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Capítulo 69. La invitación a cenar.

Mientras Bianca se estaba duchando, Diana aprovechó a escribir a Valeria para decirle lo de la invitación a cenar. 

Valeria se encontraba triste haciendo la cena, pensando en que Bianca estaría con Noelia tomando unas copas juntas, cuando recibió un WhatsApp de Diana. Se acercó a leerlo y conforme lo leía su corazón comenzó a latir con fuerza. En el mensaje decía:

"Hola guapa, ¿Qué haces? Espero que las dos estéis muy bien. Por cierto, estoy contenta porque mañana por fin voy a conocer a Pamela. Estáis las dos invitadas a cenar en mi casa, hay que celebrar que lo de tu hermana se ha quedado en una mera anécdota. Y por cierto, como imagino que se nos hará tarde, os podéis quedar a dormir en casa.".

Valeria se apoyó en la encimera de la cocina. No se podía creer que las hubieran invitado a las dos a cenar en su casa para celebrar lo de Pamela. Pero de quién habría sido la idea, ¿De Bianca o de Diana?¿Bianca no estaba enfada con ella? Aunque a decir verdad, aún tenía en su cabeza la imagen que vio de Bianca con Noelia y la sangre le hervía en su menudo cuerpo. Así que se dirigió a su hermana y se lo comentó.

-Pamela, oye, ¿Te apetece ir mañana a cenar a casa de Bianca?

Pamela se quedó sorprendida. 

-¿Me ha invitado a mí también?

-Sí, eso parece. Pero si no quieres ir les digo que no y ya. Me ha mandado un mensaje Diana. 

-Joder, claro que quiero ir. Es la primera vez que voy a estar en una casa lujosa. No me lo voy a perder por nada del mundo - a Pamela le intrigaba ver dónde vivía la abogada, pero también sería una buena oportunidad para que su hermana volviera con Bianca. Valeria había pasado una tarde de mierda y la culpa de todo habían sido sus malditos celos. Así que si iba a esa cena, si hacía falta ella misma mediaría entre su hermana y la abogada. Y también tendría la oportunidad de conocer a Diana. 

-Bueno, entonces le digo que sí a Diana. Pero tendremos que llevar un postre. 

-Yo puedo hacer galletas. 

-No Pamela, esta vez compraré un postre. La ocasión lo merece. Nos han invitado para celebrar que tu compañera quitó la denuncia. 

-¿Ah, sí?¿Ese es el motivo de la invitación? Ahora me siento importante y todo…-Pamela se sintió feliz de haber sido invitada por esa mujer que tanto la fascinaba. Sólo esperaba que su hermana hiciera las cosas bien con ella.

En casa de Bianca, Diana estaba preparando la mesa y calentando la cena cuando su madre bajó ya duchada y más relajada. 

-Umm cariño, huele de cine. Tengo mucha hambre. El día de hoy ha sido largo. 

-Ya veo, mamá. Siéntate que te sirvo. Tú no hagas nada. Por cierto, ya le he preguntado a Valeria si iban a venir mañana a cenar. 

Valeria se tensó. 

-¿Y?¿Se animan a venir?- Preguntó dudosa y bastante nerviosa. 

-Sí mamá. Mañana vienen. 

Bianca suspiró. Iba a volver a ver a Valeria. Tenía muchas ganas de poder mirarla a sus preciosos ojos oscuros. No veía el momento de poder mirarla, abrazarla y besarla. 

-Por cierto, imagino que te parecerá bien, pero le he dicho que si se nos hace tarde pueden quedarse a dormir en casa. 

Bianca palideció. ¿Cómo haría para dormir sabiendo que tenía a Valeria a solo unos metros de ella? Joder, no iba a poder dormir en toda la noche sabiendo que Valeria estaba durmiendo o con su hija o en la habitación de invitados con su hermana. Cojonudo. 

-Claro, Diana, yo encantada de que se queden. Tenemos sitio de sobra. 

-Gracias mamá. Por cierto, ¿Estás tan cansada como para no poder ver una película con tu hija?-Diana necesitaba pasar más tiempo con su madre, de hecho le encantaba estar con ella puesto que se llevaban muy bien las dos. 

-Pues me parece muy buena idea. Sí quiero ver algo contigo. Y si te descuidas seguramente me quedaré dormida en el sofá viendo la película. -Bianca necesitaba estar entretenida para no pensar en Valeria. Necesitaba estar bien con la joven y ver que para ella era alguien importante en su vida. Porque a decir verdad, al tener sólo veinte años, dudaba de si Valeria sólo quería revolcarse con ella o si por el contrario buscaba algo más que eso. 

Cuando acabaron de lavar y recoger la vajilla, se fueron al salón a ver una película que eligió Diana. Y en efecto, Bianca no tardó ni media hora en quedarse dormida acurrucada a su hija, pensando, cómo no, en Valeria. 

Diana estaba feliz. Poco a poco todo volvía a ser como antes. Pablo hacía días que no la molestaba y eso la tenía bastante relajada. Había podido hablar con su madre y con Valeria sobre el tema y tenía el apoyo de ambas. No podía pedir más. Y para colmo,su madre había podido ayudar a Pamela para que ésta se librara de una buena multa y de hacer servicios para la comunidad. Le apetecía mucho tener a Valeria de nuevo en su casa, puesto que hacía tiempo que ésta no iba, y por fin iba a conocer a la hermana de su mejor amiga. Diana justo pensó en su madre y para que no se sintiera un poco apartada en la cena, le diría que invitara también a Aitana a cenar, ya que si la cena la daban por Pamela, la abogada debería estar también.

Diana tenía a su madre al lado de ella dormida, y la mujer estaba tan sumamente relajada, que Diana comenzó a masajear su espalda. Quería mucho a su madre, la adoraba y ella era su todo. Quería verla feliz. Tenía muchas ganas de verla disfrutar de la vida con alguien, y mientras la miraba dormir, de repente le vino a la cabeza Valeria. Aunque su madre era bisexual y su amiga lesbiana, se le dio por pensar en ellas dos juntas, y a pesar de la diferencia de edad tan abismal que había entre las dos, reconoció que hacían muy buena pareja. Las dos eran mujeres muy luchadoras, inteligentes, con unos valores excepcionales y sobre todo fieles. Además, Valeria era una chica que llamaba la atención, de hecho a ella misma se la llamó cuando la conoció en la universidad, y eso que ella era heterosexual. Pero su madre no se quedaba atrás. Su madre era una mujer muy guapa, fina y muy femenina que no pasaba desapercibida porque además imponía mucho a la gente. Ojalá las dos mujeres se sacaran menos años, porque Diana estaba segura que de ser de edades parecidas, podrían estar hechas la una para la otra. Pero joder, qué cosa más descabellada estaba pensando, que su amiga y su madre se gustaran. Mejor se iba a dormir porque ya comenzaba a desvariar. 

Diana despertó a su madre y las dos se fueron a dormir a sus respectivas camas.  

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