Opresión
- Te encontré... - Dijo una voz a su espalda.
Shinobu cerró y apretó los ojos, no era necesario girarse para saber que tras de ella iba llegando Tomioka a paso lento para finalmente sentarse a su lado mirando hacia el frente.
- ¿Te molesta que me siente aquí? -.
La chica negó con la cabeza. Quería hablar lo menos posible para que él recuerdo de su voz no le pusiera en aprietos.
- Perdón por mi atrevimiento, es solo que.. ¿Nos hemos visto antes? - preguntó Tomioka, la chica producía en el un sentimiento que no podía explicar y que estaba haciendo que su cabeza doliera como él infierno.
Shinobu volvió a negar con la cabeza. Era una situación tan frustrante. El chico que le había robado el corazón, del cual la habían separado forzosamente estaba en este preciso momento sentado a su lado, solos, pareciendo que la estuviera recordando... Y ella no podía hacer nada al respecto. A menos que..
- Ya veo.. - el chico se levantó y se dispuso a irse, cuando en eso siente que lo sujetan firmemente de su haori.
-¿Tomioka-San, cuál es tu nombre? - preguntó la chica seriamente.
En ese mismo momento el dolor se hizo más fuerte provocando una gran jaqueca en el chico, la pregunta se repetía una y otra y otra vez en su cabeza, la voz se hacía cada momento más dulce e infantil "¿Tomioka-san, cuál es tu nombre? ", en una especie de visión pudo observar las hojas de unos árboles de glicina danzar al viento, sentir las corrientes de aire frío sobre su rostro, el suave pasto bajo su cuerpo.. "¿Tomioka-San, cuál es tu nombre?"..
- ¿Tomioka-san? - ella lo hizo a propósito, esperaba ver si aquellas palabras, aquella pregunta que ella le hizo hace tanto tiempo atrás, producían algo en el chico, y sonrió al ver que era así.
- Giyuu, Giyuu Tomioka - respondió finalmente el susodicho con una extraña opresión en el pecho.
- ¿Cuántos años tienes? - prosiguió entablando la misma conversación que habían tenido en aquel monte por primera vez.
- 16, en unos meses cumpliré 17 - intentaba responder calmado, pero la opresión crecía en su pecho.
- Ya veo - le brindó una cálida sonrisa mientras se levantaba de su lugar, no para quedar a su altura ya que jamás lo lograrían con su pequeño cuerpo, pero sí al menos para reducir un poco la diferencia.
- ... -.
- Espero que te vaya muy bien en la selección final Tomioka-san, al verte puedo decir que no eres débil - tenía la oportunidad de corregir algunas situaciones del pasado y no perdería la oportunidad - a pesar que no hayas podido proteger a quienes amabas en el pasado no me queda duda que ahora si lo harías incluso entregando tu vida, esfuérzate ¿Si? - le regaló una última sonrisa y comenzó a caminar en dirección a su dormitorio.
Tomioka había quedado paralizado, no entendía que era lo que estaba pasando por su mente, tenía una extraña sensación de que no era la primera vez que estuviera hablando sobre lo mismo, y a la vez sentía que no era la primera vez que hablaba con Shinobu "Maldición ¿de que va todo esto? Espera.."
- ¿¡Como sabes lo de mi hermana!? - gritó a la chica que ya se alejaba, la cual se giro lentamente, ya no sonreía..
- Lo dije por suposición, la mayoría de los que estamos acá lo hemos perdido todo.. - Dijo para continuar su camino, estaba aprendiendo bien de Kanae-San para evadir preguntas incomodas.
La chica desapareció y Tomioka volvió a sentarse a la orilla de aquella fuente. Su cabeza dolía, su pecho oprimía, su mente era un rompecabezas.
Sentía que no era la primera vez que veía a Shinobu, que hablaba o compartía con ella, pero a la vez de algo estaba seguro, y es que nunca antes había escuchado aquel nombre en su vida.
La tarde estaba cayendo así que se marchó de la Finca rumbo a su casa, claro, no sin antes agradecer a Kanae-sama por su atención y cordial invitación. Se despidió tambien de la pequeña Kanao, pero a Shinobu no logró encontrarla.
Después de aproximadamente una hora de caminar llegó a aquel lugar que llamaba hogar. Urokodaki-sama no se encontraba en su estudio, vaya que tenía ganas de hablar con él a ver si lo podia ayudar. Entró a la cocina y se encontró a sus dos amigos, Sabito estaba sentado a la mesa bebiendo te y Makomo se encontraba lavando los trastes.
- Estoy en casa - dijo.
- Bienvenido de vuelta Giyuu - respondieron al unísono.
- ¿Como estuvo tu día? - preguntó Sabito al chico que acababa de sentarse frente a él - demoraste bastante en volver de las curaciones.
- Estaba regresando temprano pero me encontré en el camino a una persona muy peculiar que me invitó a tomar el té - dijo mientras se servía una taza también para el.
- ¿No rechazaste la invitación? Esto si que es nuevo -.
- Quizás pudo haber sido una chica linda - dijo Makomo mientras lavaba un plato.
- Hmmm si lo era, creo - respondió Giyuu- pero la verdad solo acepté ya que descubrí que se trataba del Pilar de la flor - la imagen de shinobu volvía a su mente constantemente - aunque la verdad estando en su hogar conocí a alguien... Ella llamó mucho mi atención -.
- Así que el corazón de hielo comienza a derretirse - dijo su amigo sonriendole amablemente.
- No es eso, es solo que Shinobu.. -.
El sonido de un plato quebrandose resonó por la habitación. "¿Shinobu?" Makomo aún no lograba reaccionar de todo.
- ¿Makomo estas bien? - Sabito revisaba las manos de la chica buscando si se había realizado algún corte.
- Tra-tranquilo, estoy bien, solo soy un poco torpe - respondió comenzado a recoger pedazos de lo que en algún momento fue un plato.
- Entonces la afortunada se llama Shinobu.. - Dijo Sabito a su amigo - estoy feliz de que puedas interesarte en alguien al fin.
Ahí lo recordó, Makomo no entendía porque a Sabito no le preocupaba que Giyuu se hubiera reencontrado con Shinobu, pero claro, el jamás conoció el nombre de su amiga.
- Ya te he dicho que no tengo ese interés - Tomioka suspiró - pero la verdad me siento extraño cuando estoy a su lado, como si le conociera desde antes.. -.
- Así funciona el amor.. -.
- Ya te he dicho que no es eso - dijo frunciendo el ceño.
- Ahora solo debes estar atento para salvar a la damicela en apuros, seguro si la rescatas ganarás su corazón - dijo Sabito entre risas.
- Eso tampoco sería necesario - Respondió Giyuu aun serio - Shinobu-San aprobó la selección final de hace dos meses, es una chica que sabe cuidarse -.
- Vaya, ahora entiendo como te enamoraste tan rápido.. - Sabito lo negaba, pero la verdad el disfrutaba molestar a Giyuu cuando tenia la oportunidad.
- Buenas noches - dijo después de suspirar para dirigirse a su habitación desapareciendo de la escena.
- Me alegra verlo así, no Mako? -.
- Hai.. - Dijo sin voltearse, una traviesa lagrima atravesaba su mejilla.
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