¿Y si...?
Un par de días pasaron, los cuales se sintieron eternos para Giyuu y Shinobu.
Se había realizado una pequeña ceremonia en la casa de Urokodaki para velar los cuerpos de sus discípulos fallecidos y poder enterrarlos para que al fin descansaran en paz, fue un momento de miles de sentimientos encontrados y aflorando por la piel de todos los presentes. Sobretodo para la joven pareja, quienes habían perdido gente muy apreciada para sus vidas.
Shinobu había recogido de entre las cosas de Sabito el haori que ese día vestía. Creyó que así como Giyuu conservaba el de Tsutako quizás también querría hacerlo con el de su mejor amigo. Y no se equivocó, ya que después de entregárselo, pudo ver como un día con sus propias manos cortaba ambos por la mitad para finalmente unirlos en uno solo.
En estos momentos, Tomioka se encontraba en la finca visitando a su pequeña mariposa, con la que había pasado la mayoría del tiempo aquellos días.
Cada noche, la verdad, era una constante pesadilla que le hacía despertar gritando sobresaltado, bañado en sudor e hiperventilando. Las únicas veces que podía dormir en paz era cuando lo hacía en los cálidos brazos de Shinobu, los cuales parecían alejar todo mal y brindarle aquella calma que tanto necesitaba.
Debido a esto, ya era el segundo día que llevaba quedándose ahí después de haberle contado a la mariposa lo que ocurría por las noches, la cual, en su preocupación, le pidió que aceptara quedarse un tiempo con ella. Aunque sabían que pronto las misiones les volverían a separar..
Por otro lado, Giyuu aún no se perdonaba a sí mismo el haber sido tan agresivo cuando se enteró de lo sucedido con Sabito y Makomo. Se lo repetía cada día, como un ciclo en su cabeza, él mismo se consideraba una especie de peligro para Shinobu.
Sabía que se estaba volviendo más fuerte, y por lo mismo, al ver de lo que era capaz en momentos como aquel, decidió que necesitaba encontrar una forma de poder evitar estas reacciones. Y tras mucho pensar, finalmente llegó a una solución.. Reprimir sus sentimientos.
Si no se dejaba guiar por sus sentimientos no podría tener aquellos arranques sea cual sea la situación a la que se enfrente, debía intentar mantenerse indiferente ante todo, debían dejar de importarle las cosas a tal punto que no perjudicaran su temperamento y concentración. Aquello también le ayudaría a seguir progresando como cazador manteniéndose firme ante cualquier circunstancia.
Solo tenía un problema, estaba completamente enamorado, y el amor, también es un sentimiento.
- ¿Shinobu..? -.
La chica que se encontraba recostada a a su lado sobre el futon en la habitación aquella noche le había quedado mirando fijamente, haciéndole entender que había captado su atención.
- ¿Serías... capaz de olvidarme? - preguntó finalmente.
- Jamás - dijo totalmente seria.
- ¿Y si no vengo a verte nunca más..? - Tomioka se volteo hacia donde estaba ella.
- Sencillo, iría yo - ahora su vista estaba en el techo.
- ¿Y si me marcho lejos? -.
- Te escribiría.. -.
- ¿Y si desaparezco? -.
- Entonces te buscaría.. -.
- Y si.. ¿ Y si dejo de amarte? -.
- ... - un suspiro se escuchó en aquella pequeña habitación, Shinobu se sentó en aquel futon, no entendía a qué punto quería llegar Giyuu.
- Me dolería.. - respondió finalmente - Pero te seguiría amando.. Día tras día.. Porque mi corazón ya no puede mirar a nadie mas Giyuu -.
- ¿Por qué? ¿Por que yo? - preguntó repitiendo la acción de Shinobu sentándose frente a ella - Te he dañado en muchas ocasiones, te he hecho sufrir, he dejado de hablarte, te he herido con mis palabras.. Entonces ¿Por qué quieres amar a alguien como yo? - había un pequeño tono de desesperación en sus palabras - No soy un grandioso cazador, ni un gran hombre, o alguien poderoso con grandes terrenos, no tengo carisma y aunque de verdad estoy trabajando en ello, aún me falta confianza en mi mismo.. -.
- Porque eres tú.. Simplemente por ser tal cual eres Tomioka-san, mi corazón ha decidido amarte -.
Tomioka se arrojó sobre ella y la atrapó firmemente en sus brazos, es ahí donde siempre le ha gustado tenerla, el lugar que desearía que ella jamás abandonase. Donde sus latidos se encierran con los suyos y sus respiraciones chocan entre cada suspiro.
- Prometemelo, Shinobu. - Dijo mientras acariaba su suave cabello - prométeme que serás aquel cálido lugar donde a pesar de todo siempre podré regresar.. -.
- Tomioka-san.. - dio un pequeño beso en sus labios - te lo prometo. Y aunque quisiera negarme a aceptarlo, eres tu el dueño de mi corazón, mi cuerpo, y mi alma.. -.
Así estuvieron por bastante tiempo, en silencio, simplemente acallando todo lo que sus almas gritaban con aquellas caricias, hasta que al final Tomioka volvió a hablar.
- Yo.. Me iré lejos por bastante tiempo-.
- Pero.. Mañana es tu ascenso como pilar. - se separó un poco de él, algo confundida.
- Hm - afirmó - me iré al atardecer, cuando la ceremonia finalice, así que no habrá problema -.
-¿Por qué? - Unas lágrimas asomaron en sus ojos que le miraban fijamente.
- Necesito un tiempo para mi mismo - respondió mirando hacia el lado - tengo muchas respuestas que buscar, y necesito dejar de depender de los cuidados de todos - en su mente había sonado todo mucho más fácil cuando lo había pensado, pero la verdad ahora le estaba costando más de lo que él esperaba pronunciar aquellas palabras - además.. Debo entender lo que siento por ti.. -.
- Dijiste que me amabas.. - podía ver la tristeza reflejada en su rostro.
- Lo hago Shinobu. Juro que lo hago. - suspiró - pero hay cosas que necesito aclarar conmigo mismo... - Dijo acariciando el rostro de la pequeña mariposa.
- No entiendo Tomioka-san, de verdad no lo entiendo Tomioka-san.. - aguantar las lágrimas se estaba convirtiendo en una tarea sumamente difícil.
- Yo.. - tenía que decírselo, con Shinobu se habían prometido ser siempre sinceros el uno con el otro - yo creo que he estado enamorado de alguien antes de conocerte, Shinobu. Pero extrañamente cuando pienso en ella es como si su imagen junto con todos sus recuerdos se han borrado de mi conciencia, solo puedo traer a mi mente el sentimiento que producía en mi, el cual es idéntico al que tu produces. No quiero, estar jugando contigo Shinobu.. No mereces esto -.
"Maldición..."
Cualquier chica al escuchar que su novio habla así de otra persona, con la cual ha tenido una relación en el pasado, no podría soportar el hecho de que se vaya de viaje para buscarla.
¿Pero qué se supone debes sentir cuando aquella chica, eres tú?
- ¿Es necesario que te vayas? - dijo finalmente Shinobu, reprimiendo las lágrimas que querían brotar de sus ojos - simplemente podemos separarnos para darnos un tiempo, Tomioka-San, y así puedas aclarar lo que sientes -.
- No es posible, hay un lugar que necesito encontrar.. -.
- ¿Un lugar? - preguntó confundida.
- Es una pequeña laguna, en el claro de un bosque, está rodeada de muchos árboles y una gran cantidad de mariposas habitan en aquel lugar...-.
-¿Dónde queda algo así? Suena como un lugar bastante hermoso -.
- No tengo idea.. -.
- ¿Entonces cómo lo encontrarás? ¿Para qué quieres buscarlo? -.
- Creo que.. Ella está ahí.. - Tomioka volvió finalmente a mirarla a los ojos - es por eso que necesito encontrarlo. Cada noche en mis sueños le veo, está ahí, en medio de aquella alguna, intento observarla pero las mariposas se agrupan y me lo impiden.. -.
- Entiendo.. - no podía creer que su rival era ella misma, y lo peor, es que hace tan solo dos días atrás se habían acercado a ella para pedirle que pase lo que pase, no revelara el secreto de su identidad.
Urokodaki había hablado con ella como con Oyakata-sama, pidiendo que por favor tanto los pilares como el maestro se refirieran a la chica como Shinobu y no como Kocho.
La verdad, Shinobu no podía creer que después de tanto tiempo, Tomioka jamás se hubiera interesado en su apellido.
Lo que ella no sabía, es que eso a él todo este tiempo no le dio igual. Cuando se había dado cuenta, después de meses y todo lo vivido con ella, que ni siquiera sabía su apellido, sintió una gran vergüenza que le impidió preguntárselo. Finalmente se resignó pensando en que llegaría el día en que su nombre sería Shinobu Tomioka, y ya no tendría que preocuparse por nada.
- Espero puedas perdonarme, se que esto es repentino pero.. -.
- Tomioka-san.. - le interrumpió Shinobu - ¿Me perdonarías tú, si mañana no asisto a la ceremonia? -.
El muchacho no se esperaba aquella pregunta, siempre creyó que Shinobu estaría ahí, presente, apoyándolo, pero no podía ser egoísta frente a su petición después de todo lo que él le había pedido a ella.
- No hay problema.. Es solo un nombramiento, no es nada especial - debía comenzar a actuar como lo había decidido, debía ser indiferente, las cosas no tenían que afectarle.
- Arigato.. - Dijo con una falsa sonrisa en su rostro, la cual no pasó desapercibida para él, pero no quiso vivir nuevamente la misma charla sobre aquel gesto - deberíamos ir a dormir ya.. -.
- Hm.. -.
Sin más preguntas ni respuestas, sin cumplidos ni bromas, sin más palabras, Giyuu se recostó y Shinobu se cobijó en su pecho.
Esta noche, esta última noche, solo sus caricias hablarían por ellos.
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