001. Tokyo Reverengers
Encerrado en su pequeño apartamento, con una bolsa casi vacía de papás picantes. Todo un desastre. ¿Era incluso ese lugar habitable? No. Con toda esa basura y animales caminando por el suelo no podía serlo.
Pero, ese era el lugar donde vivía.
"Siguiente noticia. La creciente disputa entre las dos pandillas más grandes de Japón, la Tokyo Manji Gang y los Golden Dragons, lamentablemente ha cobrado la vida de varias víctimas inocentes"
— ¿Enserio? — dijo sin mucho interés colocando otra papa en sus labios
"Seis personas resultaron heridas, una de ellas fue enviada al hospital, pero falleció de paro cardiaco. Quienes fallecieron en el lugar son: Tachibana Naoto de 25 años de Shibuya, Tokyo"
— ¿Tachibana Naoto?
"Otra víctima de Shibuya, Tokyo. La hermana mayor de Tachibana Naoto, Tachibana Hinata de 26 años. La policía metropoltana esta en alerta máxima y logro detener a uno de los miembros de esta poderosa organización: Kawasaki Yemon. Aunque los testigos afirman que se entregó por voluntad propia. La policía mantiene toda su atención en él y pronto será trasladado a la prisión de máxima seguridad de Japón"
— Oye Takemichi ¿Solo pediste papas fritas?
— Y son de las pequeñas
— Es que...casi me quedo sin dinero para el tren — respondió Hanagaki
— Sabemos que te las hubieras arreglado
— Oye Takemichi me alegra que tu primo sea el líder de la Shibuya 3 — comentó Akkun dándole un bocado a su hamburguesa
— Si alguien de tercero se mete con nosotros les hablaremos de Masaru — dijo sonriente y con la boca llena Yamagishi
Hanagaki estaba más confundido con las palabras de sus amigos. ¿De qué les serviría Masaru?
Pero cuando Makoto le dijo el por qué solo lo confundió más. Tendrían una guerra con los de segundo de la Shibuya 3. ¿Era enserio? Hanagaki no peleaba desde hace doce años, no podría seguirles el paso a sus amigos que rebozaban de confianza, estaban seguros de que ganarían este encuentro, pero el temblaba.
— ¿Shibuya 3? — se preguntó a sí misma la chica. No es que quisiera oír su conversación, pero el tono de su voz y la cercanía de sus mesas lo hizo inevitable — ¿Acaso no se fueron de excursión?
— Así es — afirmó el muchacho sentado frente a ella dándole un gran mordisco a la hamburguesa en sus manos — Es lo que dijo Kenchin
— Me preocupan — dijo viendo como ese pequeño grupo de amigos se iba del local felices y bromeando entre ellos sin imaginar lo que les esperaría
— Que no lo haga. Si planearon esta pelea es porque están seguros de poder ganar, no creo que se metan si es que son unos debiluchos
06 de Julio, 2017
Habían pasado dos días desde que despertó ese poder: El poder de viajar doce años al pasado.
Un poder con el que muchos sueñan, Takemichi lo usaría para salvar a una persona, a la única novia que tuvo en toda su vida, la hermana mayor de Naoto: Tachibana Hinata.
— Lo que sabemos hasta ahora es que Sano y Kisaki se conocieron en agosto hace 12 años — mostró el policía en la pizarra donde tenía los datos más importantes resaltados — Ellos se conocieron y fundaron la Tokyo Manji actual. Encuentra a uno de ellos, acompáñalo y evita que conozca al otro
— ¿Y los Golden Dragons?
— Ellos nacieron a consecuencia de la Tokyo Manji actual — con un fuerte golpe en la pizarra que asustó al viajero en el tiempo, Naoto señaló otra de las fotos — Kawasaki Yemon y Kimura Daisuke, son los que trajeron de regreso a esta organización
— Entonces también debo buscarlos a ellos ¿Verdad? Y evitar que se conozcan...— Takemichi tendría mucho trabajo en el pasado
— En realidad, no — las palabras de Naoto sorprendieron a Hanagaki. ¿No debía buscarlos a ellos? ¿Pero si también estaban involucrados en la muerte de Hina? — Solo concéntrate en Sano y Kisaki
Takemichi no entendía bien.
Todo era sencillo. Golden Dragons nacieron a consecuencia de la creación de la Tokyo Manji. Un evento en el pasado, algo que hicieron Kisaki y Sano enfureció a Kawasaki y Kimura, se unieron y crearon la organización que lograría enfrentarse a la ToMan. Es decir, si Sano y Kisaki no se conocían no causarían ese incidente desconocido y Kawasaki y Kimura no formarían su alianza, por lo que los Golden Dragons no resurgirían.
Todo estaba unido a la Tokyo Manji, solo bastaba con que no existiera y lo solucionarían todo.
— Entiendo, veré que puedo hacer — contestó Hanagaki
— Eres el único que puede salvar a mi hermana
Corría llorando y lleno de sangre por las calles de Tokyo. Lo único que hizo fue preguntar por Sano y fue golpeado aún más por Kiyamizu Masataka, o también conocido como Kiyomasa.
No podía hacerlo. No quería soportar todo ese dolor. Además... ¿Cómo un esclavo podría conocer al Rey? Era imposible. No podría hacerlo. Alguien como él, un inútil como Hanagaki Takemichi jamás podría salvar a Hina. No podía hacer nada más que huir.
— ¡No puedo! ¡No puedo con esto, Naoto! — gritó desesperado bajo la atenta mirada de todos los transeúntes
Corría y corría sin mirar a donde...
— Siempre es lo mismo contigo — se quejó el muchacho viendo todas las bolsas en manos de la chica — Compras cosas que muchas veces son innecesarias
— Esta vez son necesarias, y no son para mí, sino para ellos — respondió ella
Ambos jóvenes caminaban tranquilos uno al lado del otro llevando las compras de toda la tarde a esos pequeños, ella estaba ansiosa por ver las caritas de felicidad de esos ratoncillos.
— Se que a ellos les gustará — comentó emocionada — Ya quiero llegar y ver sus...
Pero lo siguiente que sintió fue su cuerpo chocar contra el frio y áspero pavimento. Su acompañante de inmediato se apresuró a ayudarle, dejó las bolsas de las compras en el suelo y la tomó en brazos ayudándole a ponerse de pie.
— ¡¿Acaso estas ciego o que mierda te sucede, imbécil?! — le gritó con dureza al rubio en el suelo
— Lo lamento — dijo en voz baja Takemichi
— Duele... — se quejó ella al apoyar su pierna en el suelo. Por su rodilla se podía ver una pequeña herida que no dejaba de sangrar
— Hikari, no apoyes esa pierna, sostente de mi — pidió el muchacho — Vamos de inmediato a un hospital a que te curen ¡Y tú ni siquiera pienses en huir! ¡¿Entendido?!
— Déjalo ya — pidió la chica — Fue un accidente, vayamos al hospital y tú también acompáñanos, estas lleno de heridas — le dijo con amabilidad
Takemichi se puso de pie con lentitud y se inclinó pidiendo disculpas
— Lo lamento, lo siento mucho... — fue lo único que dijo para seguir con su camino
— ¡¡Oye!! ¡¡Te dije que no te podías ir!! — gritó e intentó ir tras él, pero fue detenido por la chica — Pero...
— ¿No viste lo herido que estaba? Su mirada también se miraba vacía...no fue un buen día para él, no lo atormentes más por favor Yemon
El muchacho suspiró rendido, tomó las bolsas que cargaba Hikari y también a ella la tomó en brazos. No importaba si llegaban tarde a su casa, primero la llevaría a ser tratada.
Takemichi siguió caminando un par de metros, se detuvo y miró hacia atrás...
La pareja se marchaba con cuidado. Los miró, sobre todo al varón y cayó de rodillas al suelo otra vez, temblando. Solo fueron segundos, pero esos segundos bajo la mirada de ese sujeto lo congelo. Ni siquiera podía escuchar sus palabras. Solo sabía que debía disculparse y salir de inmediato de su campo de visión. Ese chico de pelo rubio y raíces negras era aún más aterrador que Kiyomaza.
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