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4.Boom's Zakis.



En mis audífonos suena Golden de Harry Styles, miro la ciudad a través del ventanal, la oficina de Mamá es bastante grande y amplia.

Estoy en el trabajo de Mamá porque ella me dijo que después de la reunión que tenía iríamos a comer algo y sinceramente no me pude negar.

En realidad nunca puedo negarme a nada. Soy de esas personas a las que no les gusta decir no cuando me piden algo. Bueno con Luka y mis amigos es otra cosa, pero son ellos y hay confianza si no, no fueran mis amigos. Somos como los teletubbies, yo seria el amarillo ;Luka el verde; Luciana el morado y Rebecca el rojo. Ahora me los acabo de imaginar disfrazados de teletubbies y haciendo pendejadas.

Me rió bajito de las estupideces que pienso.

Miro las historias de Instagram, Luka ha puesto memes. Luciana sube una foto de ella, el equipo de animadoras y el equipo de fútbol. El pie de la foto dice: "Vamos a ganar la final hijos de perra". Sonrio al leerla, como últimamente voy a los partidos estoy seguro de que ganarán, algo que me sorprende es que la gente apoye tanto el deporte. Ver correr a la gente detrás de una pelota, ver como compiten para saber quién corre, nada o salta mejor o mas rápido no es algo que yo vea increíble.

O tal vez es porque soy perezoso y prefiero dormir once horas a hacer alguna actividad física.

¿La jardinería cuenta como actividad física? Yo digo que si, escarbar tierra como si fuera un perro cansa, lo mismo con todas las cosas que hago como: Echarle agua a la tierra, cavar los huecos, inspeccionar que no hayan malas hierbas, cuidar las plantas del invernadero, hacer mi propio abono cuando el que compro se acaba. En verano casi siempre llegaba al extremo de quemarme del sol lo peor era que quedaba rojo como una fresa.

Tal vez no vea increíble el deporte porque no me gusta.

Los gemelos si son fanáticos, Luciana es parte del equipo de animadoras y a parte va clases de gimnasia, Luka es parte del equipo de fútbol a parte también le gusta la natación. Pero oigan yo se dormir, y si voy a la playa se flotar porque nadar no.

Yo(como ya dije antes) nunca he tenido curiosidad por el deporte, simplemente no me gustaba. En cambio me gustaban las plantas y los programas que hablaban sobre ellas. Hay tanta diversidad en ellas que podrían estudiarlas una vida entera. Hay flores, hierbas, árboles, arbustos. Las flores son diversas en color, tamaño, forma y plantado, pero todas igual de hermosas. Las hierbas, algunas venenosas, otras medicinales o simplemente para hacer un buen té. Árboles, algunos mas pequeños que otros, algunos generan frutas, otros flores o solo hojas que caen y crecen según la estación del año. Los arbustos son parecidos a los árboles. Toda esta diversidad me ha enganchado por completo. Robando mi atención, llenando las estanterías de mi habitación con libros de botánica y apuntes sobre lo que planto y que debo hacer. Llenando mi jardín y patio trasero de plantas, de todo lo que se me permite plantar.

Me han dicho que no debería perder mi tiempo en esas cosas, pero no creo que eso sea una pérdida de tiempo. Me han dicho que la jardinería es para las chicas, que en vez de estar plantando debería estar en algún equipo deportivo. Palabras cargadas de estereotipos, las mismas que siempre he ignorado. La única opinión que me importa es la de mi madre y amigos, fuera de eso haré caso omiso a las malas críticas. Tal y como lo hice cuando dije que era bisexual o cuando me molestaban por bailar ballet.

Salgo de mis pensamientos al escuchar a mi madre quejarse de algo.

—¿Qué pasa Catalina? —me quito los audífonos.

Se ve frustrada.

—¿Recuerdas a mi socio que tenía un hijo pequeño con el que siempre jugabas? —se pasea de un lado a otro buscando no se que.

—El señor Mcallister, el padre de Elian.

—Si esos, bueno parece que están aquí para hablar de una propuesta, lo cual es algo muy bueno el problema que era hasta la otra semana pero la adelantaron, sin decirme, para hoy y no la puedo cancelar.

Entendí a la perfección lo que trataba de decir. No podríamos ir a comer porque estaría ocupada.

Quería decirle algo tipo: Rayos, que mal tendré que ir a casa y... dormir como siempre. Obviamente no le dije eso.

—Mamá—llame su atención—,no te preocupes otro día podríamos salir.

—Gracias Alfonso de las Mercedes—se acercó a mí para abrazarme.

—De nada Teresa—le devolví el abrazo.

—Igual no cancelaré nuestros planes, no creo demorarme más de dos horas—la miré horrorizado, no quería estar en esa oficina durante dos horas.— Oh no te preocupes, puedes salir si quieres solo regresa en dos horas.

Asentí y volví a sentarme junto a la ventana, era un buen trato después de todo.

Saldría a comer un helado solo mientras veo a las demás personas tienen sus parejas y hacen cosas juntos para conocerse y luego comprometerse(o romper) presentarse a sus padres y aunque no los acepten ir contra todo y casarse a escondidas y luego llegar a la casa de sus padre con una hija diciéndole algo como: Hola madre, ella es tu nieta, los padres olvidarían todo lo sucedido por que su nieta es más importante, serian una familia feliz hasta que la niña tenga diez años y sus padres se separen porque el esposo le fue infiel con la secretaria, la niña se iría a vivir con su madre en un departamento pequeño hasta que la niña crezca y su padres ya hayan hecho una vida con otras personas y la historia se repita porque nada es para siempre.

Estoy exagerando lo sé.

De pronto la puerta se abre y un chico alto, delgado, ojos marrones y de melena castaña corta entro en la habitación. Chico al que reconocí muy bien.

—Buenas tardes, señora Morgan—saludo con elegancia Elian. Vestía con su típico estilo fino y elegante.

—Hola, querido. Que grande estás—era cierto, había crecido mucho.

¿Por qué yo me tuve que quedar enano?

—Para nada señora...—fijo su vista en mí, sus ojos parecieron iluminarse—¿Principito, Julen? ¿Estoy viendo bien?—parpadeo varias veces.

—Hola, Elian Mcallister. Si, estás viendo bien—Me levanto del sofá en el que me encontraba, para acercarme a él.

Le sonrío amable, se acerca a mí y sin tiempo de dejarme reaccionar me tomo de la cintura levantándome del suelo dándome vueltas por el aire.

Me sentí en esas películas donde la chica se ve con el chico después de mucho tiempo porque tenían una relación a distancia y los estudios siempre van primero.

—Principito, tenía tanto tiempo que no te veía, estoy tan feliz—su acento francés está más marcado que la última vez.

—A mi también me alegra verte—dije, aún en el aire.

—Me alegra que aún se lleven bien—hablo mi madre, él me bajó pero seguía sin soltarme.

—Oh sí, señora Morgan, mi padre la espera en la sala de juntas—me mira—¿Iba a hacer algo? —niego con la cabeza—, Entonces, déjeme invitarlo a comer mientras nuestros padres están en junta, ¿Qué dice mi principito? ¿Aprovechamos las dos horas juntos?

¿Cómo puede ser tan respetuoso?

—Claro que sí, hagámoslo—sonrió.

Él me suelta y mi madre me da un último abrazo antes de irse.

—Tome mi mano, por favor.

Extendió su mano y acepto su petición.

Salimos de la oficina y corrimos hasta la salida. Solo he traído mi celular y billetera.

Elian es así, respetuoso, enérgico, extrovertido y otra vez respetuoso. Lo conozco desde que tengo catorce años y siempre ha sido igual, recuerdo que siempre le insistía para que me tuteara, sin embargo, nunca lo hizo y yo dejé de intentarlo. Al ser hijo de alguien importante siempre buscaba la manera de escaparse y yo era su mayor cómplice, hubo un tiempo en dónde siempre estaba solo y simplemente me la pasaba con él. Tenía casi diez meses de no verlo, solo nos mensajeamos porque él estaba en Francia con su madre.

Al llegar afuera noto un auto rojo muy lindo. Al ver la placa reconozco quien es el dueño, "lo sé, soy perfecto".

—¿En serio Elian?—inquiero divertido.

—Solo estoy siendo sincero—se encoge de hombros. El abre la puerta del copiloto para mi—suba por favor.

Le susurré un gracias. El subió al asiento de piloto, obviamente, ni modo que el auto se maneje solo.

Puso el auto en marcha y me tomé un momento para saciar mi curiosidad o mis ganas de chisme.

—¿Por qué no me avisaste que vendrías?

—Discúlpeme por eso, pero quería que fuera una sorpresa—tenía la vista fija en el camino, su cabello se movía con el viento que entraba por la ventana.

—¿Cómo te fue en Francia?

—Un poco aburrido, de pequeño me gustaba, pero ahora solo deseaba volver aquí.

¿En serio? A ver la próxima vez que vayas voy yo por ti, yo si quiero ir a Francia. Pensé pero no lo dije.

El día estaba soleado, el cielo estaba despejado y bonito. El conducía en un ritmo seguro, rápido pero no al grado de ponernos en peligro. Quería decirle que acelerara, estamos cerca de la playa es cool y normal ir tan rápido como si tu vida te valiera mierda.

—Oye ¿en dónde se van a quedar? —inquiero, refiriéndome a él y su padre. Pregunté porque normalmente se quedan en hoteles y mi madre y yo también para que no se sintieran solos.

—En mi casa—tenía una sonrisa plasmada en los labios.

—Oh qué buen....

Deje mis palabras colgando cuando analice bien lo que dijo. Casa, o sea que tenían una casa aquí, eso significa que se quedarían. Lo miro y él sigue con esa sonrisa que me dice que estaba esperando que me diera cuenta.

—¡Te vas a quedar aquí! ¡Eso es increíble! —Celebre con un tono efusivo.

—¡Si! El lunes empiezo las clases.

—Por eso no habías dicho nada—murmuro—, estaban planeando todo.

—Exactamente, no quería avisarte y que después las cosas salieran mal.

—Te abrazaría pero estás conduciendo.

—Después podrías abrazarme.

Asiento, miro hacia afuera, entre mas avanzamos mas reconozco la zona.

—¿A dónde vamos?

—Siempre he querido visitar un restaurante pero nunca tenía tiempo...—empezó a decir—Hoy por fin podré venir y qué mejor compañía que usted. Además fue usted mismo me lo recomendó.

Me pongo a hacer memoria para intentar recordar qué lugar le recomiendo. El único lugar que recuerdo haberle recomendado es Boom's Zakis, el restaurante retro de la hermana de Biel.

Mierda. Espero no encontrarme con él.

Menos después de la discusión que tuvimos esta mañana porque yo tuve que posponer nuestra llamada. Se enojó porque no le avise con tiempo y lo termine llamando a las cinco de la mañana. Imbécil.

Si le digo a Elian que no quiero ir ahí seguro me llevara a otro lugar, sin embargo, él se ve tan feliz que no puedo decirle que no.

Dios ¿por qué me haces esto? ¿Por qué no me ayudas a tomar buenas decisiones? Yo se que miento, pero esconder la taza favorita de Mamá porque la rompí era un bien mayor, lo mismo cuando intente calentar mi comida y la queme y no comí hasta que Mamá llegó. Si es por la vez que rompí el trofeo de Luka y le eche la culpa al gato juro que me disculpare con el gato; Si es por la vez que lo tire de la cama también me disculpare por eso, pero Diosito te pido que hagas un milagro y que el no este ahí.

Bueno tal vez estoy exagerando, después de todo no creo que pleno sábado esté con su hermana, como es él lo dudo.

—Llegamos principito.

Tal y como lo predije era el restaurante de la hermana de Biel. El gran letrero de luces neón y el aspecto retro y ochentero llamaba la atención de cualquiera que pasara.

Elian se estaciono y ambos bajamos del auto. Si por fuera era llamativo por dentro lo era más. El suelo era como un tablero de ajedrez, luces neón, canciones ochenteras, todo en colores blanco, rojo y negro, en las paredes habían cuadros sobre artistas de la época, o instrumentos musicales.

Mi acompañante se veía tan embelesado como yo cuando vine por primera vez. Tome su mano guiándolo para sentarnos en mi mesa favorita ya que estaba frente a la Rockola y la barra.

Mire a todos lados por inercia rogando por no encontrarme ese rostro que tanto me atormentaba.

¿Les había dicho que Dios me odia? Si, bueno se los recuerdo.

Dios me odia.

Biel está sentado en la parte de adentro de la barra lo que hace que esté justamente frente a nosotros, lleva unos audífonos y está bastante concentrado en su portátil.

Me lleva la que me trajo.

Ojala y ni se le ocurra mirar hacia aquí.

Inconscientemente me tomo un segundo para mirarlo, su cabello rubio teñido va amarrado, una camisa negra de mangas cortas que se le pega al torso, no se que lleva por debajo pero puedo asegurar que son sus típicos pantalones negros, pero logro ver los collares que adornan su cuello.

Devuelvo la vista a mi acompañante que seguía embelesado con el lugar.

—¿Qué te pareció? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

—Muy lindo, en serio me encanta, creo que es mi lugar favorito.

Tiene una sonrisa de oreja a oreja que me hace sonreír también.

Entrelazamos nuestras manos.

—Te va a encantar la malteada de fresa.

—No me gusta la fresa.

—Lo sé, por eso lo dije.

Ambos reímos. Seguimos hablando hasta que nos traen el menú. Elian pide unas papas fritas y una malteada de chocolate. Yo por mi lado pedí papas fritas(obviamente) , pollo frito, un pie de arándanos y una malteada de fresa.

En otra situación me daría pena pedir y comer tanto, pero Elian es mi amigo por ende no me causa vergüenza.

—Que bueno que su apetito siga intacto.

—El día que no tenga apetito preocúpate.

—Anotado.

Le pedí a Elian que me contara cómo era Francia y así lo hizo, lo triste del caso es que a pesar de que la ciudad le encantara se sentía solo. Trate de darle mi apoyo y escuchar todo lo que decía.

Sin embargo sentía una mirada sobre mi. Una mirada que me estaba poniendo nervioso e inquieto.

Nunca les ha pasado que están en una situación muy diferente a otra pero de manera sentimental se siente igual.

Como un Deja Vu emocional.

A mí sí me ha pasado. Así como su mirada de ayer(en la fiesta) parecía quemarme haciendo que me pusiera nervioso, esa es la misma mirada que siento que me da ahora, por que si. No tengo que desviar la mirada para saber que es Biel quien me está viendo.

Y cuando miro en su dirección confirmo lo que ya sabía. Nuestras miradas se encuentran, el enarca una ceja y yo hago lo mismo.

No se si me ve cara de payaso o algo así porque lo veo ensanchar sus labios en una sonrisa, una sonrisa como la de ayer. Una sonrisa coqueta y picara.

¿Qué le pasa? ¿es por la tregua?

Quito la mirada porque no se la puedo seguir sosteniendo.

La mesera nos trae la comida, fijo mi vista en lo que nos trajeron y se ve increíble.

—Aún me sorprende su gran apetito, y lo más sorprendente es que a pesar de comer tanto no crezcas—bromea Elian.

Lo dijo en broma, pero en un tono elegante.

¿Existen bromas elegantes? O ¿está bromeando pero no quiere perder la elegancia? Bromas a la Elian.

—Yo también me pregunto porque me quede chiquito—me quejo llevando una papa a mi boca.

—Tampoco esta tan pequeño—toma de su malteada—, ¿Cuánto mide?

Lo pienso por unos segundos.

—Umn...1.66 —digo bajito.

—No es tan pequeño—le dedico una mirada de ¿En serio? No tiene una mejor mentira". —Bueno si soy sincero si es un tanto bajito.

—¿Cuánto mides tú? —inquiero tomando de mi malteada.

—1.80, es la altura promedio así que no es tan sorprendente—se encoge de hombros con simpleza.

—Yo no estoy en la altura promedio—me quejo comiendo mis papas.

—Eres diferente, eso está bien.

—Soy un rarito.

—Eres un rarito lindo.

Me pongo rojo, ahg mierda, que vergüenza.

Voy a contestar, no obstante, me llegan varios mensajes.

Frunzo el ceño cuando veo el nombre pero entro al chat.

Biel.

¿No te gustaba Rebecca?

Te has convertido en un egoísta en este tiempo.

Frunzo más mi ceño ¿por qué me dice eso?

Julen.

¿Por qué dices eso?

¿Sabes que? No quiero saber.

Biel.

Respondiendo tu pregunta e ignorando lo otro, egoísta porque no te gusta que otras personas se acerquen a Rebecca pero tu si puedes salir con otras personas.

¿No te parece injusto?

Julen.

¿Sabes que existen las amistades?

Tal vez no lo sepas, después de todo eres una mierda como amigo.

Biel.

Si la amistad te atrae y te hace sonrojar no es amistad pequeño Juju.

Es atracción.

Miro a Elian. Él no me atrae de ese modo... ¿O si?... no, no creo.

Julen.

No es así.

Y en todo caso.

Que esté enamorado de alguien no significa que no me pueda atraer nadie más, la cosa es que a pesar de esa atracción no dejarme llevar, porque obviamente mis otros sentimientos lo impiden, porque yo no quiero.

Infórmate, eres muy malo con las emociones.

Biel.

Si todo eso, pero ¿te imaginas haciendo algo indecente con Luka o Luciana?

Hago una mueca de desagrado, claro que no lo haría, somos como hermanos que asco.

Por tu cara parece que no lo harías.

Ahora imagínate que lo haces con el muñequito frente a ti.

Miro a Elian. Creo que me sonrojo cuando la idea no me es del todo desagradable. Desvío mi mirada hacia donde se encuentra Biel, se ve tenso y tiene su ceño fruncido.

¿Ahora si entiendes de diferencia, Juju?

Rechino los dientes. Dios, lo odio tanto.

Julen.

Vete a la mierda.

Le respondo seguido escucho su carcajada, sí porque hasta aquí se escuchó.

Biel.

Jajaja, una última pregunta antes de que te vuelvas loco.

A pesar de que(según tu) me odias, ¿Te imaginas haciendo algo así conmigo?

Guardo mi celular cuando leo el mensaje. Las manos me tiemblan con nerviosismo, el rostro se me pinta de rojo en su totalidad, tomo mi malteada intentando alejar cualquier pensamiento indecente. Intento calmar el temblor de mi pierna, y controlar la emoción de nerviosismo.

—Principito ¿estás bien, estas rojo?—toca mi frente con preocupación.

No, no estoy bien. Estoy nervioso y estoy teniendo un ataque de ansiedad.

—S-si, estoy bien. Si me disculpas debo ir al baño un momento—le aviso levantándome de la silla.

—Esta bien, llámame si pasa algo o no te sientes bien.

Sin decir más corro hacia el baño. Me siento mal por dejar a Elian solo, pero la sensación de perder el control de ciertas cosas me pone ansioso.

Al entrar al baño me encierro en un cubículo, bajo la tapa y me siento ahí. Intentó regular mi respiración mientras masajeo mi entrecejo. Me doy ánimos y trato de pensar en cosas positivas.

Siempre que me pasa esto hago lo mismo, tratar de calmarme y respirar.

Los ataques de ansiedad empezaron cuando tenia catorce años. Cuando me quede solo. Empezaron cuando me sentía ahogado, vacío y triste. A los quince empeoro, la razón: decir que era bisexual frente a toda la escuela. Pensaba que la gente me apoyarían porque estamos en otro tiempo como dicen ,pero me equivoque, en cierta parte sí me apoyaron pero había otra parte que no lo hizo. En cambio se dedicaron a molestarme, me daba terror estar solo, de pronto empecé a enfermarme más seguido para no ir a la escuela. A pesar de que Lucas me apoyaba, él no siempre estaba. Él acababa de entrar al equipo de futbol y se la pasaba en las prácticas y en las salidas me tenía que ir solo.

Tuve que hacer muchas cosas para tapar los moretones que me causaban aquellas personas a las que solo les gustaba pegarme y hacerme daño por mi orientación sexual. En ese entonces caí tan bajo que por momentos pensé que no saldría del hueco en el que me hundí.

"Marica", "maldito afeminado" , "eres desagradable" , "miren, ya va a llorar" esos y muchos comentarios más recibo a diario.

No quería decirle a mi madre, no quería molestarla. Ella se esfuerza tanto por mi que no quería darle más problemas.

Golpe tras golpe. El primero, fue cuando la empresa donde trabajaba mi madre la acusó de algo, cosa que por un tiempo nos hundió económicamente; El segundo , mi pelea con Biel, ambas cosas pasaron al mismo tiempo pero aunque me cueste admitirlo esta fue la peor. El tercero, Bullying y acoso escolar. Uno tras otro, uno hundiéndome más que el otro. Mi escape era mi jardín, estar con Elian, y conocer a Rebecca.

El padre de Elian ayudó a mi madre a aclarar el malentendido en su trabajo e incluso la ascendieron.

Cuando acababa de cumplir dieciséis conocí a Rebecca, ella me integró en su grupo de amigos, nunca me dejó solo, creo que llegamos al punto de estar siempre juntos. Cuando me empezó a gustar tuve un gran dilema porque no quería arruinar nuestra amistad y gracias a eso durante bastante tiempo reprimí mis sentimientos por ella. Ella, Luka, Luciana y Elian(que a pesar de estar lejos) fueron quienes me sacaron de ese hueco.

Tampoco puedo quitarle crédito a la psicóloga escolar, que me ayudó en muchas situaciones, tal vez por ella se controlar ciertos aspectos de mi ansiedad.

Salgo del cubículo cuando ya me siento mejor. Me miro en el espejo del baño y me mojo la cara. No quiero tener cara de que me pasó un camión por encima.

Mientras me mojo la cara y la seco escucho que la puerta se abre, me apresuro a terminar y salir, pero cuando me quito el papel toalla de la cara suelto un grito de susto al notar quién está detrás de mí.

Biel está detrás de mí, lo veo por el reflejo del espejo. Parece preocupado.

—Tregua—es lo primero que dice. —¿Estás bien? —murmura con dificultad.

—Si, no pasa nada.

Me apresuro a salir pero el me detiene.

—Oye... bueno... quería—se pasa las manos por el pelo frustrado—....no quería incomodarte—finaliza.

—¿Eso es todo lo que tenías para decir? —inquiero molesto.

—Bájale a tu cabreo, no te he hecho nada—replica cabreado también.

Suelto una risa amarga.

—Ya, tu nunca me has hecho daño—le digo con ironía.

—En estos momentos no he hecho nada malo.

—Sería el colmo, suficiente daño has hecho. Ahora déjame salir—intentó salir pero él se interpone.

Él se queda callado, y cada vez que intento salir se interpone.

—Ya no soy el mismo de antes—lo escuchó decir.

Ah chinga, esa no me la esperaba.

—¿En serio?—asiente, pero yo no lo creo nada— ¿Ya no eres homofóbico?—inquiero con amargura.

Él frunce el ceño.

—¿Qué mierda dices?

—La verdad, o no recuerdas lo que pasó hace años, por que yo si.

Tal vez parezca un rencoroso ardido pero no me importa. El tiene una mueca lastimera que segundos después elimina dando paso a su típico semblante frío y arrogante.

Hago el intento de salir pero como todas las veces anteriores él me detiene, solo que esta vez no me deja alejarme. El tomó mis muñecas con una de sus manos dejándome muy cerca de él, tanto que nuestros cuerpos se rozan, con su mano libre toma y alza mi barbilla para que lo mire.

—Suéltame—intento zafarme de su agarre pero no me suelta.

—No, y deja la hostilidad porque estoy tratando de que nos llevemos bien—afianza su agarre —,pero no vamos a lograr nada si sigues con tus malcriadeces—me regaña, su voz se ha escuchado más ronca de lo normal, como si estuviese molesto.

—¿Por qué ahora?

—¿A qué te refieres?

Ruedo los ojos.

—¿Por qué ahora quieres llevarte bien conmigo? ¿cómo pretendes que te crea? ¿por qué ahora y no antes?

El se encorva hasta que mi rostro quede muy cerca del suyo. Me penetra con la mirada, eso suena mal, suena muyy mal, mejor es: Siento como me escudriña con la mirada, eso asi esta bien.

Biel me escudriña con la mirada poniéndome muy nervioso.

—Como cualquier estudiante del instituto has escuchado todos los rumores que dicen que soy un arrogante y sobre todo bastante orgulloso—hago un sonido afirmativo, claro que los he escuchado—, pues es muy cierto, sin embargo, aquí me tienes, insistiendo para que me des un mejor trato, mendigando una, aunque sea una migaja de esa amabilidad que le dedicas a todo el mundo—dice susurrando en mi oído.

Me estremezco con el tono que ha usado, me estremece su respiración en mi oído, todo, como me está mirando justo ahora podría hacer que mis piernas flaqueen.

Vamos, Julen no es la gran cosa.

Piernas stop, no sigan temblando.

Pienso mucho en responder, sobre todo porque no ha respondido mi última pregunta, pero si lo pienso un poco no está tan mal, pelear a cada rato es desgastante algunas veces. Muerdo mi labio.

—Responde mi última pregunta ¿por qué no antes?

—Porque no era el momento—responde con simpleza.

—¿Y ahora si?

—Si, ahora si es nuestro momento.

Su respuesta me deja un poco pasmado, no lo voy a negar, tampoco voy a negar que de no ser por el ataque de ansiedad de hace rato, hubiera tenido uno justo ahora. Mis ataques de ansiedad son provocados cuando siento que pierdo el control y me asusto. Me asusta perder la monotonía a la que estoy acostumbrado.

En estos momentos me siento extraño. Quiero empujarlo para que se aleje de mí, pero a la misma vez solo quiero tenerlo mas cerca si es posible.

No, claro que no, es Biel, lo queremos lejos no cerca Julen.

—Y-yo también trataré de llevarme bien contigo—tartamudeo un poco.

El sonríe mostrando su perfecta dentadura. Ay mi madre, que deje de sonreír por favarrr.

—Pasado mañana vendrás a mi casa, yo te paso a recoger.

—No soy del agrado de tu madre, ni ella del mío—replico.

—Lo se, pero ella ya no vive conmigo.

—Ay que bueno—suelto sin pensar. Me voy a disculpar pero él se ríe.

—Si, es algo bueno.

Suelta mis muñecas y mi cara, pero no se mueve. Ni él ni yo nos movemos hasta que el aparta un mechón de mi frente y lo lleva atrás de mi oreja seguido baja la mano está dejarla en mi cuello, sigo sus movimientos con la mirada, me doy cuenta que su cuerpo sigue encorvado en mi dirección y no ha quitado su mano de mi cuello. El se acerca mas y cierro mis ojos cuando siento que su  respiración se junta con la mía...

Alguien toca la puerta del baño.

—¡Julen! ¿Está bien? Lleva mucho rato encerrado—la voz de Elian me hace alejarme de Biel.

Madre mía, ¿en qué estaba pensando antes de que Elian interrumpiera?

—Vaya mierda—Biel murmura algo que no logro entender, pero veo como rueda los ojos con fastidio.

—¡Si estoy bien! —pienso en una excusa, pero solo se me ocurre la más vergonzosa y pendeja —:tengo mucho dolor estomacal...creo que son ¿hemorroides? Si eso, pero ya estoy mejor me estoy recomponiendo— ¿Escucharon eso?, fue la excusa mas pendeja.

Veo a Biel que se aguanta la carcajada, le doy un codazo pero no quita su expresión de burla.

—E-eh, ¿esta seguro? ¿No quieres ir a un hospital?

—¡Si! ¡eh no! En un momento salgo.

—Bien, lo espero.

Me pego a la puerta para escuchar si se ha ido.

—Quítate de ahí. Tu príncipe ya se ha ido—ordena Biel con un tono muy alto.

—Shhh, baja la voz ¿Cómo sabes no est...? —mi pregunta queda colgando cuando me enseña la pantalla de su celular.

Tiene las cámaras del restaurante donde claramente se ve a Elian esperando en nuestra mesa.

—Oh, gracias—respondo más aliviado. —Nos vemos el lunes—me despido y esta vez si me deja salir.

También porque hable tan rápido como salí de ahí y no le di tiempo a reaccionar.

El no sale a la misma vez que yo del baño y lo agradezco. Se vería muy gay (y pornográfico)salir junto a un chico del baño que hasta el momento estaba con seguro.

Al llegar a la mesa le dije a Elian que ya no tenía apetito, que mejor pediría la comida para llevar, tampoco quería quedarme mucho tiempo en ese lugar. Seguía ligeramente pasmado por lo que pasó en el baño. Cuando salimos de ahí fuimos por un helado y paseamos por la costa.

Mientras caminábamos le expliqué a Elian que en este país las clases empiezan en febrero y terminan en diciembre. Estamos en marzo(se ha perdido un mes de clases).

Aquí a pesar de que es invierno normalmente nunca se sabe si habrá sol o de verdad lloverá. Ahora estamos en transición al invierno.

El clima es tan bipolar, tal vez por eso la gente de este pais es así también.

Después de un rato mi madre nos avisa que ya se ha terminado la reunión así que volvemos, mañana Elian estaría ocupado con las cosas atrasadas del instituto, le ofrecí mi ayuda pero se negó. La cena con mi Madre fue divertida(como siempre) ella es de esas personas a las que le fascina hablar cosas sin sentido, por algo es mi madre. Cuando llegue a casa me quede hablando por teléfono como dos horas con Rebecca.

A veces quisiera encerrarla en una cajita y no dejar que nadie la toque. Soy afortunado de tener la madre que tengo, hay personas que no corren con esa suerte. Rebeca es de esas, su madre es...ahg horrible. Me recuerda a la de Biel o Elian.

Al final del día me queda una cosa clara.

Tal vez no odie tanto a cierto capitán llamado Biel, no lo odio como pensaba.


✨Holas.

✨Sorry por las faltas ortográficas.

✨Meme time:

Julen con Elian:

Yo pensando que se iban a besar:

Los pensamientos de Biel:


✨Nos leemos pronto.✨


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