2.Lo voy a matar.
¿Cómo enfermarme en menos de una hora?
Busco en Google algo para no ir al parque. No me apetece ver a Biel, no me apetece verlo nunca.
Pero Google no ayuda, salen puras cosas raras y como es fin de semana mi madre está en casa, oh eso me sirve.
Bajo las escaleras y me siento al lado de mi madre.
—Mami ¿me dejas salir hoy?—ella siempre me dice que no, así que es una perfecta excusa.
Ella me mira extrañada y sonríe.
—Claro ¿A dónde vas?
Frunzo el ceño.
—¿Por qué me dices que sí?
—Porque siempre te digo que no—¿En serio mamá? ¿Justamente hoy? —Además, ayer dijiste que hoy te encontrarías con ese compañero que te cae mal.
¿Yo le conté eso? Ah sí, sí le conté después de los cuarenta gritos que solté.
Ya saben para dejar salir el estrés.
—No quiero ir mamá—me sincero.
—Tienes que ir, Julen.
Lo sé mamá, pero ¿cómo te digo que no quiero? ¿Qué de verdad me incómoda y me desagrada su presencia? ¿Qué me siento mal cada que lo tengo cerca?, ¿Qué me hace sentir inseguro? Y ¿Qué no te digo quien es para no lastimarte? ¿Cómo te lo explico?
Para evitar seguir soltando la lengua, le sonrió y aceptó ir.
—Sí iré, aunque tal vez no regrese, tal vez me de un paro cardíaco.
Literal tal vez no regrese, recordando nuestros últimos encuentros estoy seguro de que me odia tanto como yo a él.
—Nada va a pasar Julen, cualquier cosa le pegas una patada y vienes.
—Claro porque él no me dobla el tamaño y es más fuerte que yo—menciono con sarcasmo, porque obviamente el de un soplido me manda Saturno.
Voy a mi cuarto a cambiarme y guardar las cosas en mi mochila, aunque no se que guardar, así que terminó guardando un plumones de colores, un lápiz y mi libreta.
—¡Mamá me voy!
—Está bien, cuídate mucho Julen, recuerda que todo saldrá bien.
Asiento y salgo de casa.
Claramente no saldrá bien.
Cuando llego al parque camino hasta la zona de picnic. Se supone que ahí nos encontraríamos.
Me quedo parado como bobo porque no sé qué hacer ahora. No sé a dónde debo caminar o si debo buscarlo, tal vez debería optar por la segunda opción, pero no quiero encontrarlo.
Lo mejor es que no nos veamos y piense que se me olvido y nunca llegue.
Pero la vida no está de mi lado porque lo veo sentado en unas de las mesas para picnic que está debajo de un árbol.
Me debato internamente que hacer, el diablito en mi cabeza me dice que me vaya; mientras que el angelito me dice que me quedé.
Decido hacerle caso al último y caminar en su dirección.
No sé si les ha pasado que intentan de todo para que algo no pase, pero terminan pasando de todas maneras.
A mí me pasa pero por pendejo. Justo como ahora que pasos antes de llegar a la mesa me tropiezo y caigo de cara contra el césped.
Desde que me caí de las escaleras de la escuela en sexto grado de primaria tengo mucho cuidado porque parece que tengo piernas de trapo.
Esto en casa me pasa siempre, literalmente siempre, no hay día en el que no me caiga, me he caído de todas las maneras posibles en una casa.
Ni hablar cuando estaba en el jardín y me tropecé y justamente caí de cara en la tierra mojada.
Cuando salgo siempre trato que mis pies nunca flaqueen, aunque eso no se aplicó hoy.
Malditas piernas ¿No podían flaquear otro día?
Levantó la vista aún en el piso y lo primero es la cara de Biel, el maldito se está aguantando la carcajada.
Me levanto rápidamente del suelo sacudiendo todo el césped de mi cuerpo y me siento frente a él.
En el justo segundo que nuestras miradas se encuentran se rompe en carcajadas, me pongo rojo de la vergüenza y enojo, sin embargo, él se sigue riendo.
—¡No mames que pendejo! ¡Antes eras pendejo pero ahora más! —se burla, extiendo mi cuerpo en la mesa para llegar hasta él y pegarle un manotazo.
—¡No te rías! —lo reprendo volviendo a mi lugar.
Se sigue riendo, admito que tenía mucho tiempo que no escuchaba su risa y no lo veía reír, bueno no eran risas que provocaba yo.
Antes me gustaba mucho verlo reír.
Alejo todos esos pensamientos, saco mi libreta y plumones de mi mochila.
El me pasa una hoja con una lista de cosas, lo miro confundido.
¿Qué es? ¿Una nota de muerte? ¿el lugar donde llevara mi cuerpo después de matarme? ya saben si me va a matar, no importa que yo lo sepa si igual lo hará.
—Es una lista de cosas que te gustan hacer, escoge de esas la mas te guste y en esa nos enfocaremos.
—¿Y tu parte?
—La haremos después espárrago.
No respondo y empiezo a leer la lista, no son tantas cosas, solo son siete.
"Lo que más te gusta de la otra persona" dijo la profesora, también dijo que podría ser algún talento o algo que le gustará hacer que a ti te gustará que hiciera.
1.Dibujar.
Tacho la primera, antes me gustaba, pero ya no.
2.Bailar ballet.
La tacho, la dejé hace un tiempo. Era demasiada exigencia y me dejó de gustar.
3.Gimnasia artística.
Definitivamente no. Nunca iba a llegar a nada, no tenía la complexión física para eso.
4.Coleccionar las etiquetas de la ropa.
La tachó.
5.Caerte de las escaleras.
Lo miro mal enseñándole la pregunta y él solo se encoge de hombros sonriendo.
6.Ver todas las caricaturas de un canal.
Ya sé lo que piensan y si, era un obsesivo. No me despegaba del televisor.
7. Jardinería.
Está es la única que no tacho.
Cuando termino le pasó la hoja. No sé que pasa pero tensa la mandíbula.
—Has cambiado mucho—dice, arrugando la hoja.
—Si ¿Qué esperabas? —respondí hostil.
El no responde, empiezo a escribir mi lista de cosas que le gustan a él. Lo pienso por un momento pero no me es tan difícil saber o bueno creo saber.
1.Video juegos.
Le pasó la hoja, la misma que él mira con confusión.
—Léela tarado—le hablo.
Me pongo a revisar mi celular, tengo varios mensajes de Luka.
LukaLaMasita.
¿Cómo vas bro?
¿Ya se mataron?
¿O están como en esos clichés que se vuelven amigos de un día para otro?
RESPONDE PELOTUDO.
JuleLaMasitaSuperior.
Nada de eso Luka.
Todo bien soldado.
LukaLaMasita.
Uff, que bueno.
Jahdjauansd
Estaba preocupado, imagínate Alfonso Lorenzo tu con tú mayor enemigo juntos en la sala, Dios ten piedad de ellos.
Por qué si llega a pasar algo al menos los putazos van a estar buenos.
JuleLaMasitaSuperior.
JAJAJAJAJAJAJA.
Pasas mucho tiempo conmigo y mi mamá Marco Antonio.
Jajajsjajaj.
Pero ¿En serio piensas que va a haber putazos? Más bien él me va a agarrar como saco de boxeo.
Me va a partir a la mitad y me arrojará a un río. La policía encontrará mi cuerpo en una caja.
LukaLaMasita.
No jodas, que buenas historias te creas en tu cabeza.
O sea si te dobla en tamaño y es más fuerte, pero que sabes, tal vez se te salga lo Goku Super saiyan.
O tal vez si te descuartice y te venda al mercado negro.
¿Qué están haciendo?
JuleLaMasitaSuperior.
Que manera más mala de dar ánimos, ya me dieron ganas de matarme
Nada interesante.
¿Y tup?
LukaLaMasita.
Con tu mamá.
Ya sabes hijastro, aquí con la mujer de mi vida.
Mi otra mitad.
JuleLaMasitaSuperior.
JAJAJAJAJAA, basta.
¿En serio que estás haciendo?
LukaLaMasita.
Estoy haciendo la tarea de español, al igual que tú.
Solo que yo si me divierto con mi pareja.
Sonrió y arrugó la nariz.
JuleLaMasitaSuperior.
Claro que disfrutas si estas haciendo equipo con tu novia.
Quién fuera tú.
LukaLaMasita.
¿Para qué?
Si ni novia tienes:) .
Antes de bloquear a Luka escucho a Biel carraspear.
El aludido me mira mal, muy mal.
—¿Qué? —inquiero.
—¿Qué de que? ¿A qué viniste? ¿Ha hacer un trabajo o mensajearte con no sé quién como estúpido?
—¿Y tú quién te crees para hablarme así?
Suelto un bufido, lo pateó por debajo de la mesa o eso intento porque no lo pateó a él, si no a la madera de la mesa. Suelto un quejido, me giro para que mi pies quedé en el asiento y poner tocarlo.
Madre mía, me ha dolido muchísimo.
Me quito el tenis del pie golpeado para masajearlo. Nunca pateó algo con tanta fuerza, nunca hasta ahora, he pateado con todas mis fuerzas a un pedazo de madera.
Perfecto Julen, podemos ganar el premio al más torpe y pendejo.
Sin esperarlo otras manos masajeaban mi pie, alzó la mirada y ahora Biel está sentado frente a mí con una cara de preocupación. Trato de alejarme pero no me deja.
—No me toques—ignora mi petición y sigue. —¿Ya no te da asco tocarme? —inquiero con amargura.
Ahora si deja de tocarme. Su mirada se oscurece al mismo tiempo que se tensa.
Bajo la mirada hasta sus manos, ya no me tocan ahora están hechas puños. Gracias a la tensión que ejerce se le marcan las venas. Dejo de mirarlo y empiezo a ponerme mi tenis.
—Nunca me ha dado asco tocarte, Juju—habla con lo que parece sinceridad, pero yo no le creo nada.
—¿En serio? porque recuerdo muy bien tus expresiones—de repente se me hace un nudo en la garganta al recordar.
Recojo mis cosas, no quiero seguir aquí.
—Basta Julen, ¿Estás bien? —inquiere, niego con mi cabeza sin mirarlo.
—He pateado una mesa de madera y súmale que ya de por si, tu presencia me es nefasta.
Tal vez he sido muy duro, pero en serio hay justificación.
—Juju...
—Otro día seguimos, me voy.
Empiezo a caminar a la salida del parque y cuando estoy lo suficientemente lejos dejo de contener las lágrimas.
Lo sabía, estaba bien consciente que esto no terminaría bien.
Nunca terminamos bien.
Cuando llegue a casa fui directamente a mi jardín, quería desestresarme y la jardinería me calma.
Mi madre me preguntó varias veces que me pasaba le dije que nada y se enojó pues le estaba mintiendo.
Fue bastante pendejo de mi parte, mas cuando llegué a casa y tenía los ojos acuosos y las mejillas mojadas.
Ya no debería llorar por algo que pasó hace casi tres años, pero creo que es inevitable.
Tampoco es lógico, ya debería haberlo superado o al menos no llorar cada vez que recuerdo ese tipo de cosas.
Ya no me debería de afectar la distancia que tomo en su momento, las miradas de asco e incluso la cantidad de veces que se rehusó a verme, el empujón, su silencio, el hecho de que me usara y no me hablara.
No es lógica su cara de preocupación, no es lógico que me diga que no le doy asco, no es lógica supuesta sinceridad.
Tal vez es por Rebecca, después de todo él está interesado en ella, no sería raro que quiera acercarse a mi ya que soy el mejor amigo de ella.
Aunque todo el mundo sabe que ella me gusta, no creo que él sea tan ciego para no saberlo. Tal vez lo haga para joderme o simplemente de verdad le gusta ella.
—Mire, se le volvieron a cristalizar los ojos—Lukas le dice a mi Madre mientras hace un hueco en la tierra con una palita.
Mi madre al verme llorar mientras revisaba mis cactus y plantaba se preocupó lo suficiente como para llamar a Luka.
Pongo unas semillas en el hueco que, anteriormente, había hecho.
Luka pone una de sus manos en mi espalda, gesto que me hace taparme la cara con el dorso de mi mano porque vuelvo a llorar.
—Voy a hacer bocadillos, llámenme si pasa algo—avisa mi madre antes de entrar a la casa.
—¿Ahora sí me vas a decir que pasó? —inquiere mi amigo.
Nunca le he hablado a nadie de esto, siento que me van a juzgar, sin embargo, puedo o siento que puedo confiar en Luka.
—Promete que no me vas a juzgar.
—¿Por qué tendría yo el derecho de juzgarte? Mira, cada quien tiene sus problemas y sabe realmente qué pasó o como se sintió. Yo no soy quien para juzgarte o discriminarte por una experiencia, pero para que no te preocupes te prometo no juzgarte.
Eso hace que llore más.
Empiezo a contarle desde el principio, todo absolutamente todo. Luka presta atención a cada palabra que sale de mi boca. Él es así, increíble, literalmente no hay ningún ser humano como él, nadie se sentaría en la tierra o se pondría a sembrar solo porque tú mejor amigo está mal. Nadie, solo él.
Cuando termino de contarle él se quedó callado y empiezo a entrar en pánico.
—Lukas di algo, por favor—digo con una sonrisa nerviosa.
—El es un auténtico idiota. Pero tampoco lo juzgo a él, no digo que tú tengas la culpa, pero es una situación complicada.
Asiento porque tiene razón, es complicado.
—Pero bueno, ya estoy mejor, hablar y desahogarse con alguien me ayuda muchísimo—me sincero.
—No te preocupes, además esto me lo vas a pagar—lo miro con el ceño fruncido—¿Qué? Piensas que salir de casa y venir hasta aquí no gasta gasolina, de alguna forma tengo que recuperar mi dinero.
M rio porque se que lo dice en broma. Espero que lo diga en broma.
—Le diré a mi madre que me cobras por ser mi mejor amigo—lo amenazo, el rechina los dientes.
—Estaba bromeando, ya sabes. Cosas de bro—se encoge de hombros nervioso.
Ambos seguimos plantando, a veces he llegado a pensar que a él también le gusta. Durante un buen rato no pienso en nada mas que en las estupideces de Luka.
Mamá trae bocadillos y ambos nos sentamos en la mesa del jardín.
Lukas halaga a mi madre, la misma que después de un rato entra a casa.
Mi móvil empieza a sonar y contesto sin ver quien es, después de todo las únicas personas que me llaman son Rebecca y Luka.
—Hola ¿Rebecca?—saludo con cautela.
Espero la respuesta sarcástica de mi amiga pero no llega. Escucho una voz ronca y varonil que me eriza la piel.
—Hola Julen—Biel habla al otro lado de la línea, le digo a Luka que me disculpe y me levanto alejándome un poco.
—¿Qué quieres? te voy a colgar.
—¡No! , mierda espera un momento ¿si? —Pide, me debato internamente que hacer.
Tal vez sea importante.
—Entonces habla rápido.
—Tregua, hasta el día de entrega del trabajo de español.
¿Qué?
Está mintiendo eso de seguro.
—¿Con quién apostaste?
—¿Qué mierda dices, Juju?
Maldito apodó.
—¿Qué no es obvio? Tu pidiendo tregua es lo más estúpido y falso que he escuchado.
No soy rencoroso, incluso me han dicho que soy muy ingenuo y veo lo bueno de todas las personas. No soy rencoroso pero tengo una única excepción.
—No es una apuesta—responde seco, hasta parece enojado. Ofendido.
—No lo haré, Biel. Siquiera soporto estar cerca de ti.
Él se calla. Le voy a colgar.
—Entonces no necesitamos vernos, ni estar cerca—seguiré.
Me siento como el meme: "¿Y como vamos a hacer eso estúpida?" De tik tok.
—¿Y cómo piensas hacerlo? ¿Por telepatía? —inquiero con sarcasmo.
—Que graciosito te has vuelto Juju—bromea y frunzo el ceño—,no es tan difícil, hablemos por llamada y listo.
«—No tenemos que vernos, no me malentiendas pero a mí tampoco me apetece verte, hablamos por llamada de lo que hacemos con el proyecto, nos mandamos videos y podemos hablar al respecto, como si no estuviéramos hablando con el otro.
Oh, no suena tan mal.
—Está bien acepto la tregua. Ahora acordamos un horario—propongo y escucho una afirmación de su parte.
Voy a colgar pero él vuelve a hablar.
—Julen, nunca me has causado asco, solo quería aclararte eso—susurra con esa voz ronca que lo caracteriza y me cuelga.
Me quedo helado, ¿Cómo dice algo así y cuelga así nomas nada?
Hago un gesto caprichoso.
—¿Estás bien? ¿Por qué le haces pucheros al celular? —suelto un grito ahogado cuando escucho a Luka a mis espaldas.
—Oh por nada, solo que acabo de recibir la llamada más extraña de mi vida.
—¿Y eso por....
—Chicos ya los bocadillos están listos—avisa mi madre.
—Ya vamos, te cuento adentro—le digo, él asiente y entramos sentándonos en el suelo de la sala.
Mi madre preparo nachos y palitos de pan con queso.
—Gracias señora Morgan, está delicioso-asiento de acuerdo con Luka.
El me mira fijamente pidiendo que termine de hablar sobre la llamada y voy a empezar pero...
—¡Hola, señora Morgan! —escucho la voz de Luciana y Rebecca.
Ambos miramos en dirección a la puerta y efectivamente ambas chicas están aquí.
—Hola chicas—saluda mi madre y empiezan a hablar como si nosotros no estuviéramos.
En este punto estoy más perdido que una aguja en alfombra.
Ellas hablan con entusiasmo, Luka me mira confundido y no hago más que devolverle la mirada porque estoy igual que él.
Luciana es su hermana. Morena como él, pelo afro como él, todo como él pero versión femenina.
—Tenga le traje pan—le dice ella sacando un pan más grande que mi cara.
—¡Oh gracia nos lind...!
—Ay no se preocupe, voy a hablar con su hijo y mi hermanito, así que discúlpenos.
Dicho esto, se sienta con Rebecca frente a nosotros en la sala.
Mi madre nos avisa que estará en su habitación.
—Les tenemos una noticia—nos avisa Rebecca.
La detallo muy bien, hoy está más linda que de costumbre.
—déjenme adivinar ¿Nuevos zapatos? —bromea mi amigo.
Su gemela le da un zape en la cabeza.
—No... ¿Adivinen quién está de regreso en el equipo de animadoras? —las palabras de la gemela salen con entusiasmo de su boca.
—¿Tu?
Le digo encogiéndome de hombros.
—Exactamente, y como el próximo viernes hay partido, ustedes deben estar ahí y en la fiesta.
—¿Fiesta?—preguntamos mi amigo y yo al mismo tiempo.
—Sip, nuestros padres tienen un viaje de negocios y me dijeron que podía hacer la fiesta siempre y cuando no dañara nada y la casa estuviera lista cuando regresen—explica ella.
—Bien, me apunto—mi amigo es el primero en acceder.
—Yo no puedo—les aviso.
No quiero ir al partido ni mucho menos a una fiesta en dónde seguro estará el.
—Julen... tienes que ir, es mi regreso y necesito a mi mejor amigo conmigo—dramatiza Luciana abrazándome.
—Estoy de acuerdo con Luciana, menos en la parte de que tú eres su mejor amigo, es obvio que tú eres mío, Julen—reprocha Rebecca.
—Oh por Dios Rebe, es obvio que el me prefiere a mí, soy su mejor amiga.
—Bitch you know it ain't true—Rebecca le dice y reímos cuando ellas empiezan a discutir.
—Vaya poder que te cargas... digo ¿Qué hacés para caerle tan bien a las chicas? —me dice Luka.
–No sé, simplemente es así.
—El hecho de que es una masita, es tierno y bonito ayuda muchísimo—se meten ellas en la conversación.
—Si y súmale que no es un engreído como tú—añade su hermana.
—Entonces ¿irás? —me preguntan y niego.
—Por favor...
—Chicas no lo presionen—apoya mi amigo.
—No lo presionamos—objeta Luci.
Ella comienza a discutir con su gemelo como si de eso tratara su vida.
Desde que los conocí son así, se pelean hasta por cuál nació primero, por cual gateo primero y esas cosas.
Rebecca me hace una señal para que la siga y eso hago. Salimos al jardín y ella se recuesta en la pared de casa.
—¿Cómo va todo?—inquiero, rompiendo el silencio.
—Un poco mejor—susurra con dulzura, juega con sus manos.
—¿Segura? Mi puerta siempre está abierta para comer hamburguesas y llorar un rato—ella se ríe y sus mejillas toman un color rojo muy bonito.
Sus bonitos ojos azules resaltan con la luz de la luna, bueno... todo de ella es bonito. A veces me sorprende lo rápido que puede latir mi corazón cuando ella está cerca.
Así justo como ahora.
—Si, estoy seguro Julen ¿Tú cómo vas?
Como si comieras sopa al mediodía en pleno verano, así de mal. Pero ya sabes lo casual.
—Bien—termino por decir.
Nos quedamos en silencio y voy a soltar alguna pendejada pero ella se acerca recostando su cabeza en mi hombro.
Las mariposas de mi estómago vuelan con fuerza, me estoy poniendo rojo.
—Ya no están gritando, ¿Debería preocuparme? —menciona refiriéndose a los gemelos.
En este tipo de comentarios puedo afirmar que compartimos la misma neurona porque yo también quería decir algo similar.
—No, tal vez ya se mataron—bromeo.
Volvemos a escuchar a los gemelos pelear. Y seguido escuchamos a mi madre regañarlos como si fueran niños pequeños.
De cierta manera lo son.
—Muertos no están, cuando apuestas a qué ahora que entramos están haciendo algo con tu madre—juega.
—Cinco dólares.
—Cinco dólares e irás al partido—propone.
—Bien.
Nos volvemos a quedar en silencio y sinceramente no sé que decir o hacer.
Si seguimos así me voy a poner nervioso y si me pongo nervioso tiemblo, y si tiemblo ella se preocupara, y si se preocupa tendré que mentirle y si le miento ella sabrá que le estoy mintiendo y se enojara, y si se enoja se alejara y se irá con Biel.
Jisus.
—Rebecca que te parece si vamos a comer un helado después de la escuela—propongo para romper el silencio.
—Esta bien, es una cita—afirma ella y me da un beso en la comisura del labio y entra a casa.
Me quedo en mi lugar estático, literalmente me ha besado y se ha ido así nomas.
Me pongo rojo, más rojo de lo que ya estaba. Me doy palmaditas en la cara para reaccionar.
Tengo una cita con Rebecca.
¡Tengo una cita con Rebecca!
¡TENGO UNA CITA CON REBECCA!
Increíble.
Con una sonrisa entro a casa, y si estaba sonriendo ahora me estoy carcajeando por la escena frente a mí.
Luka y Luciana están sentados en la mesa de la sala pintando en un libro para colorear.
¿De dónde sacó eso mi mamá?
¿Por qué parecen tan entretenidos?
Rebecca me da un codazo y me susurra un "gane".
—Ustedes me ayudarán a hornear galletas—nos dice mi madre y Rebecca y yo la seguimos.
Mientras mezclaba repasaba mi día. Al final no ha acabado tan mal. Digo tendré que ir al partido pero normal, no le voy a prestar atención a nada que no sean mis amigas.
Aunque eso de la tregua me tiene pensado, ¿y ahora qué? ¿Nos trataremos de soportar por un mes y ya?
Tal vez sea más simple de lo que suena.
No puedo apartar la vista de la cancha de fútbol. Juro que lo intentó. Pero las hormonas no me dejan. Digo son chicos sudorosos y corriendo como perros detrás de un balón no hay nada atractivo en eso ¿O si?
Estoy como el meme de :"Wakala que rico".
Desvió mi vista hacia mis amigas las cuales brillan, literalmente son muy buenas en lo que hacen. El uniforme les queda bien, sin embargo, mi mirada vuelve a los chicos. Al capitán del equipo.
Se van al receso de medio tiempo y nuestra escuela tiene la ventaja por dos goles.
Él se para en medio de la cancha, tiene los músculos tensos, el pantalón le ajusta muy bien a sus piernas, ni hablar de su torso, la camiseta se le pega como si fuera otra piel dejando ver su abdomen. Me relamo los labios inconscientemente.
Es muy atractivo, pero es Biel Miyazaki y se me pasan las ganas.
"Julen, nunca me has causado asco, solo quería aclararte eso" .
Quiero creerle, él me ha hecho creerlo. Tal y como lo acordamos las llamadas han sido bastante productivas, además de que es más fácil hablar por el móvil que en persona.
A diferencia de mí, él no parece odiarme, o eso he percibido. Tal vez es mi ingenua cabeza que me hace pensar eso. Después de todo él ha cambiado mucho, y no lo conozco.
—¡¿Cómo estuvimos?! —pregunta Rebecca sacándome de mis pensamientos. Ella se abalanza sobre mí rodeándome con un efusivo abrazo.
—Si, además de Diosas, perfectas y espléndidas—añade Luciana.
—Luciana lo ha dicho todo ya, estuvieron fantásticas—No miento, de lo poco que vi brillaron.
Luka se acerca y me da una palmada en la espalda que casi me tumba.
—¿Y como he estado yo? —inquiere el.
—Excelente.
—Obviamente lo iba a hacer bien, es mi hermano —alude su gemela.
Ellos se abrazan y luego empiezan a pelear porque él la apretó mucho y ella lo golpeó para que la soltara.
—Que incómodo, ¿nos abrazamos? —le susurré a Rebecca.
Ella afirma con la cabeza y me abraza.
Nuestra cita del jueves(Ayer) fue increíble al comienzo, pero como si el destino quisiera cagarme encima nos encontramos al equipo de fútbol y ellos se cagaron todo.
¿No podían saludar y seguir con su vida?
¿Tenían que quedarse con nosotros?
Dijeron "les vamos a hacer compañía para que no estén solos", sin siquiera preguntarnos si queríamos su compañía. Tiene suerte que tanto yo como Rebecca no podemos decir que no.
Además de que Biel no se despega de Rebe, literalmente durante toda la semana le ha alejado de mi, siempre que queremos hablar él busca la manera de llevársela.
O sea, yo no soy dueño de ella. Ella es libre, de ella misma, pero como todo ser humano siento celos.
Y el es tan irritante, no la merece. El es tan irritante, su porte arrogante y odioso no hace que sea solitario, al contrario las personas lo rodean como si fuera la gran cosa, solo es el capitán del equipo de fútbol, no tiene nada increíble o bueno. No es lógico.
Salgo de mis pensamientos cuando siento la mirada de alguien puesta en mi. Me separo de Rebecca para ver quien es, pero solo encuentro al capitán de fútbol mirándonos fijamente. Al parecer ella también siente la mirada de él en nosotros, Luciana le hace una seña a Rebecca y como si hablaran por telepatía mi amiga alza la mano y saluda a Biel. El le devuelve el saludo con una media sonrisa, también le hace una seña para que ella vaya.
Nos pregunta si nos molesta y me obligó a tragarme los celos y asentir.
—Hay muchas más personas en el mundo, no te desanimes—me susurra Luka.
—Pero, yo la quiero a ella—le devuelvo en el mismo tono.
Mi amigo me entretiene bastante hasta que el segundo tiempo empieza y él debe volver a la cancha. No le pongo atención al partido porque me sumerjo en mis pensamientos, solo escucho los gritos que alaban a nuestro equipo por ganar y pasar a cuartos de final.
—¡Quita esa cara! hoy nos vamos a divertir—me anima Luka.
—¿Me compraste la caja de zumitos? —inquiero y él asiente.
No tomo alcohol, por eso siempre llevo zumo y como la fiesta es en casa de Luka me prometió que tendría mi caja de zumo.
—Como te decía, nos vamos a divertir, no necesitas a una chica, además ella se lo pierde. Eres mi amigo y he de reconocer que eres muy lindo, o sea eres el tipo de chico perfecto, ojos bonitos, cabello bonito, eres bajito pero eso no importa—sonrió por su manera de darme ánimos.
—Eso ha sonado muy gay de tu parte—bromeo.
—¿Verdad? mejor que no me escuche mi novia, a ella le gustan esas cosa gays y se pone intensa si me ve con otro chico, hasta nos shippea.
El tono gracioso y aterrador que usa me causa gracia. Me carcajeo junto a él.
Ambos estamos en su casa sentados en el sofá de afuera, ya que pronto llega el equipo de fútbol, las chicas están arriba arreglándose.
No sé por qué pero tengo un buen presentimiento sobre esta fiesta. Tal vez Luka tenga razón y todo salga bien.
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