Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Una noche preciosa

Entre a esa habitación, lo que había dicho Gabriel era cierto, el cuarto es bastante bonito y muy grande, me enamore de este cuarto. En el centro del cuarto está el sentado en una silla, enfrente de él había una silla.

- Siéntate por favor, quiero hablar contigo – yo le hice caso y me senté – bueno, yo soy el jefe de acá, me dijeron que quieres vivir acá, dime de dónde vienes.

- de una celda, de un lugar, que creo que usted exploto.

- si me acuerdo – el saco un arma – no te asustes, es solo si me tengo que defender, tu te puedes quedar, no hay problema, pero tienes que sernos útil, ya sea peleando, cocinando, lavando, haciendo crecer plantas o trapeando, cualquier cosa, si nos eres útil, te podemos dejar quedar, si no, te vamos a sacar de acá.

- tranquilo, seré muy útil, te prometo que no te arrepentirás.

- solo, no me estorbes, me puedes ser útil, para después, sabes algo de este mapa – me mostro el mapa - ¿Qué sabes de esto?

- no sé nada, solo un viejo mapa, pero ¿de qué se trata?

- un gran mapa, un gran descubrimiento, lo mejor que paso, tal vez con esto puedo descubrir todo lo de este virus y seré un gran héroe.

- ¿está bien? – me dio un poco de miedo.

- sí, mejor que nunca, por fin conseguí lo que quería, recuerda, si recuerdas algo sobre esto, me dices me ayudará, otra cosa, si tú decides hacerme algún daño, yo te quitare a todos los que quieres, a tu amigo pequeño Simón, hare que tu amigo cristiano conozca a dios y tu amigo Gabriel, lo mandare a una misión imposible, que no saldrá vivo.

- tranquilo, no te estorbare, intentare ayudar con todo lo que quieras.

- eso quería oír, solo dime una cosa ¿Qué harás por aquí?

- lo que quieras, hago de todo, menos pelear, no soy muy buena en eso, pero si quieres, yo puedo entrenar y ser una soldado.

- no está bien, no te obligare a nada, todavía, y recuerda que yo lo escucho todo, así que no hagas nada en mi contra, porque lo sabre.

- no me das miedo, no hare nada malo, pase por cosas malas, personas horribles que usaban el miedo como estrategia, pero eso no se puede usar conmigo, soy inmune a eso.

- no te estoy asustando, solo es una advertencia, yo puedo ser tu amigo y yo te puedo ayudar con lo que sea, yo no soy una mala persona, no pienso hacerte daño, excepto si tu me atacas, es una simple advertencia.

- gracias, espero ser tu amiga ¿te puedo pedir un favor? Ya que eres una buena persona.

- claro, pídeme lo que sea, lo voy a hacer, pero dependiendo de lo que sea, voy a tardar.

- gracias, lo que quiero es que voy a cenar con Gabriel – el sonrío.

- que bien, por favor no se aloquen mucho.

- no haremos nada, solo una comida entre nosotros.

- bueno, adivino que no quieres que interrumpa.

- no, quiero que me digas como él es.

- es fácil, es amable, aunque parezca un rudo, no lo es tanto, le gusta mucho el pudin, demasiado, si lo quieres sorprender llévale pudin, su mejor amigo es un cocinero, le caigo mal, aunque no lo culpo, me lo busque, creo que le gusta ver el cielo nocturno, aunque no estoy seguro.

- es interesante.

- aún hay más, el color favorito es el rojo, le gusta los hombres y las mujeres, no habla mucho con desconocidos, lo que me pase raro que te invitara a salir, pienso muchas cosas, pero no te diré que pienso.

- ¿Cómo sabes todo esto?

- las personas hablan, yo solo escucho, tarde o temprano las cosas llegan a mí.

- y adivino que nadie sabe nada sobre ti.

- no, con eso las personas sabrán que me importan, y la gente es un gran hijo de la puta y los van a atacar, así que quiero esa información guardada, si nadie sabe sobre mí, los demás no sabrán donde atacarme para que me duela, solo a mí.

- pero, si te van a atacar, te atacaran a ti, guardar la información no te podrá salvar, aun te pueden atacar.

- lo sé, pero no creo que sea justo que otros sufran lo que yo hice, esas personas merecen morir.

- ¿pero, lo que dijiste?

- lo de Simón era falso, no tengo nada contra él, Daniel es cristiano, ya me parece suficiente para matarlo, un cristiano en mi grupo no termina bien, normalmente hablan sobre estupideces y termino matándolo y Gabriel ya me amenazo, creo que me quiere matar, no lo matare, pero si me ataca, me defenderé.

- entiendo, bueno, me ayudaste mucho, pero no tengo tiempo, me tengo que arreglar.

- buena suerte, disfruta tu salida, por qué no sabes cuando vas a morir.

Yo salí del lugar rápidamente y me arreglé, tenía cuarenta y cinco minutos para hacerlo, es justo para maquillarme, peinarme y ponerme un vestido muy bonito. Salí del baño, me quedaba diez minutos para hablar con Daniel, rápidamente toque la puerta, le explique la situación, el acepto y dijo que se arreglaría y que llamaría a Simón. Me devolví a mi casa y me calme, estaba un poco nerviosa, nunca había estado en una cita, bueno no es una cita, pero es algo parecido y menos con un chico tan guapo como el, es bastante bonito, voy a darle una oportunidad, total no tengo nada que hacer. Luego de unos minutos tocaron mi puerta, yo lo abrí y vi que era Gabriel, no me aguante y lo abracé, luego de unos segundos me separe algo apenada.

- lo siento, es que me emocione, hace rato que no como algo decente y de forma decente, así que me emocione y para agradecértelo te di un abracito.

- no es nada, está bien, me puedes abrazar las veces que quieras, somos amigos y los amigos se abrazan.

- ¿somos amigos?

- sí, o eso pienso yo ¿quieres ser mi amigo?

- me invitaste a comer y te dije que sí, obvio que somos amigos, eres bastante genial y obvio que quiero ser tu amigo.

- entonces somos amigos y como tu amigo te llevo a tu mesa.

- ¿y simón y Daniel?

- ya están, solo falta la invitada especial, así que aquí vengo yo por ella.

- gracias, muy amable – ambos caminamos hasta donde estaban ellos, estaba un cocinero y mis dos amigos – hola – todos dijeron hola, yo me senté alado de Simón.

- bueno amigos, ya que todos estamos aquí, le daremos una rica sopa con lentejas, arroz y carne, si no les gustan, no coman, luego me las como yo – Daniel hizo una cruz con la mano – que el jefe no te vea haciendo esto, te va a resultar matando.

- él ya sabe sobre eso, el me conto.

- a ver, nuestro jefe hablo contigo ¿sabías eso Gabriel?

- una parte, sabía que entro a la sala presidencial y hablo con él, pero no sé de qué.

- bueno, Daniel, a partir de este día duerme con un ojo abierto y un arma cerca, en cualquier momento nuestro jefe te va a matar.

- tranquilo, él dijo que no lo iba a hacer.

- ¿le creíste? Él dice una cosa y hace otra, es muy manipulador y fácilmente te pudo mentir, así que no le creas, el primero esconde el cuchillo y luego te lo clava por la espalda, cuando te haces enemigo de él, todo el mundo te puede atacar, no puedes confiar en nadie.

- anotado, no hacerme enemigo de él y ¿tu cómo te llamas?

- soy Samuel, el mejor amigo de Gabriel, lo he conocido desde hace mucho tiempo y ¿tu? ¿Cómo te llamas?

- soy Juliana – el me miro sorprendido y miro a Gabriel y me volvió a mirar.

- ¿color favorito?

- verde.

- ¿comida favorita?

- cualquiera menos los vegetales.

- ¿te gustan los hombres o las mujeres?

- los hombres.

- ¿te... – sonó algo y se quedó callado – lo siento, no voy a hacer más preguntas – yo reí.

- no pasa nada, pero primero comamos – gracias, no quería que me siguiera preguntando.

- ¿no entiendo para que era esta comida?

- pues, yo invite a Juliana – Simón me vio fijamente y me sonrío – yo la invite a comer algo y ella los invito y pues sí, además después de haber comido en una celda y creí que necesitaban una noche para comer en un comedor decente, ahora no hablemos, vamos a comer.

Luego nos comimos todo, estaba bastante rico la comida, muy rica la verdad, me encanto. Luego de eso yo aproveche para llevar a Gabriel a un mirador mientras los otros se conocían.

- ¿Dónde vamos?

- acá – llegamos a un balcón, él se asombró de la vista y empezó a ver hacia arriba – veo que te gusta la vista.

- sí, hoy es una noche preciosa, muy linda, la luna esta completa hoy, se ven muchas estrellas y no hay ni una sola nube.

- tienes razón, es una noche hermosa.

- ¿Cómo supiste que me gustaba esto? Porque creo que esto lo tenías planeado ¿Quién te lo dijo?

- un pequeño amiguito.

- fue el jefe ¿cierto?

- sí, algo así – él se acostó en el suelo.

- era obvio que era el, pero eso no importa ahora, ahora solo me importa ver el cielo oscuro.

- ¿Por qué te gusta ver el cielo? Es una bonita noche, pero es algo extraño, a veces es bueno ver al cielo, pero no me parece para tanto.

- es fácil, si tú ves a cualquier lado que no sea arriba, encontraras muerte, desolación, tristeza y varias cosas, porque los zombis lo destruyeron todo y solo ves eso, destrucción, hay pocos casos donde ves un lugar agradable a la vista, existen lugares bonitos, como este, pero es muy raro de ver, pero el cielo, nunca ha cambiado, es como una luz que pase lo que pase nunca cambiara.

- nunca lo había visto de esa manera, es bastante interesante y creo que tienes razón.

Luego de eso nadie dijo nada, no creo que había algo que decir, yo no soy muy buena sacando temas, o eso creo yo, muchos dicen que sí, pero yo solo lo niego, además está concentrado viendo el cielo, se ve feliz, una cosa que creo que no es común aquí, no quiero interrumpir esa felicidad.

- debemos volver con los demás.

- ¿Por qué lo dices?

- porque mi amigo debe estarle preguntando a tus amigos su vida completa – el río, tiene una bonita risa.

- tienes razón, vamos con ellos.

Fuimos donde estaban ellos y lo vimos pelearse, estaban discutiendo y creo que, si hubiéramos llegado antes, se empezarían a matarse. Gabriel separo a Samuel y lo agarro para que no le pegara a Daniel, yo hice lo mismo.

- ¿Qué demonios pasó? Los dejo solo unos minutos y se empiezan a matar.

- es que me dijo que no cocinaba tan rico, que otras personas lo hacen mejor, además estábamos jugando uno y me mando un más cuatro.

- ¿podrías madurar?

- me insulto, me insulto mucho.

- pero es verdad, puede que allá mejores personas cocineras que tú, pero eso no importa, porque en este momento no importa porque eres el mejor cocinero que conozco y es lo único que importa, además es un juego.

- tienes razón, lo siento señor, te pido disculpas, perdí la razón, lo siento mucho.

- tranquilo, te perdono, si dios se perdonó por hacerte, yo también puedo, ya que eres muy feo físicamente, incluso creo que te dejo caer mientras te hacia - ¿Cómo se le ocurre decir eso? Es que no, ya veo porque pelearon. Pero para mi sorpresa el amigo de Gabriel se río, eso me confundió, pero me alivio un poco, eso significa que todo está bien.

- muy buen chiste, me gusto ¿amigos?

- amigos – ambos se dieron la mano.

- que bien, ahora todos somos amigos.

- yo aposte que ganaba Daniel a la pelea.

- ¿con quién apostaste Simón?

- pues conmigo, no tenía nadie a mi alrededor, así que aposte conmigo mismo.

- ¿a ti te gusto mi comida?

- sí, nunca cocine a alguien que cocinara tan rico, eres muy talentoso.

- gracias niño.

- dime Simón.

- bueno, lastimosamente nos tenemos que ir, ya es muy tarde y mañana hay que despertar temprano.

- me parece muy bien – abracé a Gabriel – gracias por todo, mañana – nosotros tres nos fuimos a mi cuarto - ¿Cómo les pareció la comida?

- muy rica, el lugar era bonito, pero creo que tú lo disfrutaste más que nosotros dos.

- ¿Por qué lo dices Simón?

- pasaste tiempo a solas con Gabriel.

- ¿eso que tiene?

- ¿ya son novios? – yo me avergoncé por la pregunta, aun no somos novios, además no se si quiera.

- ¿Cómo se te ocurre? Si apenas nos conocemos, para tener pareja tenemos que darles tiempo, tenemos que conocerlo, saber que le gusta y sobre todo saber si de verdad te ama.

- ¿pero a ti te gusta? – yo me quede callada, yo no sabía que responder – tomare tu silencio como un sí.

- pues, no sé, esa es la respuesta.

- yo digo que si lo amas.

- Simón, déjala en paz, si dice que no sabe es que no sabe, quizás si lo ama, pero no está segura, solo ella sabrá si lo ama o no.

- gracias Daniel.

- de nada, pero si te gusta, me lo dices, te podría ayudar de cualquier manera.

- gracias, pero estoy bien sola, no necesito ayuda, no quiero sonar que no la necesito, sino que no quiero, gracias.

- no pasa nada, lo entiendo.

- bueno, tienen que irse, me voy a cambiar y tenemos que dormir temprano.

- está bien, estoy seguro que si Gabriel estuviera aquí no lo sacarías de tu habitación – ese comentario me hizo ruborizar.

- ¡Simón! – el salió corriendo de mi habitación, y que bueno que lo hizo porque si se quedaba en mi habitación, yo lo mataba.

- voy por el – hable la puerta – ten dulces sueños – cerró la puerta.

Luego de eso, me puse mi pijama, me lave los dientes y me mire al espejo, me veía tan hermosa. Apague todas las luces, me acosté en mi cama y me puse las cobijas encima, cuando estaba a punto de dormir, escuche una explosión.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro