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Capítulo 3: Taller

Tras la Operación Tornado de la noche anterior, Midoriya se había quedado con muchos pensamientos en su cabeza. Era verdad que solo tenían un enemigo pero, por su forma de actuar un poco robótica, no parecía representar una amenaza demasiado grande. Aunque, no podía confiarse dada la información que ya había recopilado.

Durante el día siguiente estuvo recorriendo la escuela, veía que todo era exactamente igual a su experiencia en vida. Aunque no pudiera recordar la mayor parte de su vida anterior, se le hacía familiar el ambiente. Los NPC actuaban como cualquier estudiante normal, era tan normal que podría pensarse que era una guerra imaginaria.

Luego del almuerzo, cuando la mayoría estaban reunidos en la oficina, Momo Yaoyorozu o Yaomomo ordenó que se cerraran las cortinas porque parecía que habría una junta importante.

— Iida-kun, informe por favor. -Momo ordenó desde su escritorio-.

— De acuerdo. -se activó una computadora y proyector-. El suministro de armamento ha quedado en números rojos tras la pasada operación. Así que recomiendo reabastecernos en el Taller.

— Además, Midoriya-kun podría necesitar un arma nueva. -Kaminari complementó-.

— Muy bien, entonces iremos al "Taller de Artesanías". -decía Momo mientras hacía unas comillas con los dedos-.

Los demás reían por el chiste, la verdad no entendía mucho de qué iba pero tampoco tenía ganas de saberlo. Luego, Yaomomo activó desde su computadora una llamada.

— Ohayo, Hatsume-san...

Yaomomo, ¿todo bien? -respondió una voz femenina-.

— Hai, hai. Iremos al taller, desactiven las trampas, por favor.

Entendido, los esperamos. -fue la respuesta antes de cortar la comunicación-.

— Muy bien, ya oyeron todos. Todos los presentes iremos. -comentó la azabache lista para el trabajo-.

— Por cierto, ¿dónde está Monoma? -preguntó Itsuka mientras lo buscaba con la mirada-.

— De seguro haciendo alguna tontería como siempre. -Eijiro respondió algo cansado, como si siempre lidiara con él-.

Luego de esas palabras, Momo y Ochako lideraban el grupo para ir a uno de los edificios escolores. Entraron a un aula del segundo piso, estaba rotulado como "Taller de Artesanías". No parecía nada fuera de lo común, pero detrás de la pizarra había un botón extraño que pulsó Ochako.

— Bien, estamos listos. -decía Momo mientras notaba que se abría el suelo una especie de escotilla-.

Cuando todos se subieron en la escotilla, que por cierto era bastante extensa y resistente, esta empezó a bajar. El recorrido era tranquilo, era una especie de pasadizo encapsulado en vertical hasta que tocaron suelo.

— Eh, ¿el taller está bajo tierra? -preguntó Midoriya, aunque se tardó un buen rato en hacerlo-.

— Así es, es para evitar que Tenshin lo encuentre. -decía Momo mientras volteaba a ver a su grupo-.

Al caer en tierra, había una especie de camino con tablas de madera. Lo que no sabían era que los problemas estaban por venir. Se escuchaban unos pasos que venían del interior del oscuro pasillo, cuando todos adoptaron posiciones defensivas se vio un rostro conocido.

— ¿Monoma-kun? -preguntó Momo algo molesta-.

— ¿Qué haces aquí? -cuestionó algo molesta Kendo-.

— Vengo a poner a prueba a este sujeto. -Monoma señaló a Izuku con su espada-.

— ¿No crees que estás exagerando un poco? -Ochako quería evitar un conflicto-.

— Ah no, vamos a saldar deudas por tus insolencias con Yaomo... -el rubio no pudo terminar porque una trampa se activó-.

Una especie de péndulo con forma de martillo cayó de una pared y terminó estrellándose en la pared opuesta, con todo y el rubio. Cayeron algunas piedras que terminaron enterrándolo en escombros, luego el pasillo comenzó a temblar.

— Posiciones defensivas. -ordenó Momo, todos se agacharon en posición para cubrir las espaldas de los demás-.

— ¿No que iban a desactivar las trampas? -preguntó Sero algo exaltado-.

— ¿Y qué es lo que sucede? -preguntó Midoriya-.

— Justo lo que ves, el camino al Taller tiene muchas trampas letales anti-Tenshin que se activan rápido y a veces sin previo aviso. -advirtió Eijiro-.

— Entonces, ellos no las desactivaron. -se quejó Denki-.

— No es eso, es que ellos decidieron reactivarlas. Podría ser que Tenshin está aquí. -Momo se puso de pie-.

— Qué imprudencia. -se quejó Shinsou-.

— ¿Aún sabiendo que vamos hacia ellos las activaron? -reclamó Midoriya-.

— Escucha, Midoriya. Debes tener claro que no vamos a morir, pase lo que pase. Aunque experimentamos bastante dolor. -Iida se acomodó los lentes-.

— Las trampas solo retrasarían a Tenshin, nos perseguirá cuando menos. Así que adelantémonos. -Yaomomo ordenó y todos la siguieron-.

— ¿Qué clase de trampas habrá? -preguntó al aire Midoriya-.

— De toda clase, ya lo verás. -Kirishima trataba de ser optimista-.

Y así fueron bajando y por desgracia las trampas se iban activando. En el tercer piso, Iida fue el segundo en caer luego que una bola de acero gigante lo aplastara. Tres pisos después apareció una trampa láser, Kendo fue la siguiente en caer ya que el patrón de láser era cambiante y la mutiló.

En el piso octavo, la trampa era un techo que descendía hasta aplastar a todos. Esta vez fue Denki quien se ofreció a sacrificarse sosteniendo como podía el techo, lo cual le dio ventaja a los demás para escapar.

En el nivel siguiente, el piso de madera se deshizo. Solo habían pilares de cemento que conectaban los extremos de la entrada y salida. Ahora le tocó a Shinsou utilizar sus cintas extensibles que servirían como cuerda. Lo cual permitía que el resto no cayera.

Era una especie de soga humana donde estaban Shinsou desde arriba; luego estaban Momo, Ochako, Sero, Kirishima y Midoriya en ese orden de arriba a abajo.

El pecoso tuvo que escalar desde abajo, usando a Kirishima como escalera. Luego de pasar a la castaña y al cara plana, pasó por un momento incómodo con Momo, donde intercambiaron miradas, y finalmente escaló gracias a la ayuda del chico de las cintas extensibles.

Kirishima lo intentó después para luego caer por tocar a Uraraka donde no debía para sostenerse, recibió un rodillazo que hizo que el pelirrojo cayera. Esto hizo que Sero no pudiera sostenerse por ese movimiento y acompañara a Eijiro a una dolorosa caída. Y así lograron sobrevivir solo cuatro más.

En el piso 13 en subterráneo, la siguiente en caer fue Uraraka. Ella no fue capaz de superar la trampa de agua y terminó ahogada.

— Síganme, la salida está por acá abajo. -Shinsou emergió del agua-.

Momo y Midoriya se sumergieron en búsqueda de la siguiente salida. Al bajar un par de pisos más, llegaron a una especie de cueva por donde pasaba un riachuelo. Se veía bastante pacífico. Cuando los tres salieron para respirar, el chico de las vendas extensibles les indicó que había un camino con barandales.

— ¿Quién diría que el novato llegaría tan lejos? -Shinsou quería provocar al peliverde-.

— Hai, supongo que tuve mucha suerte. -respondió displicente el ojiverde-.

— ¿Los demás...? -Midoriya tenía miedo de preguntar-.

— Se convirtieron en un sacrificios valiosos, no dejaré que sean en vano, sigamos. -Momo se quejaba, pero agachaba la cabeza-.

— El siguiente serás tú. -Hitoshi estaba seguro de sí mismo, pero...-

Al subir hacia los varandales, la corriente de un riachuelo transportaba una caja. El de pelo morado y notables ojeras alzó una ceja, Momo ladeó la cabeza confundida.

— ¿Por qué hay una cosa como esa por acá? -preguntó Midoriya-.

— Ay no, eso es... -Momo no pudo terminar-.

— AHHHHHHHHHHH, ESE GATITO SE LO LLEVA LA CORRIENTE. -Hitoshi corrió para zambullirse en el agua, nadar por bajo y saltar para sostener la caja-.

Al ver el contenido de la caja, se dio cuenta de su error.

— NOOOOOOOOO, ERA UN GATO DE JUGUETE. -gritó el pelimorado mientras se precipitaba a una cascada-.

— Hasta Shinsou-kun cayó en una trampa. -Momo ya estaba decepcionada-.

— ¿¡De verdad era una trampa!? -Midoriya no esperaba esa parte linda de ellas-.

— Vámonos. -Momo comenzó a caminar una vez más, Midoriya la seguía-.

Al llegar al piso 17, dos pisos más abajo de su última ubicación, el silencio ya era incómodo.

— Así que eres el único que quedó. -Yaoyorozu trataba de romper el hielo-.

— Supongo que tuve suerte. -Midoriya estaba un poco incómodo-.

— Soy una líder terrible, si esto fuera un ejército de verdad, todos habrían muerto sin remedio. -Momo dio un golpe a la pared-.

— Pero eran trampas letales, eran inevitables y debían ser efectivas en todo caso. -Midoriya al responder esto se dio cuenta que no mejoró la situación-. Mejor descansemos unos minutos.

— Es lo mejor, además quiero secar mi ropa. -Yaoyorozu accedió, quería ordenar su cabeza al menos por un momento-.

Cuando los chicos encontraron un espacio, se sentaron juntos mientras dejaban que sus uniformes se secaran tras nadar un rato.

— Es increíble cómo puedes liderar un grupo de chicos tan locos. -Midoriya quería hacer charla con Momo- ¿Cómo llegaste a ser la líder?

— Fui la primera en defenderme, eso fue todo.

— Contra Tenshin, ¿verdad? -preguntó Midoriya-.

— En mi vida pasada, yo era hija única. A diferencia de ti, yo conservé mis recuerdos. Teníamos una vida cómoda, a mis padres les iba bien en sus trabajos pero ya estaban algo mayores para seguir, así que tomé la responsabilidad de mantenernos a los tres. Aún así teníamos una vida tranquila. Fue en vacaciones de verano y unos desconocidos entraron a la casa, venían enmascarados a pesar del calor, así que era obvio de que algo malo pasaría. Al ser la encargada del hogar, era mi deber proteger a mis papás, pero no había forma de hacerlo. -Momo sostuvo una sonrisa melancólica-. Ellos buscaban dinero, pero no encontraron nada. Así que destrozaron todo lo que encontraron y pensaron que había una peor forma de torturarnos.

Así que tú puedes buscar lo que nosotros queremos. Dinos dónde guardan dinero o todo lo de valor y tus padres no lo lamentarán.

Mis padres estaban postrados en cama, ellos enfermaron y no podían defenderse. Otou-san decía que no se llevarían nada, oka-san lloraba pidiendo ayuda. A mi padre lo golpearon mucho en la cabeza, a mi madre la violaron en frente de mí.

Ese dinero es más importante para ti, Momo. Es para que cumplas tu sueño de ser una heroína.

Yo pensaba estudiar para ser héroe, mi don ya había despertado pero no podía controlarlo bien. Y el miedo me impedía pensar con cuidado, tenía que hacer algo y buscar algo valioso a cambio. El tiempo pasaba y no encontré nada, hasta que escuché unos disparos. Durante 20 minutos los torturaron hasta morir. La policía llegó media hora después, yo era la única que quedaba. Lo que yo quiero realmente es encarar a Dios, si es que existe, quiero preguntarle porqué, nunca le hicimos daño a nadie. Mi confianza como hija desapareció ese día, me arrebataron lo más importante que tenía en 20 minutos. No acepto esa clase de vida.

— Eres muy fuerte, Yaomomo. -dijo Midoriya, para que Momo lo viera-. Si yo tuviera esos recuerdos, habría querido desaparecer de una vez. Pero tú peleaste.

— Supongo. -ella luego se puso de pie-.

— Pero tengo una duda. -el pecoso preguntó y Momo lo miró-. ¿Cómo fue que moriste?

— Oe, baka. No me suicidé, si lo hubiera hecho significaría que me rendí. Además, no hay suicidas en este lugar. Así que sigamos. Te protegeré, Midoriya-kun.

Y así fueron avanzando hasta llegar a una nueva compuerta, para así bajar por unas escaleras hasta llegar al famoso Taller. Era una especie de fábrica de extracción. Cuando los obreros vieron a Momo se emocionaron.

— OE, ES YAOMOMO.

— LLEGÓ A SALVO.

— ¿Estos chicos hacen armas en este lugar? -preguntó Midoriya algo sorprendido-.

— Consiguieron pasar por todas las trampas, sugoi Yaomomo. -se alegró un obrero-.

— Eso no importa ahora. ¿Dónde está Tenshin? -preguntó Yaoyorozu-.

— Se detuvo por un momento, pero ya se mueve de nuevo. -advirtió otro trabajador-.

Un temblor se sintió en el techo del Taller, Ángel ya había caído en otra trampa.

— Yaomomo, ¿qué hacemos? -preguntó otro obrero-.

— Abandonamos este lugar. -dictó la líder-.

— ¿En serio? Pero no podemos dejar de fabricar armamento. -replicó otro obrero-.

— Lo importante aquí no son las armas o el lugar, sino sus recuerdos. ¿Ya lo olvidaron acaso? -Momo estaba lista para defender su postura-.

— ¿Recuerdos? -cuestionó el pecoso-.

— Hai, en este mundo no puede crearse nueva vida. Pero si puedes fabricar objetos. Si tienes los medios y conoces el mecanismo y funcionamiento, es posible crearlo. Puede hacerse a partir de la tierra misma. -explayó la azabache-.

— Sin embargo, priorizamos la eficiencia y ahora todo lo que fabricamos son replicas en este lugar. -dijo una voz femenina que se acercó a Momo-.

— Hatsume-san. -Momo sonrió al verla-. Es verdad, solo le damos vida a algo que se asemeja a nuestros recuerdos.

(Cr: @ 4o080_YotaBNC en Twitter)

— Tendremos que movernos al antiguo Taller, quedó abandonado hace ya mucho tiempo. Ahí no quedó más que montañas de escombros. También podemos llegar a la superficie desde allá. -señaló la chica, de pelo rosado como tentáculos, camisa negra sin mangas y la piel bastante sucia-.

— ¿Y este lugar? -preguntó un obrero-.

— Lo volaremos. -sentenció la chica-. No dejarlos este Taller a Tenshin. Es el último lugar que nos queda.

Volvió a temblar, todos voltearon hacia arriba, no había muchas opciones porque ya estaba prácticamente encima de todos.

— Sus únicas pertenencias son sus recuerdos y el orgullo como artesanos. ¿O me equivoco? -Hatsume preguntó y recibió una afirmación general-. Bien, vamos a hacer volar este lugar, preparen el explosivo.

Y así fue como los trabajadores comenzaron a moverse. De igual forma Momo corrió de nuevo a la entrada del Taller, Midoriya la acompañaba. Justo cuando el peliverde se incorporó, llegó Tenshin con el don de los Huesos Lanza activo.

Entones Momo corrió para comenzar a disparar a su enemiga. Ella y el pecoso descargaban las balas que aún conservaban.

Shougeki Hanten. -Ángel activó la inversión de impacto-.

Las balas rozaban su cuerpo pero no le hacían mayor daño, entonces Momo decidió encararla cuerpo a cuerpo con un cuchillo.

Overclock. -ese don nuevo era la capacidad de estimular el cuerpo y el cerebro para aumentar la velocidad de percepción y movimiento del portador-.

Ese nuevo don hacía que Tenshin pudiera evadir con facilidad los embistes de Momo con el cuchillo. Pero esto solo hizo que la chica que oculta sus ojos despojara de su arma a la líder y la dejara indefensa. No obstante, Midoriya fue a envestir a Ángel y evitar que Momo fuera herida.

— ABRAN PASO. -gritó un obrero-.

Se hizo presente un Cañón Dora, réplica del cañón ferroviario de la Segunda Guerra Mundial, el cual estaba cargado para detonar.

— Cuando se lo proponen son increíbles. Eso se ve muy complejo. -Momo alababa el trabajo de los artesanos-. Ven, Midoriya.

Tan pronto como se hizo el espacio, Momo y el pecoso se escondieron en un portal cercano.

— FUEGO.

El cañón cuando detonó, generó una corriente de polvo muy grande que no le hizo ningún daño a Ángel. Inclusive, el cañón exploto. Midoriya empuñó su arma, pero una voz femenina le salvó.

— OE, USEN ESTAS GRANADAS. -Hatsume les dio unas Stielhand a Momo y a Midoriya-.

Todos los obreros también las lanzaron para correr a un pasadizo y evacuar el lugar. Cuando el último trabajador abandonó el lugar, Momo dio el "sí" para que Hatsume activara las bombas, las cuales comenzaron a detonarse. El suelo se fue abriendo, lo que hizo que Ángel cayera al vacío, que estaba inundado en llamas.

Luego de unos minutos, llegaron al antiguo Taller que se veía más entero. Hatsume agradeció a Momo y con un gesto con la mano, los demás trabajadores se pusieron manos a la obra.

— Oe, idiotas. ¿Despertaron? El Taller voló en mil pedazos con Ángel adentro. Avisen al resto y vayan al antiguo taller para reabastecernos antes que Tenshin se recupere. -Momo llamó desde una radio a todos-.

La salvé sin pensarlo, ¿qué estoy haciendo? -pensaba Midoriya-.

En su cabeza retumbaban las palabras de Momo cuando habló de sus recuerdos, la crítica destructiva que ella misma se hacía y sus razones para pelear.

Ahora entiendo porqué te siguen, eres una gran líder

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