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Capítulo 1: Rostros nuevos

*Créditos de la imagen: @ katsutoes en Twitter*

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Había pasado el día, un joven con pecas, ojos esmeraldas y pelo verde con relieves negros estaba despertando. Al parecer se encontraba sobre un sofá dentro de una oficina y escuchaba varios cuchicheos.

— Oe, Yaomomo, el chico nuevo está despertando. -mencionó un joven de pelo rojo, dientes de tiburón y ojos carmesíes-.

— Es una buena noticia. Esa herida que te hicieron fue bastante fea. ¿Y entonces? -preguntó la azabache bastante interesada-.

— ¿Entonces qué? -preguntó displicente el joven que recién despertó-.

— ¿Ya pensaste en un nombre para nuestro grupo? -contestó la señorita de ojos negros-. Entre las sugerencias están: "Frente Te Voy a Matar".

— Suena como que me va a matar a mí. -contestó una señorita con dos mechones castaños en las mejillas y los cachetes sonrojados-.

— ¿Verdad? -preguntó la azabache-.

— "Frente Flashback". -mencionó el pelirrojo-.

— ¿Justo lo que ves antes de morir? -preguntó la chica con cola de caballo-.

— ¿Y qué hay de "Frente Suicida"? -sugirió una señorita de ojos turquesa y pelo naranja-.

— ¿"Frente Desesperado"? -mencionó una chica de pelo morado y de busto pequeño-.

— ¿Y "Escuadrón Invencible"? -indicó un chico de pelo rubio con un rayo negro en su cabello-.

— ¿"Batallón Honorable"? -apuntó un joven de pelo negro y cara plana-.

— ¿"Hermanos Wright"? -comentó el pelirrojo recibiendo una cachetada en el rostro-.

— Baka, ¿te crees muy gracioso? Tiene que llevar la palabra "Frente". -reclamó la chica que llamaban Yaomomo-. ¿Y bien?

— Tengo una idea... -dijo el peliverde, haciendo que todos los presentes se acercaran a él-. "Frente No Me Jodan".

— ...

— Tienes muchas agallas para responderle de esa manera a nuestra líder, ¿no crees? -un rubio con peinado de hongo, ojos grises y sostenía una especie de hacha-.

— Dije que no me jodan. -se levantó el chico de ojos esmeraldas molesto-. ¿Qué demonios pasa con ustedes? No quiero involucrarme.

— ¿Sí entiendes que no puedes salir de este lugar a menos que te eliminen? -advirtió un joven con lentes-.

— Lo sé, quiero irme de aquí. -contestó molesto el pecoso-.

— Aunque termines reencarnando en otra cosa. -el de los lentes seguía-.

— ¿Creías que solo las almas residen en cuerpos humanos? Podrías ser una pulga de mar, una esponja, un percebe. Si quieres irte, adelante y reencarna en un percebe y que alguien te coma, sería una mejor vida. -decía el chico rubio con la espada-.

— Oe Monoma-kun, no seas tan malo con el chico nuevo. -pidió en buena forma la azabache-. Escucha, esta es nuestra sede, un lugar seguro con el que entras con una contraseña. Aunque técnicamente es la oficina del director, estamos bien aquí.

— Pero, eso de reencarnar en algo no humano, ¿no es broma? -preguntó el peliverde algo preocupado-.

— No lo es, aunque no estamos tan seguros sobre eso. El budismo dice que no puedes volver en la misma forma, no necesariamente. Pero reconozco que la religión es un constructo humano, ahora escúchame. -explicó la azabache-. Nosotros venimos de un mundo donde teníamos poderes que eran parte de nuestro cuerpo, lo cual nos permitía soñar con ser héroes.

Si lo dijo en pasado, significa que no tienen dones ahora. Al menos aquí es un poco más igualitario. -pensó el peliverde-.

— Este chico pelirrojo es Eijiro Kirishima, es un poco tonto pero puede lucirse cuando se lo propone. Él dice que en su momento era tan duro como una piedra, ese era su don. -señaló al pelirrojo-.

— Ese soy yo... OE, ESO NO ES UN CUMPLIDO. -reclamó cómicamente el susodicho-.

— Esta señorita que está conmigo aquí se llama Ochako Uraraka. Ella es la encargada de hacer extracciones y rescates, su don era Zero Gravity. -indicó la líder-.

— Mucho gusto, si tienes algún problema o necesitas hablar de algo, aquí estoy yo y Yaomomo, puedes contar con nosotros. -indicó la castaña con una linda sonrisa-.

— La chica de pelo naranja es Itsuka Kendo, ella es una experta en artes marciales. Su don era Puños Gigantes, es muy confiable y si quieres puede enseñarte algunas cosas. -presentó Momo-.

— Gusto en conocerte, chico. -Kendo estrechó su mano con el pecoso-.

— Él es Denki Kaminari, su don era de electricidad y se volvía muy tonto si la usaba mucho. Su mayor talento es no tener talento. -Momo no tenía pelos en la lengua-.

— Je je, bienvenido al Frente de Liberación. -estrecharon manos también-.

— El chico con los lentes es Tenya Iida, su don era Engine. Podía correr muy rápido con los motores en sus pantarrillas, era muy respetuoso de las normas, pero se ha soltado un poco acá. -mencionó Yaoyorozu e Iida se acomodaba los lentes-.

— Es un gusto. -el mencionado hizo una pequeña reverencia-.

— Este chico con la espada es Neito Monoma, su don era Copy. Es un poco pendenciero, pero solo ignóralo. -Momo señaló al rubio del hacha-.

— Es Monoma-sama para ti.

— Sí, claro. -el peliverde volteó a ver a otro lado con molestia-.

— El que está con el hacha es Hanta Sero, es un poco molesto con los nuevos, pero es un buen sujeto. Él tenía un don de Cintas. Fue discípulo de Kendo, sabe pelear y también se le da bien moverse entre techos y edificios. -mencionó Momo señalando a Sero, quien estaba haciéndose el enojado-.

— El chico que está en las sombras, que todavía no ha dicho nada, Hitoshi Shinsou, es un poco frío pero accesible. Él tenía un don de control mental. Fue discípulo de Kendo, sabe pelear y tiene unas cintas especiales capaces de atrapar a quien sea. -mencionó Momo señalando a Shinsou, quien estaba de brazos cruzados-.

— Esta chica está sentada aquí es la jefa del escuadrón de distracciones. Ella es Kyouka Jirou, su don era Earphone Jack, tenía audición privilegiada y es una gran cantante. En toda la escuela hay un montón de miembros del Frente. Lo cual me recuerda, ¿cómo te llamas y qué don tenías?

— Yo me llamo... Mi... Mido... Midoriya. Y pues, era... mukosei. -todavía no me acostumbro a decirlo, me hace sentir decepcionado-.

— Bienvenido, Midoriya-kun. Aquí todos somos iguales, estamos muertos pero no aceptamos la muerte que tuvimos. ¿Y tu nombre de pila? -preguntó Momo de nuevo-.

— No logro recordarlo, igual que muchas cosas... -replicó el joven Midoriya-.

— ¿Tienes amnesia? Descuida, eventualmente tus recuerdos volverán. -decía Kirishima sonriente-.

— Oe, ¿no deberíamos darle un uniforme? -preguntó Iida-.

— Tienes razón. Uraraka-san, trae un uniforme para Midoriya, por favor. -ordenó la azabache-.

— Es cierto, ¿por qué mi uniforme es diferente? -preguntó Midoriya-.

— No es que el tuyo sea diferente, sino el nuestro. Tienes el uniforme normal, con el nuevo uniforme serás uno de los nuestros ahora. -explicó Momo quien se sentó en su escritorio-.

Era tarde, el sol estaba casi ocultándose y habían muchos estudiantes realizando actividades deportivas. Midoriya, Uraraka y Yaoyorozu se encontraban en la azotea del edificio de profesores, donde estaba la sede del Frente.

— Toma. -Momo le alcanzó una late de café-. ¿Sorprendido?

— Un poco, esta debe ser una escuela muy grande. -decía Midoriya mientras tomaba su café-.

— Es un internado, hay alrededor de 2000 estudiantes. Así que es un complejo gigantesco. -mencionó la castaña incorporándose a la plática-. Solo que...

— ¿No hay problema que hablemos aquí? -preguntó el peliverde pensando en lo que le dijeron sobre el enemigo-.

— Seguro, siempre y cuando no hablemos de nuestras operaciones. -mencionó Momo tranquilamente-. Y bien, ¿qué quieres saber?

— ¿Qué hay con esos que están allá abajo? -preguntó Midoriya señalando a los estudiantes en la cancha de tierra-.

— Ellos están en actividades de clubes o se van a las habitaciones del internado. -Ochako bebía un café de lata-.

— ¿Y ustedes participan en alguno?

— Desapareceríamos. -mencionaron ambas al unísono-.

— ¿Cómo?

— Si las personas asistiéramos a clase o nos reuniéramos en los clubes como los demás, como quiere Tenshin, podríamos desaparecer. Ya hemos perdido a varios así. -Uraraka se veía algo melancólica y Momo acariciaba su cabeza-.

— ¿Personas? Pareciera como si dijeras que ellos no lo son. -Midoriya estaba intrigado-.

— Es que no lo son, los llamamos NPC o Personaje No Jugable. Son modelos que han estado desde siempre. -señaló Yaoyorozu a los estudiantes que corrían-.

— ¿Y son conscientes de eso? ¿Tendrás respuestas predeterminadas?

— Podrías intentarlo, pero te sería difícil notar la diferencia fácilmente, dado que eres el nuevo. -aclaró Ochako mientras veía al cielo-.

— ¿Se puede platicar con ellos?

— Trata de tocarle el culo a una chica, tal vez salte y vaya corriendo o te golpee. -Uraraka recordaba con gracia cómo Kaminari lo intentó cuando llegó-.

— No creo hacerlo, ¿y los profesores son iguales?

— Así es, además los NPC no pueden envejecer, así como nosotros. ¿Algo más, Midoriya-kun? -señaló Momo-.

— ¿Qué tan violenta es Tenshin? Me mató con una especie de espada que sobresalía de su muñeca.

— Lo vi y francamente fue toda tu culpa. Le pediste que te diera pruebas que estabas muerto y te atravesó para demostrarlo. Para ella era como preguntarle en dónde estaba la sala de maestros. -indicó Momo con un pequeño puchero-.

— Así que ella es la hace cumplir las reglas de este mundo.

— Algo inepta, por cierto. -agregó Uraraka-.

— ¿Ella estará consciente de eso?

— Eso es algo difícil de saber, ella no tiene emociones, es muy directa y de pocas palabras. Eso la hace diferente de los NPC. -aclaró la líder-.

— Entonces, ella es así. ¿Y si no me comporto como se supone que ella quiere?

— Si no cumples con las reglas; primero te da una advertencia, si escapas te seguirá y cortará tu vía de escape. -Ochako recordaba con algo de miedo-.

— ¿Y si la ataco?

— Ojo por ojo, da igual si siempre lo hacemos. -explicó Momo haciendo un gesto con el brazo como si apuñalara a alguien-.

— Así que a veces les pasa igual que a mí.

— Claro y no intentes ser un estudiante modelo, varios desaparecieron así. -reafirmó Momo luego que lo dijera Ochako hace poco-.

— Una última pregunta, ¿existe Dios?

— Creería que sí, pero nunca lo he visto. -Momo veía hacia abajo, ese tema le traía varias emociones-.

— ¿Le han preguntado a Tenshin?

— Ella siempre evade el tema, dice "sin comentarios". -Momo terminó de beber su café-. Pero ahora yo tengo una pregunta.

El peliverde volteó a ver a Yaoyorozu, Uraraka estaba extrañada de esa seriedad. Pero trataba de mantener la calma.

— Cuando llegaste con Tenshin y la vista a los ojos, ¿qué sentiste o qué viste? -preguntó la azabache-.

— Pues... -el ojiverde ponía su mano en su barbilla y veía hacia arriba de forma pensativa-. Cuando hicimos contacto visual, mi cabeza sentía piquetes por dentro, como si muchas agujas atravesaran mi cerebro.

Los ojos de la castaña se abrieron, la líder se mantenía seria para pensativa. Esto le parecía extraño.

— Ella nunca mostró tener esa habilidad, generalmente ella utiliza su espada o distorsión de impacto. ¿Y no recuerdas haber visto algo? -cuestionó algo preocupada la azabache-.

— La verdad... no vi nada más. Todo estaba oscuro, pero no era una oscuridad profunda, sino que sentí que era una oscuridad que me era acogedora. -el joven Midoriya se rascaba la cabeza tratando de recordar-.

— Ya veo. Entonces creo que tendremos que encontrar alguna manera de descubrir qué te pasa. Tal vez tenga que ver con tus recuerdos. -Momo se acercó a un basurero para tirar la lata de café vacía-. Creo que la sesión de estudio de hoy acabó.

La azabache se retiraba, se notaba más seria de lo que suele verla Ochako y eso le preocupaba un poco. Mientras tanto, el pecoso y la castaña quedaban solos en la azotea del edificio.

— Midoriya-san, muchos de nosotros tenemos historias que son algo difíciles, las tenemos presentes porque creemos que la vida, Dios, o quien sea, fue injusto con nosotros. Peleamos por una causa, queremos confrontar a ese ser divino y preguntarle porqué. -Uraraka se había sentado y abrazaba sus piernas y enterraba su cabeza-.

— ¿Quieres hablar de ello? -preguntó el ojiverde y ella asintió con la cabeza-.

— Yo venía de una familia pobre, mi sueño era ser una heroína para salvar a muchas personas. A veces veía a los héroes luchando o ayudando en alguna situación difícil. Yo me fijaba en la expresión de la gente que los veía. Mi padre siempre me decía que viera al héroe, pero me gustaba ver cómo sonreían todos y finalmente veía la sonrisa del héroe. Cuando quise entrar a una academia de héroes, mi meta era ayudar a mis padres para que no sufrieran por el dinero, pero también quería rescatar las sonrisas de todos. Cuando un héroe necesita ayuda, ¿quién le daría la mano? -Ochako lloraba mientras relataba su historia-. Yo le fallé a mis padres... En el examen de admisión me rompí una pierna y un robot gigante me aplastó a mí y a mi sueño. Por eso me prometí a mí misma, cuando llegué a este mundo, que haría todo lo posible para ayudar a Yaomomo con su causa. Siempre sería yo quien dé la mano a quien lo necesite con una sonrisa. Así que, Midoriya-san. esforcémonos por la causa.

— Arigato, Uraraka-san. -el pecoso tomó la mano de la castaña, quien le ayudó a ponerse de pie-.

Siendo honesto no sé si unirme, ahora lo que más quiero es recuperar mis recuerdos. Después de eso... Después de eso... ¿Qué haré? 

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