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18. Olor a Rosas

Julen.

Biel y yo estábamos sentados en el sofá mientras mi mamá caminaba de un lado a otro con el rostro rojo del enojo.

—...Son unos irresponsables ¿Saben cuántas cosas malas pudieron suceder? —En ningún momento nos grita a pesar de lo enojada que está, sus palabras se escuchan como un regaño o un reproche. —Julen, sabes que si no quieres ir a la escuela no te voy a obligar, después que te pongas al día—Esta vez se dirige a mí, asiento de acuerdo con ella y una mueca decaída— Y Biel, eres un muchacho muy responsable y no creo que Belén te presione para ir a la escuela.

—Soy yo quien tiene que presionarla para que vaya a trabajar—comenta bajito.

Casi me rio de eso, casi, esta no es la mejor situación para hacerlo.

—Si se quieren quedar en casa para estar juntos lo entiendo a la perfección, pero si se van sin permiso y que nadie sepa ¿Quién estará al tanto en caso de que algo malo pase? Podrían tener un accidente, alguien podría intentar robarles y miles de cosas más, aunque yo no esté, sí sé en donde están puedo hacer algo al respecto según las circunstancias, pero si no lo sé y pienso que están en la escuela y luego desaparecen ¿entienden la gravedad de esto? —Biel y yo murmuramos un "si" al mismo tiempo estando de acuerdo con todo lo que ha dicho.

—Lo siento Mamá.

—Si lo sentimos mucho señora Liliana.

Mi Mamá sonríe ante nuestras disculpas y se acerca para revolver nuestro cabello y veo de reojo a Biel que se encoje por reflejo, mi madre nota eso porque lo toca con mucho más cuidado y ternura. Pude ver la cara sorprendida y los ojos brillosos de Biel, como si en su casa jamás lo hubieran acariciado así.

—Él director los vio salir de la escuela—Miro a Biel alarmado y él está igual. Eso definitivamente no lo esperamos. —En cuanto los vio me llamó a mí y a Belén a lo que ella se contactó conmigo, lo bueno es que como Biel es capitán del equipo de fútbol y hay partido no lo van a castigar mañana, si no el fin de semana estarán haciendo algunos trabajos en la escuela para que no se repita lo de hoy—termina de decir sentándose en el sofá frente a nosotros con las piernas cruzadas y su ropa formal perfectamente acomodada.

—¿Y yo? —pregunto cuando no me ha mencionado.

—Tu igual, parece que sales apuntado en el equipo de animadoras como asistente se supone que debes estar ahí—responde con simpleza.

Yo ni enterado de que soy parte de las animadoras.

—Ah, está bien, estaré hay el domingo—mi mamá me da una mirada curiosa porque a mí nunca me gusta salir los domingos y debería estarme quejando, pero no puedo cuando estaré todo el día con Biel aunque estemos castigados.

—Estaremos—me corrige, piñizcando mi muslo lo que genera que de un saltito—¿Quiere ir mañana? —Estaba a punto de devolverle el piñizco, pero me pauso cuando se dirige a mi mamá.

—¿A tu partido? —cuestiona ella, yo me quedo cayado escuchando todo sin saber que más hacer.

—Si, es que es muy importante porque es una competencia nacional entre escuelas y nosotros ya pasamos ahora quedamos veinte equipos y mañana será el primer partido de eliminatoria hasta la final, quisiera que estuviera ahí como parte de mi familia junto a Belén—Suelta esas palabras con un tono suave y cauteloso, como si mi madre en cualquier momento fuera a decirle que no o regañarlo por hablar.

Solo de pensar porqué de eso se me apachurra el corazón. Me acerco hasta que nuestras piernas se rozan y le doy unas caricias en su espalda con delicadeza a lo que Biel primero se sorprende y luego sonríe de la manera más linda acelerando mi corazón sin darse cuenta.

—Gracias por invitarme, Biel. Iré con gusto—Observo como el rostro de Biel se ilumina de felicidad por eso causando que, tanto mi mamá como yo, también lo estemos por él.

—Gracias.

—Un gusto, ahora tengo que irme porque tengo una reunión en una hora, pueden quedarse aquí, hay comida en el microondas, los amo—dice apresurada mientras se levanta, tomando su saco y llaves a medida que camina a la salida —Por cierto ¡Te quedan divinos esos ganchos! —suelta justo antes de salir de casa.

Nos quedamos callados por un rato solo mirándonos. Hasta que Belén llama a Biel para recordarle que tiene que irse en dos horas porque tiene que trabajar cosa que me entristece. Hubiera sido lindo pasar el día juntos.

En esas dos horas aprovechamos para comer mientras veíamos un capítulo de GOT, aunque acordamos hacerlo en las vacaciones. También aproveché para preguntarle si le gustaban las rosas y dijo que sí, por eso mañana le llevaré seis rosas.

No quise devolverle su ropa, pero como no lo pidió realmente no importa, me gusta su olor, me gusta mucho. Antes de irse Biel me dio un abrazo y yo le di un beso en la mejilla por impulso. Me quedé en la puerta esperando a que se fuera, luego entré y grité de la emoción por pasar tiempo juntos.

Como me quedo solo me pongo a hacer las tareas mientras converso por video llamada con mis amigos y todos hablan de la fiesta en la noche después del partido que es en la tarde. Sin embargo, en ningún momento dejo de pensar en la sonrisa de Biel y en cómo me compró los ganchitos que sabría que me gustarían.

No dejo de pensar en él ni siquiera cuando terminé de ducharme o cuando me tiré en la cama para tomar una siesta.

Todo está oscuro, pero siento que estoy acostado en una nube y hace calor, hace mucho calor. Todo se siente caliente, muy caliente... y rojo. Tan rojo como las rosas, tan rojo como el chico que me gusta.

Me siento agitado, y me siento muy bien. No entiendo lo que está pasando con claridad, sin embargo, me gusta, se siente placentero. Entre toda la oscuridad, logro identificar porque estoy así. Es por él. Por sus manos jalando mi cabello; por su boca en mi cuello dejando marcas; Por su mano haciendo un camino de perdición entre mis piernas.

Me gusta, me gusta, me gusta.

Quisiera tapar mi boca para no dejar salir más gemidos, pero lo único que puedo hacer es aferrarme a su espalda. Sus labios ahora están sobre los míos moviéndose con demasiada intensidad. Recorro su cuerpo con mis manos y me gusta lo que siento y lo que estoy sintiendo. Seguido suelta mi cabello para apretar mi cintura con fuerza y a la vez intensificar sus movimientos entre mis piernas. Me es imposible contener los gemidos que cada vez suenan más alto, y no ayuda que me ponga sobre él con todo dentro, Diablos, creo que podría llegar. Tampoco es de mucha ayuda su cara llena de placer y como muerde su labio al escucharme. Siento que estoy al borde y todo se siente demasiado caliente, hace calor y tengo ganas de más, muchas.

En lo único que puedo pensar es en Biel, lo único que mi cabeza repite es su nombre, todo es él, su cara, su cuerpo, su manera de ser, todo lo que quiero y deseo. Lo es todo.

Me levanto asustado y sudado. Tengo el corazón acelerado y el cuerpo caliente y no es por fiebre. Me siento en la cama pasmado por lo que acabo de soñar y noto que tengo mi pijama de botones abierta, no tengo pantalones, pero si tengo una bonita erección

Me tiro a la cama y ahogo un grito de frustración en mi almohada porque creo que me he vuelto loco. Jamás había tenido esta clase de sueños y no pensé que me pasaría. Si ya me cuesta mirarlo a los ojos no quiero saber cómo será ahora que nos imagine de esa manera tan indecente.

¿Cómo lo veré a la cara después de tener un sueño húmedo? Dios, o lo que sea que esté arriba, Ayudaaaa por favor.

Por culpa de Luka, y su "No te dejes meter nada" me está dando ideas.

En eso noto el olor de la colonia de Biel en mi cama, es ahí cuando veo la playera que me prestó hace unas horas. Supongo que nunca la quite de la cama y me acosté sobre ella, tal vez eso ayudo a que soñara tal cosa. Lo cual es peor. Me puse así con su maldito olor, su olor. Dios llévame por andar de caliente.

Como me niego a tocarme voy a baño para darme una ducha fría por al menos una hora porque las imágenes del sueño no dejaban de repetirse en mi cabeza. Cuando salgo me pongo un vestido de pijama que llega hasta el inicio de mis muslos y tomo mi teléfono para ver la hora y me sorprendo al ver que son las cinco, eso quiere decir que he dormido desde las 7:00 p.m de ayer hasta las 4:00 a.m. De hecho, tengo varios mensajes de mis amigos, uno de mi mamá diciendo que ya estaba en casa, dos llamadas perdidas de Biel y cinco mensajes.

En ellos me pregunta si ya comí, como estoy y que estoy haciendo. Las llamadas las hizo después asique supongo que se preocupó. ¿Estará despierto? Por si acaso le escribo varios mensajes, uno de buenos días y otro explicando porqué no contesté.

En menos de un minuto lee los mensajes.

JuleLaMasitaSuperior.

Holaaaap

Buenos días Biel

¿O madrugadas? Aun no sale el sol, pero ya casi.

Espero que amanezcas bien

Ayer no contesté porque tome una siesta y me quede dormido:p

No por otra cosa

Lo juro

Parece escusa de infiel

Pero no es

...

Siento no contestar.

Bibiel♡

Buenos días/ madrugadas Juju

Gracias, y también espero que hayas amanecido bien, y entiendo. Sé que te gusta dormir, aunque no lo admitas.

<3

JAJAJAJAJAJA

Lo sorprendente es que estés despierto tan temprano, infiel.

Sonrío al leer su mensaje. Si supieras como amanecí Biel, si supieras.

JuleLaMasitaSuperior.

Primero, me alegro de que amanezcas bien

Segundo, si puedo levantarme temprano, más respeto por favor

¿Infiel? ¿Yo?

Jamás

Bibiel♡

Ni tú te crees eso Juju

¿A qué hora te empiezas a arreglar?

JuleLaMasitaSuperior.

A las siete

Seis y media si me levanto a tiempo

Bibiel♡

Juju, entramos a las siete :/

JuleLaMasitaSuperior.

Lo sé

Nunca logro levantarme a tiempo.

Suelo quedarme dormido hasta en la cocina.

Pero si me lo propongo si llego temprano

Bibiel

Jajaja

Que talento

Puedo levantarte o irte a buscar

Parece que está escribiendo algo más, pero demora bastante para enviar el mensaje.

Si quieres

Aunque me encantaría ya es algo que hace Eliam desde que llegó y siempre lo ha hecho con gusto, no me gustaría que se pusiera triste o que se sintiera remplazado.

JuleLaMasitaSuperior.

Me gustaría, pero Eliam suele venirme a buscar y llevarme, a veces.

¿Estas nervioso por el partido de hoy?

Bibiel♡

:| Esta Bien...

Si, va a estar Mi papá y tú mamá junto con toda la escuela y los chicos del equipo confían en mí

No quiero decepcionar a nadie.

JuleLaMasitaSuperior.

No lo harás

Mientras escribo mi siguiente mensaje para explicarlo Biel deja otro mensaje.

Bibiel♡

¿Por qué tan seguro?

Podría responder con un mensaje, como anteriormente lo iba a hacer, pero creo que sería mejor decirlo en palabras que en mensaje porque podría expresarme mejor, asique lo llamo.

Debe ser una respuesta muy profunda como para que me llames—dice en cuanto contesta y sonrío por eso.

— Depende a que llames profundo, lo que si es que puedes ir preparando tu ego porque eres increíble y nadie se va a decepcionar, sueles dar todo de ti en esos juegos y las personas de la escuela te admiran. Suelo escuchar cosas, siempre dicen que ganen o pierdan los va a apoyar...

—No son los demás quienes me preocupan—interrumpe, con un tono ronco. —Las personas que no son parte de mi vida no son relevantes, ni siquiera sus opiniones. Pero me preocupa decepcionar a Mi papá que viene desde Japón; A Belén que hará una cena gratis para todo el equipo; A tu madre que canceló planes para ir; A los chicos del equipo; A ti...

—Tu no podrías decepcionarme, Biel, eres increíble a mis ojos y a los que te queremos. Eres más que un partido que salga mal o que cualquier cosa en la que falles. Tu padre vino desde Japón para verte, si pierdes para consolarte y si ganas para felicitarte, y no es diferente con todos los demás. Además, eres un humano, es normal sentirte nervioso.

—¿Soy un humano? Pensé que era un Dios, por lo guapo que soy—bromea como si esas fueran las únicas palabras a las que prestó atención. —Gracias por llamar y por lo que has dicho, me siento mucho mejor ahora—vuelve a decir, con un tono suave y tranquilo.

—Todo va a salir bien...

—Lo sé, soy el mejor—interviene con diversión en su voz.

—Eres un creído ¿Te lo han dicho? —Biel suelta una risa suave.

—A menudo.

—Tonto.

—Te falta decir que soy un arrogante, presumido y cara de orangután—Me recuerda imitando mi tono de voz de aquella vez en las gradas.

—Oh si, lo siento por eso, no nos llevábamos muy bien—respondo apenado.

—Yo estaba siendo un tonto—Me rio porque es cierto.

—Si, un gran tonto. —No le voy a decir que, mirando en retrospectiva, se me hizo atractivo ese tono descarado y egocéntrico, hasta ahora lo puedo notar—Pero ya no estas siendo un gran tonto.

—¿Y que estoy siendo?

—Increíble, lo he dicho muchas veces ya—No creo estar siendo discreto. Puedo decirles a mis amigos que son increíbles, pero nunca en este tono, nunca como si la palabra fuera azúcar en mi boca, derritiéndose, un tono lento y suave.

—Me gusta escucharlo cuando lo dices tu—suelta. Mis mejillas enrojecen ¿Cómo puede decir eso, Así como si nada? —¿Qué estás haciendo Juju?

Me alegro de que haya cambiado el tema, porque ya iba a empezar a tartamudear.

—¿A parte de hablar contigo? Nada, solo estoy sentado en la silla de mi escritorio—contesto.

—¿Y Antes de eso?

No sé a que vienen sus preguntas, pero de alguna manera me siento expuesto. ¿Qué podría decirle? ¿Qué me demoré casi una hora en la ducha porque tenía una erección por soñar con nosotros en una situación para nada decente?

Suena pervertido solo pensarlo.

—Me estaba duchando ¿Tu, qué haces? —dirijo el tema hacía él, no confío en que no se me vaya a salir alguna estupidez.

—Yo estoy acostado, iba a dibujar, pero no pude hacerlo—confiesa—Me alegra que estés despierto tan temprano.

—A mi t...

—¿Qué tienes puesto? —preguntó dejándome desconcertado.

—¿Ah?

—¿Una de tus bonitos pijamas?

—¿Por qué preguntas eso? —mis cachetes vuelven a enrojecer porque está usando ese tono que me encanta.

—Desde que me contaste sobre tus vestidos me da curiosidad—explicó. —He pensado mucho en eso, tratando de imaginarlo.

Muerdo mi labio al escucharlo. Ha estado pensando en mí. Le contestaré que sí llevo un vestido, pero sería mejor mostrarle, cuelgo sin decirle nada. Me acomodo el cabello para que salga lindo y tomo una selfie en la que se vea bien el vestido y yo también, en eso Biel me ha mandado varios mensajes diciendo que si ha dicho algo malo y respondo que no. Antes de enviar la foto noto que tal vez el vestido es demasiado corto, si lo pienso bien parece de esas fotos calientes que se mandan las personas cuando son pareja... ¿Si algún día llegamos a ser novios él me mandaría una foto así? Oh no, estos pensamientos de nuevo. Unos tres minutos después me decido por enviar la foto y cuando veo que le llega tiro el celular en mi cama de la emoción.

Pasan unos diez minutos sin respuesta hasta que Biel me llama y dudo bastante antes de responder.

¿Y si no le gustó?

Lo más probable es que no le guste ver a un chico en vestido. Borro la foto, aunque sea demasiado tarde porque ya la ha visto, y no respondió nada.

Dios ¿En qué estaba pensando?

—Vuelve a enviarla, por favor—pide en cuanto contesto.

—¿Por qué? Pensé que no te había gustado—comento con sinceridad.

—¿Cómo podría no gustarme?

—Soy un chico, un chico con un vestido...

—Hermoso. Se te ve muy bien, me gusta, demasiado—menciona casi como un susurro, pero me alegra de sobre manera escucharlo.

—Gracias, a mí también me gusta, aunque es un poco corto—juego con mis dedos mientras hablamos.

El hecho de que no me tenga que esconder o aparentar algo que no soy cuando estoy con Biel es fascinante, porque siempre que me imaginaba con una pareja pensé que tendría que dejar de vestir así, aunque sea para estar en casa, no es que Biel y yo seamos una, pero si me permito soñar, es lindo pensar que si lo fuéramos a él le gustaría.

—Es pijama, no importa si es corta después que sea cómoda—comenta, asiento, aunque no pueda verme.

—Tienes razón, es de mis pijamas favoritas—Desde ahora lo es.

—Es entendible, me gustan tus muslos y piernas... Digo, son bonitos...ah mierda—Al parecer no quería decir eso, su tono nervioso es una prueba.

Sus palabras logran alterarme porque traté de controlar mi emoción cuando dijo que me veía bien y que le gustaba demasiado, ahora dice que le parecen bonitas mis piernas, porque parece haberles prestado mucha atención como para que soltara eso, él, Biel el chico súper calculador.

—A este paso me subirás el ego, siempre dices que soy lindo—bromeo intentando ignorar las mariposas de mi estómago. —Y que tengo bonitos muslos—alardeo escuchando como se ríe por eso.

—¿Quién dice que tienes bonitos muslos? —la voz de mi mamá me hace dar un saltito del susto. —¿Y por qué estas rojo? Julen... te dije que si tenías pareja...

—¡No! ¡Mamá! Y-yo...yo no tengo pareja—respondo alarmado. Escucho la carcajada de Biel al otro lado del teléfono.

—¡Deja de burlarte! —lo regaño.

—No he dicho nada, Juju—contradice con su típico tono coqueto.

—Deja de llamarme Juju en ese tono—advierto. —Ahora hablamos—le digo antes de colgar.

—¿Alguien más que Biel te llama Juju? Entonces ¿tienes conversaciones picantes con alguien? ¿Tendré que comprar los condones y lubricantes por si acaso? La seguridad es primero—Mi mamá está en el marco de mi puerta con el cabello revuelto, pijama y una de sus sonrisas burlonas que utiliza para avergonzarme.

¿Madre o enemiga?

—Mamá, primero que nada, no digas "picantes"—hago comillas con mis dedos—segundo, no tengo conversaciones de ese tipo, exijo más respeto...

—Eso no es lo que parece—contradice con una sonrisa coqueta en el rostro—Sin embargo, Argelino de la Cruz, no me voy a mater si quieres tener conversaciones picantes porque tienes 17 y sabes lo que haces y con quién...

—Y sé que puedo decirte lo que sea, una mala experiencia o si no sé sobre algo, lo sé mamá—termino por ella. Esta charla la hemos tenido muchas veces desde que cumplí 16 así que me sé de memoria sus palabras.

—Bien, la próxima vez no te rías o hables tan alto, me despertaste—reprocha antes de salir de mi habitación—¡Te llamo para el desayuno!

Me sonrojo por eso, pensé que estaba hablando bajito. Vuelvo a ver mis mensajes, como era de esperarse, hay mensajes de Biel riéndose de la situación. En el desayuno mi mamá me miraba raro por la tonta sonrisa al ver mi teléfono y yo estaría igual si mi hijo se ríe al responderle a su amigo.

Jesús, María y José, ya quiero verlo.

Dejo las rosas frente al locker de Biel con una nota. No la he pegado al ramo, pero no creo que se caiga porque el papel es bastante grueso. Ya han acabado las clases y estoy a punto de irme a arreglar para el partido que es en la tarde. Hoy no pudimos hablar mucho por Daniel y su constante presencia, no obstante, creo que me quedaré con él a dormir así que no hay problema. Admito que fue difícil fingir que no estaba un poco celoso porque lo estaba.


Cuando voy saliendo de los vestidores veo que mi mamá me envía un mensaje diciendo que ya está afuera al mismo tiempo que alguien pasa por mi lado, no noto quien es, pero no importa si es uno de los chicos del equipo porque de seguro le avisarán a Biel sobre las rosas después de todo.

—Dame un beso de buena suerte—pide Biel de la nada. Miro a todos lados para cerciorarme que nadie ha escuchado porque podrían malinterpretar todo.

—Shhh, podrían escucharte—lo regaño a lo que él solo me da una mala mirada.

—No te pude ver antes del partido porque al parecer tienes costumbre de balacera—reprocha, por mi parte hago una mueca de confusión —Me escuchas o ves cerca y sales corriendo—explica y me echo a reír. No debería hacerlo, Biel tiene un punto con respecto a eso, le salí huyendo porque pensé que querría hablar del ramo y me daba miedo una respuesta negativa por eso. Curiosamente no lo ha mencionado desde que empezó el medio tiempo y me arrastró a la parte trasera de la cancha.

—Déjame. No te estaba huyendo—miento, pero lo hago muy mal. Biel me mira como "Sí, dime otra mentira" —Además los besos de buena suerte se dan al principio de un partido.

—Si quieres irte por ese lado recuerda que no pude pedirlo gracias a que estabas huyendo—contradice con justa razón.

—Los amigos no se besan—le recuerdo con obviedad.

Biel rechista y me mira como si yo le estuviera mintiendo.

—Gracias al cielo que no es así—murmura con una mueca de alivio.

—Pero nosotros somos...

—No creo que realmente pienses que somos solo amigos—me interrumpe remarcando esa palabra. Sus palabras me dejan sorprendido y emocionado.

—¿Entonces qué, si no amigos? —cuestiono curioso y sonrojado.

—No voy a hablarte de esto aquí, pero prometo que lo haremos antes de que acabe la noche ¿Estas bien con eso? —Asiento como respuesta, claro que lo estoy. —Ahora sí, me das mi beso—exige con las manos en su cadera.

Niego con la cabeza para molestarlo un poco a lo que Biel me mira con soberbia por la mueca caprichosa en mi rostro. Sé que tiene un punto porque es obvio que ninguno trata así a sus amigos, pero yo tengo mi razón, esto es cosa de parejas y me niego a besarlo, aunque sea en la mejilla como la otra vez.

Aunque... tal vez un abrazo esté bien.

¿Cierto?

—Lo haré—aviso antes de acercarme y abrazarlo. —Un abrazo de buena suerte—susurro. Biel suelta una risita, pero pasa sus brazos por mi cintura para abrazarme. Incluso con esto, que puede parecer muy poco, yo tengo el corazón acelerado y ese reconfortante calor en mi pecho. De las mejores sensaciones sin dudas.

—Estoy sudado—murmura sin separarse y subiendo una de sus manos por mi espalda.

—No me importa—respondo sin apartarme. Es cierto, no me ha incomodado ni un poco ese detalle. Creo que he fantaseado tanto con él y su uniforme que no es importante. Sigue oliendo a colonia el desgraciado.

—El año pasado le dijiste a Luka que no te gusta el sudor.—recuerda y lo miro confundido.

—¿Cómo sabes eso? —Biel toma mi rostro con una de sus manos para que lo mire y la otra la mantiene en mi cintura.

—Te lo dije, que no te hablara no significa que no te escuchara o prestara atención. Sé que no te gusta el sudor, ni siquiera te gusta sudar, en cuanto terminas de hacer tus cosas en el jardín te bañas para quitarlo—aclara con sus mejillas más rojas de lo que estaban en la cancha hace un momento. —Sin embargo, estas aquí, pegado a mi—me acerca más—, sin ninguna objeción.

Es porque me gustas. Lo que no me gusta en mí, en ti me fascina. Casi lo digo, pero la voz de Marco a mi espalda nos interrumpió cosa que me hizo alejarme lo más rápido posible.

—¡Biel ya tienes que regresar!

A diferencia, el recién llamado tiene una cara bastante tranquila ¿Acaso no le importa que nos vean?

—Este hijo de puta, maldito inoportuno—refunfuña—Ya voy—anuncia antes de dirigirse a mí—Tenemos que hablar, no huyas más.

Quisiera que estuvieran en mi posición para que escucharan lo bien que suena su voz cuando ordena algo.

—E-está bien—digo tratando de fingir que no estoy afectado.

Biel revuelve mi cabello antes de irse con Marco mientras que yo me quedo un momento para asimilar todo. ¿No somos solo amigos? Somos más... ¿Le gusto? No, no debo hacerme ilusiones.

Regreso a las gradas con las mejillas sonrojadas a las gradas. De verdad no me suelen gustar las multitudes a menos que esté rodeado por mis amigos. Mi mamá está un poco más atrás con el señor Miyazaki y Belén mientras que yo estoy hasta adelante con Eliam y Hasiel.

—Principito ¿Estas bien? ¿Te ves algo agitado? —pregunta Eliam en cuanto me ve. Me apena un poco que se me note tanto.

—Si, estoy perfectamente—alzo mis pulgares.

Como era de esperar, Eliam no me cree nada.

—Si lo dice—duda. —¿En dónde estaba? Su Madre lo buscaba.

—Estaba con Biel—confieso, no vale la pena mentirle a Eliam, me conoce muy bien.

—Eso explica mucho—concluye mientras me mira y asiente al mismo tiempo. —¿Le gusta? —pregunta en un tono bajo para que solo yo pueda escucharlo.

—Ya lo sabes—respondo con obviedad, mirando a la cancha para ver a los chicos salir.

—Solo quería confirmarlo, no me cae bien Biel, pero te ves tan feliz—Es la primera vez que lo escucho tutearme y me alegra muchísimo eso.

—Gracias... Oh mira, Luka lleva su banda para el cabello—aviso cuando los chicos salen y Luka es el primero. Él no suele usar su banda, pero supongo que dejar crecer su cabello lo obliga a usarla.

En eso noto una mirada nueva en Eliam mientras ve a Luka, nunca había mirado algo así hasta ahora, no puedo descifrar que es, pero me parece curioso, aún más por la sonrisa en el rostro de Luka cuando nota la mirada de mi otro amigo.

Me sentí incómodo con eso, no lo voy a negar.

Tampoco voy a negar que quiero mirar a Biel, porque solo Diosito sabe que disfruto verlo con el uniforme como nadie en el mundo. Soy un débil dirijo mi vista al susodicho, que ya me estaba mirando para luego mirar más arriba en las gradas y saluda, supongo que a Mi madre y a su papá.

Probablemente mis piernas temblaron al verlo jugar desde que empieza el segundo tiempo hasta que se acaba con nuestro equipo de ganadores. No me gusta el ruido que eso causa, pero si me agrada la sonrisa en el rostro de Biel cuando nota lo argullosos que estamos de él.

Bajo a la cancha para felicitar a Luka y Biel. El primero en cuanto me ve se me acerca saltando lleno de energía como si no hubiera jugado cuarenta y cinco minutos seguidos corriendo.

—¡Ganamos Hermano! —grita en mi oído cuando me abraza.

—Felicidades, sabía que podrías ¿Y que fue ese gol tan sorprendente? —lo alago.

Luka se ríe separándose de mí.

—Julen, ese gol entró de milagro, me alegra que no sepas tanto de fútbol—dice mientras se sigue riendo.

—Ay, para mí ya es sorprendente que puedas patear un balón sin irte a la mierda, ya sabes que soy experto en eso—digo con diversión. Recuerdo todas las veces que intentó enseñarme y todas en las que falló al hacerlo.

—Bueno mi querido amigo, no todos tenemos ese talento, pero cuando me haga famoso te pagaré para que estés siempre conmigo asique no te preocupes—alardea recargando su cuerpo en mi hombro.

—¿Me vas a comprar?

—¿Sí? No creo que sea difícil que aceptes.

—¿Ahora me estás diciendo fácil? ¿Crees que me vendería a ti?— finjo estar indignado.

—Si, lo creo fielmente—jacta sin dudarlo.

—Entonces estas en lo cierto, ser mantenido es mi sueño —bromeó. Claro que no lo es.

—También mira el lado bueno, mantenido y no tienes que hacer cosas raras—agrega haciéndome reír.

—Serás bobo.

Luka empieza a contarme las cosas buenas del partido y de lo importante que es, ya que esta es de las mejores escuelas y ellos pudieron ganar de una manera tranquila y por una buena diferencia de 4-1 lo cual es un gran número. Minutos después mi mamá viene con unas botellas de agua con el señor Miyazaki y Belén, parece que no encuentran a Biel porque está con el equipo.

Lo que me sorprende es la conversación de Luka y mi madre.

—...le dijeron que tiene bonitas piernas y él reído ¿puedes creerlo? — Sé que lo dice para molestarme, pero lo que me molesta es la mirada interrogativa de Luka.

Dios ¿Cómo le explicó sin que suene mal? Decirle: Hey, solo le mande una foto mía en un vestido de pijama súper corto y dijo que tenía bonitas piernas y me sonrojé, no sé porque la envié, pero podría ser porque tuve un sueño húmedo con él, pero todo tranquilo.

—No, no puedo creerlo ¿Quién le estará mandando esos mensajes? —le sigue el juego.

—Déjenme —les digo tratando de sonar molesto, aunque ellos me ignoran rotundamente.

—No lo sé, pero ahora en la fiesta me lo cuidas de ese chico—continua mi mamá.

—¿Cómo sabes que es un chico?

—¿Es un chico? Le dije que lo soltaría señora Liliana—Me avergüenzo cuando me doy cuenta de que he caído en su trampa.

—Ay, no puedo creerlo, nunca pensé que viviría el momento de tener que darle la charla a mi hijo y saber que utilizaría los tips—se lamenta y hasta el señor Miyazaki se ríe junto a Belén.

—Julencito lleva al chico que te dice eso al restaurante para darle el visto bueno—sugiere Belén con una sonrisa tan maliciosa como la de su hermano. Me da un escalofrío su parecido.

En mi cabeza respondo lo que ha dicho con un sutil y lindo: Ya lo conoces, es tu hermano el que no para de decirme cosas así.

—Señoorr ayúdeme—le pido al señor Miyazaki juntando mis palmas, a lo que él solo se encoje de hombros y se ríe mientras le dice algo a Belén en japonés.

No que fue, pero Belén vuelve a reír con malicia y busca algo en su teléfono. Pero sea lo que sea no ayuda porque Se siguen burlando hasta que llegan Luciana y Eliam explicando que Rebecca se fue primero. Tal vez hable con ella en la fiesta. Ya no quiero estar así, soy débil y quiero a mi amiga devuelta.

—... ¿Entonces te dijeron que tenías bonitas piernas? Yo te lo dije una vez, es cierto—Miro mal a Luciana cuando la escucho decir eso. —Dime ¿Quién es el afortunado que las vio con tanto detalle?

—Los odio, a todos—menciono bajito, aunque todos escuchan. No les puedo decir, y sé que todos me están molestando porque se deben hacer una idea de quien es.

—¿Lo conocemos? —pregunta zarandeando mi hombro.

—N-no—miento mientras me sonrojo.

—Si lo conocemos, pero no nos digas si no quieres...

—Gracia...

—Igual lo vamos a averiguar, eres súper indiscreto—termina de decir. Le saco el dedo medio a lo que ella se pasa las manos por los muslos y las piernas para burlarse.

Luka, quien estaba hablando con Eliam un poco apartado, nos señala a Biel con una sonrisa y seguido le aplaude.

—Aquí nuestro capitán, el que nos llevó a la victoria—Luka finge el tono de un presentador y todos lo felicitamos. Luciana incluso le chifla.

Biel sonríe por eso, y me alegra ver lo feliz que se encuentra cuando su padre, Belén y mi mamá lo felicitan y lo abrazan pasé a estar sudado sin ningún tipo de incomodidad. Cuando se separa de mi madre me mira y le susurró un "te lo dije" a lo que asiente.

Y todo estaba perfecto, incluso Marco se nos unió y enseguida se llevó bien con mi madre, Eliam compartió unas cuantas palabras con Biel, todo se sentía demasiado bien. Demasiado, hasta que apareció Daniel con una sonrisa tímida en el rostro y oh, con un ramo de seis rosas demasiado iguales a las que yo elegí para Biel está mañana. Se las ofrece frente a todos alegando que son de su parte, Biel las recibe con una sonrisa que me hace incapaz de decir que son mías y que él chico a su lado es un mentiroso.

Mientras Biel le presenta a Daniel a su padre y hermana, a mí se me revuelve el estómago del enojo al grado que estoy a punto de llorar, no me gusta sentirme así por esto. Es horrible la sensación y el mal sabor de los celos.

Por suerte Luka lo nota y dice que lo acompañe a cambiarse porque de seguro no habrá nadie y no quiere estar solo. La cara de Biel al verme irme pudo a ver sido peor, porque fue tan lastimera y confundida, como si fuera a venir tras mí en cualquier momento.

—No hay nadie, sácalo todo—dice Luka cuando termina de verificar que no haya nadie.

—Los rosas las dejé yo, ese niño es un mentiroso, estoy seguro de que le quitó la nota que deje—empiezo a decir enojado mientras intento con todas mis fuerzas no llorar— lo más injusto es que no tengo el valor para decirle a Biel—finalizo limpiando las lágrimas que terminaron por salirse.

—¿Por qué? Lo justo sería decirle para que sepa qué tipo de persona es—opina mi amigo revolviendo mi cabello para reconfortarme.

—¿Viste sus ojos? Está realmente feliz, no soy capaz de decirle y arruinar su sonrisa—confieso jugando con mis dedos.

—No, no lo vi, pero estoy viendo los tuyos y no mereces sentirte así—Luka tiene su semblante bastante serio cosa que no pasa muy seguido.

Sus palabras me ayudan bastante, a decir verdad, no creo que le diga a Biel, pero sería lo justo.

—Lo pensaré, pero gracias, Luka, eres un Sol—le doy un abrazo porque lo merece, es el mejor amigo del mundo.

—De nada, me lo vas a pagar otro día —susurra en mi oído.

Las cosas no mejoraron ni un poquito. Luego de que Luka se cambiara se fue con el equipo y las animadoras a la cena que preparó Belén, yo estaba invitado, pero Daniel iba a ir y de pronto se me quitan las ganas de comer. Por eso me quedé con Eliam, Hasiel y otros chicos de la escuela arreglando todo para la fiesta en casa de los gemelos.

Justo ahora todos han regresado lo que significa que la casa está un poco llena, hay música y huele a alcohol. No es mi escenario favorito como lo he dicho incontables veces. Así que como siempre estoy en la cocina, porque siempre está vacía, tomando uno de mis zumos de naranja que son lo único que iguala la amarga sensación que he sentido la mitad de la noche.

—Hola Julen—una voz suave y dulce que conozco muy bien me saca de mis pensamientos. Cuando alzo la vista veo a Rebecca con una mueca apenada, dudando en acercarse o no.

—Hola Rebecca—devuelvo sin saber que más decir. Ella se ve muy linda hoy (Como siempre) con su vestido de flores, está vez amarillo y una coleta alta.

Esto es incómodo, no creo que ninguno sepa como acercarse sin hacer algo vergonzoso.

—¿Puedo estar contigo aquí? —Asiento despacio. Mi respuesta parece alegrarle demasiado porque se sienta en uno de los bancos con entusiasmo cosa que me hace sonreír.

Ninguno vuelve a decir algo bien, hasta que noto que mira mucho un galón de agua, así que supongo que tiene sed. Lo agarro y le sirvo un vaso.

—Gracias Julen.

—De nada.

Ella se toma el vaso de agua de un solo tirón antes de girarse en la silla y mirarme de frente.

—Lo siento mucho por todo, no quiero que estemos peleados, Julen, eres mi mejor y único mejor amigo que tendré—dice demasiado rápido.

Aquello me enternece bastante asique decido darle un abrazo.

—Está Bien, ya te extrañaba—le digo separándome. Ella parece desconcertada por mi respuesta.

—¿Solo eso? ¿No vas a regañarme?

—Eww no, yo creo que sabes que estuvo mal y confío en ti, sé que no fue tu intención lastimarme, está bien—respondo con calma. Rebecca parece querer llorar y no me da tiempo de preguntar porque me abraza tan fuerte que me deja sin aire.

—Oh Julencito, no sabes cuanto te extrañaba.

—Yo igual princesa—Es tan reconfortante volver a hablarle, más de lo que creí que sería. —Ahora tienes que contarme como te va con Hasiel, quiero detalles de cómo empezó—comento a lo que ella se ríe y sonroja al mismo tiempo.

Su historia es bastante linda, son una pareja hermosa. Y su mirada iluminada cada vez que menciona los buenos momentos me alegran demasiado. Estar con ella hace que olvide todo lo que había estado sintiendo. Como si aliviara el ardor en mi estomago porque la alegría que siento por ella es mucho más fuerte que cualquier cosa.

Una medía hora después le aviso que subiré para ir al baño y Rebecca se va a buscar a su novio.

Debí quedarme con las ganas de ir al baño.

Está vez no hay gente teniendo sexo, eso hubiera sido mejor. Lo que si veo es la puerta de la habitación que está frente al baño abierta. No iba a husmear, solo escuché murmurios que no llego entender de voces que, si conozco, una de ellas había alagado mis piernas está mañana.

Tampoco debí mirar porque nada de lo que ocurriera en esa habitación era de mi incumbencia. Sin embargo, tuve la desdicha de ver como Daniel se puso de puntillas para besar a Biel en los labios y eso es lo único que veo antes de salir corriendo a la habitación de Luka y echarme su cama. Ni siquiera puedo llorar del shock.

Me siento como un tonto.

Quisiera llorar, pero lo único que puedo hacer es enojarme y sentirme traicionado. Aunque no quiera todos los recuerdos bonitos de la última semana se manchan por lo que acabo de ver.

Es extraño y horroroso. Nunca me había sentido así antes, es una sensación que odio por completo. Es tan autodestructivo lo que siento que se repite en mi cabeza como disco rayado, y no solo su beso si no todos los momentos desde que llegó porque mentiría si dijera que no he estado pendiente.

¿Y si todo era un engaño? ¿Biel sería capaz de hacerme algo así? No creo, pero justo ahora no sé qué creer. Solo sé que mi pecho duele como nunca antes había dolido.

Estoy tan lleno de emociones que donde esté solo con él le voy a soltar todo porque no me puedo quedar callado o mentirle y de seguro va a notar que no quiero hablarle.

Quisiera decirle y preguntarle lo que acabo de ver, pero no tengo el valor ni las ganas, aun cuando hay una muy pequeña parte de mí que lo pide. Porque si Biel y ese chico tienen algo y yo solo fui un tonto al menos quiero saberlo de él. No importa si alguien lo niega, o lo confirma. Si no es Biel no podré creer nada.

Me paso una hora completa pensando cosas que no me harán sentir mejor hasta que Luka abre la puerta. Al verme me mira confundido y no es hasta este momento que me echo a llorar.

Escucho sus pasos acercándose y lo siguiente son sus brazos rodeándome en un abrazo.

—Ya van dos veces en una noche que lloras ¿Tengo que golpearlo? Tu solo avísame porque tengo que preparar las piernas para salir huyendo después—Eso me hace reír entre lágrimas.

Doy las gracias por tener a Luka conmigo. No podría tener un mejor amigo. Él se queda conmigo una hora más hasta que decido que no vale la pena amargar todo el ambiente.

Volví a hablar con Rebecca, a Luciana no le cabe una gota más de felicidad en el cuerpo, Luka por fin está avanzando en el fútbol, Eliam parece ser más feliz que nunca y yo quiero ser parte de su alegría.

Todo lo que haré esta noche es estar con ellos. Lo demás no importa. 


Nota de autora✨🎀

Holaaa 🌸

Uff un capitulo con mil emociones.

Bueno les tengo que decir que tal vez me demore un poquito con el próximo, pero en hora buena, el siguiente es el final de la primera parte de la novela, no queda demasiado para el final definitivo.

Sin màs que decir...

NOS LEEMOS PRONTO🌻

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