19. 7 Minutos En El Cielo
(Este capítulo fue editado ^^)
Biel
Aparto Daniel en cuanto sus labios tocan los míos. No quiero esto, no con él.
Esto no debería ser así cuando siempre aclaramos las cosas, incluso antes de empezar las clases decidimos dejarlo todo.
—Daniel, sabes que nunca he querido lastimar tus sentimientos. Cuando te dije que debíamos parar porque no podía seguir aceptaste sin discutir, no puedes besarme y culparme de que te ilusione cuando no fue así—le recuerdo enojado.
Daniel suspira como si por fin fuera a admitir lo que le está pasando. Es un alivio, ya que llevamos media hora discutiendo sin sentido.
—Ya, que me ilusione solo y ahora me gustas—Su confesión me sorprende un poco, pensé que era un juego todo esto pues es lo que siempre dice— Creí que irme haría que me extrañaras y te darías cuenta de que te gusto... yo qué sé, pero me acabo de dar cuenta que sigues enamorado de Julen—finaliza con amargura.
—Lo siento, no puedo cambiar ni decir nada que te haga sentir mejor—Pongo una mano en su hombro, estoy siendo sincero e intentando aplicar lo que la psicóloga dijo. Tengo que tratar de no lastimar a los demás y pensar en cómo se sienten.
—¿Y tú quién eres? Porque Biel no, jamás habías sido tan amable—opina sorprendido. Enseguida me arrepiento de mis anteriores pensamientos.
A la gente le gusta que la traten mal.
—Cállate, te gusta el maltrato, ya me tengo que ir—aviso y justo antes de salir de la habitación recuerdo algo. —Por cierto, te pido que mantengas distancia porque me siento algo incomodo y no solo yo, no te voy a decir que sigamos siendo amigos cuando es obvio que no será fácil...
—Lárgate, no es algo que tengas que pedir, no me voy a meter en medio de ti y la bolita, tengo dignidad—aun con todas las palabras hostiles, puedo notar en su voz que está dolido.
—Lo siento—digo antes de irme.
Sé que es no ser correspondido. Daniel ciertamente ha sido importante, tuve mi primera vez con él y pasamos mucho tiempo juntos el año anterior. No éramos novios, si ese fuera el caso él fuera el mayor infiel, incluso nos distanciamos porque tuvo pareja, aunque se separaron rápido. En definitiva, nunca tuvimos esa clase de relación.
Debo decirle estas cosas a Julen, creo que sería buena idea que lo sepa. Será complicado abordar el tema seguramente. Trataré de ser cuidadoso.
Hoy se veía precioso, y me gusta cómo me miraba en las gradas, cada vez que pude solo podía mirar en su dirección... Bueno no todas, también me gustaba ver a mi padre y a la señora Liliana apoyándome, también a Belén exagerando sus gritos para molestar.
Me hizo mucha falta Julen en la cena, quería que estuviera ahí. Su actitud repentinamente cambió y me molesta no saber la razón, si lo supiera trataría de arreglar las cosas. Por eso lo estoy buscando por la casa. Lo conozco tan bien que sé que si me tiene enfrente me dirá todo lo que le incomoda porque no puede mentir bien.
Las cosas se me complican cuando no lo encuentro a pesar de que lo busco durante una hora completa y la siguiente me siento a pensar si se habrá ido. Estoy muy enterado de que no le gustan las fiestas, sin embargo, es decepcionante pensar que se fue aun cuando acordamos que dormiría en mi casa y hablaríamos sobre lo que tenemos.
—¿Aun no lo encuentras? —pregunta Marco que está sentando a mi lado siendo el metiche de siempre.
—No.
Ahg, ya estoy de mal humor.
—Bueno yo sí, ahí viene—comenta señalando al frente. En cuanto lo escucho miro en la dirección y me levanto del sofá apresurado.
Julen ni siquiera me mira, pasa de largo como si no me hubiera visto cosa que es imposible porque estaba frente a él. Me quedo congelado en mi lugar, ni siquiera puedo moverme. No importa si parezco tonto parado en medio de la sala, esto es algo que no puedo entender.
—¿Qué le hiciste ahora? —cuestiona Marco sacándome de mi asombro.
—No tengo ni puta idea—contesto revisando mentalmente que pude o pudo haberlo ofendido.
Julen no es de las personas que ignora a los demás así por así, a veces sale huyendo lo cual es diferente porque puedo notarlo y buscarlo. Lo que pasó no fue una de sus típicas huidas donde se sonroja y no puede verme a los ojos. Esto fue totalmente diferente, lo he vivido tantas veces cuando mi madre estaba que reconozco cuando alguien finge que no existes y la sensación es horrible, mucho más cuando viene de alguien tan importante
Tengo un ardor en mi pecho que no sentía desde hace mucho, como si me quemara por dentro.
—¿Estás seguro de que no ha habido ningún acontecimiento que pueda causar que se enoje tanto? —Voy a negar con la cabeza cuando recuerdo el beso que Daniel me robó, que justo se escucharon pasos...
—¡Joder! —suelto más alto de lo que debería, varias personas me miran, sin embargo, no me importa cuando es probable que el chico que me gusta haya visto como otro chico me besa y de seguro a malinterpretado todo porque conozco a Julen, por mi padre, claro que lo conozco y sé que se debe haber hecho una película completa.
—Ay, si la cagaste—escucho decir a Marco.
—No la cague yo, pero Daniel me beso y creo que Julen nos vio—le informo con desdén. Todo está mal.
—Ese pequeño maldito, estas jodido.
En definitiva, lo estoy, pero no es como que no haga algo al respecto. Tengo que quedarme en un lugar a solas con Julen como dé lugar y creo que sé que haré.
—Si, pero tengo que buscar a Luciana si quiero arreglarlo.
No podía ponerse peor.
No, si, se puso peor.
Mientras le explicaba a Luciana lo que estaba pasando, Julen, estaba en la cocina con una caja de sus zumos de naranja desde hace un rato, la cosa es que no estaba solo. Recuerdo cuando le pregunté sobre como habían sido sus besos y dijo que no se acordaba del segundo porque estaba ebrio, yo sí me acuerdo después de todo fui yo quien llamó a Luka. Dios, solo fingí no saberlo porque de seguro es vergonzoso para él.
Julen está con ese chico.
En tan solo segundos me sentí lleno de celos. Esta vez no actuare como un idiota, solo voy a quedarme tranquilo... Bueno, en realidad solo actuare con tranquilidad, no como si estuviera muriendo de los celos.
Justo ahora hay un círculo de personas sentadas en el suelo del patio. Yo estoy frente a Julen, a mi lado está Marco y Hasiel; Julen tiene al chico de hace rato a su derecha y Rebecca a su izquierda, seguido por Luka y Eliam. Hay más personas, por ejemplo, las dos que están entre Luciana.
Desde hace rato estamos jugando verdad o reto, esperando que nos toque a mí y a Julen para poder estar solos, es complicado, pero es la única manera de que estemos juntos por obligación y no porque le insistí.
Lastimosamente no nos ha tocado.
Los demás han hecho cosas tontas como darse un beso, comer una cucharada de Miel, decir algo vergonzoso. No soy fanático de estos juegos, no obstante, es necesario. Cuando le comenté la situación a Luciana ella sugirió esto, y como ella es tan desquiciada como Marco supuse que funcionaría.
Luciana vuelve a darle vuelta a la botella. Se detuvo frente a Julen. Instintivamente la miré y ella ya me estaba mirando, dio un rápido asentimiento antes de decir.
—¿Verdad o Reto Julencito?
—Reto, pero no abuses—murmura eso ultimo. Quería sonreír por su cara apenada, mas no lo hice. El chico a su lado le susurró algo y Julen pareció relajarse más, incluso sonrío. Aprieto el césped del suelo. Esta inseguridad se incrementa poco a poco, no me gusta sentirme así.
Me remuevo incómodo y ansioso más que nada.
—No abusare, te reto a siete minutos en el cielo con la siguiente persona que la botella apunte, si te toca a ti, te salvas—habla Luciana y la cara de Julen es todo un poema.
—Ni ibisiri—ironizó. Hasta aquí puedo ver sus nervios.
Cuando la botella empieza a dar vueltas juro que lo hace en cámara lenta. Tal vez es mi cabeza dándome una mala jugada, porque la ansiedad es cada vez más grande a medida que pierde velocidad. La pierna me tiembla un poco y dejo de respirar cuando la botella se detiene.
Siento que muero por un momento cuando la maldita botella está muy lejos de apuntarme. Mi estomago arde, y trato de no mirar cuando tienen que guiar a Julen y al otro chico al armario. Se me hace un nudo en la garganta, me pican los ojos y me niego a llorar. Lo peor es que ni vaciló al levantarse, como si hubiera querido. ¿No puede notar que me gusta?
La mirada que todo el grupo me dedica me hace sentir aún más mal, es como si esperaran a que reaccionara de una mala manera. Ganas no me faltan, podría ir y empujar a ese chico lejos, cosa que no hare, me niego a caer en eso. Los siete minutos duran una eternidad, son los más agónicos. Marco es lo único que me mantiene sentado en esta situación, por mi fuera ya me habría ido, esto es una mierda. No tenía que resultar así, no entiendo porque no podía salir bien. Joder ni siquiera soy una mala persona, nunca le hecho daño a alguien. Esto ni siquiera es justo.
¿Y qué mierda con ese chico? También es parte del equipo de futbol, de hecho, sabe, como todos, lo que siento por Julen, es una estupidez que se vea tan feliz con esto. Es como si pidiera a gritos un buen golpe en la nariz.
Cuando pasan los siete minutos y Julen sale con los labios un poco rojos y la ropa ligeramente desacomodada, confirmo que a la vida parece gustarle joderme.
Por más que me sienta mal, y enojado con Julen, solo voy a esperar, algo de todo esto tiene que salir bien.
Julen
Minutos antes.
—No nos vamos a besar ni nada de eso, ya tengo a alguien que me gusta —es lo primero que digo cuando se cierra la puerta del armario.
Julián, el chico que está conmigo, suelta una risita.
—Me parece perfecto, tampoco iba a hacerlo, no soy suicida o algo así —No entiendo por lo que prefiero ignorar eso ultimo.
Este chico fue con el que casi tengo mi primera vez ebrio.
Después de decidir que, mi corazón probablemente roto, no iba a arruinarme la noche, Julián se acercó para explicar lo que había pasado aquella vez. También estaba borracho, creo que el hecho de que le coquetee, más el alcohol no nos llevaron por un buen camino. Se disculpo conmigo, diciendo que desde esa vez no había vuelto a tomar en cantidad porque no quiere que vuelva a suceder algo así. La razón por la que no se había acercado antes fue por vergüenza, y porque yo siempre le salía huyendo. Es bastante justificable. Me pidió si nos podíamos hablar amistosamente y acepte, es bastante agradable.
Me gustaría preguntarle que carajos comen todos los chicos del equipo, dios, son demasiado altos. Necesito un poquito de lo que comen...Bueno la verdad no, si creciera mucho más, el mentiroso de Biel no podría cubrirme por completo y eso no es negociable.
Es incomodo el ambiente, y al mirarlo me doy cuenta de algo bastante curioso.
—¿Tienes maquillaje? —pregunto al darme cuenta de sus pestañas con rímel, el rubor e iluminador en sus mejillas, brillo en los párpados y un poco de labial. Parece sorprenderle mi pregunta, pero asiente despacio y de manera bastante tímida. —Te queda bastante bien, pasa los tips.
—¿No te parece raro?
—¿Por qué lo haría? Pienso que el maquillaje es arte, lo puedo usar quien quiera. Yo también lo uso —respondo con simpleza. Mi madre siempre ha dicho que puedo hacer lo que quiera si no daño a nadie. Libre expresión.
—No lo había notado, es bueno saber que no soy el único, es realmente bueno.
Es lindo escuchar el alivio en su voz, como si se quitara una carga de encima. No imagino cuanto deben haberlo juzgado por usar maquillaje.
—Probablemente no somos los únicos, y yo no uso tanto, supongo que me da miedo que me confundan con una chica, no es que me moleste, pero no me gustaría recibir acoso por eso otra vez —Julián asiente de acuerdo.
—A mis padres no les gusta, pero yo amo verme al espejo cuando tengo brillo en la cara.
—Deberías conocer a mi mamá, ella me enseñó lo poco que sé, espero que algún día pueda hacerlo sin reprimirme.
—Pienso igual, por suerte el siguiente año iré a la universidad y podré ser un poco más libre al vivir solo, nadie se mete conmigo por mi tamaño, realmente no importa que me miren raro. Sé que es diferente para cada persona, a mí no me importan los demás, pero si me pongo en tus zapatos entiendo porque te reprimes.
—Lo entiendo, supongo que aún tengo miedo...
—Lo que es normal después de lo que pasó—opina con una media sonrisa.
—Si, algún día no lo tendré, pero supongo que aún falta mucho—Es increíble poder ser sincero y hablar de esto con alguien que te entiende a la perfección, es triste que no hayamos hablado antes.
—Vamos a comprar maquillaje un día de estos, te daré todos los tips —propone con un tono divertido.
—Sería un placer...
—¡Falta un minuto chicos! —me interrumpe la voz de Luciana fuera del armario.
—Vamos a fingir que nos besamos, desarregla tu ropa y ponte algo en los labios, no vaya a ser que nos pongan alguna penitencia por vernos muy normales —le digo apresurado a lo que murmura algo con cara de preocupación.
Cuando regresamos al circulo, de verdad pareciera que nos hubiéramos besado.
Julián se estremece a mi lado en cuanto nos volvemos a sentar. No entiendo por qué hasta que siento la mirada pesada de Biel sobre mí. Lo miro de reojo y no parece muy feliz, se ve muy enojado de hecho. Me recuerdo que no debe de importarme. Mi pecho ha dolido toda la noche por su culpa. Dije que no iba a dejar que arruinara la noche y pienso seguir manteniendo eso por más difícil que sea.
Aunque me estoy muriendo de los celos y quiera reprocharle, no pienso hacerlo, no cuando podría terminar peor de lo que estoy.
El juego sigue, sigue, y sigue durante una hora y estoy un tanto abrumado. Hasta que Luciana anuncia la última ronda y la botella apunta a Biel.
Nuestras miradas se cruzan por un momento, es efímero, pero logra acelerar mi corazón. Logra moverlo todo en mí, aun cuando yo le he dado una mala mirada y él ha hecho lo mismo.
Quisiera ignorar lo que sea que le vayan a retar o a hacer decir mas no puedo hacerlo. El reto de Luciana para Biel es el mismo que el mío. Sin siquiera quererlo, no, de verdad no lo quiero, pero no puedo dejar de ver la maldita botella cuando vuelven a girarla. Puedo estar muy enojado, pero no me gustaría verlo entrar con otra persona a ese armario, me perturba la sola idea. Instintivamente los recuerdo a Biel y Daniel en esa habitación, Dios, todo está mal hoy.
—Julen —Julián toca mi hombro sacándome de mis pensamientos. En eso noto que todos me miran, como esperando algo de mí.
Entonces veo la botella y el mundo se me detiene.
"Siete minutos en el cielo con la siguiente persona a la que apunte la botella" Esas fueron las palabras de Luciana.
Me estaba apuntando a mí.
Cierto alivio recorrió mi cuerpo, pero una ansiedad empezó a incrementar, tal vez enojo también.
Dios me ha abandonado.
Biel se levanta y sin mirarme para ir hacia el armario. Yo hago lo mismo un momento después. Antes de entrar a la casa miro a Luka pidiéndole ayuda a lo que solo niega con la cabeza y una sonrisa juguetona.
Luka también me ha abandonado.
No sé si esto es peor que verlo entrar a ese lugar con alguien más. Es lo que quería evitar a toda costa. Me conozco y lo conozco, esto va a salir muy mal, demasiad. Listo, se arruinó todo, sabía que esto pasaría, nunca nos va bien.
En cuanto se cierra la puerta del armario me siento acorralado. Este lugar es pequeño, hay algunos abrigos de los gemelos, cajas de ropa para la calidad, zapatos y botines en una esquina, y una mesita alta detrás de mí, en la que estoy apoyado.
Es todo lo que hay y es suficiente, la presencia de Biel llena todos los espacios faltantes. Desearía que no fuera tan guapo así mi mirada no lo buscaría con tantas ganas y podría apartarla. No es algo de lo que sea capaz.
Lo único que puedo hacer es darle una mirada recelosa antes de bajarla a mis zapatos. Si vamos a hablar, al menos yo no empezare la conversación, no puedo hacerlo.
—¿Se besaron? —habla con un tono severo. Su pregunta se me hace de lo más descarada. ¿Como puede preguntar eso? ¿Con que cara?
Suelto una risa sin gracia.
—Eso no te importa —respondo mordaz.
—De hecho, si, y mucho, Julen —Jamás me había molestado ese tono demandante, hasta ahora.
—No, no debería— contradigo molesto.
—Por Dios Julen, solo tienes que responder —se queja, impaciente.
— ¿Y que si nos besamos? —Su rostro se endurece al escucharme. Lo veo apretar con fuerza el mueble al que esta recostado.
—No puedes haberlo hecho —reprocha ofendido. —No puedes cuando dijimos que lo hablaríamos...
—Eres el menos indicado para reclamarme eso, no seas tan injusto—objeto enojado. Alzo la vista para mirarlo a los ojos. Casi flaqueo, casi, no lo permití. —No cuando te estabas besando con Daniel horas después de pedirme un beso a mí, no seas tan descarado —le recuerdo dolido. Bajo la mirada cuando me empiezan a picar los ojos.
—Eso no paso como tú lo piensas, debiste quedarte un momento más...
—¿Para qué? No soy tan masoquista para ver eso.
—Para que vieras que lo aparte, lo aparte, porque me gusta alguien más —confiesa empezando a acercarse. No, no, no lo hagas, no me acorrales.
—¿Se supone que debo creerte?
—Si, se supone que debes saber que no soy tan descarado como para estar celoso porque te metiste en un armario con otro chico si yo había besado a Daniel por voluntad. Yo no besé a Daniel, lo aparté en cuanto pude. —Odio que sea tan seguro cuando habla, que no me deje dudar. Me hace sentir tan seguro, tan dócil.
—¿D-de que hablas? — balbuceo nervioso. El ambiente ha cambiado por completo después de sus palabras. ¿Estaba celoso?
No se necesita demasiado para que este justo frente a mí, irrumpiendo en mi espacio personal, alterando a las mariposas de mi estómago. Miro hacia arriba para poder verlo, quisiera dar un paso atrás, no obstante, la mesita no me deja. Ni para treparme en ella porque es demasiado alta.
—Me sentí horrible al verte con ese chico, Fueron los siete minutos más largos de mi vida, verte salir fue aún peor. —A diferencia de hace un momento, su voz no se escucha tensa o enojada, se escucha ronca y como una súplica, casi está susurrando. —No huyas. Tienes que hablarme Julen, no soy bueno adivinando las cosas que te molestan.
Trago grueso, está demasiado cerca. Llámenme fácil, pero ya no hay una pizca de enojo en mi ser. Estoy triste por lo que vi. Dice todo sin titubear, con tanta firmeza, sin mentiras que me es imposible no ceder.
—Estoy celoso —confieso —Toda la noche intente ignorarlo, eso significaba ignorarte...
—No vuelvas a ignorarme. Prefiero que me grites todo lo que sientes—me pide y asiento despacio. No puedo huir, no está bien.
—Me dolía, mucho, como jamás me había dolido, me sentía muy traicionado, Biel, fue horrible. Lo es desde que llego Daniel —prosigo bajito, me duele solo decirlo. Doy una larga respiración cuando noto que quiero llorar. Él comienza a acariciar mi mejilla con suavidad, es más fácil ser sincero cuando no dejamos de mirarnos.
—Lo siento por eso. Debí haber marcado los límites desde que llegó, aún más cuando sé que no sabe respetarlos del todo—admite, besando mi frente. —Ya no tendrás que preocuparte por eso.
La sonrisa que me dedica es tan linda que me hace sonreír también.
Una oleada de valor atraviesa mi cuerpo porque sé que es lo que tengo que decir a continuación. No me da miedo decirlo, no debo tenerlo. Tomo su rostro entre mis manos y me pongo de puntillas para acercarlo.
—Me gustas, me gustas, me gustas mucho, todo de ti me gusta, todo excepto cuando haces mi corazón doler. —Mi corazón podría salirse de mi pecho en cualquier momento. Biel parece demasiado emocionado. Todo su rostro esta de un intenso rojo. La sonrisa llena de orgullo que se forma en sus labios me hace preguntarme que tanto estaba esperando escuchar mis sentimientos.
—A mí también me gustas, Julen, me encantas desde siempre. De toda mi vida. Siempre has sido tú. Nunca pude olvidarte y nunca quise. No podía hacerlo —Susurra con la voz y ojos más sinceros, toma una de mis manos y la pone en su pecho, justo en su corazón. Esta agitado, tanto como yo. Sus palabras terminan conmigo por completo. —Eres todos mis sueños, mis deseos. Me dolía tanto no poder acercarme. Me gustas, como no tienes idea, Julen.
No me deja caer por él.
No me deja flaquear.
No me deja morir por su confesión, solo me besa.
Me toma un momento procesar sus labios sobre los míos, solo un segundo ante de corresponder con la misma emoción.
Es preciosa la sensación de besarnos ahora que sabemos que es correspondido. Fui tan pesimista al respecto que ahora parece irreal que me esté besando. Es totalmente diferente a la vez del sofá en mi casa porque ahora no tengo que fingir que nada paso. Siento las manos de Biel bajar por mi espalda hasta dejarlas en mi cintura. Un escalofrió recorre mi cuerpo mientras cruzo mis brazos por su cuello. Es un beso tan dulce que podría derretirme. No importa que me duelan los pies por estar de puntillas, podría quedarme así toda la noche sin problemas.
Siento un montón de cosas en este momento. Es demasiado para una noche.
No puedo describir lo que siento en este momento. Todo es una explosión de emociones que no puedo controlar. Es una mezcla de alegría, emoción, paz, euforia que jamás había sentido. Es como ver florecer las flores del jardín en verano. Después de tanto esperar con ansias y por fin apreciarlas en su máximo esplendor te hace saber que la espera ha valido la pena.
De un momento a otro siento que Biel me alza y me hace sentar en la mesita detrás de mí. Mi espalda queda pegada a la pared. Para mi sorpresa ya no me siento acorralado o asfixiado. Estoy justo donde quiero estar. Por instinto enredo mis piernas a su cadera.
Nos separamos un poco cuando nos falta el aire. Estoy agitado y muy sonrojado. En cuanto abro los ojos me tranquilizo al ver que no soy el único. Es tan lindo. No puedo creer que le guste a este chico. Biel me mira por un momento con ese brillo en sus ojos oscuros que solo puedo ver cuando está conmigo. Vuelve a besarme de una manera totalmente diferente.
Una de sus manos ya no está en mi cintura si no que en mi quijada. No entiendo hasta que abre mi boca con su pulgar y siento su lengua chocar con la mía. Es una sensación diferente que me gusta. Es intenso y placentero, tanto que empieza a hacer calor. Aprieto su camiseta con fuerza. Siento un hormigueo en todo el cuerpo. Quiero que me toque un poco más.
Trato de contener algunos sonidos que quieren escaparse de mis labios porque eso sería vergonzoso. Bajo mis manos por su espalda y acaricio esa zona porque siempre quise hacerlo. Amo que sea tan grande. Me corro un poco para poder pegar mi cuerpo al suyo. Una de sus manos ha viajado dentro de mi suéter para acariciando mi cintura. Lo que provoca un estremecimiento de mi parte, su mano se siente un poco fría y hace contraste conmigo porque yo siento que estoy ardiendo. Aprieto mis piernas alrededor de su cadera con más fuerza. Ahora puedo sentir todo su cuerpo contra el mío. Un escalofrió recorre mi cuerpo cuando aprieta mi cintura con fuerza
Ningún pensamiento razonable podría pasar por mi cabeza en este momento, mi mente está totalmente nublada, solo disfrutando de esto, de Biel y todo de el contra mí. No podré vivir tranquilo ahora que me mostró esta manera de besar, es mejor que en mis sueños.
Biel lleva la mano que estaba en mi quijada a mi cabello y jala de este sabiendo que es mi debilidad.
—Ahg.
—Chicos ya se acabaron los siete minutos.
Solté un gemido justo cuando Luka abrió la puerta. Mierda, que vergüenza, claro que escuchó. Miro en dirección a mi amigo, y es peor cuando noto a Eliam a su lado con una sonrisa burlona, Luka lo mira preocupado por un segundo antes de mirarme de la misma manera. Biel se aparta un poco de mala gana. No parece ni un poco avergonzado a diferencia de mí.
—Ya vamos a salir —Menciono avergonzado, mirando a mis dos amigos.
—Bien, los dejamos recomponerse, se ven mal —juega Eliam con su acento francés.
—Si vámonos, pero por favor no hagan nada en mi arm...
—¡No vamos a hacer nada, Luka! —Interrumpo antes de que siga con sus pensamientos raros.
—Como tu digas, no te vayas sin decirme— avisa antes de cerrar la puerta.
Vuelvo a mirar a Biel, que está ocultando una risa.
—¿Como no estas avergonzado?
Alza una ceja.
—¿Debería estarlo?
Este chico no conoce la vergüenza, que problema.
—¡Claro que sí! Todo porque no eres tú al que escucharon gemir —reprocho, fingiendo estar enojado. Biel vuelve a acercarse colocando sus manos en mis muslos.
—Si te sirve de consuelo lo haces muy bonito —alega como si eso no me alterara más.
—No me consuelas, pero gracias. —Aunque sus manos están en mis muslos, no hace nada raro, lo que me deja tranquilo.
—La intención es lo que cuenta. —Ambos nos reímos de eso. Nos quedamos un momento en silencio, solo mirándonos. Creo que me sonrojo a medida que proceso todo lo que ha pasado en tan poco tiempo.
Ahora que lo pienso con más claridad jamás imagine declararme en un armario viejo en la casa de mi mejor amigo, para luego ser besado como si no existiera un mañana. Tampoco pensé que sería correspondido. Para mi había dos opciones, Biel era hetero o yo no soy su tipo. En ningún momento tuve esperanzas, al menos cada vez que las tenía me repetía que era imposible.
—¿Eres Gay? —Biel parece sorprenderse por la repentina pregunta.
—Si — respondió con tranquilidad. — Es probable que toda la escuela lo sepa, menos tu —observa con una sonrisa burlona a lo que le doy una patada no muy fuerte.
—Eso es imposible.
—De hecho, lo es, siempre estás en tu mundo con los chicos. No te culpo por ser de las pocas personas que piensan que soy hetero.
Biel tiene una media sonrisa en el rostro mientras juega con el borde de mi suéter rojo vino. Ahora me siento un poco mal porque, aunque está mal asumir la sexualidad de alguien, yo lo hice con él.
—Lo siento — menciono bajito. —Yo no debería asumir eso en primer lugar.
—No importa, no ahora —me tranquiliza pasando una de sus manos por mi mejilla.
Muerdo mi labio conteniendo una sonrisa que no dura mucho porque cierta pregunta pasa por mi cabeza, y si no pregunto no podré dormir tranquilo.
—Quiero saber algo.
—Dime, lo que sea.
—Si tú me gustas, y yo te gusto...
—Si, y si quieres con todo gusto vuelvo a declararme —me interrumpe el muy sin vergüenza.
—No es necesario, lo que quiera saber es ¿Que somos? Ahora que sabemos que es corres...
No puedo continuar porque Biel se acerca y me besa. Quiero seguir el beso, pero enseguida se aleja otra vez dejándome reconectando.
¿Me está molestando o qué? ¿Y si me propone una de esas relaciones donde son como novios, pero no lo son y todo se va a la mierda?
—Yo quiero ser tu novio —Confiesa mirándome a los ojos, mis mejillas enrojecen sin poder evitarlo. —Y me gustaría que tu fueras el mío. Siento que tenemos cosas de que aclarar aun, si eso no te impide querer serlo, entonces quiero que lo seas —Por primera vez en toda la noche puedo notar el nerviosismo en su voz, se me hace demasiado lindo.
—También quiero ser tu novio, si te parece bien, podría ser oficial después de hablar y aclarar todos los malentendidos —Biel asiente despacio, con una linda sonrisa en el rostro.
—En cuanto lleguemos a mi casa podemos hacerlo —promete dejando un beso en mi sien y asiento de acuerdo.
En cuanto lleguemos.
Nota de Autora<3
Por fin llegamos a esta parte del libro *Aplausos*
Les tomo casi 20 caps para confesarse se suponia que esto iba a ser rapido. Gracias a ti que has llegado hasta aqui con los muchachos, espero que llegemos juntos al final.
Tengo una Buena y Mala noticia.
La buena es que la primera parte del libro esta completa, los siguientes caps son amor . Aparte ya casi llegamos al final.
La mala noticia es que no creo poder subir en febrero, solo algunas publicaciones de instagram. Esto Porque tengo una Historia corta llamada Cruel Summer, que debo terminar antes de que acabe el mes. Despues de eso solo estare subiendo cosas de esta novela.
Sin Mas que decir...
Nos Leemos Pronto<3
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