
Capítulo 14. La fiesta de derecho.
Camila también miró de arriba a abajo a Bianca. Le resultó una mujer guapísima y muy interesante. No se creía que Diana tuviera una madre de esas características. Pero a ella no le interesaban las mujeres tan maduras, las prefería más jóvenes, como Valeria. Ésta era perfecta para ella.
Las chicas se presentaron con Bianca y ésta les dio dos besos a cada una.
-Encantada, chicas. Estáis todas muy guapas, seguro que lo pasáis muy bien.
-Gracias señora- contestó Camila.
-No me trates de usted, que me haces más mayor de lo que soy. Llámame por mi nombre, Bianca.
A Valeria le llamó la atención que a ella la abogada nunca le dijera que la llamara por su nombre.
-Claro, Bianca.
-Voy sacando el coche. Esperadme afuera.
Mientras Bianca fue a sacar el coche, las cuatro jóvenes la esperarían en la entrada de la casa.
-Joder Diana, qué callado te lo tenías. Tú madre está como quiere. ¿Qué edad tiene?- le preguntó Camila sin dejar de mirar a Valeria, y a ésta no le gustó nada ese comentario.
-Olvidate de mi madre. Ella tiene treinta y siete.
-Me olvido porque me gustan más jóvenes, porque sino...Tu madre incita al pecado, que lo sepas.
-Al pecado sí incitas tú - le contestó Diana riéndose. Diana sabía que su madre era muy guapa y que gustaba mucho, lo tenía asumido y no le importaba lo que le dijeran de ella, siempre y cuando la respetaran.
Cuando todas se metieron en el coche, Diana lo hizo de copiloto. Y nada más puso el coche en marcha, Camila comenzó a hablar.
-Bianca, ¿No te gustaría salir con nosotras?- le preguntó Camila de forma descarada.
-¿Yo, salir con vosotras? No cariño, yo saldré mañana con mis amigas- le contestó la mujer mientras miraba a Valeria por el espejo retrovisor. La joven iba tan guapa que era imposible no mirarla. Y además sólo tenía ojos para ella..
-¿Está segura? A nosotras no nos importa.
-No Camila. Yo no salgo con las amigas de mi hija. Cuando queráis venís a casa, nos tomamos algo todas juntas, o incluso por ahí, pero salir por ahí con vosotras, no. ¿A dónde va una mujer de mi edad con vosotras?
Valeria escuchaba atentamente lo que decía Bianca. Y con esas palabras le había dejado claro que con ella nunca tendría nada, pues la veía como una chica muy joven y además amiga de su hija. Eso la desanimó.
-Pero Camila, estoy segura que esta noche lo vais a pasar muy bien todas.
-Sí, Bianca, espero regresar con novia de la fiesta. Hay una chica que me tiene bien cogida, y quiero decirle hoy lo que siento por ella.
Bianca sabía que Camila se refería a Valeria. Y sin quererlo, dio un frenazo innecesario.
-¿Mamá?¿Estás bien?- preguntó Diana a su madre cuando vio lo que ésta hizo.
-Sí, cariño, tranquila. Creí haber visto algo, por eso frené.
Valeria también supo a quién se refería Camila. Pero ella, mientras tuviera a Bianca en la cabeza, no iba a poder salir con Camila. Eso lo tenía muy claro. Una cosa era pasarlo bien con Camila y otra muy distinta salir con ella.
-Bueno chicas, pasadlo muy bien. Ya llegamos. Por cierto, tened cuidado con el alcohol y atentas por si os echan algo en las bebidas, por favor.
-Sí, tendremos cuidado. Gracias por traernos- le contestó Diana mientras le daba a su madre un beso en la mejilla.
Las cuatro jóvenes se bajaron del coche, y se fueron alejando pero Valeria se fue triste. No quería salir de ese coche. De hecho quería perderse con ese coche por algún lugar recóndito y con la dueña de dicho coche. Eso es lo que a ella le haría tremendamente feliz. No irse ahora de fiesta con sus amigas.
Y a Bianca le pasó algo parecido, se moría de ganas porque Valeria rechazara ir a la fiesta y prefiriera quedarse con ella, pero sabía que eso no iba a pasar, por lo que muy a su pesar, puso el coche en marcha y se marchó. Tenía claro que sí saldría la noche siguiente con sus amigas. Necesitaba unos tragos y desahogarse con ellas. Las necesitaba más que nunca.
Las cuatro jóvenes se dirigieron al local donde se estaba celebrando la fiesta. Estaba completamente lleno. A Diana le iba a costar encontrar a Pablo.
Fueron directamente a la barra para pedir unas bebidas. Y mientras pedían, la camarera miró fijamente a Valeria y le sonrió. Gracias a ella, la chica las invitó, pero a cambio le pidió el teléfono a Valeria. Ésta acabó dándoselo porque sino lo harían sus amigas. Camila tenía cara de pocos amigos. Esa camarera no le gustaba como estaba coqueteando con Valeria. Además quería ser ella la que pasara la noche con la joven.
-Chicas, ¿Me ayudáis a buscar a Pablo?
-Si, claro, vamos. Luego bailamos - cogieron sus respectivas bebidas y se dirigieron por todo el local para ver si encontraban al joven. Tardaron unos minutos en dar con él. Ya iba algo bebido y además él y sus amigos estaban tonteando con un grupo de chicas. Diana estaba muy enfadada. ¿Para eso había querido salir con sus amigos y no con ella?
Diana se acercó a él y le recriminó lo que estaba haciendo. Así que comenzaron a discutir. Pablo estaba muy ebrio y no quería saber nada de Diana en ese momento. Él quería pasarlo bien con sus amigos y con esas chicas. No con su novia.
Cuando la cosa se estaba poniendo fea, las tres amigas cogieron a Diana y se la llevaron de allí. No querían que ésta se rebajara de esa manera con ese chico el cual parecía que no merecía la pena.
Diana quería echarse a llorar, pero justo Valeria la abrazó.
-Vamos, Diana, no te preocupes. Si él se lo está pasando muy bien, tú debes hacer lo mismo. Además estamos aquí contigo, no estás sola.
-Gracias Valeria. Eres un amor. No sé qué haría sin ti.
-Vamos a bailar y verás como te animas- le dijo Eva posando su brazo sobre el hombro de Diana.
Las cuatro amigas se dirigieron a la pista de baile. Tenían ganas de pasarlo bien y de animar a Diana.
Mientras bailaban, Camila se iba pegando más y más a Valeria. Deseaba bailar con ella bien pegadas, soñaba con ese momento y no veía el momento de que llegara. Pero por fin lo iba a hacer. Se había bebido su bebida casi de golpe, necesitaba que el alcohol la ayudara a desinhibirse con Valeria. Y vaya si lo hizo.
Camila abrazó por detrás a Valeria pegando su cuerpo al de la joven todo lo que pudo y más. Valeria no la rechazó. Estaba muy a gusto en ese instante y tampoco estaba haciendo nada malo. Por mucho que pensara en Bianca, no eran nada y por lo tanto no tenía que darle explicaciones. Así que se dejó llevar por el momento.
Camila le dio la vuelta a Valeria y ésta se encontró de repente muy pegada a los labios de su amiga. La rubia estaba muy nerviosa, nunca creyó que se daría esa situación con Valeria, y no la iba a desaprovechar.
Eva y Diana estaban expectantes de ver qué iba a pasar entre sus amigas. Les quedaban unos pocos centímetros para juntar sus labios. Y ambas sonrieron cuando por fin Camila dio el paso de besar a Valeria. Ésta no la rechazó. En un momento dado pensó que estaba besando a Bianca. Sólo tuvo que cerrar los ojos y pensar que era ella a la persona que estaba besando.
Y mientras Camila y Valeria se besaban, a Diana y a Eva se les acercaron un par de chicos. Se pusieron a hablar con ellas. Y en menos de cinco minutos los cuatro estaban bailando.
De repente apareció Pablo enfurecido. Cogió a Diana del brazo y la apartó bruscamente del chico con el que estaba bailando.
-¿Qué coño haces, Diana? ¿Te parece normal bailar con otro chico?
Valeria y Camila dejaron de besarse y se acercaron a Diana. No entendían a qué había venido el arrebato de celos de Pablo. Él podía tontear con otras chicas pero Diana no podía bailar con nadie. Estaba muy claro que Pablo aplicaba la ley del embudo, lo ancho para él y lo estrecho para Diana. Eso no era nada justo para la joven.
Valeria se acercó a Pablo enfurecida y le pidió que soltara a su amiga.
-¿Y tú quién eres? No te metas donde no te llaman. Ésto es entre Diana y yo. Y no quiero que baile con nadie salvo conmigo.
-Mira, no quiero seguir contigo. Olvídate de mí, Pablo. Vete a divertirte con tus amigos y a mí déjame tranquila- le contestó Diana enfurecida. No se podía creer lo que estaba escuchando.
-No, tú te vienes conmigo, Diana- Pablo la cogió más fuerte del brazo e intentó tirar de ella.
-Joder, que la sueltes o vamos a llamar a los de seguridad- Valeria acabó por meterse entre Pablo y Diana.
Pablo finalmente cedió. Pero no se iba a dar tan fácilmente por vencido. Soltó a Diana y se fue no sin antes insultarla llamándola puta de mierda.
Y Diana se echó a llorar. No se esperaba esa reacción de Pablo. Llevaba ya un año de relación con él y era la primera vez que mostraba su verdadero yo. Siempre la había tratado con respeto hasta esa misma noche. Y Diana tenía claro que no iba a seguir saliendo con alguien como él, por muy enamorada que estuviera. Ese chico era repulsivo y no quería volver a verlo.
-Diana, cariño, ¿Estás bien?- le preguntó Valeria.
-Si, sólo tengo ganas de llorar de ver lo engañada que he estado todo este tiempo. No me lo puedo creer.
-Bueno, lo mejor de todo es que te has dado cuenta a tiempo de cómo es verdaderamente ese chico.
-Si, más vale tarde que nunca. No quiero ni verlo, chicas.
Camila cogió por la cintura a Valeria, y las animó para ir de nuevo a bailar. Pero Diana ya no tenía el cuerpo para seguir en esa fiesta. Así que ella les dijo a sus amigas que se iba.
Valeria no quería dejar sola a Diana, por lo que le dijo que ella también se iba.
-¿Estás segura que no te quieres quedar, Valeria? Yo me puedo ir sola tranquilamente- le dijo Diana a su amiga.
-No, yo me voy contigo, tranquila.
-Nosotras nos quedamos, ésto no ha hecho más que comenzar- dijo Eva. Camila y ella tenían ganas de bailar y de conocer gente, así que decidieron seguir en la fiesta.
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