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El laberinto

Luego de que Miranda se fuera, yo aproveche para estar con Gabriel, me acerqué a él y lo abracé, sentir su cuerpo, sus brazos alrededor de los mí cuerpo, se sentía maravilloso, era precioso, cada vez que él me abrazaba, yo sentía que estaba en las nubes, cada vez que me abraza, me siento valiente, capaz de hacer lo que sea.

- te amó.

- yo también – él me beso.

- sabes que está es la última vez que nos podríamos ver – estaba deprimida, necesitaba sacarlo todo, mientras pueda.

- siempre, no sabemos el futuro y siempre pudo ser así, pero déjame decirte, que lo que pase contigo, fue lo mejor que me paso – él me abrazo - ¿Crees qué esto salga bien? – él sonrió.

- claro que sí, tiene que salir bien, confió en todos ellos – yo los miré – sé que lo harán bien, en especial confió en ti – yo le agarré fuerte la mano.

- no te quiero perder, de verdad, eres mi vida entera – él sonrió.

- gracias, pero, no tiene que ser así, prométeme que, si me muero, a ti te consigues otro – no quiero.

- está bien – dije una pequeña mentirita para que esté feliz ¿Qué tanto mal puedo hacer?

- no te preocupes, eres fuerte, vivirás sin mí – no viviría mi vida, sobreviviría a mí vida.

- no es lo mismo – yo lo abracé – dejemos de hablar del tema, aprovechemos del tema.

- si tú quieres – me acercaba a sus labios, pero escuché la puerta abrirse y yo me sobresalté, era Miranda, Gabriel se alejó de mí y fue donde estaba ella.

- ¿Todo listo? – te quiero Miranda, pero arruinaste el momento.

- sí, todo parece bien, podremos huir, aunque no prometo nada – espero que sí, porque si por alguna razón se rompe y ambas quedamos vivas, te mato.

- lo hiciste bien Miranda – me puso su mano en su hombro.

- no fue nada, era mi trabajo – empezó a sonar una alarma, alarma que no me gustaba.

- ya están aquí, ahora, actívalo – él doc toco unos botones.

- listo, palancas activadas, ahora vayan rápidamente, no sabemos cuánto tiempo podremos aguantar – todos salimos del lugar o eso creo, cuando subimos al segundo piso, vi a mi compañero algo asustada.

- tranquila, soy inmune, si te muerden te curaré.

- pero eso no ayuda a mucho – luego me arrepentí de lo que dije – me retracto, si sirve, pero aun así los zombis me pueden matar, pero gracias.

- no es nada, solo, ten cuidado.

- siempre lo tengo – yo sonreí – me puedes decir que haces aquí.

- pues, me rescataron – vaya, eso no me lo esperaba.

- sí, ya sé, pero ¿Dónde estabas exactamente?

- creo que debajo tierra, no sé con seguridad, lo que, si se es qué, no era humano, que allá bajo no está mejor que esto, todos moríamos muy seguido, nuestra misión es salir fuera del lugar, al final lo logre, pero, aquí sigue siendo igual de jodido que allá.

- vaya, debió ser horrible.

- con él tiempo te acostumbras, sí es que tienes ese tiempo – habíamos llegado al lugar, había un pequeño hueco, creo que era una puerta que se subía y bajaba, pero creo que está dañada y no subía del todo.

- creo que es aquí – me agaché y vi por dentro, el lugar estaba oscuro y no podía ver nada – espero que tengas una linterna – prendí la linterna que tenía mi arma.

- yo siempre cargo una, quien sabe para que se necesita – él sacó una pequeña linterna.

- entremos – primero entre yo y luego entro él – vaya, esté lugar es muy oscuro – se empezaron a escuchar pasos detrás – vámonos, antes de que un zombi entre – caminamos – bueno, podría se peor, por lo menos los zombis se van a perder por aquí, aunque no los veo tan listo para agacharse y pasar – yo me reí, pero él no.

- no necesariamente, pueden romper las puertas o paredes, por lo que veo, son de metal, pero creo que entre muchos podrán romperlo.

- veo que no tienes humos – llegamos a un punto donde el camino se divide en dos - ¿Derecha o izquierda?

- izquierda, siempre a la izquierda – miré a la izquierda y con la linterna intenté ver un borde o una pared, pero no lo vi, eso es una buena señal.

- bueno, vamos a la derecha – yo sonreí, obviamente era una broma.

- ¿Por qué preguntaste mi opinión, si te la ibas a meter por el culo? – se ve que no lo entendió.

- era una broma, broma – él soltó una pequeña risa.

- lo sé, lo mío también era una pequeña broma – él se fue a la izquierda y yo lo seguí.

- cuando terminemos todo esto, me tendrás que contar tu historia.

- podría, pero la verdad no quiero – empecé a escuchar golpees.

- ¿Escuchaste eso? – lo miré.

- son los golpees de la muerte, en otras palabras, quieren tirar las paredes o la puerta.

- mejor corramos – yo corrí hacia adelante, hasta que el camino se dividió en dos, uno era a la derecha y otro.

- derechas, creo que la palanca está al otro extremo, así que a la derecha.

Luego empezamos a correr, seguimos derecho y el camino se dividió otra vez, está vez fuimos adelante, hasta que el camino se dividió en tres, adelante, derecha e izquierda, yo paré un momento para tomar fuerzas. David escogió está vez escogió a la derecha, dijo que estaríamos más cerca, que ya escogimos la izquierda, ahora la derecha, yo le hice caso y ambos fuimos a la derecha, al final llegamos a un rincón sin salida, así que nos devolvimos, luego volvimos donde estábamos y fuimos a la derecha y está vez no encontramos un callejón sin salida, él dijo que debió seguir su corazón y seguir adelante. Yo deje de prestar atención, la verdad estaba pensando en Gabriel, en su lindo cuerpo, ese cabello suyo y lo que más pensaba era que él estuviera muerto, lo negaba con la cabeza, pero era una posibilidad y eso es lo que me daba más miedo, tenía miedo de perderlo. Un golpeé fuerte me sacó de mis pensamientos, espero que no sea lo que creo.

- ya están entrando, corramos.

- ¡Mierda!

Luego corrimos otra vez, el camino se dividió en tres, derecha, adelante e izquierda, escogimos la derecha, pero eso nos llevó a un camino sin salida, así que nos devolvimos, otra vez, pero cuando volvimos donde estaban, se escuchaban pasos y gruñidos, miré a mi derecha y vi algunos zombis corriendo, miré a mi izquierda y vi lo mismo, así que solo había un solo camino, adelante. Ambos corrimos hasta adelante, me giré para atrás y disparé un par de veces, para que se alejaran, tuvimos que escoger otra vez el camino, solo eran dos, izquierda o derecha, obviamente giramos a la izquierda, y seguimos corriendo, desgraciadamente nos encontramos con zombis adelante, pero eran solo cinco, yo con mi escopeta mate a tres y mi compañero con rifle mato a los otros dos. Seguimos corriendo. Paramos un momento para descansar y vimos para atrás, no había nadie, nadie no estaba persiguiendo, por ahora.

- ¿Crees que alguna vez encontremos la palanca?

- no lo sé, podría pasar varios minutos o horas, hasta que lleguemos a la palanca.

- ¿Cómo sabremos cómo es? ¿Acaso ya no lo pasamos?

- mira chico, no lo sé, puede que sí no lo hayamos pasado, que por correr no lo pasamos, no lo sé – él miró para arriba y sonrió - ¿Qué paso? ¿Encontraste la palanca?

- no, pero tal vez sé cómo ubicarla, mira arriba – yo le hice caso y mire arriba – eso de arriba son cables, adivino que la palanca prende algo y esos cables son lo que llevaran la electricidad, si seguimos los cables, llegamos a la palanca.

- eres un puto genio.

Seguimos los cables, a veces daban vueltas en círculos, pero al final, nos llevó a la palanca o cerca de ella, porque nos llevó a una puerta que parecía una pared. Cuando llegamos ahí, los cables se metieron dentro de una pared, pero nos dejó en un "camino sin salida" nosotros nos decepcionamos y nos íbamos a devolver, pero la puerta se movió un poco hacía arriba y luego se quedó así, no subió del todo, solo levanto hasta nuestras rodillas, pero luego cayó hasta llegar a nuestros tobillos; me agaché para ver que había, solo vi que estaba iluminado, pero no vi nada más, el hueco era muy pequeño, pero era diferente a este laberinto que era todo oscuro.

- ven ayúdame – agarré la puerta y empecé a levantar – rápido levantemos esto – el hizo lo mismo – ahora, levantemos – levantamos la puerta, lo suficiente para que alguien de los dos - ¿Quién pasa?

- hazlo tú – yo solté la puerta – rápido, pasa – me agaché y pasé por debajo de la puerta, me levanté rápidamente y sostuve la puerta.

- vamos, te toca a ti – él paso debajo de la puerta y yo la solté - ¿Estás bien?

- sigo vivo y eso es lo que importa – miré a mi alrededor y vi la palanca.

- ahí está – el lugar no era interesante, de echo era todo blanco, lo único que brillaba era la palanca, así que me acerqué dispuesta a tirar de la palanca, pero algo me agarró del buso y me lanzó contra una pared - ¿Qué paso? – y luego lo vi, un esqueleto literalmente, le quedaba poca piel, solo en un brazo y un poco en la cara, pero lo demás era puro hueso con un poco de piel, aún tenía los dos ojos – mierda, eso se ve horrible – le apunté en la cabeza y le disparé en la cabeza, pero el solo se quedó parado.

- he visto cosas peores – él le disparó, pero siguió sin moverse.

- tengo miedo – me levanté he intente activar la palanca, pero cada vez que lo hacía, el esqueleto me lanzaba para atrás.

- me canse de esto – agarre mi arma y le disparé en la cara hasta que no tuvo cara – espero que te mueras – él se movió como loco he intento pegarme, pero al no verme, le pegaba al aire – está loco – llegué a la palanca y la activé – listo – se empezó a escuchar cosas, el zombi, seguía intentando encontrarnos, pero David lo mato, le disparo primero en una pierna, hasta que se la quitó y el zombi cayó y David le disparo hasta que no se pudiera mover.

- fácil – una puerta se abrió, las luces se iluminaron y vi una salida.

- por favor salgan del lugar, en unos cuantos minutos será incinerado, se ha detectado una forma de vida desconocida, por favor salgan – empezó a sonar una alarma, él y yo corrimos hacía la salida, pero la maldita alarma llamo a varios zombis y vinieron hacía nosotros.

- mierda, devuélvete – empecé a caminar hacia atrás y a dispararles – chica ¿podrías cerrar el lugar?

- lo siento, pero si lo hago todo se incendiará, así que no puedo.

- ¿Tienes armas? – del techo salió unas torretas y les disparo a los zombis, los mato a todos, a todos menos a uno – mierda, no me digas que esté es un inmortal.

- ¿Un qué? – la torreta le disparo, el zombi solo siguió adelante como si nada y cuando estuvo debajo de la torreta, saltó y la destruye.

- eso es lo que es un inmortal – saqué mi arma y le apunté – es como lo que enfrentaste ahora, pero esté se ve más fuerte.

Él zombi corrió hacía mí, yo le disparé en la pierna, se le cayó, pero no importo, porqué se regenero rápidamente y siguió corriendo, me intentó pegarme, yo lo esquivé y le pego a la pared, dejando un hueco en el muro, no me quiero imaginar que pasaba si me pegaba. Mi compañero le disparó en la espalda y él zombi rápidamente se volteó y le intento pegarle, pero antes de que el puño le pegara, le disparo en el pecho, mandándolo para atrás, haciendo que el zombi fallara el golpe, David se alejó un poco, y el zombi lo miraba, así que aproveche y le disparé en la cabeza, reventándola, pero eso no sirvió de nada, se giró donde mí y su cara se empezó a regenerar, así que me aleje un poco, él corrió hacía donde estaba yo y me intentaba pegar varias veces, pero yo lo esquivaba. Me devolví donde estaba la palanca, luego de unos cuantos golpes, me pego uno, en el estomagó, luego me pegó en la cara y quede aturdida, por último, me agarró de la cabeza y me empujo para abajo y después me pegó con su rodilla. Yo caí al suelo y con la nariz rota, por suerte tengo un compañero, que le disparó en la espalda, eso hizo que el zombi se volteara y me dejara en paz, me levanté y agarré mi arma que la había soltado cuando me dio con su rodilla; volteé a ver a mi compañero, cada vez que el zombi lo intentaba atacar, él le disparaba a la mano, destrozándola o cuando no tenía balas, le esquivaba y le pegaba un puño. Me acerqué por detrás y esperé el momento adecuado, no podía disparar porque lastimaría a David, el zombi corrió hacía el sin importarle nada, David le disparaba en la cara y en la pierna, pero nada lo detuvo, lo agarró de la cintura y lo levantó un poco y lo llevo hacía una pared, lo agarró del cuello y lo lanzó contra una pared, cuando eso paso yo le disparé en las dos piernas rápidamente y el zombi cayó al suelo y corrí donde estaba David.

- tengo un plan, lo único que hay que hacer es salir de aquí.

- gran plan.

- último aviso, sálganse ahorra, todo esté lugar será incinerado.

- tú sales primero, yo lo distraigo y después, cuando la puerta se esté cerrando, yo paso y él se queda aquí – lo ayude a levantarse.

- pero puedes morir – yo sonreí.

- no importa,

Él zombi se levantó con piernas nuevas, David no estaba mirando hacia él, así que lo empuje y ambos esquivamos el golpe; él quedo cerca de la puerta, yo tengo que pasar el zombi para salir, así que le hice señas para que se fuera, él zombi se giró para ver a David, seguramente lo quería golpearlo, no podía dejar que lo hiciera, tenía que salir el primero, así que le disparé en la cabeza, él se volteó y me intentó atacar, de nuevo, esquivé su puño y le disparé en las costillas, arrancándole un pedazo de estas. Me hice en una pared, esperé que me pegara, lo esquivé y golpeó la pared, apunte mi pistola a la pierna y le disparé, luego le apunté en la cabeza y le disparé de nuevo y por última vez le disparé en la otra pierna, haciéndolo caer, corrí rápidamente hacía la puerta y vi cómo se cerraba. Pero el zombi me agarró de la pierna, al parecer uso sus manos para moverse y agarrarme; David se puso debajo de la puerta e intentaba que no se cerrara, por mi parte, lo miré y vi que no se había regenerado del todo, solo su cabeza, agarré arma y le disparé en el brazo y se lo arranqué, me levanté y volví a correr y está vez si llegue, me agache y pasé por el hueco que quedaba, pero otra vez el maldito zombi me agarró del pie, lo pateé un poco en la cara y con la ayuda de David me pude soltar, el hizo fuerza para que saliera y lo logro, mi pie salió de su zapato y el zombi se quedó con mi zapato, pero la puerta le aplastó la mano, así que estamos a mano.

- ¿Estás bien?

- sigo viva y eso es que cuenta – él sonrió.

- bueno, vámonos antes de que se ponga peor – empezaron a venir zombis – mierda.

Ambos corrimos por todo el lugar, un zombi se me acerco, salió de un cuarto y yo le disparé en la cara, luego me di cuenta que no me quedaban balas. Por suerte llegamos a entrar, primero llegamos e intentamos abrir, pero no pude, así que toqué fuerte, mientras nos abrían, David les disparaba a los zombis. Luego de unos treinta segundos, que para mí eran los treinta más segundos más largos de mi vida, nos abrieron, yo entre rápidamente y luego entro David, cerraron la puerta y movieron un cajón para que la puerta resistiera más.

- ¡Gabriel! – yo lo abracé muy fuerte y él también me abrazo.

- me asuste un poco cuando te escuche gritar – él río, pero no la risa de burla, está era diferente, era una risa por los nervios.

- sabía que me salvarías – lo bese.

- bueno, es momento de activar todo ¿Estás todo listo doc? – él doc sonrió.

- claro que sí – él presionó unos y del suelo salió un botón encima de un pedestal – creó que hay que presionar el botón – se empezaron a oír fuertes golpees – mierda, esperen unos minutos – yo me empecé asustar por los golpees que daban.

- ¿Puedes hacer algo? – creo que Gabriel me notó nerviosa, porque me abrazó.

- claro que sí, solo mira las cámaras – él doc presiono unos botones y empezó a sonar una alarma, los zombis se empezaron a ir y caminaban donde estaba el sonido – el sonido los atrae, cuando algo fuerte suena, ellos pierden interés con lo que hacían – todos nos acercamos al botón.

- vamos al presionarlo – iba a tocar el botón.

- espera – no lo presione – voy a decir unas últimas palabras, solo les diré gracias, por todo, son unas de las mejores personas que conozco, fueron el mejor equipo de mi vida, ustedes son mí razón para levantarme, ustedes me hicieron mejor y sin ustedes no podría hacer nada, sin ustedes no hubiera llegado tan lejos, Juliana, tú eres la más importante en la sala para mí, cuando me siento cansado o que no puedo avanzar, pienso en ti y consigo fuerzas para seguir adelante – yo me ruborice un poco – doc, tú eres un maldito genio, sin ti, estaríamos todos muertos, por ti estamos parados aquí y respirando – doc le sonrió

- no es nada, me gusto trabajar con ustedes y gracias por tratarme tan bien, si es mi final, yo creo que moriré feliz, hice todo lo que quise hacer – él se río.

- voy a seguir, Simón – él puso su mano en su cabello y lo despeluco – tú detuviste un ataqué, un pequeño niño salvo a muchas personas, eres muy valiente e inteligente, te digo que eres más valiente que muchas personas que conozco – Simón se río.

- no fue nada y gracias por ser amable – Simón abrazo a Gabriel – gracias por el regalo y por casi siempre estar conmigo y por todo, eres el mejor – yo sonreí, Simón es muy dulce.

- gracias, tú también eres el mejor – se soltó – Freddy y Nico, me alegra que se lleven bien y no sé qué decir, son los mejores hermanos y no los conocí mucho, pero por lo que me dijeron son muy especiales, me alegro haberles dado casa y Freddy, sabes hacer más cosas de lo que crees, eres muy especial y Nico, si yo muero, quiero que tú seas el que me reemplaces – espero que eso nunca pase – y por último, David, tú eres muy especial, tú eres la luz en un mundo de oscuridad, la luz que nos llevara al final del camino, tú eres inmune, tú vas a salvar a esté mundo de mierda.

- gracias, aunque no lo decidí, solo paso.

- igual, naciste con un don o desarrollaste un don, solo te digo que, eres nuestro hombre más importante, solo gracias por ser inmune, no importa como conseguiste ser inmune, lo importante es que lo eres – él sonrió – ahora sí, acabemos con está mierda.

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