Prólogo: Narrador

En la ciudad de Barcelona, una joven caminaba dando pequeños saltos. Miraba con alegría a su alrededor mientras observaba al gentío que caminaba a su alrededor, como si fueran un ejército de robots. Su expresión era feliz y radiante, como era de esperar, se había levantado de muy buen humor. Sin duda, hoy sería un gran día para ella.
Era alta y delgada, con curvas generosas que resaltaban en armonía con su figura. Su cabello, de un suave rosa pastel, le confería una apariencia distintiva y encantadora. Las hebras caían graciosamente sobre sus hombros, brillando con destellos blanquecinos y rosados cuando danzaban a la luz del sol. Un flequillo sutil le cubría parte de los ojos, acentuando su estilo emo y misterioso. Para completar su singular apariencia, sus ojos, grandes y de un intenso color rosáceo, parecían capturar la esencia de un mundo de ensueño. A pesar de los esfuerzos de los médicos por encontrar una explicación científica para el singular color de sus iris, no habían logrado hallar ninguna. Era una peculiaridad única en el mundo, y ella era la primera persona en nacer con unos ojos de esa hermosa tonalidad.
Su atuendo consistía en unos botines negros con tacón que emitían un leve tintineo con cada paso que daba, gracias a las cadenas que los adornaban. Los combinaba con un vestido negro que terminaba en una minifalda al vuelo. La parte superior del vestido era tipo corsé, resaltando su esbelta figura y despertando el interés de quienes la rodeaban. Completando su look, llevaba unas medias negras, unos cubre brazos del mismo color y una gargantilla de cuero adornada con una cruz de plata. El nombre de la muchacha era Lunae.
A sus dieciocho años, Lunae se destacaba por su estética oscura, que contrastaba con su auténtica naturaleza. Vivía sola y era una persona inteligente, indomable y luchadora, pero aún conservaba su inocencia. Los últimos meses habían sido difíciles, al dejar atrás a sus padres y a su hermana pequeña para ir a la universidad. Además, compaginaba sus estudios con un trabajo de fin de semana, desafiando la oposición de sus padres. Sin embargo, ese día festivo disfrutaba de un paseo al aire libre, sintiendo la brisa acariciar su rostro y permitiéndose un momento de calma en medio de su ajetreada vida.
A pesar de la alegría que embargaba a la joven, para el resto de la gente era un día ordinario. Los turistas paseaban por las calles con sus enormes cámaras, tratando de capturar momentos mágicos que solo ellos lograban ver. Mientras tanto, los carteristas y otros delincuentes acechaban a los desprevenidos en busca de un botín. Los comerciantes atendían a sus clientes, y los ejecutivos apurados se movían con prisa, concentrados en sus obligaciones. En resumen, era un día bullicioso en la ciudad. Al menos lo era hasta que unos gritos rompieron el ambiente.
Lunae se giró de repente, buscando el origen de los gritos. La escena que presenció la aterró y la hizo retroceder. Una enorme sombra de tres metros de altura se paseaba por el centro de la rambla, como si estuviera buscando algo. Era un ser monstruoso y desproporcionado, sacado de las fábulas que nos contaban para infundirnos miedo. Sus ojos rojos parecían emitir brasas, e hicieron temblar a la muchacha cuando sus miradas se cruzaron. Los brazos musculosos y exageradamente largos acababan en garras contundentes que arrastraba por el suelo, lo que la hacía andar encorvada. Sin embargo, lo más imponente eran sus fauces y sus colmillos de al menos diez centímetros, otorgándole un aspecto salvaje.
Sin embargo, un problema persistía con esa criatura: nadie parecía capaz de verla. La gente corría despavorida, sin comprender lo que ocurría, pero sí podían ver las enormes pisadas que dejaba a su paso y las pobres víctimas que salían despedidas cuando la sombra las golpeaba.
La joven se percató de que el monstruo se acercaba cada vez más, abrasándola con su mirada. Sin pensarlo, echó a correr en dirección opuesta, tratando desesperadamente de alejarse. Pero pronto se vio rodeada por la histeria colectiva que se había desatado. Los gritos de terror y lamento inundaban el ambiente. En medio del caos, fue derribada. Miró hacia atrás y vio cómo el inmenso brazo de la criatura se acercaba para atraparla. Un grito ensordecedor escapó de sus labios justo antes de que un torrente de luz blanca la envolviera por completo.
La bestia dudó un instante antes de intentar agarrar a la muchacha, soltando un bramido aterrador al hacerlo. El torrente de luz se intensificó y golpeó al monstruo en el pecho. En ese mismo instante, las brasas de sus ojos se apagaron antes de que su cuerpo se desintegrara en mil pedazos.
Agotada, luchó por mantenerse despierta mientras sentía que sus párpados pesaban cada vez más. La confusión y el miedo la invadían, nada de lo ocurrido tenía sentido y eso la aterraba. A pesar de sus esfuerzos, el sopor y el aturdimiento se apoderaron de ella. Lo último que vislumbró fue la figura de un muchacho corriendo hacia ella, pero sus ojos se cerraron antes de poder distinguir su rostro. Sin poder evitarlo, la muchacha cayó en el mundo de los sueños.


Mockup de la La luz que ilumina al mundo.
Hecho por mí (=
Bueno, ya que he cambiado de portada... Nuevo mockup!!

Manip Netflix cortesía de -T3DDYB34R de DarkPhoenixE DarkPhoenixEPhoenixE

Otra vez la ando liando y como cambié la portada, nuevo Mockup!!!

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