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6.Volvamos al pasado, aunque sea por un día(parte 1).


—Juju, despierta—escucho una voz a lejos—Juju, puta madre, despierta—cada vez se hace más clara y cercana—Julen, despierta, no quiero un putazo de tu parte si te levantas mientras te cargo.

Abro los ojos poco a poco. Hago una mueca al sentir un poco de dolor en mis brazos. Los recuerdos de esta tarde me golpean con fuerza haciendo que reaccione de manera brusca cuando estoy en mis cinco sentidos.

—Tranquilo—el tono ronco de Biel me saca de mi paranoia. —Vamos—me avisa.

Bajamos del auto.

Madre mía, la noche está súper fría.

Mientras caminábamos hacia la entrada de su casa miró el jardín que tienen. Es muy clásico, solo de adorno, se nota que pagan porque les arreglen el jardín.

Me abrazo a mi mismo. Nunca entendí porque tenían una casa tan grande y porque la entrada estaba tan lejos del estacionamiento.

Siento como algo cubre mis hombros. Biel me ha dado su chaqueta.

Uhg, esto es muy cliché.

—Cúbrete, espárrago—dice con su vista fija en el frente.

Se ha quedado con solo una camisa blanca de mangas cortas que hace que se marquen sus brazos a través de la tela.

Aun me cuesta creer que tenemos la misma edad.

—Julen—llama mi atención.

—¿Si?

—¿Quién te hizo eso?

No quiero responderle ni decirle quien me ha hecho esto. No es su problema, ni siquiera debería de importarle. No entiendo su preocupación, su actitud me parece ilógica.

—-¿No tienes frío? —evito su pregunta.

—No desvíes el tema...

—No quiero hablar de eso —aclaró, él me mira pero regresa la vista al frente.

—Bien, igual lo averiguaré yo solo—se encogió de hombros restándole importancia.

No respondo, solo me quedo callado.

¿Por qué tanta insistencia?

Su pregunta me recordó a un personaje de una película que vi hace un tiempo con mi madre.

Como si fuera un enemies to lovers de wattpad. Cuando la chica tiene un novio al principio de la historia y todo es perfecto hasta que te das cuenta que es un controlador super toxico que le pega, luego su enemigo y mejor amigo de su novio tóxico la ve por casualidad, y mágicamente se crea una situación para que justo sea el quien ve sus heridas, y siempre hacen la misma pregunta "¿Quien te hizo esto? " ella le responde que no sabe, hasta que él la hace hablar, crean tanta tensión que luego de dos semanas terminan acostándose y capítulos después se separan pero regresan y confiesan que nunca se odiaron y que todo era por problemas entre sus familias, también confiesan que siempre se amaron.

—Entonces ¿tienes o no frío? —inquiero mientras él abre la puerta del lugar.

No escucho que responde porque un repentino miedo y nerviosismo me golpea con fuerza. Tenía demasiado tiempo sin venir aquí, muchos recuerdos llenan mi cabeza haciendo que sienta un cosquilleo en el pecho.

—Pasa—escucho que me dice Biel.

Entramos a la casa, no ha cambiado nada, solo los colores de las paredes y cortinas pero eso no me sorprende. Eso sí, hay bastante desastre.

Se nota que solo están viviendo él y su hermana.

Me quitó su chaqueta y se la entrego, cosa que parece disgustarle.

Cuando estamos en la sala escuchamos unos sonidos provenientes del piso de arriba. Biel me mira y está igual de pasmado que yo.

Ambos caminamos hasta el inicio de las escaleras y confirmamos que es el sonido.

Son gemidos.

Soy de esas personas que se ríen por todo, por mas mal que me sienta cualquier cosa me hace reír y sinceramente la situación y la cara de Biel son un gran motivo para llevarme las manos a la boca e intentar retener mi carcajada por lo que sea que esté pasando arriba.

—Quédate aquí, debe ser Belén—me ordena y asiento con la cabeza con las manos en la boca.

El sube dando zancadas y escucho sus pasos por lo que debe ser el pasillo.

Esta casa siempre ha tenido las paredes muy delgadas y todo, absolutamente todo se escucha.

Como soy chismoso sigo a Biel sin que él me note, veo que se para frente a la última puerta del pasillo, yo por mi lado me escondo en el inicio del pasillo de la izquierda y solo asomo la cabeza.

Los gemidos no paran en realidad cada vez se escuchan más. Biel se pasa las manos por el pelo y toca la puerta, sin embargo la fiesta que hay dentro de ese cuarto parece que nubla todo el sonido de afuera. Después de varios toques de puerta sin respuesta, Biel hace ese gesto que reconozco cada vez que pierde la paciencia. Arruga la nariz y frunce el ceño.

Suelto un respingo cuando escucho como estrella las manos en la puerta, ahora sí paran los gemidos.

—¡Maldita! ¡hija de puta, te dije que venía en camino!—le grita si dejar de tocarle la puerta de manera brusca y ahora sí no aguanto la carcajada.

Por suerte él no me escucha.

—¡Vete a la mierda pedazo de condón roto!—le devuelve ella sin salir de la habitación.

—¡Vete tú a follar en otra parte!

—¡Cómo si tú no follaras!

—¡Por respeto a tí nunca lo hago en nuestra casa!

Ella sale con la sábana que la cubre por completo.

—Lo siento, ahora discúlpate tú.

Me río bajito.

—¿Yo? ¿Por qué?

—Por interrumpir mi orgasmo .

—Déjate de mamadas y vete a bañar que hueles a sexo y Julen está aquí.

Ella parpadeó confundida.

—¿Julen? ¿El castaño de ojos miel? ¿el bajito? ¿Ese Julen? —inquiere ella, me alegra que me recuerde.

—Si, cuál otro Julen conocemos?—responde con hostilidad.

—Cállate, ese Julen no estaría aquí—replica ella.

Le hace una seña con la cabeza y ambos miran en mi dirección. Al parecer no estaba tan bien escondido.

Salgo de mi escondite y la saludo con mi mano.

—¡Oh por Dios! Julen ¡Estás aquí!—canturrea.

—Hola—la saludo apenado y sonrojado porque me han pillado.

Ella hace el intento de acercarse y Biel la detiene con una sonrisa casi tétrica en el rostro.

—Lárgate a bañarte y saca al vagabundo que tienes ahí sin que lo vea—le ordena.

—Como digas mamá—lo molesta ella.

Me río, siempre han sido así, hostiles el uno con el otro. Me imagino que son cosas de hermanos porque Luciana y Luka son así. No puedo decir que sé, porque no tengo hermanos.

Ella se asiente y entra a la habitación.

Biel camina en mi dirección y me hace una seña para que lo siga. Bajamos las escaleras y vamos directo a la cocina, me siento en uno de los banquitos frente a la encimera.

—¿Quieres algo de tomar? —me pregunta y niego. —Tengo té de frutos rojos —agrega.

Sonrió por eso, en verdad que no me lo esperaba.

—Sí quiero, por favor.

Enseguida se pone en ello.

Mi teléfono sigue apagado y no tengo ganas de encenderlo, antes de apagarlo le envié el mensaje a mi mamá y otro a Luka pidiéndole que si mamá preguntaba por mí dijera que estaba con él, después de eso le dije que mañana le explicaría mis razones.

Espero el té sentado sin hacer nada. No tengo ánimos, puedo reír pero eso no quita lo que pasó hoy me afecta y mucho. Quiero hacer algo pero lo único que lograría es que le den una suspensión de tres días o nada. Además de que eso haría que su odio se incremente lo que sería peor.

Las escenas de este día y de las otras veces que pasó se repiten en mi cabeza como un disco rayado. No quiero pasar por esto otra vez, no quiero. No quiero tener pensamientos negativos, ni mucho menos pensar que sería mejor no existir. No quiero pensar así porque sé que hay personas que me aman y no quieren verme así.

Porque no quiero que me vean así, débil y vulnerable. Se supone que soy el amigo amigable y cool, la únicas personas que me han visto realmente mal son: Luka, Elian y el chico que justo ahora hace té de frutos rojos. Sin embargo ninguno de ellos se ve débil al contrario de mi que mi físico grita debilidad. Eso nunca me molesto pero ahora lo hace, los comentarios en los pasillos que la gente piensa que no escucho—porque si lo hago— me han hecho sentirme débil. Soy bajito, lampiño, la verdad no se nada, solo se que parezco muy afeminado, no quiero ser así. Quisiera ser como Elian o Luka, tal vez como el compañero de Rebecca el gordito... Hasiel creo que se llamaba. Ellos son chicos que parecen chicos, yo no. Se me hace un nudo en la garganta.

Salgo de mis pensamientos cuando la hermana de Biel entra en la sala con un pijama largo.

—¡Hola Julen! ¿Qué tal has estado? Has crecido mucho—pregunta mientras me abraza con efusividad.

—Muy bien y solo he crecido como cinco centímetros—correspondo su abrazo y me trago el nudo de mi garganta.

—Eso es bastante—ella sonríe y yo trato de sonreírle de la misma manera—Dios, tenía tanto tiempo de no verte, te extrañaba —vuelve a abrazarme, ahora tengo ganas de llorar por lo que ella ha dicho.

Me separo de su abrazo.

—Si, yo también te extrañe Len Len—le digo con el apodo que le pusimos yo y Biel hace mucho tiempo.

Es como Juju, solo que con ella es Len porque así termina su nombre, el mío es por como empieza. Biel no quiso un apodo decía que era muy tonto porque a sus iniciales no le caía ninguno y era verdad todos eran algo extraño, como Bibi o El El, no eran muy atractivos.

Ella parece no percatarse de mis brazos vendados y llevo hacia mi espalda para que no lo note..

—Y cómo van las cosas? ¿Qué tal la escuela? ¿te gusta alguien? cuéntame.

Me atropella con preguntas e instantáneamente me pongo nervioso.

—E-eh bueno... todo va bien...—empiezo a decir—la escuela...normal, ni bien ni mal ...y-y bueno si, me gusta una chica—finalizo con la cara roja.

Ella hace una mueca y mira a su hermano, no entiendo que pasa pero no me dan tiempo a preguntar porque enseguida Len Len sonríe.

—Que bueno... ¿Cómo está mi segunda mamá, Liliana? —pregunta con naturalidad, sin embargo, el ambiente se siente tenso a diferencia de hace unos segundos atrás.

—Bien, muy bien la verdad—contestó sincero.

—Eso me alegra, tal vez hable con ella para vernos—murmura esto ultimó.

—Está bien, le hablaré sobre eso.

—Gracias Julen....

—-Ten, es mejor que lo bebas con la temperatura que tiene—me dice Biel mientras me da la taza.

—No me gusta el te muy caliente, esperare a qu...

—Esta tibio, se que te gusta así.

Estoy seguro que mi cara no puede teñirse mas de carmesí.

¿Cómo dice esas como si nada?

¿Cómo si no hubiera pasado nada entre nosotros?

¿Cómo si estuviéramos como en el pasado?

La cara de Len Len también es un poema.

—G-gracias...

—-Biel, mi querido hermanito, tenemos que hablar de algo serio— hace énfasis en la ultima palabra. Ella ha dicho eso de forma casi tétrica.

—-¿Que te fumaste?

—¡Cállate!..., Julen, mi niño ya venimos, solo espera un momento—me avisa y arrastra a Biel hacia el piso de arriba.

Estoy confundido, no se que acaba de pasar. 

Biel y Belén no demoraron mucho hablando, después de que regresaran ella se puso a cocinar en mi honor y luego vimos una película.

La verdad ni siquiera me han dejado pensar. Ella preguntó por las vendas pero luego de una mala mirada dejó de preguntar y solo dijo que mañana me ayudara a cambiarlas. Ambos han sido demasiado amables, de Belén me lo esperaba pero...de¿ Biel? no, hasta hace unas semanas no compartimos palabras y ahora pareciera que nunca hubo distancia, al menos él parece actuar como si nada hubiera pasado.

"No he cambiado mucho, me conoces, sigo siendo el mismo" sus palabras se repiten en mi cabeza pero no le encuentro sentido a su actitud.

No le encuentro la lógica a sus comportamientos, a sus gestos y tratos de amabilidad conmigo.

¿Por qué después de tanto?

"Si, ahora es nuestro momento" recuerdo lo que dijo en el baño del restaurante de su hermana, Belén.

Si nunca me odio, ¿por qué se alejó? ¿por qué me ignoró como si yo no fuera nada? ¿Cuáles fueron sus motivos para hacerme a un lado? ¿Cuáles son sus motivos para tratarme así de bien?

"Nunca me ha dado asco tocarte, Juju". "Como cualquier estudiante del instituto has escuchado todos los rumores que dicen que soy un arrogante y sobre todo bastante orgulloso, pues es muy cierto, sin embargo, aquí me tienes, insistiendo para que me des un mejor trato, mendigando una, aunque sea una migaja de esa amabilidad que le dedicas a todo el mundo".

No quiero estos sentimientos, no los quiero porque me son tan familiares que me da miedo acostumbrarme y que vuelva a hacer lo mismo. Estos sentimientos de paz y comodidad cada vez que él está cerca. No puedo perdonarlo así de fácil.

—Julen, la ropa la deje en mi habitación—escucho que Biel habla al otro lado de la puerta, —tal y como te dije dormiré en el cuarto de invitados, cualquier cosa avísame—indica.

¿Ven? esas son las actitudes que me confunden.

Me apresuro a salir del baño. El me ha dejado una sudadera que me llega hasta las rodillas y unos pantalones de pijama largos que por suerte tiene un cordón con el cual puedo ajustarlos.

Su habitación es extremadamente grande, la cama igual y ni hablar de su computadora que tiene varias pantallas, el monitor y todo muy increíble. Sabía que le gustaban los videojuegos pero no tanto. También tiene una pared llena de funkos pop de series y animes creo. Además de las luces de neón por todo el lugar, la televisión frente a la cama junto al equipo de sonido.

No recordaba que tuviera tanto dinero, o sea no tanto así.

Me siento pobre.

Bajo las escaleras y lo veo ponerse la sudadera. Ahora que lo veo más de cerca quiero que me pase tips para tener el abdomen así, marcado pero no tanto como para exagerar.

Trago grueso cuando siento que estoy mirando más de lo debido.

—Oye, Biel—llamó su atención.

—Dime, si quieres ya me voy...

—No, yo nunca dije que fuera necesario hacer todo esto.

Me mira confundido.

—Explícate mejor.

—Es decir, no es necesario que duermas en la habitación de invitados, ambos podemos dormir en tu habitación, tu cama es grande—juego con mis dedos—no me incomoda, a menos que sea yo quien te incomode a ti...

—No me incomoda, ¿estás seguro que no te molesta?

Asiento con la cabeza.

—Bien, vamos.

El sube detrás de mí y sinceramente empiezo a ponerme muy nervioso.

¿No que no querías perdonarlo? me recuerda mi conciencia.

No es eso, solo que me da miedo estar solo y más con lo que pasó hoy. Prefiero su compañía a estar solo.

Al entrar a la habitación me siento en el borde de la cama y él hace lo mismo pero en la otra esquina.

—¿Quieres escuchar música? —pregunta y asiento.

El pone la música y dejo que elija el, primero pone canciones de Arctic Monkeys nunca las había escuchado pero son buenas. Me acomodo en la cama sentándome de piernas cruzadas y él está acostado.

—Juju, juguemos algo—lo escucho proponer luego de un rato sentándose frente a mi.

—¿Qué cosa?

—Tú me dedicas una canción y yo una a ti.

Que juego más personal.

Si lo pienso bien no suena mal.

—Está bien—acepto.

—¿Empiezo yo, o tu?

—Yo.

Empiezo a buscar pensar en una canción y al final me decido por

Lost on You de LP. Biel le pone mucha atención a la letra y ahora si no se descifrar su expresión, porque no muestra nada.

Elegí esa canción más que nada por la parte que dice:

Levantemos una copa o dos,

por todas las cosas que he perdido en ti.

Dime, ¿están perdidas en ti?

Solo para que pudieras dejarme libre Después de

todo lo que he perdido en ti,

¿Está perdido en ti?

¿Está perdido en ti?

Cielo, ¿está perdido en ti?

¿Está perdido en ti?

—Es una buena canción después de todo—menciona.

—Si, es de mis favoritas.

—Me siento halagado, al saber que me has dedicado una de tus canciones favoritas.

Sonrió y ruedo los ojos.

—Julen, ¿te puedo pedir algo?

—Si.

Ahora que dirá.

Él parece pensar muy bien lo que va a decir, bueno parece costarle mucho.

—-Quédate mañana conmigo, hagamos cómo que nada paso... solo por lo que queda de este día y mañana—murmuró lo suficientemente alto como para que escuche. —-Volvamos al pasado, aunque sea por un día.

Sus ojos no se apartan de los míos y siento que me sonrojo.

Juro que no soy tan fácil, pero es que también quiero, esto no significa perdonarlo, pero al menos revivir una de las mejores etapas de mi vida.

—Está bien—a él le sorprende mi respuesta pero sonríe, sonríe como en mucho tiempo no lo veía.

Entonces empezamos a hablar como no lo habíamos hecho desde hace años. Bromeamos, reímos, como personas civilizadas, hasta que es hora de dormir, porque a ambos nos gana el sueño. El se coloca bastante lejos, sin embargo, poco a poco se acerca hasta que yo uso su brazo como almohada.

De repente tengo ganas de decirle quien me ha hecho lo de mis manos y lo hago.

—Los que me hicieron daño fueron Izan, Marc y Gael.

Siento como se tensa.

—Gracias por decirme...

Cierro los ojos porque el sueño me gana y justo antes de dormirme escucho el ritmo de Heather de Conan Gray.

—Kore wa watashi ga anata no tame ni eranda utadesu—Murmura algo que no logro entender.

(Traducción: Esta es la canción que elegí para ti ).

Nota de autora.

Este cap me encanta, y ufff que difícil fue escribirlo.

Lo partí en dos partes, prometo no demorar con la parte dos. 

🌹Nos leemos pronto✨. 


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