Capítulo único.
Todo empezó de manera espontánea, casi mágica.
Se conocieron en una fiesta gracias a los amigos que tenían en común. Bastó una mirada para que ambos sintieran esa potente conexión en sus almas, aferrándose con todas sus garras en cada centímetro de sus cuerpos y albergando sentimientos tan inexpresables que, para los dos, era un dolor de cabeza comentar a los demás.
SeHun jamás fue alguien muy extrovertido con el resto a diferencia de LuHan y LuHan nunca fue alguien tan sereno como lo era SeHun. Eran el complemento perfecto, independiente de lo que los demás dijeran, de que aún fueran demasiado jóvenes como para mirarse y decirse que eran tal para cual.
Quizás fue LuHan el que empezó todo, pasando a las personas en la pista de baile con sus ojos fijos en cierto chico alto que era bañado bajo una intensa luz violeta, manteniendo los ojos cerrados mientras se movía al compás de la música, ajeno al mundo.
No fue un encuentro intenso y pasional como podría haber parecido, más bien fue uno tímido y bastante cauteloso de parte del más bajo al darse cuenta que el chico alto era bastante reservado.
Por su parte, SeHun fruncía el ceño internamente, preguntándose por qué ese chico sonrisitas, a quien más de una vez vio reír a carcajadas con sus amigos desde la distancia, le estaba dirigiendo la palabra a él, el ser probablemente menos comunicativo existente en esa fiesta.
El comienzo no fue bueno para ninguno: SeHun huía de LuHan y éste simplemente le perseguía, buscando cualquier oportunidad para poder acercarse, molestarle un poco e intentar ganar un poco de su confianza. No obstante, pasaron semanas y el alto no parecía caer ante su personalidad confiable. Incluso Jongin, su hermano menor, ya había entablado conversación con él a través de KakaoTalk.
¿Por qué SeHun sólo huía de él?
Si LuHan hubiese sabido que SeHun estaba cayendo en un agujero negro quizás, tan solo quizás, jamás hubiese insistido tanto en el aura misteriosa que le decía a gritos que explorara, que desmantelara y la descubriera centímetro a centímetro.
Y si SeHun hubiese sabido de la curiosidad de Luhan, quizás jamás habría decidido dejar de huir y darle una oportunidad para conocerse.
Error por error, uno tras otro que pagarían tarde o temprano.
✿
El silencio entre ambos era tenso, incómodo. La fría brisa invernal sacudió sus cabellos y los desordenó, a lo que Sehun sólo se refugió en su calentita bufanda, escondiendo el rostro, y cerró los ojos, pensando en todas las cosas que pudo haber estado haciendo en ese momento.
—Me gustas —suspiró Luhan, incapaz de voltear la cabeza para mirarle—, me gustas y mucho. No sabes cuan especial eres para mí.
El alto sólo escuchaba, refugiándose en su propio calor, erradicando el hielo que se expandía por su pecho y que amenazaba con congelarlo.
—Pero todo pasó tan rápido —continuó el castaño, bajando la mirada con culpa—. Ella se hizo cercana a mis amigos y, por ende, nosotros también. Una cosa llevó a la otra y pues...
—Empezaste algo con ella estando conmigo.
Fue una frase corta y concisa, su tono tan neutro que se contradecía con la calma que mostraba su semblante escondido.
Si LuHan no conociese tan bien a SeHun, jamás habría podido descifrar que aquella era la más clara expresión de la resignación.
—Lo siento.
Decidiendo que aquello ya era más de lo que podía soportar y recogiendo todos los pedacitos de su aniquilado corazón, SeHun simplemente se dio la media vuelta, ajeno a la mirada melancólica que el más bajo le brindaba.
—Da igual, Lu —murmuró—. De todas maneras nunca fuimos nada, así que espero seas feliz con ella.
—No quiero perderte, SeHun.
«Maldito egoísta» le quiso gritar, tragándose a duras penas el nudo en la garganta para voltear y darle una última mirada significativa.
—Sabes que no me perderás, sólo necesito tiempo, ¿Vale?
Lo peor no era que LuHan le haya ocultado que estaba saliendo con una chica al mismo tiempo que le recordaba una y otra vez cuanto lo quería, sino que no era la primera vez que sucedía algo parecido.
En parte fue su culpa, ya que dentro de los tres años que llevan de conocerse él se dedicó a levantar una muralla entre ambos, independiente de su extraña amistad-no-tan-amistad, incluso rechazándole una vez que el más bajo le pidió ser su novio.
Y es que ambos eran mundos tan distintos, contrarios, incompatibles; que al más sensato de ellos, SeHun, no le cabía en la cabeza ni la más remota posibilidad de entablar una relación amorosa con el castaño y su extroversión, cosa que llegó a irritarle innumerables veces.
Pero las cosas resultaron de esa manera y ahora quedaba que el tiempo se encargara de solucionar todo: lidiando con las dudas de LuHan y reparando el corazón de SeHun.
✿
Fue una acalorada tarde de verano cuando el grupo de amigos decidió irse a acampar a un pequeño bosque junto al puente que atravesaba un gran río de aguas cristalinas, disfrutando de los últimos días de vacaciones antes de volver a la rutinaria vida universitaria.
Varios dentro del mismo grupo eran novios, por lo que, sumándole los integrantes que también habían llevado a sus parejas, todo se volvía sumamente incómodo para SeHun y más cuando presenciaba las románticas demostraciones de amor.
Y más que incómodo, estaba nervioso, ya que el estar nuevamente cerca de LuHan luego de tanto tiempo sin contacto era su martirio personal, preguntándose qué habrá sido de su vida luego de esos cinco meses de distancia y autoengaño respecto al "lo estoy superando, lo estoy logrando".
—La chica le fue infiel—le comentó SeJeong una tarde mientras chapoteaban con los pies en el agua—. Él la descubrió besándose con un chico cerca de donde vivía.
La mezcla de emociones aglomerándose en su pecho fue demasiado para el alto, quien se disculpó con su amiga y se alejó de todos, internándose en el bosque para intentar ordenar sus ideas y aclarar sus sentimientos.
La tristeza era obvia, ya que una persona como LuHan no merecía algo tan horrible como aquello. Sin embargo, luego vino la furia, tanto por la chica que jamás conoció —afortunadamente— como por el mismo castaño.
LuHan pudo haberse evitado todo aquello si hubiese entendido su amor, si no lo hubiese dejado de lado para irse con alguien más presente en su vida y que, a pesar de todo, no lo quiso tanto como SeHun lo hacía.
"Todo en ésta vida se paga" decía su abuelo y allí fue cuando le tomó el peso a tan sabias palabras.
LuHan le rompió el corazón y ahora se lo rompían a él, le devolvían la vil jugada e incluso peor.
✿
Cuando LuHan se acercó a SeHun y comenzó a retomar su amistad, el alto se juró no volver a caer ante él, que ya bastante había avanzado con su tarea de dejar de quererle como para tirar por la borda cinco meses de arduo trabajo.
Las instancias no le favorecían, tampoco el que todas las parejas estuviesen compartiendo una agradable velada bajo la luz de la luna sentados en las rocas situadas en la orilla del río. Y con todas sus fuerzas SeHun se rehusó a caer en la necesidad de acabar con su soledad y terminó por convencerse a sí mismo que se encontraba bien estando solo, que no necesitaba de LuHan ni de nadie más para seguir.
No obstante, bastó un pequeño susurro con palabras cómplices, bajo la inmensidad del cielo nocturno y acompañados de las frías brisas que soplaban sin tanta fuerza, para que todo se fuera a la mierda.
«Quisiera que fueras las nubes de mi luna»
De los errores se aprende, dicen por ahí, pero a SeHun y LuHan les gustó el error que ambos creaban cada vez que estaban juntos y se rehusaban a aprender de ellos.
✿
El amor prosperó de una manera intensa, más de lo que ambos se esperaron. Ahora más que opuestos, eran opuestos complementarios.
SeHun se embriagaba con la loca vida que llevaba el castaño, descubría nuevos mundos y se regocijaba en nuevos conocimientos. Asimismo, LuHan vivía plenamente con la tranquilidad del pelinegro, su cable a tierra y su mayor confidente cuando de cuestiones personales se trataba.
El resto del verano fue de ellos, aprovechando cada rayo de sol para estar juntos, independiente del calor sofocante de la estación.
LuHan amaba el verano y SeHun el invierno, pero éste último comenzó a amar también la cálida temporada únicamente por el más bajo y los recuerdos que iban atesorándose en sus memorias, recuerdos que perdurarían incluso después de la muerte.
Se suponía que nada cambiaria, que la relación aguantaría el otoño y se volvería a fortalecer en invierno, que nada cambiaría porque ya todo estaba más que dicho y hecho. Sin embargo, aquello no pasó.
Fue como volver a leer una historia con un final trágico, reviviendo aquellos sentimientos de pesadumbre que te hacían querer escapar del mundo y esconderte bajo las cobijas de tu cama, llorando aquel inexistente final feliz que pudo haber hecho eternos a todos los personajes ficticios.
El amor no fue suficiente para ellos. SeHun no supo comprender la libertad de LuHan y éste no pudo con el espacio personal que el alto le pedía.
Y, en ese momento, más que opuestos complementarios, sólo fueron opuestos.
✿
El tiempo pasa, la vida sigue su curso y las personas se ven en la obligación de salir adelante, de dejar atrás aquellos capítulos que jamás se quisieron abandonar en el pasado, pero que, gracias a causas mayores, debían sepultar en el olvido.
Una vez LuHan dijo, antes de la última separación, palabras que parecieron tan reales y verídicas que, para mantener un poco la esperanza, ambos se obligaron a creer:
«Separados somos una tenue llovizna y juntos un violento huracán.
Nos queremos, nos odiamos y nos añoramos. Vamos y volvemos, como si estuviésemos jugando a jalar nuestro hilo rojo.
Quizás pasen años sin saber del otro, pero tarde o temprano nos reencontraremos porque estamos destinados a estar juntos, te guste o no. »
Y con la ilusión de su próximo encuentro, ambos siguieron por caminos separados; a veces mirando hacia atrás con el anhelo de volver, a veces mirando hacia el lado para ver cómo iba el otro, pero jamás mirando hacia adelante en busca de nuevas oportunidades.
Sentían que se pertenecían y deseaban dejarlo así, mantener aquella llamarada que podía avivarse sólo si ellos lo querían así.
Pero las cosas no siempre salen bien y, lamentablemente, el primero en mirar hacia adelante fue LuHan, sabiendo que con su decisión se desligaba de todo lo que tuviese que ver con una tonta e infantil promesa del hilo rojo.
No se le dificultó la tarea de encontrar alguien hecho a su medida, alguien que realmente comprendiera su vida y la aceptara sin más, llevando incluso el mismo ritmo.
LuHan volvió a encontrar la felicidad y un nuevo destino, un nuevo hilo rojo que comenzaba a tejerse.
Por su lado, SeHun siempre fue realista y, muy a su pesar, supo que fue una idiotez cegarse en una promesa sacada de un cuento de hadas, de creer que LuHan sólo tendría ojos y corazón para él.
Y en ese mismo instante, verle queriendo a alguien más no era algo tan terrible como creyó, ya que la persona afortunada era digna de un amor tan magnifico como el del castaño. Los celos y la melancolía persistían, si, incluso si se empeñaba en negarlos, mas el amor trata justamente de aquello.
Si se ama, es mejor dejar ir.
Lo único que quedó de su nosotros fueron cosas sin sentido, pequeños detalles que ambos siguieron recordando con el pecho oprimido y un sentimiento de anhelo irreparable.
A LuHan le gustaba la luna y a SeHun las nubes. LuHan siempre quiso que las nubes de SeHun estuviesen en su luna como una unión simbólica que sólo ellos comprenderían, tal y como lo era el juego de tira y afloja de su inexistente hilo rojo.
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Éste pequeño relato sin sentido me nació porque es una historia real, una historia de amor que, como ven, no tuvo el mejor final.
Es difícil asumir que, luego de tantos años, todo acabó y nada valió la pena, que aquello sólo dejó recuerdos inmortalizados en mi memoria.
No hay arrepentimiento, se dio lo que pudo y aun así las cosas no resultaron.
El golpe contra la realidad fue duro, muy duro. Ver a esa persona con alguien más frente a mis narices y teniendo la obligación de compartir días interminables con ambos fue algo shockeante, pero que a fin de cuentas me sirvió para poder dejar ir algo que jamás me iba a pertenecer.
La vida sigue y hay que disfrutarla, ya sea con o sin recaídas✿.
Muchas gracias por leer♡.
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