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Prologo

Desde hace muchos siglos, nuestra realidad se ha visto dividida en dos mundos, nuestro planeta madre, la Tierra, y el frío y desconocido mundo que está por encima de nosotros, el espacio exterior.

En la Tierra, la vida se abrió camino a un lento y constante ritmo, desarrollando cada forma de vida con sus distintas características que hacían a cada ser único a su modo, aún así, la vida no planeaba quedarse hasta allí, de alguna u otra forma, este nuevo mundo necesitaría guardianes, criaturas que defendiera su mundo de cualquier cosa que lo amenazara, y brindara de vida a la tierra cuando esta no pudiera, tras millones de años de evolución, surgieron los primeros Titanes, seres primigenios de un enorme tamaño que caminaron por nuestras tierras alguna vez, que vivían en paz y coexisten juntos con la naturaleza, con el pasar de los años más y más titanes fueron apareciendo, quitándole el lugar a varias especies que se quedaron atrás en la carrera evolutiva, ya sea porque sus especies simplemente se adaptaron y surgieron nuevas, o porque otros titanes se encargaron de diezmar sus números, entre estas nuevas especies, surgió una en particular, que se encargó de balancear el orden en la naturaleza cada vez que fuese necesario, siendo dotados de una gran fuerza, poder e inteligencia, siendo estos, los Kaibutsu no ō-tachi, o Godzillasaurus para entenderlos mejor.

Conforme pasaban los milenios, esta especie fue capaz de anteponerse ante cada posible extinción gracias a su gigantesca capacidad evolutiva, volviéndose más grandes, fuertes, y sobre todo, letales. Estos titanes vivieron su edad de oro durante millones de años, siendo ayudados por otras especies con las cuales formaron un vínculo simbiótico, siendo estos aliados, a cambio de poder y protección.

Siendo estos los Tazuyuti, aves gigantes cubiertas de filosas y resistentes escamas, capaces de guardar el fuego más ardiente en su interior y volar a la velocidad a la que va el sonido, las Shén é, una antigua tribu de criaturas de apariencia insectoide con la capacidad de volar, de resplandecer con la misma intensidad de mil soles, y siendo las únicas en alcanzar la casi inmortalidad, y por último pero no menos importantes, los aliados más cercanos a los godzillasaurus, estaban los Zhuāngjiǎ kǒnglóng, seres acorazados capaces de emitir un rugido tan alto que podía destruir montañas con tan solo tenerlas enfrente y con un gran "sentido" de la lealtad.

Los titanes vivieron su época dorada durante muchos pero muchos siglos, hasta que inevitablemente, como todos los imperios... tuvo que caer.

Guerras, cambios climáticos, hambruna, y muchas otras causas fueron las responsables de la desaparición de muchas pero muchas especies de Titanes, no solo debido a que muchos de estos no lograron soportar tales adversidades, sino porque la especie alfa de ese momento, había empezado su casi extinción total, siendo la principal razón... La Jinshin Mushi, una parásito de gran tamaño que era capaz de infectar a otras especies para repoblar su colonia de Kiseichū, siendo sus presas favoritas, los Godzillasaurus.

Durante varios años, el número de estos animales poco a poco fue disminuyendo gracias a estos parásitos, diseñados específicamente para cazar a los considerados reyes de los monstruos, estos animales eran controlados por una reina por colonia, atacaban en grupos, eran rápidos, eficaces, y estaban diseñados para matar, una vez que el reptil había caído, la Jinshin Mushi hacía acto de presencia, inyectaba sus huevos dentro del huésped, haciéndolo pasar por una horrible y lenta agonía, brindando a sus huevecillos de un gran fuente de alimento. Lastimosamente, los Godzillasaurus no fueron los únicos en enfrentar su casi extinción, durante los millones de años que tenía la Tierra, esta se vio sometida ante muchas extinciones masivas, los Titanes no se vieron exentos a esto, glaciaciones, sequías, inanición y hambre fueron las causantes de la reducción de tantas especies en el planeta, esto sumergió a la vida en una absoluta anarquía, ya sin sus principales protectores, nadie estaba a salvo.

Durante miles de años, la vida se vio estancada, los titanes se mataban entre sí, la radiación poco a poco empezaba a disminuir, parecía que no habría vuelta atrás, de no ser por algo, una pequeña esperanza que había sido confiada en cinco titanes, un Godzillasaurus con escamas gris oscuro y placas dorsales tan afiladas como una espada, una larva de Shén é, marrón pero leal a sus hermanos, un Tazuyuti con escamas rojo escarlata y un extraño sentido del humor, un dinosaurio acorazado, con una gran lealtad y poder destructivo, y un frossen stein, una especie nueva que apareció cercano a la glaciación, reservado, con grandes trozos de hielo en su espalda, frío pero con un gran corazón; estos cinco titanes fueron criados y cuidados juntos como hermanos, hubiesen muerto solos de no ser por alguien bastante importante, un steiniger Rücken, uno de los primeros titanes que se las había arreglado para sobrevivir a cada una de las extinciones masivas que sucedieron en la Tierra, su cuerpo estaba lleno de cicatrices y su espalda prácticamente era una montaña, alta, dura y llena de vegetación, el sabía que si sus especies desaparecieran no habría nada ni nadie para defender la Tierra y recuperar el orden y equilibrio que se perdió, criándolos como sus hijos, les enseñó todo lo que el sabía, como pelear, comunicarse y cazar, dándoles nombres únicos cada uno de ellos, sin saberlo, Methusela había criado a los próximos defensores de la Tierra, aquellos que en un futuro no muy lejano vencerían al tirano rojo y su ejercito, y al extraño y malévolo visitante dorado de las alturas..

Gojira..

Mosura..

Rodan..

Anguirus..

Jötunn..

Una singular y poderosa familia...

Aún si no quedaste sorprendido con lo que sucedía en la Tierra, quedarás con la boca abierta cuando te cuente que este no fue el único lugar donde la vida logró abrirse camino, desde el inicio de los tiempos, desde el big bang, la vida empezó a desarrollarse en el espacio, el tiempo que transcurría en la Tierra era apenas un insignificante segundo en comparación al tiempo que pasaba en el espacio, a muchos años luz del planeta azul, la vida había empezado a desarrollarse en distintos planetas, ya sean sólidos, gaseosos, incandescentes e incluso llenos de agua, empezando como pequeñas bacterias en cuerpos de agua, hielo, incluso en suelo fértil, la vida empezaba a desarrollarse a criaturas tan complejas que dejarían en ridículo a las de la Tierra, algunos no tenían ojos, otros se arrastraban como gusanos, otros tenían muchas patas, etc, etc, etc. Habían tantas especies y planetas que nos llevaría años clasificarlas a todos, pero hubo una especial, una que logró crecer tanto, adquiriendo un gran poder en cada una de sus cabezas, capaces de trasladarse de planeta en planeta usando sus enormes alas y con una inteligencia tan grande que eran capaces de comunicarse telepáticamente, estas eran las Hydras. Poco a poco su imperio fue extendiéndose de planeta en planeta, desarrollando una pequeña sociedad justa y próspera para cada miembro de su especie, sin embargo, con el tiempo aparecerán dos miembros sumamente especiales, que sin saberlo, tomarían decisiones que cambiarían sus vidas para siempre.

Uno de ellos, de color dorado y con grandes aires de grandeza, y otra, de colores blancos y grises y cuernos dorados.

Ghidorah..

Ichi

Ni

San

Moonhidora..

Callist

Eura

Io

Ambos formaban una curiosa relación, uno metiéndose en problemas a menudo, y la otra tratando de defenderlo y algunas otras veces involucrándose también, formaban una curiosa amistad que poco a poco fue transformándose en algo más durante millones de años, haciendo que las tres cabezas de cada uno sintieran una conexión con el otro, volviéndose casi inseparables, pero todo eso cambió cuando Ghidorah sintió algo en su interior.. una extraña y desenfrenada necesidad de poder, él quería hacerse notar ante su especie, quería demostrar que era tan poderoso como para tomar más planetas para su imperio, pero los más grandes y antiguos de su especie lo limitaban, lo hacían sentir inferior, diciéndole que era demasiado joven, que dejara esas ridículas fantasías y que se bajara de su pedestal, que no estaba a la altura que él decía estar, esto llenó su ser de rencor, con ganas de demostrar que esos ancianos se equivocaban, sin importar lo que dijeron todos, y sin importarle las súplicas de su familia y de Moonhidora, se fue, buscando un planeta en el cual sembrar el caos y su sed de poder, aumentando bastante su ego, y su sed de sangre y destrucción. Sin embargo, Moonhidora no se quedó de alas cruzadas, pensando en que podía hacerlo entrar en razón de nuevo y hacer regresar al Ghidorah de antes, sin saberlo, ambos tomaron una decisión que cambiaría sus vidas para siempre y al mismo tiempo, la de ciertos habitantes de la Tierra...

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