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Capítulo 12: Descenso contra los clones

*Créditos de la imagen: @ Tsubasarahakira en Twitter*

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En el atardecer de ese día, lograron reunir la suficiente información como para hacer el siguiente movimiento. Según las indagaciones, Kodai podría estar en el Taller. Así que emprendieron el viaje de regreso hacia ese lugar.

— ¿Entonces iremos al Taller que fue detonado? -preguntó Iida algo inseguro-.

— Exactamente. Las trampas siguen activas. Es el área más peligrosa y alejada de nosotros. -explicó la líder-.

— ¿Otra Operación Paracaídas? -se quejó Kirishima-.

— La otra vez no sobrevivió casi nadie. -señaló Kaminari-.

— ¿Se están acobardando? -Monoma estaba muy seguro de sí mismo-.

— Tú moriste primero y decías que él sería el primero en caer. -aseguró tajante el pelirrojo-.

— Cantaré por ustedes mientras distraigo a Ángel y me orino encima. -Mina asumía que todos fracasarían-.

— Acabaría fácilmente tu distracción y te mataría en un instante. Ahora no habrá distracciones, sino que pelearemos de frente. -ordenó Momo-.

— ¿Aunque se trate de Ángel? -preguntó Kendo-.

— Hai. Escuchen, bajaremos al piso inferior del Taller para rescatar a la Ángel original y buena. Que comience la operación. -concluyó la líder para que todos bajaran-.

Cuando iban de camino al Taller, todas las trampas tenían señales de haberse activado previamente, así que el recorrido fue más tranquilo. Pero al llegar al cuarto piso en subterráneo, el batallón se encontró a uno de los clones.

— Creo que me voy a orinar en serio. -Mina estaba inundada de miedo-.

— No importa. -Eijiro empuñó su arma-.

— CLARO QUE SÍ IMPORTA. -contestó enérgica la rosadita-.

— Hasta que se mostró, disparen... -ordenó Momo-.

No obstante, el clon de Tenshin se lanzó a envestir a todos, se escucharon unos cortes tan limpios. En cuestión de milisegundos, las Kalashnikov de Kirishima, Kaminari, Uraraka y Kendo estaban rebanadas.

— Nos quedan las granadas, AHORA. -la líder quitó el seguro de una de las granadas que tenía para lanzarla-.

Shougeki Hanten. -el clon activó la inversión de impacto-.

Cuando la granada de Momo explotó, levantó una cortina de humo abundante. A partir de ello todos empezaron a disparar con sus armas cortas.

— Puede que esto acabe pronto, pero... AHHHHH. -Monoma fue quien gritó-.

Todos voltearon a ver lo que pasaba, el cara plana estaba sangrando de la boca y una especie de espada atravesando su abdomen. Su cuerpo se movió hacia arriba para mostrar a una Tenshin con una sonrisa llena de maldad.

— Y nuevamente fue el primero en caer. -una gota de sudor caía de la cabeza de Eijiro-.

— ¿Qué pasa? ¿Es la original? -Denki temblaba-.

— No, es otro clon. -contestó Izuku igual de aterrado-.

— ¿Por qué hay más? -se quejó Shinsou-.

— ¿Acaso el enemigo se ha estado multiplicando? -Iida estaba apuntando su arma a la clon que mató a Hanta-.

— Maldita sea, disparen. -ordenó de nuevo Yaomomo-.

— ¿Y qué hay de la otra? -preguntó molesto Eijiro-.

— No tenemos tiempo, enfóquense en la que tienen en frente. -exclamó la líder-.

Las balas estaban reflejándose y rebotando en el cuerpo de la clon, quien no se inmutaba ni nada por el estilo.

— Veo que están ocupados. -dijo la clon que los encontró primero-.

La mencionada se estaba poniendo de pie. Los del Frente se quedaban sin balas, pero Ochako tuvo una idea. Volteó a ver a Momo y con la mirada se entendieron.

— Bloquearemos la entrada, todos sígan a Uraraka-san. ¡VAMOS! -la castaña corrió hacia uno de los pasadizos que estaba en el camino-. Tienen 10 segundos.

La primera en llegar fue Itsuka, quien hizo fuerza para abrir la salida más cercana. Comenzaron a entrar a toda velocidad Sero, Hitoshi, Izuku, Denki, Mina, Eijiro y Shoto.

Yaoyorozu fue la última en entrar, uno de los clones corría a toda velocidad para asesinarla pero Izuku logró jalarla a la puerta para que entrara. De inmediato Ochako la cerró para que volvieran todos a correr.

— Ahora hay dos Ángeles fuera de control. -se quejó agitado el pelirrojo-. La anterior Operación Paracaídas no fue tan horrible.

— ¿Por qué habían dos? -preguntó al aire el pecoso-.

— Los clones pueden usar la inversión de impacto y los huesos lanza. Significa que pueden usar la duplicación. -teorizó Yaomomo-.

— Son un montón de imbéciles todos ustedes, excepto tú Midoriya-san. -se disculpó con su amigo el presidente interino y luego señaló a Momo-. Déjame enlistar los problemas, que son dos: el primero, ¿cuántos clones se hicieron? Si los clones pueden crear más, esto no acabará.

— ¿Entonces pueden haber 10 o 20 clones en lugar solo dos? -preguntó el dientes de tiburón-.

— Pero esperen, Yaomomo modificó el programa para que los clones volvieran con la original, ¿no? ¿No basta con esperar a que desaparezcan? -Midoriya tenía un punto válido-.

— He ahí el segundo problema: ¿Y si estos clones fueron creados antes de modificar el programa? -las palabras de Shoto desconcertaron al resto-. Veo que sus pequeños cerebros lo entienden, claro que tú tienes un cerebro normal, Midoriya-san. ¿Entienden? ¿Y si ya estaban esperando que viniéramos aquí y crearon muchos clones para emboscarnos?

— Una trampa. -destacó Iida-.

— Exacto, dejamos dos clones atrás pero no desaparecerán y no podemos vencerlos. E imagino que nos esperan muchos más de ellos. -mencionó Todoroki-.

— Así que estamos atrapados y no podemos reabastecernos. -Uraraka cruzó sus brazos-.

— Es cuestión de tiempo... ¿Por qué hacen esto? -Kirishima se quejó-.

— Quieren que seamos obedientes. Esa era la misión de la original. -apuntó Momo-.

— ¿Quiere hacernos desaparecer? Es el plan perfecto para acabar con nosotros. -Shinsou estaba sentado en el muro viendo hacia abajo-.

— En marcha... -Momo dio un paso al frente para seguir con su camino-.

Luego de caminar por varios minutos, al llegar al piso 10 bajo tierra se encontraron con el tercer clon. Momo apuntó hacia el doble de Tenshin que tenía al frente.

— Yaomomo, no desperdicies tus balas. -Ochako puso su mano sobre la pistola de Yaoyorozu-.

— Oe, ¿qué tratas de hacer, Uraraka-san? -Midoriya sospechaba que algo pasaría-.

Ochako comenzó a correr en línea recta a toda velocidad. Daba largas zancadas para envestir al  clon de Ángel, quien sin mediar palabra activó la espada de hueso lanza para atravesar a la castaña. Ella había logrado tumbar al clon y en la caída fue atravesada hasta atravesarle la espalda.

—OCHAKOOOOOOOOOOO. -gritaron todos-. 

— Corran todos... antes de que pierda el conocimiento. -ella trataba de evitar que el clon se levantara-.

— Lo dices como si fueras a morir. -le reclamó Eijiro-.

— RÁPIDO, ES NUESTRA OPORTUNIDAD. -Momo comenzó a correr, el resto la seguía-.

— RESISTE, URARAKA-SAN. -le dijo Kirishima mientras corría-.

Todo depende de ustedes, gambare... -suspiró Ochako con lo que le quedaba de fuerza-.

Siguieron bajando, todos con cautela y paso firme. Momo se repetía que ese sacrificio no sería en vano.

— Gracias a Uraraka-san comprendí que seguir avanzando es la opción más rápida. Tenshin es un poco más pequeña, así que podemos embestirla y sujetarla. Por fuerte que sea, una llave de judo debería detenerla. Por fin usaremos lo que Itsuka nos enseñó. -Yaoyorozu estaba seria-.

— En resumen, sacrificaremos a una persona por clon. -Iida resumió el plan de Momo-.

— ¿Cómo que "sacrificar"? -Kaminari no estaba seguro de entender sin sentir miedo-.

— Si alcanzamos a la Tenshin original, salvaremos a todos. Debemos seguir, rápido. -ordenó la azabache para seguir avanzando-.

Dos pisos más abajo se encontraron con una cuarta clon.

— Es mi turno. -decía Kendo quien dio el paso al frente-. Buena suerte.

La pelinaranja se despidió con la señal de amor y paz para luego correr hacia la chica, quien fue envestida. Pero a diferencia de las veces anteriores, ella tenía alzado el brazo donde tenía su espada de hueso y perforó a Itsuka quien cayó encima de ella.

El siguiente fue Iida, luego Sero, después Monoma, y el orden continuó con Kaminari (este fue manipulado por Todoroki para hipnotizarlo y convencerlo).

— Eres cruel y mucho. -reclamó Izuku-.

— Espera, espera Midoriya-san, es un malentendido. Lo que pasa es que sigo yo. -resaltó Shoto-.

Efectivamente, él fue el siguiente en caer. Siguieron bajando hasta caer al piso 15 hacia abajo. Midoriya se ofreció para ir, pero...

— Me toca a mí. Tienes que vivir hasta el final. -Eijiro se despedía con una sonrisa de su amigo-.

— ¿Por qué, Kirishima-kun? -el peliverde estaba extrañado-.

— Porque ella te espera. Tengo la corazonada que es así, por eso debes seguir. Y si... -el pelirrojo fue interrumpido por una patada-.

— VE YA DE UNA VEZ, BAKA. -ordenó Mina eufórica-.

Y el pelos de incendio corrió y corrió y una espada lo atravesó.

Te estaré esperando, Eijiro-san. -Ashido entrelazó sus manos y sus ojos brillaban-.

— No sé si lo odias o lo quieres. -Midoriya la veía con algo de pena ajena-.

Cuando llegaron a la zona cero del Taller que fue explotado, solo quedaban escombros y cárcavas gigantes.

— Finalmente lo logramos, los restos del Taller. Podemos saltar desde aquí. -Momo veía el terreno-. Midoriya-kun, Mina-san, busquen a la original y hagan que use el Nibai.

— Yo también puedo pelear. -Izuku se ofreció-.

— ¿Recuerdas lo que dijo Kirishima-kun? Ella te espera. -afirmó la líder-.

— Bien, yo voy a pelear. -Ashido levantó la mano dispuesta a ayudar-.

— Eres débil, así que no. -sentenció sin pensarlo Yaomomo-.

— DÉJAME SER ÚTIL. -reclamó de forma infantil la rosadita-.

— Vamos. Espero sea la última batalla. -decía Momo mientras la rosada reclamaba que podía pelear haciendo calistenia-.

Empezaron a deslizarse dentro del barranco más alto, Momo caía con clase, Izuku como podía y Mina se golpeó con una columna de metal que estaba enterrada y en el camino de ella.

— ¿Eh, y Mina-san? -preguntó la líder-.

— Escuché un grito ahogado. -contestó el pecoso-.

— Debió matarla un clon, pobrecita. Pero la rescataremos pronto. -dijo la azabache, pero Mina estaba retenida por una fierro gigante-. Volvemos a quedar los dos.

— Hai, como la primera vez. -respondió el ojiverde-.

— ¿Crees que sea el último clon? -Momo quería acabar pronto con todo esto-.

— Eso espero. -Midoriya se puso en guardia-.

Ambos llegaron y un clon los recibió, la distancia era grande así que parecía duelo del viejo oeste.

— Vamos, tú busca a la Tenshin original. -pidió la azabache-.

Cuando la líder se quedó sola, disparó un balazo al clon que tenía al frente. El proyectil rebotó, tenía activa la inversión de impacto.

— Lo suponía.

Yaoyorozu comenzó a correr hacia el clon, disparaba las balas que aún le quedaba y la Tenshin clonada contenía cada detonación con la espada. Esta última saltó para cortar a su oponente, pero Momo la tomó del brazo para hacerla una llave y lanzarla a lo lejos.

El clon cayó de pie, dos disparos más sucedieron para que la líder se quedara sin balas. Entonces lanzó una granada de las que le quedaban aún. Se generó una cortina de humo, pero de ella salió el clon intacto.

La copia de Ángel creó otra espada de hueso lanza, alzó los brazos y Momo pensó qué haría su contrincante.

— CÚBRETE LOS OÍDOS. -ordenó la azabache al pecoso-.

Raiudovoisu. -el clon activó uno de sus dones inéditos: voz fuerte o aullido-.

Era un ruido fino, pero muy penetrante en los tímpanos al grado de generar una molestia en el cerebro aún con las orejas tapadas. Sin embargo, a pesar de todo, Momo se acercó corriendo hacia el clon, quien tenía la defensa abierta.

La líder fue envestida, pero esta vez Momo le enterró su cuchillo en el pecho. El clon cayó y sangraba por la boca.

— No te desmayaste. -el clon estaba perplejo-.

— ¿Eh? ¿Cómo dices? Me tapé los oídos con tapones y no te oigo. -soltó la chica y Ángel trataba de levantarse-. Ya ríndete y si quieres, puedo degollarte con mi cuchillo de emergencia.

En cuanto a Midoriya, logró encontrar con la mirada a Yui. Ella estaba envuelta en sábanas al fondo de otro barranco.

— YUI, YUI. -el pecoso se deslizó hasta llegar con la original-. ¿Está bien?

— H... hai. -ella tenía la cabeza viendo a un costado pero respiraba, aunque algo cansada-.

— Todos en el Frente arriesgaron la vida para rescatarte. -dijo el pecoso-.

— ¿De... veras? -respondió como si estuviera triste-.

— Es cierto, Yui, perdóname por pedirte esto pero tienes que usar uno de tus dones. Usa Kyuushuu.

— Entiendo, lo haré...

— ¿Podrá soportarlo tu cuerpo? -preguntó el pecoso algo preocupado-.

— Hai, debería soportar un uso. Habilidad de protección: Kyuushuu. -ella cerró los ojos y recitó su don para que saliera un clon de ella-.

— Veo que alteraron el programa. -dijo la clon recién creada-.

— Hai, todas regresarán a su interior.

— ¿Con lo crueles que somos?

— ¿Qué insinúas? -preguntó extrañado el ojiverde-.

— Cada clon tiene voluntad propia. Sus voluntades no van a desaparecer, sino que se mezclarán con la original. Los clones que los atacaron formarán parte de ella. ¿Crees que estará bien tras absorber tantas personalidades de golpe?... Es la hora.

El clon sonrío, Midoriya escuchó la explicación con miedo porque temía que esto fuera un peligro para Yui. El clon más cercano se desintegró y se convirtió en polvo y señales binarias. Al igual que el resto de clones, comenzaron a entrar dentro del cuerpo de la chica.

Izuku, por instinto, se acercó a Kodai y la abrazaba. Pero a medida que pasaban los segundos, comenzó a escuchar los gritos de dolor.

Maldita sea. -él lloraba mientras agarraba con fuerza-. RESISTE POR FAVOR, YUI.

Él levantó la cabeza y por segunda vez notó que ella tenía los ojos abiertos y totalmente al descubierto, justo igual que cuando se conocieron. Cuando fijó su mirada en la de ella, su cabeza comenzó a dolerle muchísimo. Ambos gritaban de forma casi siniestra, la sensación de dolor era terrible hasta que cayeron en la inconsciencia.

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