...08...
Se que no se nada, no sé si me explico. No se qué siento ni dónde estoy. Ni por qué estoy aqui.
Mi única certeza es que no sé nada.
La mayoria del tiempo miro entre los colores de las luces y logro encontrar destellos de belleza en la vida, momentáneos como los sentimientos, químicos en eterna espera de detonantes que te vuelven loco y te convencen de situaciones que no son reales, tan falsos como la palabra.
Sé que siempre lo repito pero es la verdad, no sé dónde estoy parada.
Logro divisar a lo lejos las cosas moverse, independientes de mi existencia, avanzando en la vida, dejándome atrás y sin aliento, como si de un golpe se tratara.
Se encargan de arrancarme mis motivos y toman mis manos con brusquedad para arrebatármelos...
También, a veces me siento como si fuera feliz, sin embargo y sin ningún tipo de aviso, la soledad y tristeza suelen llegar entrelazadas de este sentimiento, como si fueran personas esposadas, constantemente recordándome que están encarceladas, enamoradas la una de la otra siendo reos en sus almas, sin descansos ni escapatorias, solo estando ahí o, al menos así las percibo.
No sé si soy la única que se siente como en una película en la cual la dirección de fotografía no sabe qué rumbo tomar.
"Marca los lugares que te hacen feliz, así siempre los recordarás" me digo constantemente a mí misma, intentando recordar todo el tiempo cómo se siente ser feliz, intentando no ser abandonada por los aromas que me envuelven en el momento, intentando atraparlos conmigo para siempre y así lograr retenerlos en mi memoria a largo plazo.
De tiempo en tiempo me siento engañada, porque ¿cómo es posible que sea feliz estando encadenada a la tristeza que se esconde, marginada en lo profundo de mi alma? No lo entiendo, no se suponía que fuera así, más sin embargo, esta fue la vida que me tocó, defectuosa, rota, destinada a ser destruida una y otra vez por mí y los demás en mi entorno. Sin poder saber mi paradero.
¿Cómo puedo reconocer algo que nunca he visto? Nunca he sido vista, ni por mí, ni por nadie. Nadie nunca jamás me ha visto, al menos no de verdad. Soy un fantasma ante los ojos de las personas que se niegan a sí mismas quiénes son, incapaces de reconocerse o hacerlo con los demás.
Nadie nunca me ha visto, insisten en ocultarse entre las ramas de los bosques que yo misma creé y abrí para ellos, dejándolos entrar en mi santuario, mi teatro lleno de las más amadas de mis actuaciones, las más crueles y reales que son parte de quién yo soy, porque yo soy quien ven, aún si se niegan a hacerlo.
"Soy una gran actriz" resuena dentro de mi cabeza, en la desesperante necesidad de seguirme ocultando lo buena estafadora que soy, queriendo purificarlo aún para mí misma.
Yo sé cuál es la verdad, yo sé quién soy y lo que soy, por qué estoy aquí y dónde es que estoy parada. Me lo niego todo el tiempo y es que, es más fácil privarme de estas realidades y vivir en las mentiras que yo he creado para mí misma, las cuales con frecuencia presento en mi teatro llamado "el exterior" con tanto amor y dulzura en sonrisas de cristal.
Estoy perdida entre mis propios falsos reflejos, perdida entre la niebla de quién no soy pero que intento tan fervientemente decirle a los demás que soy.
Perdida en mi fragmentada mente llena de niebla y nubes oscuras que de vez en cuando se vuelven coloridas pero siempre regresan a su estado natural, terrorífico y oscuro, de espanto.
Las sombras asechan aún para los mounstros que viven en ellas, forzandolos a siempre tener cuidado aún de su propia oscuridad.
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