Entre a la habitación presidencial, así es como le decimos, porque nuestro jefe es como un presidente, así que le pusimos así de cariño. Entre algo enojado y puse el mapa enfrente suyo.

- Veo que lo lograron, nunca dude de ustedes, adivino que hicieron todo bien.

- uno de nosotros murió, así que no salió nada bien.

- pues me trajeron el mapa, mataron a todos y destruyeron el lugar, lo hicieron bien, ¿pudo ser mejor? Si, pero cumplimos todos los objetivos.

- nos hubieras dicho.

- se hubieran interpuesto, mira, yo hice lo correcto, esto vale más que una vida, las personas mueren por menos, puede que estuvo mal no haberles dicho, pero solo pensé en lo correcto, si en algún momento llegas a mi puesto, cosa que no creo, pero si llegas, tendrás que sacrificar vidas para salvar otras.

- eso lo entiendo, pero él sacrifico la vida por nada, solo por la mía, lo aprecio, pero se pudo evitar.

- no importa ya, no importa, lo que paso, paso, no lo puedo cambiar, así que vete, ahora solo eres alguien menor rango, cuando seas más importante, podemos hablar – golpee la mesa.

- esto no se quedar así.

- sé que no, todo va a mejorar, solo disfruta estos días, a todos les daré un tiempo para descansar y no te regañare por lastimar a Francisco, sé que fuiste tú, un pajarito me conto, así que vete y disfruta el tiempo, que no sabemos cuándo morirás.

Yo me largue de ese lugar enojado, no podía hacer nada, pero lo hare en algún momento, por ahora voy a ver que está haciendo mi amigo. Me fui para la cocina y toqué la puerta, el me hizo señales para que pasara.

- ¿Cómo te fue?

- muy mal, mataron a alguien y casi me matan.

- ¿Quién?

- francisco.

- ese maldito, si lo veo lo mato.

- no lo hagas, te sacaran de ti y ¿Qué hare de ti sin ti? No podre robarme alimentos de la cocina, además somos amigos desde hace tiempo, una amistad así no es fácil de conseguir, eres gentil, amable, además eres mi amigo para siempre, como eres tan feo, nunca conseguirás pareja, así que estarás siempre para mí como un amigo, eres lo más preciado que tengo aquí – el sonrío.

- es un mal chiste, pero con pareja o sin pareja, siempre estaré a tu lado, eres mi amigo y eso hacen los amigos, por cierto, tengo lo que siempre me has pedido.

- ¿más pudin?

- no, no puedo, tal vez después, pero ahora no, es algo más preciado para ti o eso creo, espero que te guste, si no te gusta, recuerda que la intención es lo que vale, te lo hice con mucho cariño y conseguir esta mierda es muy difícil.

- lo prometo ahora ¿qué es?

- cierra los ojos, es sorpresa – yo los cerré – y no hagas trampa – esperé un largo tiempo, la verdad me tenía intrigado saber que era – volví, abre los ojos – yo los abrí, no podía creer lo que veía.

- ¿eso es?

- ¿el muñeco de Fred de esa serie de internet que tanto te gusta? Si – yo lo abracé muy fuerte.

- gracias, gracias, gracias, muchas gracias, soy el hombre más feliz en la vida.

- de nada, pero suéltame que me vas a matar – yo me reí y lo solté.

- lo siento – agarre el muñeco - ¿Cómo lo conseguiste?

- pedí favores, sé que te gusta esa serie web, aunque a mí nunca me gusto, pero como tú siempre hablabas de ella, quise darte este regalo, así por la noche no sufrirás por no tener a alguien de tu lado – yo reí.

- no sé qué decirte Samuel, esto es impresionante, es precioso, no sé cómo agradecerte.

- no es nada, somos amigos y tú has sido el mejor amigo que tuve siempre tan atento y cuidadoso conmigo, cuentas los mejores chistes y siempre has estado a mi lado cuando lo necesitaba, esto no es nada, somos grandes amigos y pase lo que pase, siempre lo seremos, nada nos podrá separar.

- te lo prometo.

- sabes, recordé la primera vez que nos vimos, tú me querías matar.

- no me acuerdo.

- tú te escapaste de donde estábamos, como yo no era bueno te seguí y lo primero que hiciste fue apuntarme y decirme que me matarías.

- ya me acorde, aunque no te vi como una amenaza, así que por eso te deje quedarte conmigo, además me iba a quedar solo y yo prefiero estar acompañado de alguien, además siempre eres muy gentil.

- recuerdo cuando hablamos de la serie.

- y yo pelee porque no te gusta, al final te deje ganar.

- ¿Qué? Tú te rendiste, te pegue con un bate de beisbol y pediste la paz.

- me acuerdo y para pedirme perdón, cogiste una torta de la panadería y dijiste que era para mí, yo no te creí, además la torta decía feliz quinces Daniela, se te notaba mucho – ambos reímos.

- cogí lo primero que vi, como dijiste que te gusta la torta de chocolate, cogí la primera que había, pero debí ver mejor, fueron buenos tiempos.

- sí, unos de los mejores en mi vida, quien lo dirá, uno de mis mejores momentos fue en el apocalipsis.

- me paso lo mismo – ambos reímos – por cierto, creo que me enamore.

- ¿enserio? ¿de quién?

- de la chica Manuela.

- es bonita, hay que admitirlo, es toda tuya, yo obviamente te ayudare con esa fiera.

- creo que puedes solo.

- ¿recuerdas a Sandra?

- no lo hagas.

- le tocaste su puerta y le dijiste que eras un completo desconocido que quería salir a jugar contigo, obviamente todo salió bien y para nada se largó de aquí.

- es que salió bien, me amaba tanto, que sabía que con ella no sería feliz, así que decidió alejarse para que encuentre la felicidad con otra chica.

- obvio, como no se me ocurrió antes, con esa frase ¿Quién no se enamoraría? Es que en la escuela te dicen en casa novas, cada día salías con una mujer diferente – ambos reímos.

- gracias, por siempre hacerme el día más feliz, si fuera gay te pediría ser mi novio, pero me gusta más las mujeres.

- y no solo eso, yo solo te veo como mi amigo, de ahí nunca vas a pasar.

- que bien, ya tenía miedo de romperte el corazón – el río – sabes, tú también eres lo más apreciado que tengo.

- ven aquí amigo – lo abracé – hueles a cartón quemado.

- no se a que huele feo, pero hoy no me eche perfume así que debo oler horrible – yo reí.

- yo nunca uso perfume.

- por eso siempre hueles tan mal – él se río y lo solté.

- bueno casa novas, voy a dejar este muñequito en mi habitación y luego voy por una persona.

- ¿con quién?

- una amiga que me hice, no te hagas ilusiones, apenas la conocí.

- de seguro ya son novios – yo reí.

- no, es bonita, hay que admitirlo, pero no me he enamorado de ella, no sé cómo es su personalidad, pero el cuerpo lo tiene magnifico.

- está bien, pero si te gusta, intenta que salga contigo, ya que no te he visto salir ni con un hombre ni con una mujer y que mi mejor amigo tenga pareja, es algo para celebrar.

- no te apures, voy a intentarlo, pero eso no significa que lo logre.

- yo sé que sí, tu logras todo si te lo propones y es algo que siempre he admirado de ti.

- gracias, pero me tengo que ir, te quiero amigo.

- yo también.

Me fui de ahí y fui donde estaba Juliana, primero dejé el muñeco de Samuel en mi cuarto, luego pregunté dónde estaba ella y por último fui donde esta ella. Toqué su puerta y oí una voz que me dijo que podía pasar.

- Hola ¿Cómo estás?

- bien, muy bien.

- ¿les está gustando el lugar?

- cualquier cosa es mejor que esa celda, gracias por salvarnos – ella me abrazo – no sé cómo agradecerte – yo sonreí.

- no fue nada, tenía que salvarte, no podría dormir si te dejaba ahí a morir, además no me lo tienes que agradecer.

- lo hare o eso intentare – me miró fijamente – estaba esperándote.

- ¿esperándome? ¿para qué?

- no conozco este lugar, así que estaba esperando a que tú me dieras un recorrido por todo el lugar, además me dijeron que tengo que hablar con el jefe del lugar para ver si me puedo quedar acá.

- a claro, entonces vamos por todo el lugar.

Recorrimos todo el lugar, fuimos a los baños, la cocina, no le quise mostrar a mi amigo porque estoy seguro que le va a hacer miles de preguntas que la pueden incomodar, la armería, donde puedes practicar puntería, las celdas que están vacías, no sé porque tenemos celdas si no la utilizamos, un almacén donde puedes sacar o meter ropa, un huerto, y por último la sala presidencial, donde siempre esta nuestro jefe, no le mostré todo el lugar, solo las salas más importantes, ya el resto lo explora ella sola.

- Y este es la sala presidencial, donde está el jefe, ahí siempre lo encontraras o casi siempre, es una sala bastante bonita.

- y ¿Cómo es el?

- pues, no lo sé, no he hablado mucho con él, solo sé que es muy bueno con las estrategias de ataques y defensa, es algo terco y desconfía bastante de las personas, solo le he hablado de misiones, no digamos que lo conozco bien, además es un poco apartado de los demás, siempre está ahí dentro, manejándolo todo.

- como un titiritero, no puedes verlo, pero puedes ver sus cuerdas.

- algo así, lastimosamente aquí se acaba nuestro recorrido, te he mostrado los lugares más importantes, pero aquí termina todo, porque tienes que entrar a ver al jefe, para ver si te quedas, espero que si – la mire – si te quedas, te invito a una cena especial, puedes llevar a Simón y a Daniel, mi amigo cocinara, ya que es el cocinero.

- está bien, iré, si es que me dejan quedarme.

- que bien, entonces ¿en una hora voy a por ti?

- me parece bien, nos vemos – ella entro al lugar y yo salí corriendo para contarle a Samuel, no esperaba que dijera que sí, no tengo nada preparado, debí planear esto y no apresurar las cosas, pero tengo una hora, sé que lo hare bien, tiene que salir bien, acabo de invitar a alguien que ni siquiera conozco bien, no sé qué le gusta, todo puede salir mal, pero sé que saldrá bien, eso espero.