Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 104. Epílogo (parte 2)

Las dos mujeres cogieron cada una su copa de champán y brindaron por lo que había entre ellas y por el cumpleaños de Valeria. Ambas estaban exultantes. Le dieron un pequeño sorbo a la copa y seguidamente Bianca le retiró con cuidado la copa de la mano a Valeria, sin dejar de mirarla mientras le sonreía. Dejó ambas copas de nuevo en la mesita. 

-Ven conmigo, cariño. 

Valeria la obedeció, mientras Bianca la llevaba directamente a su cama. La hizo sentarse en la mitad de la cama, mientras sus ojos no podían evitar comerse a la joven con la mirada. Bianca necesitaba hacerla suya de la manera que lo iba a hacer. Iba a disfrutar de todo el cuerpazo de Valeria y se iba a recrear en cada recoveco del cuerpo de su chica. 

-Valeria, habías dicho que confiabas en mí. Bien, cierra los ojos, te los voy a tapar, y tú te vas a dejar hacer, ¿de acuerdo?

Valeria tragó saliva. Joder, ahora estaba más segura que nunca que iba a ser el mejor cumpleaños que había tenido hasta ahora. No cabía la menor duda de eso. Estaba nerviosa y expectante de ver lo que Bianca iba a hacer con ella.

-Bianca, ¿no me puedes dar un adelanto de lo que vas a hacer?

-No amor. Es una sorpresa. Además, ahora lo vas a ir viendo, sintiendo y oliendo. Un poco de todo, verás.-Le contestó la abogada con una sonrisa totalmente pícara. 

Bianca se dispuso a taparle a la joven los ojos. Mientras seguía sentada en el centro de la cama, Bianca se desnudó quedando con un bonito y sensual conjunto de lencería. Cuando la joven se quitara lo que llevaba en los ojos, se iba a quedar con la boca abierta cuando viera a Bianca. 

-Valeria, amor, ¿Te gusta la nata?- preguntó Bianca sensualmente. 

Valeria ya sabía por dónde iban a ir los tiros y sin darse cuenta se lamió sus labios lentamente. La joven suspiró, y comenzó a relajarse inexplicablemente. Quería disfrutar de la experiencia que le iba a proporcionar la mujer de sus sueños.

-Sí, de hecho me encanta.  

-Me alegro. Te aseguro que la vas a disfrutar como nunca, al igual que yo. 

Bianca se sentó enfrente de Valeria. La miró durante unos segundos quedando embelesada por lo que sus ojos tenían delante. Sonrió para sus adentros. Con cuidado le quitó el vestido a la joven, quedando ésta en ropa interior. Para Bianca estaba espectacular. Llevaba un conjunto blanco muy sexy que le quedaba perfecto al hermoso color de su piel. Sin quererlo, se mordió el labio inferior de lo que se estaba empezando a excitar, llevando sus nerviosas manos al brasier de Valeria. Se lo quitó como pudo y entonces pensó que ya no podía  estar más cachonda. 

La abogada cogió un bote de nata que tenía guardado en el cajón de su mesita, lo agitó y sacó con cuidado el tapón. Valeria sonrió sin poder evitarlo. Tenía los ojos tapados pero sabía lo que le esperaba al haber oído a Bianca agitar el bote. 

Bianca echó una poca de nata en los labios de Valeria mientras le retiraba suavemente el cabello y se lo colocaba a un lado. Ésta ya se encontraba totalmente perturbada cuando sintió la nata posarse en sus húmedos labios. Bianca se acercó y comenzó a darle suaves lamidas por los labios, mientras la joven mantenía los labios algo cerrados hasta que los abrió un poco para que la lengua de Bianca pudiera introducirse sin problema en su interior y los recorriera completamente. Las bragas de Valeria se tornaron bien húmedas al momento de sentir la lengua de la abogada danzar a su aire por toda su boca. 

Y mientras Bianca perdía el tiempo lamiendo toda la nata que había por la boca de la joven, decidió pasar las yemas de sus dedos por los brazos y la espalda de su chica, curvándose ésta inevitablemente. La joven creyó que iba a morirse en ese mismo momento. Toda su piel se erizó como respuesta a ese increíble contacto. Joder, todo su cuerpo estaba reaccionando brutalmente a lo que la abogada le estaba haciendo tanto con su maravillosa lengua como con sus magníficos dedos. Qué forma más única y divina de activar todo su cuerpo. En la vida había vivido algo igual.

Luego Bianca llevó sus dedos por los costados de la joven, lentamente, rozando las costillas marcadas bajo la piel de Valeria, hasta llegar a sus bragas.  

La abogada le dio un suave tirón a las bragas, y Valeria levantó un poco las nalgas para que las bragas se deslizaran ágilmente por sus muslos. Bianca no pudo dejar de mirar las partes íntimas de su chica. Por fin iba a hacer lo que tanto deseaba hacerle a Valeria en su intimidad. 

La mujer metió sus piernas por debajo de las de Valeria. Luego con sus manos posándolas en la cintura de la joven, la ayudó a que ésta se sentara encima de ella. Pero tanta proximidad no era buena para la mujer. Tenía tantas ganas de que sus pechos se posaran sobre los de Valeria, que decidió quitarse también su brasier. Y no pudo quitar su mirada de los pechos de ambas, de cómo los suyos buscaban los de la joven, de cómo sus propios pezones se endurecían al contactar con los tiesos pezones de Valeria, y ésta al sentir las areolas de Bianca rozando y apretándose con las suyas, comenzó a gemir inevitablemente. 

-Bianca, ¿qué me estás haciendo? Después de ésto yo ya no voy a ser ni persona ni mujer. Me vas a tener que llevar a un hospital psiquiátrico para que me hagan recuperar mi cordura, en serio. 

Bianca sonrió inevitablemente y llevó sus largos dedos a los pezones de la chica. Los acarició primero para luego apretarlos con cierta suavidad. Y Valeria creyó ver las estrellas a pesar de tener los ojos tapados. Por lo menos se las imaginó. Luego la mujer cogió con sus manos ambos pechos y jugó durante unos segundos con ellos, juntándolos, apretándolos y masajeándolos, todo sin quitar su mirada de lo que sus manos y dedos estaban haciendo en el cuerpo de su chica. A la abogada esos pechos pequeños, firmes y tan bien puestos la volvían loca. 

A los minutos, Bianca decidió hacer uso de nuevo de la nata. Volvió a coger el bote, lo agitó, quitó el tapón y echó la nata sobre el canalillo y los pezones de la joven, y ésta ya comenzó a perder la compostura. 

-Joder, joder, joder, creo que no voy a aguantar, Bianca, ésto es demasiado.

-Claro que sí vas a aguantar, ya lo verás. Además, tenemos toda la noche y ésto acaba de empezar. 

A Bianca se le iban a salir los ojos de las órbitas y además tuvo que aguantar un orgasmo que quería explotar y dar rienda suelta, al ver a Valeria desnuda, encima de ella y con el busto lleno de nata, listo para ser lamido por su desesperada lengua. La abogada, después de deleitarse con esa descomunal visión, puso sus manos en los pechos de la joven, se acercó a ellos y se dispuso a lamer la nata directamente de los pezones. Valeria estaba ya fuera de sí, y a Bianca nunca antes le sentó tan bien comer nata. Estuvo un buen rato lamiendo y chupando los pechos de la joven, cuando una vez que quedaron ambos bien limpios, se dispuso a ponerle más nata en el abdomen mientras la joven ponía sus manos debajo de su cabeza y se dejaba caer en la cama completamente extasiada. Bianca sacó las piernas de debajo de Valeria y se puso de rodillas entre las piernas de la chica. Tenerla así, toda abierta para ella, era algo con lo que llevaba mucho tiempo soñando y había llegado el momento de hacer esos excitantes sueños realidad. Si pudiera, la abogada pararía el tiempo en ese mismo instante. 

Bianca se acercó al abdomen de la joven y comenzó a chupar con mucho cuidado toda la nata esparcida en una línea recta por el abdomen de la chica, hasta llegar a su monte de venus. Y mientras la lengua hambrienta de la abogada la recorría, el cuerpo de Valeria estaba a punto de convulsionar.  No podía ser que esa increíble lengua le produjera un placer tan sumamente indescriptible. Además los pechos de la mujer iban recorriendo parte del abdomen y de los genitales de la chica. 

Valeria estaba totalmente depilada. Así que una vez que la lengua de Bianca llegó hasta casi su intimidad, ésta decidió ponerle también nata en sus genitales. 

-Joder, Bianca, creo que no aguanto. En serio, no puedo más.- le dijo abriendo las piernas todo lo que pudo.

-Cariño, un poco más, por favor. 

Valeria creyó encontrarse en otra dimensión paralela totalmente desconocida para ella. Iba a tener el mejor orgasmo de su vida, teniendo en cuenta que los orgasmos que había tenido con la abogada no podrían ser superados nunca por nadie. Se moría por quitarse la tela que tapaba sus ojos y poder ver a Bianca darse vida entre sus piernas. 

La lengua de Bianca comenzó a jugar con los labios genitales de la joven. Los gemidos de Valeria era imposible que fueran más intensos y enérgicos. Y Bianca de escucharla manifestarse de esa forma y de lamer esos labios tan increíblemente empapados, iba a tener ella también un orgasmo que la iba a hacer tocar el cielo directamente.

Mientras la espalda de Valeria se arqueaba, Bianca lamía la vulva de la joven y daba pequeñas y suaves mordidas con sus dientes en los labios de la joven. Luego, después de dejar bien túmidos los labios de Valeria, decidió meter la lengua entre ellos ayudándose con sus dedos para abrirlos, y comenzó a mover de arriba a abajo la lengua, profundizando e introduciéndola todo lo máximo que pudo. 

La joven ya no aguantó más y cuando llegó al clímax, expulsó de su interior una gran cantidad de líquido dejando el rostro de la mujer todo mojado, mientras de forma inconsciente fue a cerrar las piernas pero Bianca se las mantuvo abiertas. 

Bianca se limpió el rostro rápidamente con la sábana y se recostó encima de la joven mientras ésta aún se estaba recuperando de lo que acababa de pasar en ese momento y se quitaba el pañuelo de la cara. 

-Lo siento, Bianca. Lo siento, no sabía que podía salir de mi interior todo eso…-Dijo Valeria muy avergonzada. Le había encantado todo lo que había sentido gracias a Bianca, pero a la vez se avergonzaba de cómo había puesto a la abogada. 

-Cariño, no se te ocurra sentir eso. Joder, no sabes lo que me ha puesto que hayas expulsado tanto por mí. Me has dejado más que claro que te excito mucho. Tú cuerpo no miente y wow, ha sido único. Estoy loca por ti, Valeria. Soy la mujer más feliz de la Tierra. 

A Valeria se le escapó una lágrima detrás de otra. Desde luego había sido un comienzo de cumpleaños mágico e inigualable. Y gracias a Bianca. Sabía que al lado de esa mujer todos sus cumpleaños iban a ser así. Bianca era una caja de sorpresas y sabía perfectamente que había encontrado a la persona con la que quería compartir el resto de sus días. 

-Eh, mi amor, si lloras que sea de felicidad. Quiero que cada uno de tus cumpleaños que pasemos juntas sean muy especiales. Porque tú lo eres para mí. Bendito el día que Diana te trajo a casa por primera vez. Te juro que nada más te vi, por mucho que no quisiera reconocerlo, sentí un flechazo por ti. 

-Ah, vaya, entonces, ¿ya te gusté cuando nos conocimos?-La joven se hizo la tonta porque quería que de nuevo Bianca le reconociera que nada más verla, su corazón comenzó a latir con una inusual fuerza por ella. Pero también tenía que reconocer que ella debió de parecer una imbécil en el momento que se dio la vuelta y se dio de bruces con la abogada cuando la vio por primera vez.

-Me temo que sí, cariño. Cuando me miraste a los ojos ya me quedé embelesada con tu mirada y con tu inocencia. Porque me di cuenta al instante de los nervios que te produje, que lo sepas. De todas formas, tú ya sabes lo que sentí en el momento en que te conocí. Ya te lo dije aquella tarde que hablamos con Diana y Pamela de lo nuestro ¿no te acuerdas?

-¡Cómo para olvidarlo!

A Valeria aún le costaba creerse lo que le acababa de decir Bianca, así que seguía llorando, por lo que la abogada decidió abrazarla suavemente. Quería y necesitaba sentirla desnuda, la volvía loca juntar ambas pieles. Era la mejor sensación que había experimentado en su vida, unirse a Valeria y quedar abrazadas por un largo tiempo, y llegar a dormirse entre los brazos de la chica. Y finalmente es lo que pasó, ambas mujeres, abrazadas, se quedaron dormidas totalmente relajadas y exhaustas a la vez. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro