Capítulo 64. Volviendo a las andadas.
Cuando dejaron a Pamela en su casa, antes de poner el coche en marcha, Valeria quería cambiar sus planes, así que quiso comentárselo a Bianca a ver qué le parecía, puesto que en sus nuevos planes había incluido a la abogada.
-Bianca, perdona, pero no me apetece ir a la Universidad ahora mismo.
-Umm, ¿Dónde te apetece que te deje?
-Me gustaría ir a tu casa, la verdad.
Bianca la miró con los ojos expectantes. ¿Había oído bien?¿Quería que la llevara a su casa?¿Acaso quería volver a repetir lo que habían hecho en casa de Valeria?
-¿Estás segura de eso, Valeria?- Bianca quiso asegurarse de lo que había oído de boca de la joven.
-Yo sí estoy muy segura. Pero no sé si a ti te apetece llevarme. Además, tengo que agradecerte lo que has hecho por nosotras.
-Ah,bueno. ¿Cómo quieres agradecérmelo entonces, Valeria? - le preguntó la abogada de forma muy sensual y coqueta.
-Llévame a tu casa y lo sabrás -La joven ya no podía aguantar más.
Bianca puso el coche en marcha y se dirigió rápidamente a su casa. Valeria se la estaba comiendo con la mirada y no veía el momento de volver a hacerla suya. Esa mañana iba muy despampanante sin ella pretenderlo, porque ese suéter y esos jeans tan ajustados le hacían una figura espectacular para el gusto de la joven, y ésta, que tenía los ojos muy abiertos ante la mujer, no pudo disimular lo que estaba sintiendo en ese mismo instante. Su mirada ya hablaba por ella.
Cuando Bianca aparcó el coche dentro de su garaje, Valeria no aguantó más y le dijo a Bianca que corriera el asiento del conductor para atrás. La joven se moría de ganas por hacer el amor con Bianca en el coche. Y Bianca, algo incrédula, hizo caso a Valeria y movió el asiento como le pidió.
Valeria rápidamente se sentó encima de Bianca mientras se subía el vestido, y ésta no se lo podía ni creer. ¿Tantas ganas tenía la joven de hacerle el amor que no podía esperar a hacerlo en casa?Lo que Bianca no sabía que Valeria también lo quería hacer en su casa, más concretamente en la cama de la abogada.
Valeria comenzó a moverse muy sensualmente sobre Bianca, además ella misma se bajó los tirantes del vestido que llevaba y se desabrochó el brasier, quitándoselo y dejándolo en el asiento del copiloto.
-Vaya jovencita, ¿Así quieres pagarme lo que he hecho por vosotras? Porque yo estaré encantada de que me lo pagues como tú quieras.
-¿Se te ocurre otra manera mejor acaso, abogada? - Le contestó Valeria mientras comenzó a besarle suavemente por el cuello. Bianca iba a explotar de un momento a otro, ya que con el roce de los genitales de la joven con los suyos propios, y teniendo delante de ella los pechos de Valeria apretándose contra los suyos, iba a tener un orgasmo sin quererlo.
-Joder Valeria, tú no te haces ni idea de lo que me provocas.
-Claro que me hago a la idea, abogada, y por eso voy a provocarte todo lo que pueda, y más. Por favor, mastúrbame.
Dicho y hecho, Bianca dirigió sus manos a los muslos de la joven, fue llevándolas al interior de los mismos, hasta que por fin sus dedos toparon con la tela empapada de las bragas de Valeria. La joven estaba tan mojada que consiguió traspasar las bragas mojando incluso los jeans de Bianca. Y ésta se dio cuenta de eso, por lo que se estaba volviendo loca por meter los dedos en el interior de Valeria. Sentir de esa manera la humedad de la joven sobre ella, y siendo tan abundante porque ella misma era la que lo provocaba, la excitaba sobremanera.
Bianca acarició suavemente las bragas empapadas, notando perfectamente los labios hinchados de la joven por la excitación que ésta tenía encima. Valeria no pudo reprimirse y comenzó a gemir como una posesa. Era imposible que controlara dichos gemidos. Y a Bianca le encantó ver a la joven tan desinhibida y tan descontrolada.
Mientras Bianca acariciaba los genitales de Valeria, llevó un pecho de la joven a su boca, y comenzó a lamer el pezón endureciéndolo al instante. Valeria iba a volver a tocar el cielo gracias a la abogada. Y a los pocos segundos es lo que hizo, tuvo un ostentoso orgasmo, mientras Bianca sintió perfectamente vibrar los genitales de la joven. Le hubiera gustado alargar el momento de gozo pero era tanto lo que le provocaba Bianca que Valeria perdió totalmente el control.
Valeria acabó abrazando a Bianca. Siempre lo hacía cuando intimaba con ella. Y después de unos minutos le dijo:
-Bianca, amor, necesito que me penetres, por favor.
-Yo me muero por penetrarte, pero si te parece, lo haremos en mi cama.
Aún estuvieron un rato más abrazadas. Las dos sentían estar en la misma sintonía. Bianca se relajó al tener su rostro en el cuello de Valeria, mientras su propio olor se metía por sus fosas nasales. Para la abogada no había mejor olor que ese. Era exquisito, y era tan sumamente estimulante y relajante a la vez, que podía llegar a quedarse dormida con Valeria encima de ella.
Valeria se subió los tirantes del vestido y cogió su brasier. Así pues ambas mujeres se bajaron del coche y se metieron en la casa.
-Oye, Valeria, ¿quieres tomar algo?-Le preguntó la abogada por educación, pero se moría de ganas de poseer ya a la joven y esperaba que ésta le dijera que no.
-La verdad es que no. Ya sabes qué es lo que quiero -Valeria necesitaba ir al grano con la abogada, al igual que ésta.
Bianca le dio la mano a la joven y subieron corriendo las escaleras para ir directamente a la habitación de Bianca.
Las dos mujeres entraron a la habitación besándose apasionadamente. Ambas se dejaron caer en la cama, una encima de la otra.
Valeria desabrochó el botón de los jeans de Bianca, y cuando lo consiguió, llevó directamente la mano al interior de éstos. Quería, por fin, tocar a Bianca. Las bragas de ésta también estaban bien húmedas. Valeria la excitaba muchísimo y la joven lo notó al tocar las bragas de la mujer.
-Valeria,espera. Mejor me quitaré los vaqueros. Nos están estorbando.
Valeria sonrió. Tenía razón Bianca. Mejor que se los quitara, quería verla en ropa interior.
Cuando Bianca se quitó los jeans, y seguidamente el suéter, quedando sólo en ropa interior, a Valeria se le abrieron los ojos como platos. La mujer llevaba un conjunto de lencería transparente y muy sexy, pudiendo ver perfectamente los duros pezones de Bianca y sus genitales completamente depilados, así que no pudo sacar su mirada imperiosa de ahí. Cuánto le gustaría pasar su lengua por esos gruesos labios que tenía Bianca ahí abajo. Joder, le quedaba bien poco para volver a tener un orgasmo y eso que apenas se habían vuelto a tocar.
-Valeria, cariño, ¿Te has quedado atontada o me lo parece a mí?
-Me mata verte con la lencería que llevas. Estás espectacular y que sepas que con solo mirarte puedo tener un orgasmo.
-Pues tendrás que contenerte un poco, cariño, o eso, o entonces tendrás varios orgasmos esta mañana. Tú misma.
-Puedo tener varios orgasmos seguidos, tranquila. Y además, creo que es lo que va a pasar si te tengo toda para mí.
Fue Bianca la que se colocó encima de la joven. Ella misma se quitó su brasier. Luego agarró suavemente las manos de la joven y las colocó encima de la cabeza de la chica, mientras su melena rozaba y acariciaba el rostro de la joven sutilmente. Quería poseerla y es lo que iba a hacer. Sus pechos descansaban sobre los pechos de Valeria. Y cuando ésta tuvo esa imagen delante de ella, no pudo evitarlo y se corrió de nuevo. Cojonudo, ahora se sentía avergonzada por no haber sido capaz de contenerse. Pero ¿Qué podía hacer teniendo los pechos de Bianca delante de sus ojos descansando sobre sus propios pechos?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro