. 

-A mí me parece muy bien si os quedáis, Pamela. Tenemos espacio de sobra y sé que Diana estará encantada de que os quedéis- le contestó enseguida Bianca, esperando a ver qué contestaba Valeria.

-Bueno, Bianca, en realidad no queremos molestar y vosotras debéis estar cansadas - dijo Valeria dejando sorprendida a Bianca. Ella deseaba que la joven dijera que sí se quería quedar. Y le dolió que se quisiera ir. 

-No molestais, para nada. Al contrario. Nosotras estamos felices de teneros en casa. Además hemos pasado una noche increíble.-Volvió a contestarle Bianca a Valeria. 

-Vamos, Valeria, yo me quiero quedar, por favor, siempre estamos solas en casa. -Le rogó Pamela a su hermana. Era verdad que la joven se lo había pasado muy bien con Diana y con Bianca, pero en realidad quería que su hermana pasara más tiempo con la abogada. Y esa era una oportunidad que Valeria no debía desaprovechar.

-Vamos, Valeria…-Acabó por rematarla Diana.  

-Está bien, vale, nos quedamos -respondió Valeria finalmente, y mirando a Bianca tímidamente. Ésta le devolvió la mirada sin saber qué pensar de lo que realmente quería Valeria. No quería que se sintiera obligada a quedarse, pero a la vez deseaba tenerla en su casa, de hecho no se creía todavía que Valeria fuera a dormir en su casa. Ojalá pudiera tenerla en su cama, toda la noche para ella, joder, eso sí sería un sueño para Bianca. 

Aitana se despidió de todas y se marchó. La abogada se lo había pasado en grande con su amiga, con Diana y con las hermanas. Valeria le encantaba para Bianca, era una chica preciosa y se le veía buena chica. Y Pamela era un encanto de niña. Esas dos chicas lo habían pasado muy mal y estaban luchando ellas dos solas por salir adelante. Y Aitana sabía que lo conseguirían las dos. Esas chicas merecían mucho la pena.

Entre las cuatro recogieron todo y lo llevaron a la cocina. Luego Diana le ofreció a Valeria dormir con ella y Pamela dormiría en la habitación de invitados, pero Pamela no se sentía segura si dormía sola. Quería dormir con su hermana. Eso es lo que le hizo creer a Diana, porque lo que quería en realidad era hablar con Valeria y preguntarle qué narices le pasaba con Bianca. 

Bianca no se metió cómo se iban a repartir para dormir. Pero de sólo pensar que tendría a Valeria a escasos metros de ella durante toda la noche, se moría de ganas de que la joven durmiera con ella. Joder, no tenía claro que pudiera pegar ojo en toda la noche. La noche iba a ser larga y amarga para la abogada. 

Pero Valeria también estaba igual que la abogada. A pesar de estar enfadada con Bianca por el masaje que se dejó dar por Noelia, no podía dejar de pensar en lo mucho que deseaba dormir con ella. Y lo mucho que le gustaría hacer el amor con ella durante toda la noche. 

Bianca se despidió de las tres jóvenes y se marchó para su habitación. Intentó comportarse lo más normal que pudo con Valeria, porque no quería que Diana notara nada raro. Además, después de todo lo que había pasado con Valeria, no quería agobiarla ni hacerla sentir incómoda. Así que lo mejor sería dejarla tranquila aunque quisiera hablar con Valeria, y luego dejarse llevar por lo que sentía por ella. 

Las tres jóvenes estuvieron un rato juntas en la habitación de Diana. Luego ésta les dejó una camiseta a cada una para dormir. Pamela y Valeria tampoco tardaron mucho en irse a dormir. Estaban bastante cansadas. Ya a solas en la habitación, Pamela aprovechó para hablar seriamente con Valeria. 

-Valeria,¿Cómo lo has pasado?

-Bien, ¿Y tú?-Le contestó Valeria algo triste. En realidad la cena no había ido como ella quería. Y todo por su culpa. Joder, necesitaba sacarse de su maldita cabeza a la tal Noelia esa y dejar de pagarlo con Bianca, porque ésta, si lo pensaba bien, no había hecho nada malo. 

-Vamos, Valeria, ¿Qué te ha pasado con Bianca? Te he notado muy distante con ella, mientras que con el resto te has mostrado cariñosa. 

-Pamela.Ya sabes lo que me pasa. No me puedo quitar de la cabeza a Noelia.

-¡Qué pesada eres! En realidad Bianca no estaba haciendo nada malo, y lo sabes, por mucho que a ti te duela.

-Bueno, se dejó masajear por esa mujer. ¿No se supone que me está conociendo a mí? ¿Por qué se deja masajear por otra mujer que va detrás de ella claramente?

-Valeria, en realidad no sé lo que viste. Yo solo te digo lo que yo veo con mis ojos. Y Bianca te mira con unos ojos de mujer enamorada. No te quita la mirada de encima. Toda la noche ha estado babeando por ti, como tú por ella. Sé también cómo la miras tú a ella, y tus partes íntimas se te hacen agua cuando la miras. 

-Oye ¿Pero qué guarradas estás diciendo?¿Tú cómo sabes tanto?

-No me trates como si tuviera diez años. Voy a hacer dieciséis y sé más de lo que saben las chicas de mi edad porque me gusta culturizarme y leo de todo. Ya lo sabes. Y te la estabas comiendo con la mirada así que deja de hacerme ver que esa mujer no te gusta, no te excita y no estás locamente enamorada de ella porque a mí no me vas a engañar.

-Claro que me gusta, claro que me excita, y por supuesto que estoy muy enamorada de ella. 

-Pues entonces no seas imbécil y cuando Diana esté profundamente dormida, vete a su habitación y cabálgala.

-¿Qué? Oye soy tu hermana mayor y tienes que hablarme con respeto. 

-Vamos Valeria si te mueres por hacer el amor con ella. Sé sincera. Y por cierto, a Aitana le debes de gustar para Bianca porque cuando tú has ido a la cocina a llevar el postre, he visto como Aitana animaba a Bianca a que fuera detrás tuyo mientras le decía que ella nos entretendría a Diana y a mí. Yo por supuesto me he hecho la tonta. La que sí que no se ha enterado ha sido Diana porque estaba algo más lejos que yo.  

-¿En serio? Te habrá parecido a ti eso.

-No, lo he visto con mis propios ojos, de verdad. No te miento. A Aitana le gustas para Bianca. Y fíjate, hoy ha bailado hasta contigo. 

-Vaya, tienes razón. Ha estado muy simpática y agradable conmigo durante toda la noche. 

-Bueno, pues yo como Aitana, te voy a animar a que le hagas una visita nocturna al amor de tu vida esta misma noche.

-Joder, Pamela, ¿Y si me rechaza?

-¿Tú estás loca?¿Cómo puedes pensar que te va a rechazar? Bueno déjame dormir que me muero de sueño. Tú mantente un rato más despierta y cuando Diana esté bien dormida, te metes en la habitación de Bianca. 

-Bueno, duérmete mientras pienso qué hacer, pero como al final me decida a ir a verla y me rechace, mañana por la mañana te mato. 

-Está bien, mátame cuando quieras y apaga la luz, anda. 

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