Blood Magic
Esta historia fue creada para un concurso, pero de buenas a primera ya no supe más nada de el, su creadora jamás dio una explicación y bueno la historia quedo dando vueltas en el libro completamente sólita y como no puede ser de otra forma conmigo, como es un nottgood, aquí se las dejo para que la lean.
Bien la primera fase era crear un CROSSOVER y yo decidí cruzar Harry Potter y Cazadores de sombras: Origenes.
Como ya todos saben me encanta la pareja de Theo y Luna, así que me fue inevitable no hacerla sobre ellos. En cuanto al otro libro, aquí apareció Magnus y la promesa de Tessa y Will. Debo confesar que al pensar la historia, esta resulto mucho más larga de lo que pretendía, así que eso vendria a ser una suerte de primer capitulo de una historia mas larga que en algún punto desarrollare y publicare en su propio libro, con suerte tiempo y ganas terminare la historia en algún momento.
Espero les guste. Besos.
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Blood Magic
Otro día lluvioso en Hogwarts. En una de las habitaciones de la casa Slytherin se despertaba, con un humor de los mil demonios, Theodore Nott. Aquellos días no habían sido fáciles para él, pues la lluvia retenía a todos dentro del castillo y aunque este era realmente enorme, a Theo se le estaba haciendo cada vez más difícil escaparse de sus amigos y de la cargosa de Daphne, para poder encontrarse con aquella ravenclaw hermosa que con su simple mirada podía hacerlo sonreír, cosa que era casi un milagro, pues si preguntabas a cualquiera en aquel castillo podías contar con los dedos de una mano a todos los que alguna vez vieron al pelinegro sonreír.
El interés de Theo por Luna comenzó por simple curiosidad. Digamos la verdad es realmente extraño que alguien responda siempre con una sonrisa a cualquier tipo de provocación. Él sabía más que bien como la trataban sus compañeros, pero sin importar lo que le hiciera, parecía que nada afectaba el humor de aquella chica, eso fue lo que despertó la curiosidad del pelinegro, y casi sin darse cuenta se encontró siguiendo a sol y sombra a aquella rubia. Llego a conocerla de tal forma que con solo mirarla a los ojos podía saber si en verdad estaba bien o no. Así descubrió que lo que sus compañeros le decían en verdad le dolía y él simplemente no podía soportar que esa chica sufriera, entonces el deseo de tomar venganza en su nombre comenzó a invadirlo y desde entonces a todo aquel que le hacía o decía algo malo a la rubia, terminaba pasándole algo desagradable.
Una mañana dos slytherin derramaron "descuidado" una cubeta llena de baba y fluidos de babosa gigante, sobre la rubia que solo caminaba hacia una de sus clases. Justo en ese momento Theo iba junto a Draco y Blaise por el mismo pasillo, sus dos amigos se rieron pero Theo sintió como rápidamente la furia lo invadía y fue aun peor cuando miró aquellos ojos grises que lentamente se llenaban de lágrimas. Luna solo dio media vuelta y se alejó lo más rápido que pudo de aquel lugar. Esa misma tarde cuando la mayoría de los alumnos se dirigían al gran comedor todos se encontraron con aquellos dos slytherin colgando semidesnudos de dos de las estatuas que adornaban las altas paredes de aquel pasillo. Todos se rieron un rato de ellos y luego siguieron su camino. Theo paso por allí como si nada con una pequeña mueca en su rostro, cuando sintió que alguien lo sujetaba del brazo, al mirar se encontró con Luna.
--¿Por qué lo hiciste? --la pregunta fue concisa y esos ojos mostraban claramente esa determinación que la rubia solía tener y si había aprendido algo de ella después de observarla por tanto tiempo era que no se detenía cuando sus ojos mostraban esa determinación.
--Porque tu no harías nada y... ¿si hoy te hicieron eso que será la próxima vez?
--¿Por qué reaccionas cada vez que me hacen algo?
--Ya lo dije --respondió en un tono cortante, pero no detendría a la rubia.
--Theodore Nott esa no es una respuesta --agregó Luna con una sonrisa que rápidamente se contagió en el pelinegro. Sonrisa que como siempre movió todo en el interior de Theo.
--¿Quieres la verdad? Bien... me molesta, me molesta mucho ver tus ojos llenos de tristeza, quiero verte sonreír y si solo sonríes para mi mucho mejor --respondió el pelinegro sin despegar sus ojos azul eléctrico de la rubia, quien rápidamente comenzó a tomar un tono rosado en su rostro.
Desde aquel día su relación con Luna cambio por completo, comenzaron a verse más seguido y salir, aunque siempre cuidándose de que nadie se entere, mayormente por decisión de Theo, en realidad él no quería complicar la vida de la rubia.
Con el tiempo Luna se convirtió en la persona más importante para Theo y en este momento le molestaba sobre manera no poder encontrarse con su amada rubia, y eso llevaba su mal humor a niveles insospechados. Esa mañana cuando se levantó noto como todos sus compañeros simplemente se apartaban de su camino, sabía que debía estar despidiendo un aura asesina, pero si eso le daba la oportunidad de estar solo y poder escaparse para ver a su rubia, le daba igual lucir como un maniático.
Mientras caminaba hacia el gran comedor noto el extraño comportamiento de algunos de sus compañeros de casa y pronto comenzó a escuchar los gritos de estos. Otra vez discutían valla uno a saber por qué. A unos cuantos metros delante de él pudo ver a aquella rubia que lo enloquecía, caminaba completamente distraída, como de costumbre y él simplemente decidió deleitarse viendo el movimiento de aquel cuerpo al caminar, pero nuevamente la discusión de sus compañeros, más adelante, llamó su atención y pronto se encontró en estado de alerta al ver que las varitas se levantaban.
Rápidamente se desato una guerra de hechizos entre aquellos seis slytherin. El resto de los estudiantes que iban por allí se tiraron al piso en un intento de protegerse de la lluvia de hechizos, todos excepto Luna que parecía no haber notado lo que sucedía a unos pocos metros de ella.
--Lovegood --gritó Theo en un intento por traerla a la realidad.
Luna miró a su alrededor y finalmente sus ojos se centraron en aquel vórtice de luz que había aparecido frente a ella a no más de unos 15 pasos, los bordes eran de un azul eléctrico y el interior era un remolino de colores que no dejaba de moverse. Dentro de ese remolino pudo distinguir unos ojos rojos que la miraban. Aquella mirada la lleno de temor e instintivamente intento retroceder, pero en ese momento lo que parecía un tentáculo violeta salió del vórtice, se enredó en sus piernas y comenzó a tirar de ella hacia el vórtice. La muchacha comenzó a forcejear e intento agarrar su varita, que en ese momento sujetaba su cabello, pero cuando la rozo con sus dedos el tentáculo jalo de ella con más fuerza haciéndola caer al piso y en ese instante escuchó como su varita golpeaba en el piso. Theo comenzó a moverse rápidamente hacia ella en cuanto la vio forcejear con el aire y se apuró aún más cuando la vio caer al piso.
--Luna --gritó Theo mientras corría y levantaba la varita de la rubia. Sus ojos se encontraron y el pelinegro se estiro lo más que pudo hasta que consiguió atrapar el brazo derecho de la rubia.
--THEO --gritó Luna mientras sus manos se aferraban al brazo de él--. Lánzale un hechizo.
--Es un vórtice mágico es peligroso puede estallar.
--Theo a la cosa que tira de mí --el mago volvió a observar hacia el vórtice, sin dejar de sujetar y forcejear para retener a la rubia.
--No hay nada tirando de ti --sus ojos le decían que no había nada allí, pero su mente se debatía entre lo que veía y el hecho de que Luna jamás le mentía.
--Sí, dispara al centro --Theo no dudo de las palabras de la rubia y rápidamente lanzó un crucio y al instante otro, pero aquella extraña fuerza siguió tirando de ambos hasta meterlos en aquel portal, el cual tardo solo unos instantes en cerrarse ante la atónita mirada de los presentes.
Theo sintió como todo giraba a su alrededor, le era imposible fijar la vista y noto como, lo que fuera que había atrapado a Luna comenzaba a tirar de ella con más fuerza. El Slytherin apretó aún más su agarre. El ruido a su alrededor era cada vez mayor, le pareció escuchar la voz de Luna, pero no podía descifrar que le estaba diciendo. Se sentía cada vez más mareado y repentinamente perdió el conocimiento.
Theo sintió frío y abrió los ojos. Estaba sobre los fríos, húmedos y duros adoquines de un callejón, la luz era muy poca, pero le permitió saber que estaba solo allí y al mirar sus manos se encontró con dos varitas y la manga de una camisa. Entonces lo supo, había perdido a Luna.
Rápidamente se puso de pie y comenzó a moverse como si el mismísimo señor tenebroso estuviera tras él. Aquellas calles eran húmedas y retorcidas, las farolas apenas si iluminaban. Lucia como Londres, pero no el Londres que él conocía. Noto los carruajes tirados por caballos y confirmo que ya no estaba en el tiempo que debía.
Por primera vez en mucho tiempo los nervios y la preocupación se apoderaron de él.
«Bien, solo tranquilízate. Luna tiene que estar aquí. Averigua donde y en qué año estas y busca a alguien que pueda ayudarte. Sobreviviste a tu padre podrás hacer lo que sea, más si es por ella». Se dijo a sí mismo, pues en verdad si había algo que Theodore Nott sabía hacer eso era sobrevivir. «Bien piensa ¿A dónde puedo ir? No puedo aparecer en Hogwarts ¿Qué hay lo suficientemente antiguo donde me pueda aparecer?»
--El caldero chorreante --susurró el pelinegro. Después de dar un vistazo a su alrededor y comprobar que no había nadie cerca se desapareció.
Volvió a aparecer en un callejón, muy parecido al anterior, salió de allí y busco por los alrededores la entrada a aquel antiguo bar, pero no lo encontró, estaba seguro que esa era la calle correcta. Camino un poco más y encontró lo que parecía un bar, junto a la puerta había un cartel con unos símbolos que no conocía, pero el interior del lugar lucia como un bar, sus clientes no parecían del todo normales, pero eso era lo que menos le importaba en ese momento. Se acercó a la barra y lo atendió una mujer de piel verde.
--¿Qué te sirvo guapo? --preguntó esta en tono coqueto.
--En verdad tengo algunas preguntas ¿Dónde estoy y que año es este? --la mujer lo miró con algo de curiosidad.
--Estas en el año 1880 en Londres, más específicamente la calle Charing Cross, en el club Pandemonium...
--Es la calle correcta ¿Conoce "el caldero chorreante"? --Theo no dudo en preguntar, pues sabía que para esa fecha el bar ya tenía siglos de existir.
--Nunca escuche de ese lugar ¿eres nuevo por aquí?
--Puede decirse que si --dudo un momento y luego simplemente preguntó-- ¿Sabe de algún mago? --la mujer lo miro como si él se estuviera burlando de ella, pero la expresión seria de Theo le hizo ver que no era así.
--¿Nuevo hombre lobo, nuevo vampiro... que eres?
--Solo busco a un mago que pueda ayudarme --Theo noto que un hombre se acercó a ellos. Alto y delgado, de ojos amarillos y rasgos asiáticos, usando un llamativo traje color vino.
--Tú no eres de aquí, ¿Por qué necesitas un "mago"? --preguntó el hombre sin despegar sus amarillos ojos del pelinegro.
--Soy un mago y me sucedió algo bastante extraño, en verdad necesito ayuda para comprender algunas cosas.
--Magnus Bane --se presentó el hombre sin despegar sus ojos de Theo, era como si lo estuviera inspeccionando.
--Theodore Nott --respondió el pelinegro como si nada.
--¿No sabes quién soy? --Theo lo miró algo extrañado y simplemente negó con la cabeza--. Bien creo que tengo que escuchar tu historia. Acabas de encontrar a un brujo --agregó el hombre al ver la mirada un tanto confundida del joven.
Theo decidió seguir a aquel hombre, después de todo no conocía a nadie allí y si intentaba hacerle algo sabia más que bien como defenderse. Él hombre lo llevo hasta una casa muy elegante y recién allí volvieron a hablar.
--Bien eres un mago ¿Cuál es tu marca?
--¿Qué?
--Tu marca garras, cola, cuernos, ojos de gato --al mencionar esas últimas palabras señaló sus ojos y Theo podo ver claramente que estos eran como los de un gato-- todos los magos tienen alguna "marca".
--Es imposible, de donde vengo no es así --agregó Theo antes de sacar su varita y encender un grupo de velas que el dueño de casa todavía no había encendido.
--Increíble ¿haces magia con varita?
--También la hago sin ella, pero eso es un tanto más complicado, no todos pueden hacerlo sin varita.
--Por favor tienes que contarme como llegaste aquí, es más que obvio que no perteneces a este mundo.
Theo le conto todo lo sucedido y respondió alguna que otra pregunta sobre su mundo, por lo visto los magos o brujos en este lugar son inmortales y tienen alguna especie de deformación que los identifica como tales.
--Bueno por lo que me cuentas no me queda más que creer que esta chica Luna puede ver a los demonios, ahora es raro que si tú tienes magia no puedas verlos también.
--Me da igual poder verlos o no, lo único que me importa ahora es poder encontrarla.
--Entiendo. Bien lo más probable es que también haya caído aquí aunque si se separaron y ella era arrastrada por un demonio seguramente llego antes que tú, eso puede ser un día, dos, tres una semana antes quizás dos nadie puede especificar eso...
--Pues alguien tiene que saber algo.
--Eso es seguro. Te ayudare a buscar información, pero quiero que tengas algo en mente, es probable que ya no esté viva, los demonios generalmente hacen las cosas por órdenes...
--No digas más no me interesa, ella tiene que estar viva.
--¿Y si no lo está?
--Pobre de ese demonio y de todo el que este cerca de él ---dijo entre dientes Theo soltando todo el enojo posible.
..........
El cuerpo le dolía y la cabeza le daba vueltas, se sentía débil y los parpados le pesaban demasiado. Lentamente abrió los ojos, solo para descubrir que seguía en aquella oscura y pequeña habitación. Trataba de convencerse de que todo era un mal sueño, pero cada despertar era entrar en una verdadera pesadilla.
Hacia una semana que estaba allí. Despertó en una extraña habitación repleta de velas que rodeaban un círculo dibujado en el piso con unos cuantos símbolos extraños. Dentro de aquel círculo se encontraba esa extraña criatura que la había atrapado desde el vórtice mágico, su cabeza era chata y estirada, su piel de color violeta era escamosa con la espalda llena de púas, su boca estaba repleta de afilados colmillos, su cola era realmente larga y sus ojos rojos la seguían mirando y Luna no pudo evitar pensar que esa cosa era como una lagartija súper crecida. También había dos hombres en ese lugar, pero la rubia no les presto demasiada atención, la presencia de esa criatura la inquietaba mucho.
--¿Qué se supone que es esto? Debías traer lo que necesitamos para el hechizo --vociferó uno de los hombres, y Luna pudo ver unos afilados colmillos en su boca.
--Querían sangre mágica... ella me vio --respondió la criatura con una voz seseante.
El otro hombre se acercó a Luna y la agarró del brazo izquierdo. La rubia noto que las manos de aquel hombre parecían garras y sus uñas parecían muy afiladas. El hombre clavo una de sus uñas en la palma de Luna, sintió el corte y como rápidamente la sangre comenzó a brotar por allí. El hombre se llevó la uña ensangrentada a la boca y luego de probar aquel liquido rojo una sonrisa maliciosa apareció en su rostro.
--Tiene razón es sangre mágica y muy buena --dijo casi en un susurró para el otro hombre que rápidamente se acercó a la rubia, tomó la mano que todavía sangraba un poco, la olfateó y luego le paso la lengua limpiando la sangre que se había acumulado en la palma de Luna.
--Deliciosa... creo que nunca probé una sangre tan deliciosa --susurró el hombre mientras se saboreaba, antes de volver a lamer con más ganas la palma de la rubia.
--Arthur tranquilo, la necesitamos viva y no la puedes convertir --el hombre se alejó de Luna con pocas ganas. La rubia podía ver el deseo en los ojos de aquel hombre. Su sorpresa era tal que no podía formar una frase, las palabras se enredaban en su cabeza y solo podía pensar en Theo ¿Dónde estaba? ¿Estaría bien?
--Malditos brujos le quitan la diversión a las cosas.
--Arthur De Quincey, creí que querías hacer este hechizo más que nada.
--Claro que si la noche eterna es el sueño de cada vampiro y demonio que existe... primero la noche eterna, luego la venganza. Enciérrala y continua con la búsqueda --concluyó el hombre antes de abandonar aquella oscura habitación.
Ya hacia una semana desde aquel día y solo la mantenían encerrada en aquella pequeña habitación, cada tanto le sacaban algo de sangre, eso era lo que la mantenía débil.
Lo único en lo que podía pensar era en Theo. Sabía que había entrado por aquel vórtice con ella, pero no entendía dónde estaba, en algún punto se habían separado y estaba segura de que él tenía la manga derecha de su camisa. Su mano derecha volvió a atrapar la piedra azul que colgaba de su cuello, aquella que su amado ojiazul le había regalado.
--Sé que vienes por mí, ten cuidado amor, aquí todo es diferente --susurró apretando aquella piedra con todas sus fuerzas.
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«Sé que vienes por mí, ten cuidado amor, aquí todo es diferente». Esas palabras resonaron en la mente de Theo. Sus ojos se abrieron y se encontró rodeado por varias torres de libros mientras su mano derecha apretaba la piedra que colgaba de su cuello, hermana de la que le había regalado a su amada Luna. Aquella voz era la de su rubia de eso no tenía duda.
--Valla, ya despertaste --esa voz seguro no era de Luna, miró a su alrededor y se encontró con Magnus entrando en la biblioteca.
--Lo siento me quede dormido, espero no haber perdido mucho tiempo.
--Deja de decir tonterías y descansa, no dormiste más de una hora, si no descansas no podrás hacer nada por ella --lo regaño Magnus dejándole una taza de té sobre una de aquellas torres de libros--. No soy un niñero así que compórtate como un adulto.
--Lo sé, creo que ya podre dormir, acabo de confirmar que está viva --el brujo lo miro intrigado-- ella tiene un colgante igual a este, las piedras tienen una conexión mágica y si una se rompe significa que el propietario de la otra murió.
--Eso es genial, ¿por qué no me lo dijiste antes?
--En mi desesperación lo olvide --confeso algo avergonzado el pelinegro provocando una mirada incrédula del brujo.
--Bien, ve a dormir, descansa y luego iremos a visitar a unos amigos que tal vez puedan ayudarnos un poco más, creo que ya estaban en el tema.
--¿Otro Brujo?
--Más o menos... no me gusta enredarme mucho con ellos, pero no nos quedan muchas más opciones... Nefilims, solo espero que Tessa y Will sigan aquí.
Theo quería hacerle más preguntas a Magnus, pero en verdad estaba agotado, pues mientras el brujo indagaba por los lugares que conocía él se había pasado casi todo ese tiempo investigando en los libros sobre el portal que los trajo, después de todo si encontraba a Luna, y lo haría, tendrían que volver a su mundo de algún modo.
Llego a la habitación que Magnus le había designado, se tiró en la cama y se entregó a los brazos de Morfeo, con una sola imagen en su mente, el rostro de Luna sonriendo solo para él.
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Continuara...
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