Una misión algo peligrosa
Me puse mi uniforme y mi arma y me fui al punto de encuentro, ahí todos nos encontramos y esperamos las ordenes de nuestro capitán, que es el que ordena todo el lugar aquí.
- hola, bueno muchachos, como saben, tenemos dos nuevos compañeros, uno se llama Emiliano y el otro se llama Arturo y es un perfecto guerrero con las espadas, denle un fuerte aplauso a Arturo y Emiliano – todos aplaudimos – ya mucho, nuestra siguiente misión es muy importante y también muy peligrosa, se harán dos cosas, primero robar un mapa que era mío, es muy importante, este está en un lugar donde hay llenos de bandidos, traidores y asesinos, no tienen respeto hacia nadie, es nuestro objetivo número uno y el más importante, el otro es menos importante, si la misión corre peligro asegúrense del primer objetivo, únicamente se hará después del primer objetivo y esto es matar al jefe de ese lugar, es muy peligroso y puede poner en riesgo la vida de varias personas, si se quieren retirar, háganlo, no pasara nada – nadie dijo nada – bueno, entonces vamos para allá, el lugar no esta tan lejos, buena suerte – todos salimos del lugar.
Nos subimos a una caravana y nos fuimos de ahí, me hice alado de Emiliano y Arturo para poder hablar con ellos, ya que el camino era un poco largo.
- Hola soy Gabriel.
- ya te conozco, Emiliano me conto de ti.
- bueno, pero no sabe mucho de mí, solo un poco de mi pasado, no como soy, pero igual quiero habar de ti.
- me gusta la espada, soy muy bueno en eso, es mi mejor arma, pero no es la única, también tengo un rifle y un arma, las espadas la uso para los zombis y las armas de fuego a las personas comunes.
- me parece bien ¿estas listo para tu primera misión?
- un poco nervioso la verdad, además es una misión algo difícil y es nuestra primera vez, no tenemos experiencia, pero somos unidos y grandes amigos, sé que lo haremos muy bien, bastante bien.
- que bien ¿te gusta los hombres o las mujeres?
- mujeres y ¿tu?
- ambos.
- pero miren quienes son, ya le viste la espada Gabriel.
- si Francisco, ya se la vi, fue lo primero que le vi.
- ¿Por qué lo preguntas? ¿acaso la quieres ver?
- si no es mucha molestia, claro que quiero ver tu gran espada – el saco su espada y se la puso enfrente suyo.
- te gusta mi espada, tengo otra, pero esta es la primera que tengo, con la que más entrene, su nombre es arcángel y la otra es Excalibur, por obvias razones le puse así ¿no crees?
- buen nombre y que buenas espadas, son muy largas – él toca la espada – y esta esa muy afilada, cuidado contra quien lo usas.
- te vuelves a burlar de mi o de mis espadas y te mato, te corto la garganta, así que aléjate y ni se te ocurra burlarte de Emiliano y antes de que digas que es mi novio, no, es todo tuyo, si quieres los puedes tener, él está en busca de novio, es todo tuyo – yo me reí de él.
- estuvo bueno, pero – acerco su espada a su cuello.
- quédate callado, porque solo de tu boca salen insultos, no me vuelvas a hablar, en toda la misión te quedaras callado, para que no se estropee, así que cállate, por favor – todos reímos.
- está bien – el guarda su espada.
- ya que te mostré mi espada, me tienes que mostrar la tuya, aunque no creo que no sea tan hermosa como la mía – Francisco río.
- buen chiste, me estas empezando a caer bien ¿podríamos ser amigos?
- no creo, pero gracias por la invitación – luego de esto, todos hablamos de distintos temas, que, si creían en dios, color favorito, comida y cosas así.
Luego de un tiempo llegamos a nuestro objetivo, parqueamos a un lado, cerca del campamento, y nos alistamos, dos dividimos en tres equipos, uno era Emiliano, Laura y yo y el otro es Arturo, Francisco, Fernando, María y Héctor, el grupo de ellos van a infiltrarse y encontrar el mapa, mientras nosotros nos encargamos de ir al despacho donde está la persona más importante y matarlo, así que nos separamos y esperamos hasta que en la radio sonó, encontraron el mapa y se largaron, ahora nos toca a nosotros.
- Bueno, nos toca muchachos, es nuestro momento equipo, vamos a entrar.
Nosotros nos alistamos y entramos silenciosamente, teníamos un punto de entrada algo estudiaba, ahí no había nadie, nos escondíamos y pasábamos silenciosamente hacia la guarida de nuestro objetivo, entramos sin ningún problema y al verlo matamos a sus guardias y a él, todo parecía tan fácil, hasta que empezaron a sonar bombas, haciendo que el lugar empieza a caerse, tenemos que salir que ahí, algo está pasando. Nosotros corrimos del lugar, pero nuestro lugar de salida estaba lleno de guardias, así que nosotros corrimos hacia otro lugar, empezamos a bajar y a matar a todos, teníamos que correr, empezábamos a lanzar granadas para escapar y les disparamos, nos cubríamos y nos escondíamos para poder escapar. Encontramos una salida, primero salió Laura, pero el lugar se derrumbaba y no pudimos escapar, la salida se cerró y nos quedamos solo Emiliano y yo adentro, tenemos que escapar, corríamos por el lugar, el edificio se derrumbaba a pedazos. Se me ocurrió la idea de salir por las celdas, nosotros corríamos rápidamente por todo el lugar, para bajar, pero alguien me ataco, puse su arma a un lado, el empezó a disparar y una bala, le dio a Emiliano, yo le patee y le dispare con mi arma matándolo.
- ¿estás bien?
- si solo es un pequeño rasguño, sigamos.
Ambos seguimos, la sala de celdas es la más baja, así que había que bajar, yo iba primero, yo veía si alguien estaba cerca y lo mataba, pero un grupo de soldados nos vio y empezó a dispararnos, ambos corrimos lo más rápido que pudimos y cuando estaba a punto de llegar, Emiliano se cayó, yo lo ayude a levantarse y juntos empezamos a caminar.
- Ya casi llegamos, estamos muy cerca.
- tú sabes que no lo lograre, este va a ser mi final, veo la muerte.
- no digas tonterías, vamos a escapar juntos – es escucharon voces, solo soy un retraso para ti – cogió su arma y sonrío – vete, yo daré todo lo que puedo, sabes que soy un retraso para ti.
- si hubiéramos hablado más quizás estuviera llorando.
- es posible – él se río – me duele todo, pero voy a dar lo mejor de mí, mándale un saludo a Arturo y dile que lo quiero.
- lo hare – se escucharon varias personas hablar más cerca – ahora vete, que están cerca.
- Fuiste un buen soldado, lástima que no nos serviste demasiado.
Me fui rápidamente, luego de eso escuche varios disparos, el camino detrás de mí se derrumbaba y quede encerrado en una cueva, al parecer encerraban a sus prisioneros bajo tierra. Camine tranquilamente, saque la radio y le dije lo que les había pasado a mis compañeros, ellos me dijeron que salga, es mi máxima prioridad. Cuando está caminando escuche una voz, algo que me puso los pelos de punto, ciertamente me asusto, mire a mi alrededor y vi a tres personas encerradas, una mujer a mi edad, un niño con trece o catorce y un señor algo viejo.
- ayuda, sáqueme de aquí – me acerque al ruido – por favor, queremos salir de aquí, sáquenos.
- ¿Quiénes son?
- somos humanos ¿Importa que seamos algo más? No, solo sáquenos de aquí, por favor.
- está bien, pero no hagan nada estúpido, no me temblara las manos para matarlos ¿Qué dicen?
- puedes confiar en nosotros, no haremos nada, ahora sácanos de aquí.
- apártense de la cerradura, le voy a disparar – ellos se apartaron y yo le dispare, esto hizo que la puerta se abriera – ya son libres.
- muchas gracias.
- me pueden seguir y les puedo dar protección y alimentos o se pueden largar e ir donde ustedes quieran.
- mientras no nos encierren, voy contigo.
- está bien, ahora síganme – empecé a caminar.
- ¿sabes por donde salimos?
- no, pero solo hay un camino, así que, si hay otra salida, es por aquí.
- gracias por lo que has hecho, mi nombre es Juliana, un gusto – yo sonreí.
- Gabriel y el gusto es mío.
- ¿Por qué sonríes?
- no nombre, es igualito a una amiga que tenía, era muy buena amiga, hace mucho tiempo no la veo.
- lo siento.
- no es tu culpa tranquila – le sonreí – y ¿tus amigos son?
- en niño pequeño es Simón y el viejo es Daniel.
- tengo cuarenta y siete, aún estoy joven – ella río.
- si claro, no eres joven, pero tampoco eres muy viejo.
- bueno, eso no importa ya, lo que importa es que salimos de ese maldito lugar, yo te dije que hoy íbamos a salir – yo lo mire detenidamente, vi que tenía un collar con una cruz y el libro que sostenía era la biblia, el libro más vendido en la historia, así que, si no me equivoco, este sujeto es religioso, eso no me daba buena espina, él puede creer lo que él quiera, pero espero que esa creencia no se interponga en nuestro salón, que no digan cosas estúpidas sobre dios.
- ¿adivino que dios te dijo que ibas a salir o que rezaste mucho para que salieras?
- no, escuché explosiones y dije que era un ataque, así que supuse que saldríamos de aquí, ya se vivos o muertos, pero de que salimos de aquí, salimos, y no tengo esquizofrenia, así que no puedo escuchar voces.
- me alegra escucharlo – luego de un rato caminar encontramos una salida – por aquí.
Salimos del lugar y hable con mis compañeros, les explique todo lo que paso después de que yo y Emiliano nos separamos de Laura, Arturo se arrodillo y empecé a llorar, yo me acerque y lo abracé.
- Lo siento, no pude salvarlo.
- sé que no. Pero ¿Por qué? ¿Qué paso? – el empezó a hiperventilarse.
- tranquilo, respira lento – el me hizo caso y empezó a respirar más lento.
- ¿Por qué el lugar exploto? Es que no tiene sentido. Algo malo ocurrió.
- sabíamos que era peligroso e igual tomamos el riesgo. Pero, es raro ¿Por qué exploto todo? No tiene sentido.
- ¿no entiendo?
- mira Héctor, nuestra misión era matarlo, pero ¿Por qué exploto? Ellos no fueron, porque ¿Por qué se matarían entre sí?
- lo que significa es que alguien de nosotros las puso y la exploto.
- exacto Francisco, ese es mi teoría, significa que alguien nos traiciono o alguien tenía otros planes.
- sí y creo saber quién es
- ¿enserio? ¿dinos quién es?
- claro, fui yo, yo active las bombas y las explote, yo fui el que los traicione – Arturo se tiró encima, nosotros tuvimos que alejarlo.
- ¡te matare maldito, tú lo mataste!
- tranquilo fiera, lo siento, pero te voy explicar, nuestro jefe me dio una orden especial, poner bombas y explotarlo todo, yo solo soy un soldado, lo siento sí, pero en la guerra se pierden vidas, lo siento, tuve que activarlo rápido, porque mi misión era matar a todos lo que estaban ahí y si no lo hacía, me matarían y entre tu amigo gay y yo, prefiero mi propia vida, lo siento, pero así está la cosa y no puedes hacer nada para recuperar a tu amiguito, se murió, así que deja de llorar y larguémonos antes de que vengan más y nos maten – Arturo saco su espada y la puso en su cuello.
- te matare.
- tranquilo Arturo, no lo hagas, sé que lo que hizo esta mal, es horrible, pero esto tiene algo más de fondo, tenemos que preguntarle al jefe y nos tiene que dar explicaciones, si lo matas, estoy seguro que nuestro jefe te torturara hasta la muerte, así que no puedes hacerlo, pero te prometo que te vas a vengar, solo baja la espada, además si lo matas así de rápido, no va a sufrir, yo digo que lo mejor es esperar y cuando tengas el momento lo haces sufrir, pero aún no lo es – el bajo su espada.
- gracias Gabriel.
- no me agradezcas – le pegue un puño en la cara y lo tire al suelo y le golpee varias veces en la cara, le rompí varios dientes, su cara estaba bañada de sangre, mi mano también tenía sangre, pero tenía más sangre suya que mía – te voy a decir una cosa, te voy a dejar vivo, solo porque te quiero ver sufrir, pero aún no lo puedo hacer – saco mi pistola y se lo pongo en su boca – prométeme que no dirás nada, que te quedaras callado y no volverás a hacer una estupidez como esa – el movió la cabeza de arriba y abajo, diciendo si – nadie va a decir ¿estamos de acuerdo? – todos dicen si – te prometo que esto te saldrá muy caro, que tarde o temprano vas a sufrir por esto y nadie te podrá salvar – le pegue otro puño, el callo noqueado – llévenlo al auto, por favor – me hicieron caso y se lo llevaron, yo me acerque a Arturo – tranquilo, sé que lo querías hacer, pero te prometo que algún día te daré tiempo a solas con él y tú decides que hacer.
- gracias, me voy a controlar, pero si se pasa, le cortare la mano.
- espero que cumplas eso.
- claro que lo hare, pero creo que tendrás que hablar con los señores de allá – señalo a Juliana y los demás, se me olvido que ellos existían, mierda, tengo que explicarles – porque deben estar llenos de preguntas, además creo que se sintieron incomodo al ver todo esto.
- tienes razón – me acerque a ellos, el chico se hizo detrás de Juliana – hola, lo siento por lo que vieron.
- no pasa nada, ya hemos visto cosas peores, pero creo que deben arreglar eso.
- si lo sé, pero lo que paso es que nos traicionaron y casi muero yo y fue cómplice de la muerte de un amigo, si él no hubiera hecho eso, todos salíamos de esto, pero bueno, ya deben saber cómo son los humanos.
- sí, dios nos hizo imperfectos, eso nos hace humanos, creo, eso es lo que siempre me dijeron a mí, esperemos que tu amiguito se vaya al infierno y que sufra.
- no creo que exista eso, pero espero que así sea, pero antes de irse allí, va a sufrir, espero que dios nos perdone.
- dios nos dejó solos hace rato, yo sí creo en dios, pero nos abandonó y se fue, este virus es nuestro meteorito.
- que bien, entonces puedo decir lo estúpido que es la religión.
- yo creo en dios, pero nunca creí a la iglesia, ellos usaban a dios para hacer cosas malas, así que, si quieres burlarte de eso, hazlo, yo lo único que creo que dios nos creó y se aburrió de nosotros y se fue deshaciendo de nosotros poco a poco.
- entonces ¿Por qué sigues creyendo en dios?
- le tengo miedo a la muerte, entonces empecé a creer que había algo más y así perdí el miedo así la muerte y empecé a vivir, si a mí me dicen que si muero dejo de existir, viviré toda la vida con miedo, pero si me dicen que tengo otro chance, viviré con menos miedo, pero igual con ciertas seguridades, quiero aprovecharle todo el tiempo que tengo en la vida terrenal, antes de irme al otro lado y antes que lo preguntes, tengo la biblia porque es el libro más famoso y ver lo ilógico que es, me causa un poco de gracia.
- creo que eres el mejor cristiano que conocí, literalmente no te odio, tienes "lógica" en creer en dios – le di la mano y lo abracé – y ¿tu Juliana?
- yo que, yo no sé qué paso, pero si tú dices que se lo merecía, te creo, total tu eres una buena persona o ese es la idea que tengo de ti, como tu confiaste en mí, ahora me toca confiar en ti.
- me parece bien – me acerque a Simón y él se alejó un poco – no tengas miedo, sé que lo que viste fue algo raro, pero es algo normal.
- yo sé, he visto varias cosas peores, pero no te conozco y no confió mucho en ti, además vi tu cara, cuando lo golpeabas y me dio un poco de miedo – le mostré mi mano.
- esta es la mano de un soldado, puedes confiar en mí, no te preocupes de mí, él se merecía eso y merece mucho más, pero por ahora lo necesitamos vivo, el hizo cosas malas, me intento matar y debe pagar por sus actos.
- yo no sé qué decir.
- solo te digo algo, no te alejes de esta hermosa mujer – señale a Juliana – y si no la tienes cerca, ve por el señor – señale a Daniel – ellos te protegerán.
- ya lo se.
- y si no lo tienes, puedes ir donde mí, yo te protegeré.
- está bien.
- bueno, síganme, tenemos que irnos, puede que tengamos personas no deseadas y nos pueden matar.
Todos nos fuimos de ahí y llegamos a nuestro hogar; cuando llegamos, se llevaron a Francisco a la enfermería para curarlo, yo les informe las cosas a unas personas y me fui de ahí, deje a mis nuevos amigos con unos compañeros para que las pusieran cómodas y yo me fui con el mapa a la habitación del presidente, necesito respuestas y respuestas ya, algo no anda bien y necesito varias respuestas y el único que me puede dar respuestas es el.
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