16. La Flor que me recuerda a ti
Julen
Domingo
12:30 p.m
Amo los sombreros grandes que sirven de manera perfecta para estar en mi jardín sin quemarme por el fuerte sol. Llevo varios días sin dedicarme plenamente a mi jardín y plantas asique hoy, como antes, vuelve a ser domingo de jardinería.
Además mi mamá no estará en todo el día porque tiene mucho trabajo asique tendré la casa para mi solito.
Riego mis veraneras y me aseguro que la tierra no esté demasiado mojada. No se me vayan a ahogar. Seguido riego mis claveles, les pongo abono y verifico que no tengan ningún tipo de hongo o mala hierva. Así hago con mis Petunias, Boca de Dragón y Verbenas, que no necesitan tanta agua, pero igual tengo que asegurarme que todas estén bien.
En eso noto que a mis Geranios ya han florecido y enseguida les tomo una foto. Que cositas tan bonitas.
Hace como un año planté unos rosales y he sido bastante cuidadoso con ellos porque no quiero hacer nada mal. Son flores que pueden crecer en el sol aunque necesitan de la sombra, también requieren constante brisa y Fresco. Por suerte el jardín de mi casa es inmenso, como hay una parte donde hay un árbol que cubre los rosales casi todo el día, dando la sombra que necesitan, pero, a su vez, deja que les dé el sol como debería ser. Además esa zona esta un poco elevada, siempre hay brisa, sin contar que puse varios molinos por si acaso.
Ahora que veo los rosales creciendo y viéndose hermosos me enorgullece bastante mi trabajo. Son muy difíciles de plantar porque necesitan una tierra arenosa, no deben haber muros cerca, hay que hacer un hoyo inmenso y abonarlo lo mejor posible cosa que cansa bastante, y a medida que pasa el tiempo podarlo y quitar todo lo que esté muerto. Para este tiempo están volviendo a crecer.
Cuando son las dos de la tarde termino de darle mantenimiento a mis plantas y flores asique me toca ir a ver mis cultivos y recoger lo que ya se puede comer. Esa zona es un poco más alejada asique me toca caminar un poquito. De vegetales tengo Tomates, Brócoli, pimientos, cebollas y repollo. Frutas tengo papaya, un naranjo, aguacate y guayaba. Es bastante a decir verdad, tanto que a veces me abruma un poco, pero en cuanto veo los resultados me siento muy en paz.
Como tengo bastante tiempo de no venir a esta zona, ya que mi mamá y yo hicimos un sistema de regado automático hace dos años, noto que todo está lleno. Es increíble lo bien que ha crecido todo. Traje una canasta para recoger las cosas listas, sin embargo, necesitaré una carretilla. Empiezo con las papayas, seguido con las naranjas y así con lo Demás, de frutas a vegetales.
Son casi las cinco de la tarde cuando termino de recoger y hacer todo. Y se hacen las seis y media cuando termino de almacenar todo en la nevera.
¿Debería regalarle a Biel? Belén querrá cocinar con productos frescos.
En eso suena mi celular, y contesto sin mirar el nombre hasta que Biel aparece en la pantalla.
Entiérrenme con mis plantas por favor.
Me miro a mi mismo en la pantalla y estoy todo sucio y tengo este sombrero gigante en la cabeza que no se ve nada atractivo... Espera ¿atractivo? No tengo que verme atractivo.
—Julen—me llama por mi nombre y prefiero ponerle atención.
Grabe error, tan grabe como echarle demasiada agua a un cactus.
Es tan malo con mis nervios.
¿Acaso no piensa en mi bienestar? ¿Cómo me llama así? Biel está acostado en su cama sin camiseta y tiene audífonos de cable que recorren su cuerpo... Por todas mis flores, señor ayúdame.
—H-hola—saludo mirando la nevera.
—¿Estas bien? —pregunta.
—Si, ¿Por qué lo dices? —Que bonita la nevera.
—Porque me interesa saber como estas, eso es todo—responde, siento mi rostro calentarse al instante.
Es porque somos amigos.
—Estoy Bien ¿Por qué me llamas?—cambio el tema. Por inercia vuelvo a mirarlo, de verdad hace bastante ejercicio.
—Quería hablar contigo ¿Qué estás haciendo?
—Estaba en mi jardín, justo acabo de guardar todo lo que recogí, de hecho estaba pensando en darle algunas cosas a Belén porque es tanto y no quiero que se dañe—aprovecho para decirle, vuelvo a desviar la mirada hacia la mesa está vez. —¿Y Tu?
—Yo acabo de terminar un streaming, y si sería buena idea, puedo ir a buscar las cosas—habla con un tono algo ronco.
—¿Cómo te fue con el Streaming? —Biel sonríe y supongo que le ha ido bien.
—De maravilla, de hecho es el día que más gente se ha conectado—dice con bastante emoción.
—Eso es increíble, cuando te hagas súper famoso no me olvides—bromeo.
—Tal vez, pero no te preocupes, te enviaré una foto firmada—me devuelve.
Le saco el dedo medio. Es un bobo.
—Ambos sabemos que no será así, soy inolvidable—juego en un tono egocéntrico. Biel no responde de inmediato, pero cuando quiero preguntar escucho que se rie.
—¿Y yo soy el egocéntrico?
—Si, definitivamente tu ego es de otro mundo.
—Te dejaré ganar esta vez porque no sé que responder—me dice con una sonrisa fanfarrona.—¿Ya comiste?—¡Cierto! No he comido, se me había olvidado porque estaba en mi jardín.
—No, aun no, se me olvido—respondo apenado.
¿A quien se le olvida comer?
—¿A que hora desayunaste?
—A las nueve de la mañana.
—¿A las nueve?—repite y asiento. —Y ya casi son las siete de la noche—vuelvo a asentir.
...
—¿Qué quieres comer?—pregunta mientras se levanta de su cama, supongo. Es lo que parece.
—¿Por qué preguntas?
Me da una mala mirada a través del celular.
—No has comido en todo el día, por Dios Julen, te llevaré algo de comer—me explica con cierto reproche en su voz. —Y no te atrevas a negarte—advierte.
Si él lo dice.
—Quiero Pizza, con bordes de queso, por favor.
—Lo que digas, ¿y de postre?
—Eso es demasiado...
—¿Helado de chocolate con galletas? ¿O prefieres galletas de esas caseras que vende la señora de la esquina?—me ignora.
—Las galletas de la señora—menciono bajito.
—Bien, llego en un momento.
Y cuelga.
¿Qué fue eso? Si hubiera sabido que traería postre no hubiera pedido la pizza con bordes de queso porque es más económica. Sé que tiene mucho dinero, pero me da pena de todos modos.
Hablando de pena, tengo que bañarme antes de que llegue. No me puede ver con estas fachas que vergüenza.
Por suerte la casa está limpia asique no debo preocuparme por eso.
Me bañé hasta con jabón de rosas para oler bien. No sé porque tengo esta necesidad de estar bien. Incluso elegí mi pijama más bonito.
Aunque no lo entiendo, tiene mangas largas, pero es como un top, y el pantalón también es corto, Llega hasta un poco más arriba de la mitad de mis muslos, lo bueno es que es algo holgado lo que lo hace cómodo. Sigue siendo lindo por el color celeste pastel, pero en caso de estar en un día muy frio seria la peor opción del mundo.
Algo que me gusta es que se ve mi abdomen y mi cintura, en serio me gusta muchísimo.
Con mi cabello no pude hacer nada más que levarlo y poner algo de crema, por suerte salí del baño hace unos veinte minutos y se secó. Por eso se ve normal. Quisiera ponerme unos ganchitos, pero no sé si sea lo mejor. La última vez que usé unos dijeron que se veían demasiado femeninos, y creo que es suficiente con la pijama que compré en el departamento de chicas, las de chicos se veían un poco más toscas y de colores aburridos, sinceramente me gustan más con colores bonitos.
Antes de que pueda seguir lamentando la falta de cosas lindas en el departamento de hombres escucho el timbre sonar varias veces. Me levanto de mi cama enseguida, busco el puf gigante en forma de Flor que me regaló mi mamá el día que llegué de la excursión, es difícil bajar las escaleras con el, pero en cuanto lo hago lo dejo en medio de la sala y corro a abrir la puerta.
Biel está ahí con unas bolsas en una mano y en la otra la caja de pizza. Tiene una camisa negra holgada que tiene los primeros tres botones abiertos, un pantalón del mismo color de tela, y unos tenis blancos. Su cabello se ve bastante revuelto lo cual se me hace lindo.
—Hola Juju.
—Hola—lo saludo. Siento su mirada recorrer mi cuerpo y enseguida me avergüenzo. —Pasa y déjame ayudarte.
Él deja de mirarme y asiente dándome la caja de pizza. Ay, que bien huele, hasta ahora me doy cuenta de el hambre que tenia.
Ambos vamos hacía la sala y el acomoda las bolsas en la mesita que está al lado del sillón.
—¿Y eso?—lo escucho preguntar, no sé a que se refiere hasta que noto que es por puff en medio de la sala.
—Oh eso, es para que alguno de los dos se siente ahí, es bastante cómodo.
—Entonces siéntate ahí, yo me quedare en el sillón, justo frente a ti para cerciorarme de que comas bien—menciona.
Decido hacerle caso y me tiro en el puf con la caja de pizza.
—Gracias por venir—agradezco mientras me acomodo hasta sentarme.
—De nada.
Cuando abro la caja y el olor de la pizza inunda el ambiente, creo que se me ha salido la baba. Tomo un pedazo, olvidando que tengo compañía, creo que en dos mordiscos ya no hay casi nada.
Jamás una pizza me había sabido tan bien.
—Me alegra que te guste tanto—observa Biel, y recuerdo que está aquí. Como no puedo hablar porque tengo la boca llena, le ofrezco otro pedazo de pizza pero el niega con la cabeza—Es solo para ti.
Acomodo la caja en mis piernas y trato de masticar lo más rápido que puedo, pero ya sabemos que soy demasiado torpe y me empiezo a ahogar. De reojo veo a Biel arrodillarse a mi lado y darme agua de una botella. No sé de donde la ha sacado, pero me siento muy aliviado.
Biel tiene una expresión preocupada a mi lado, y parece más agitado que yo.
—Ya estoy bien—lo tranquilizo y asiente sentándose en el suelo.
Suelta un suspiro de alivio.
—Casi me matas de un susto.
—Lo siento—me disculpo tomando otro pedazo de pizza. —Está vez comeré más lento—aviso con una sonrisa.
Biel no responde, pero en su lugar, acerca su mano a mi cara y siento como pasa su pulgar por mis labios y la comisura de estos. Siento toda la sangre de mi cuerpo subirse a mi cara.
—Tenias una mancha de salsa—explica con una sonrisa coqueta.
Oh Dios.
—G-gracias—balbuceo apenado.
Biel se queda en el suelo recostado en el puf mientras me enseña videos de su celular. Durante todo el rato trato de ignorar el hecho de que siento que me mira muchísimo, no es que me incomode, todo lo contrario, pero me pone tan nervioso, sé que no es porque quiere pizza porque de todas las veces que le ofrecí dijo que no. Me siento lleno cuando faltan tres pedazos más, pero era una regular y no puedo solo.
—Ya no puedo más —me quejo cerrando la caja.
Biel se echa a reír, y creo que se ve hermoso cuando está feliz. Él me quita la caja y se levanta para dejarla en la cocina. Me recuesto en el puf a medio sentar. Desde que pasó lo de Rebecca no me siento tan bien, pero Biel con su sola presencia me pone de buen humor. El día de la excursión la pasé increíble con él, tanto como cuando estoy con mis amigos. Tengo sospechas de lo que podría ser, ya lo he sentido, pero si soy sincero me da miedo a que vuelva a ser como antes.
—Deje la pizza en el microondas, por si quieres comerla más tarde—me avisa Biel cuando llega a la sala. No respondo porque solo quiero mirarlo. —¿Tengo algo en la cara?—cuestiona tocando su rostro.
—No, solo te miro y ya—Biel asiente despacio.
—Bien, ya sé que si me desgasto será tu culpa—señaló con esa sonrisa coqueta que podría derretir a cualquiera.
Entonces también se queda mirándome sin decir nada.
—¿Qué haces?
—Te admiro.
—¿Umn?
—Te admiro—repite. —Eres muy bonito, tu pijama también, me gusta—confiesa como si nada. Como si sus palabras no estuvieran acabando conmigo.
—¿Me estas coqueteando?—bromeo ignorando los latidos de mi corazón.
—¿Tu crees? ¿Quieres que lo haga en serio?—insinúa y niego varias veces con una sonrisa divertida. —Quiero tomarte una foto ¿puedo tomarte una foto?
—Si—respondo casi de inmediato, me gusta la idea de que tenga una foto mía en su celular. Me ordena que sonría cuando va a tomar la foto y eso hago. —Ven, ahora tómate una conmigo—le pido y más demoré en decirlo que Biel en hacerlo. Me hago a un lado para que se acueste a mi lado.
Como Biel es más alto, apoyo mi cabeza en su hombro y sonrío con los ojos cerrados. Me acomodo mejor para la otra foto, pero como no sé que hacer se me ocurre la peor idea del mundo, besar su mejilla. A este paso vamos a parecer una pareja.
Biel me enseña las fotos que ha tomado y en todas salimos muy bien. De hecho, empezamos a tomar un montón de fotos, tal vez para compensar las que no pudimos tomar, pero me encanta. Algunas son muy tontas, como nosotros haciendo caras raras.
En eso mi teléfono empieza a sonar en el tono que le he puesto a mi mamá y me apresuro a contestar en la cocina.
—Hola mamá.
—Hola Julencito ¿Qué estás haciendo?—pregunta al otro lado de la línea.
—Estoy con Biel, vino a hacerme compañía—respondo.
—Oh, Biel está ahí, dile que se quede a dormir, yo no iré esta noche—me avisa.
—¿Y eso?
—Tengo una cita, con la compañera que te dije.
Uy
—Entonces buena suerte.
—Bien, duerme temprano, recuerda cenar, y poner la alarma, no te vayas a quedar dormido. Deje suficiente dinero en el cajón, toma un taxi para ir a la escuela—indica.
—Está bien María Córdoba, te amo.
—Adiós Alejandro Antonio, también te amo.
En cuanto cuelga vuelvo a la sala y noto que Biel está acostado en medio del puff y no deja espacio para mi.
—¿Quieres quedarte?—inquiero intentando moverlo. —Mi mamá no vendrá hoy y sinceramente no me gusta quedarme solo de noche—admito.
Biel sigue sin moverse, es más parece que mis empujones no le hacen nada.
—Sí, me quedaré—acepta, toma su teléfono y escribe algo en el, escucho que las respuestas llegan bastante rápido. —Ya le avise a Belén—anuncia mirándome.
—Dame un espacio—le pido.
—No, estoy muy cómodo —se niega con una mueca juguetona en el rostro.
—Vamos, no es justo, yo estaba ahí antes que tu—reproche empujando su rostro.
—Si vas a ir por ese camino, entonces yo puedo decir que te fuiste, y perdiste—me devuelve y no tengo demasiado que contradecir.
—Gordo—le digo en broma sin nada más que decir.
—Ambos sabemos que no lo soy—Agarra mi muñeca y la pone en su abdomen. —¿Sientes eso? Es resultado de hacer ejercicio—presume, y quien no con ese cuerpo. Se siente duro y firme, por alguna razón me gusta.
—Bien, tu ganaste—declaré alzando mis manos en son de paz. —Tienes todo el derecho de presumir. A mi me dijeron que estoy muy delgado, pero comó mucho y no subo de peso, y eso no significa que no sea fuerte, estoy acostumbrado a cargar cosas pesadas por mi jardín, solo soy así.
Biel como aun tiene su agarre en mi muñeca me jala para que me acueste con él, bueno estoy casi sobre él, otra vez. Incluso una de mis piernas a quedado entre las suyas.
—Y así estas perfecto, como te sientas cómodo estas perfecto—murmura en mi oreja.
Mi corazón empieza a acelerarse, madre mía, ¿por qué tiene que decir cosas tan lindas? No tengo nada que decir, asique solo escondo la cabeza en su cuello y me acerco más a él. Me estoy dejando llevar por la situación, y ver que Biel parece hacer lo mismo me tranquiliza.
Él toma mi cintura y me acerca más. Como no quita su mano de ahí yo paso una de mis manos por su pecho para abrazarlo.
—¿Cuál es tu canción favorita?
—No lo sé, en este momento es Fearless de Taylor Swift—respondo sin moverme.—¿Cuál es la tuya?
—Tengo muchas, en general todo AM, pero supongo que Do I Wanna Know?
—Esa canción es muy buena.
—Si, por eso es mi favorita, tengo buenos gustos—dice el muy egocéntrico.
—Que humilde—ironizo.
—Claro, humildad ante todo.
Seguimos conversando de cualquier cosa en general. Después de tanto tiempo de no hablar ahora hay mil temas y cosas por contar. Me rio mucho cuando me cuenta anécdotas de él, Marco y Hasiel, incluso una vez quisieron robarse unos girasoles. Yo también le cuento cosas, como la vez que me desbaraté la vida en una bicicleta con los gemelos y Rebecca.
—¿Y como sigues?—pregunta de la nada.
Ahora estamos mirando al techo y tengo el brazo de Biel como almohada.
—¿Sobre que?
—Lo de Rebecca, hace unos días te veías bastante decaído—aclara con un tono sutil.
—Bien, no puedo odiar a alguien, mucho menos a Rebecca, estoy algo sentido, pero entre más lo pienso menos me molesta. Solo quiero acercarme cuando no tenga ningún mal sentimiento—admito jugando con mis dedos.
—¿Te gusta?
¿Me gusta Rebecca? No lo sé. Me lo he cuestionado mucho, se me hace linda, talentosa, y tengo ganas de protegerla, pero no es un sentimiento demasiado diferente al que tengo por mis demás amigos. Si lo considero, creo que siempre la he admirado, pero no creo que realmente me haya gustado, tal vez solo quería que me gustara.
—No, no me gusta—respondo tanto para mí, como para él.
Lo escucho dar un suspiro de alivio.
—Ya son las nueve, vamos a comer galletas con leche—anuncia mientras se levanta y yo hago lo mismo.
—Iré a servir la leche—aviso yendo a la cocina.
Me duelen los cachetes de tanto reír. Por favor, no sé que estoy haciendo.
Es culpa de Biel que me sienta así. De su cara, su cuerpo, su forma de ser conmigo y le hecho de que me esté consintiendo demasiado.
—¿Necesitaremos platos?—pregunto llegando a la sala.
—No, podemos comerlas del paquete—Biel toma el vaso cuando se lo tiendo y como está sentado en el sofá yo también me siento ahí.
Recuesto mi espalda al brazo del sillón y me acomodo de piernas cruzadas para estar frente a Biel que, también se pone de lado. Me pasa un paquete con tres galletas caseras de chispas de chocolate.
—Huelen muy bien—comento.
—No hay nada mejor que el olor de las galletas caseras—declara y no puedo estar más de acuerdo.
Él también tiene sus galletas y las comemos en silencio. Sinceramente hay algo raro en el ambiente, no sé identificar que es, pero hay un hormigueo en mis manos y cuerpo en general, como si me arrastrara hacia Biel.
Si ustedes pudieran estar en mi lugar me entenderían. Es tan guapo, aun más cuando sonríe, incluso distraído lo es. Sé que es muy popular, lo que es entendible. No es solo que sea guapo, también tiene esa actitud confiada, como si nunca dudara de sí mismo. Y seguro tiene muchas más cosas. ¿Cómo será en una relación? ¿habrá tenido novia? He escuchado de chicas, dicen que besa bien.
—¿A cuantas personas has besado?—curioseo y Biel se atraganta con la leche.
Uhg, que feo suena eso.
Me acerco para darle palmaditas en la espalda y echarle aire. Cuando veo que está bien vuelvo a mi lugar, entonces Biel tiene una expresión medio alarmada en el rostro.
¿Besó a muchas?
—¿A que viene esa pregunta?
—Curiosidad—respondo fingiendo estar tranquilo.
Biel parece pensarlo mucho, demasiado a decir verdad.
—Solo tres personas—me enseña tres dedos.
—¡¿Solo?! Eso es mucho—opino alarmado.
—Es poco si me comparo con Marco que ha besado a media escuela—defiende. —¿Y tu?
—A dos, solo a dos—respondo apenado. El segundo beso ni siquiera lo recuerdo.
—Vaya, que gran diferencia—ironiza mirándome con cierta curiosidad.
—Entonces si solo han sido tres, supongo que los rumores son falsos—deduzco.
—¿Rumores?
—Si, escuché que salías con una chica diferente al mes, y que besabas bien—hablo apenado.
Él suelta una carcajada. Lo miro desconcertado mientras se sigue riendo ¿Qué le da tanta gracia?
—Que tontería, nunca tenido pareja, ni he salido con alguna chica de la escuela, todo es falso—remarca esto ultimo. —Bueno todo excepto algo...
—¿Qué cosa?—pregunto de inmediato.
—Desesperado—murmura con una sonrisa maliciosa, y enseguida me avergüenzo.
—Ya dime—insisto zarandeando su brazo.
—Lo único cierto es que soy bueno besando —se jacta con su típica sonrisa coqueta. Por inercia miro sus labios, son un tanto delgados y carnosos al mismo tiempo, de seguro se debe sentir bien. —¿Cómo han sido tus besos?—Su voz me saca de mis pensamientos.
—El segundo no lo recuerdo muy bien porqué estaba ebrio, pero fue en una fiesta con un chico, si no fuera por Luka no sé que fuera de mi castidad—dramatizo esto ultimo. Biel tiene una expresión un tanto seria, aunque se ríe del drama.
—Me reiría más, pero siendo justo, soy la persona menos indicada para hablar de castidad—comenta.
—¡¿Ya has hecho eso?!—inquiero sorprendido.
—¿Sexo?—pregunta y asiento. —Si, pero tengo mucho tiempo de no hacer nada. Desde enero para ser exacto—explica, un tanto desesperado.
Mi rostro se enseria sin poder evitarlo, no me gusta escuchar eso, sé que es tonto, pero me incomoda mucho.
—Supongo que es difícil.
—Tengo dos manos, me las puedo arreglar solo—reconoció. No capto sus palabras hasta unos segundos después. Diablos, que descarado es. —¿Tu primer beso como fue?
—Ya sabes como fue—murmuro bajito. Biel no tarda en captarla y su rostro se pone serio. No debí mencionarlo, sé que para ambos es un mal recuerdo, pero tal vez más para él.
—Ojalá hubiera sido diferente —expresa y asiento de acuerdo.
—Si tan solo pudiéramos cambiarlo o hacer un nuevo recuerdo—pienso en voz alta y enseguida me arrepiento. Biel me mira medio pasmado. —L-lo siento, solo es algo que me paso por la cabeza, n-no tienes que... ¿pensarlo? Solo ignórame...—balbuceo nervioso.
—No me parece mala idea—habló con calma.
—¿Qué?
—No es mala idea—repite.
Juego con mis dedos nervioso, ¿En serio no le importa?
—¿No te incomoda?— Pregunto, porque creo que solo le gustan las chicas, aunque no me gustaría asumir algo, es de mala educación.
—No ¿A ti?–devuelve y niego. —Ven, siéntate aquí—pide palmeando su regazo. Hago lo que dice, a diferencia de el viernes en el autobús esta vez se siente demasiado diferente. Me siento en sus regazo con mis piernas a cada lado de las suyas, sin embargo, lo hago lo más lejos posible.—acércate Juju—ordena tomando mi cintura para pegarme a él.
Biel mira mis labios y por inercia hago lo mismo; Luego vuelve a mirarme y hago lo mismo, esto se siente como un deja Vú, solo que antes estábamos en su habitación jugando video juegos, nuestras manos se habían tocado por accidente al igual que nuestros rostros, nos habíamos mirado a los ojos y luego los labios, y lo besé, su madre entró y todo se arruinó.
—Ahora nadie va a entrar—susurro para ambos. Biel asiente con una sonrisa en sus labios.
Siento su nariz rozar la mía como una caricia, suave y lenta. Mi corazón esta tan agitado como el de Biel, yo jamás había visto sus mejillas tan rojas, de seguro mi rostro está peor. Por primera vez eso no me importa. Como ha pasado antes, soy yo quien rompo el espacio.
El primer toque es delicado y torpe, hasta que Biel encaja sus labios con los míos. Es dulce y suave, me gusta, no es abrumador, si no que todo lo contrario. Se siente bien. Biel es quien marca el ritmo del beso mientras que yo lo sigo.
Si pudiera describir este momento con un color sería rosado. Incluso podría agregar el rojo por Biel, un poco azul, aunque no sé muy bien porqué, tal vez por la nostalgia por todo lo que pudo ser. Sobre todo blanco, blanco como una bandera de paz en medio de la guerra, porque me da tanta paz en medio de todos los nervios y miedos.
Es cierto que besa muy bien.
Él intensifica el beso, sin que sea agresivo, pero lo hace. Llevo mis manos a sus hombros para sostenerme de algo. Siento que aprieta mi cintura con fuerza y suelto un jadeo en medio del beso. Sinceramente no creo que este fuera el primer beso de dos chicos de catorce, porque la forma en la que sostiene mi cadera y me besa de alguna forma se siente placentera. Contenida, tal vez, porque solo es un beso para remplazar un mal recuerdo, porque ahora cuando piense en mi primer beso será en este.
Cada vez que alguien mencione la palabra "Beso" pensaré en esto, no sé que tan bueno sea, pero lo que sé con certeza es que jamás me había sentido así. No es que haya besado a muchas personas, ya lo dije antes, pero aunque no lo recuerde bien, sé que no es lo mismo. Recordaré todos los colores, los nervios, el calor en mi pecho, sus manos, sus labios sobre los míos, todo lo recordaré cuando lo mencionen.
Nos separamos poco a poco, con la respiración agitada, si alguien nos viera así podría pensar que corrimos una maratón, luego miraría nuestros labios rojos, brillosos, e hinchados y se daría cuenta de lo que en verdad pasó. Voy a alejarme por completo, aunque no quiero hacerlo, pero Biel me vuelve a acercar a él.
Creí que iba a besarme, pero solo me abraza, lo hace con tanto cariño que correspondo el abrazo, no tengo idea de cuánto tiempo nos abrazamos, pero es el suficiente como para quedarme dormido.
Biel me hizo el desayuno en la mañana antes de irse, después de todo ambos tenemos que ir a la escuela. Ni siquiera pude preguntarle si Durmió bien en el sofá conmigo encima. Ninguno mencionó el beso, después de todo era para sustituir un mal recuerdo.
Pero se sintió decepcionante no hacerlo.
Por otra parte es algo positivo, eso significa que seguimos siendo amigos ¿supongo? Digo, yo nunca besaría a Luka de esa manera, me sentiría incestuoso. Sin embargo, con Biel es bastante diferente, debe ser porque me gustaba, es decir que nunca lo he visto como un hermano o algo así, no como a mis demás amigos.
—¿Por qué estas haciendo un puchero?—pregunta Eliam.
Toco mis labios por inercia. No sabía que lo estaba haciendo.
—Oh, no lo sé solo lo hice—respondí.
Como decía, Quiero besar a Biel otra Vez... ah, no eso no. Dios ¿Qué me pasa?
—¿Seguro que estas bien? —habla Luciana.
—Eso, hoy has estado muy distraído—comenta Luka y todos asentimos. Estoy más tonto que de costumbre.
—Lo siento por eso—me disculpo. —Estoy bien, solo estoy pensando.
—¿Hoy vas a comer con nosotros?—vuelve a preguntar Luciana y niego. —¡Nos estas abandonando!—me reclama.
—¡No lo hago! Solo quede en comer con Biel está semana, o hasta que se arregle mi situación con Rebecca—explico jugando con mis dedos.
Como tenemos hora libre antes del receso estamos conversando en el pupitre del profesor. Biel está en nuestro asiento dibujando y escuchando música, como estoy de frente al salón puedo verlo desde aquí, tal vez por eso estoy distraído. Como Eliam fue a buscarme Biel llegó primero y entonces fue cuando me sugirió desayunar con él. Además dijo que me ayudaría con educación física que nos toca a última hora, cosa que agradezco porque soy muy malo en la materia.
—Ese egocéntrico me está robando a mi Julencito—refunfuña Luciana, Luka y Eliam se echan a reír por eso y yo también.
—Nadie podrá apartarme de ti bonita—bromeo con un tono coqueto, como el que usa Biel.
—¿Me estás siendo infiel?—dramatiza Luka poniendo una mano en su pecho. —Jamás lo esperé de ti, Marco Antonio.
—Lo siento, José Luis, no lo quise hacer—le sigo el juego. —Fue un desliz.
—¿Entonces fui un simple desliz en tu miserable vida?—se une Luciana.
—¡No! Escúchenme yo jamás quise hacerles daño, pero no pude resistir la tentación de estar contigo—señalo a Luciana— Y no te lo dije porque no quería dañarte José Luis—esta vez me dirijo a su gemelo. —En vez de pelear Mejor nos besamos.
La carcajada de Eliam interrumpe nuestro drama y todos nos reímos con él. Seguimos tonteando entre nosotros los siguientes minutos, hasta que la campana suena indicando el receso. Mis amigos se despiden para ir a la cafetería y voy hasta mi puesto para buscar a Biel que ya ha guardado sus cosas.
Biel me avisa que tiene el desayuno en su casillero asique lo acompaño a buscarlo.
—...a mi no me germina ni un frijol—explica Biel cuando le insisto en que debe plantar cosas en su casa.
—Yo te puedo enseñar.
—¿Entonces eso quiere decir que iras más seguido a mi casa?
No es mala idea.
—Si, podría ir después de clases los días que mi mamá trabaja.
—Me gusta la idea, ¿hoy puedes?
—Umn, no, hoy tengo que hacer un trabajo con Luka—Biel hace una mueca de decepción y le doy unas palmaditas en la espalda. —Además hoy tienes practica de fútbol, ¿El torneo empieza el viernes cierto?—asiente resignado.
—Entonces será otro día.
Cuando llegamos al casillero, Biel, empieza a sacar algunas cosas de su mochila, justo cuando toma el desayuno en sus manos un chico lo abraza por la espalda y tumba el tupper.
—Oh, lo siento mucho, prometo que lo compensaré—dice el chico apresurado. Quito mi vista del desastre en el suelo para ver al chico, y enseguida lo reconozco. Es Daniel, era el chico que ayudaba al entrenador del equipo de fútbol. Y siempre estaba con Biel. —Cariño, Salúdame—le dice a Biel. Siento una amarga sensación en el estómago y pecho. ¿Cariño? ¿Por qué lo llama así como si nada?
Biel me mira alarmado y medio pasmado antes de girarse para ver a Daniel.
—Hola, Bienvenido, otra vez—saluda separándose del abrazo del chico. —Si nos apuramos podremos encontrar desayuno en la cafetería—esta vez se dirige a mi.
Estoy apunto de responder, pero Daniel vuelve a hablar.
—Yo resolví eso lindo, te guarde desayuno, vamos a desayunar con los chicos del equipo, no creo que al pequeño Julen le moleste—insiste dándome una mala mirada que Biel no nota. —Hay que ponernos al día.
—Julen...–Me llama Biel.
—Estoy bien, iré con mis amigos—respondo tratando de no ser tosco.
Biel asiente dudoso para posteriormente ser arrastrado por el intruso. Antes de ir con los chicos ayudo a la señora de la limpieza a recoger lo qué tiró el inoportuno. La señora me avisa que llevará a lavar el tupper y lo enviará a mi Salón asique le agradezco antes de irme.
No puedo explicar la cara de mis amigos cuando me ven llegar, me siento entre Luka y Eliam porque desde aquí puedo ver hasta la mesa donde esta Biel. Daniel aun no suelta su brazo, ¿se cree chicle?
—¿Julen? ¿Qué haces aquí?—escucho preguntar a Eliam.
—Se canceló comer con Biel, parece que Daniel volvió y lo secuestró—explico sin despegar la vista de la mesa de enfrente.
—Vaya, que sorpresa, el leoncito, pensé que no lo veríamos más—menciona Luciana.
—Ojala se hubiera quedado en la academia—concuerda Luka.
—No sé quien es, pero parece que yo también debo desear que se hubiera quedado en donde estaba—habla Eliam.
En efecto, a ninguno nos cae bien, la razón es simple, fue muy odioso conmigo, obviamente Biel no sabe eso, pero en su momento era tan odioso que Rebecca y él salieron de pelea. De hecho es mejor que ella no esté aquí.
—Deberías decirle a Biel que no te cae bien—aconseja Luciana.
—Eso ya no me importa—aclaro.
—Entonces ¿por qué en este justo momento lo miras como si lo quisieras matar?—pregunta Eliam.
—Por nada.
En eso, Daniel se acerca tanto a Biel para susurrarle algo al oído, pero casi lo besa, estoy seguro. ¿Él será una de las personas con las que Biel...?
¿Y si es él de quien Biel gusta? Tiene todo lo que Biel dijo. Incluso es mas bajo, no demasiado, pero lo es. Aprieto la tela de mi pantalón con fuerza. No me gusta sentirme así. Es como si tuviera un hueco en mi estomago.
—Si no pasa nada, entonces deja de fruncir el ceño—me ordena Luciana.
Trato de ignorar la mesa de enfrente todo lo que puedo, y comer de lo que mis amigos me dan, pero fallo rotundamente.
Tampoco voy a clases de educación física porqué Daniel ha ido a acompañar a Biel, y la maestra los dejó aunque no estén en la misma clase. Y como no tengo ganas de estar en el mismo lugar salgo a tomar aire.
—Ahora que estamos solos, podrías decirme que te pasa—dice Luka cuando por accidente rompo la pluma en la hoja.
—No me pasa nada—miento, por la mirada de Luka, sabe que lo he hecho.
Estamos ambos tirados en el suelo de mi habitación.
—Entonces ¿Por qué tu rostro esta rojo? Estas muy enojado—deduce y no puedo contradecirlo.
—Es... E-es por ese chico ¡Daniel!—admito exasperado.
—Dijiste que no te molestaba—me recuerda.
—Lo sé, pero no entiendo porqué tiene que estar pegado a Biel como un chicle—Ya, bien, lo dije.
—¿Por eso? ¿Te molesta que esté con Biel?
—Si, iba a desayunar con Biel y... y-y de la nada llegó y tiró nuestro desayuno al suelo—le digo alterado.
—¿A si? Dime más—incita Luka.
—Además es todo un descortés, ni siquiera se molestó en recogerlo, o ayudar a la señora de la limpieza...
—No me digas, ¿Solo eso..?
—No, también me miró horrible y se llevó a Biel como si yo no estuviera ahí...
—Tu lo permitiste, no creo que eso último esté mal—y dolió escucharlo. —Te voy a preguntar algo pero no quiero que lo tomes a mal—avisa Luka y asiento. —¿Nunca te gustó Rebecca cierto?
—¿Cómo lo sabes?
Ahora siento que todos mis amigos saben eso antes que yo.
—Somos hermanos, te conozco, siempre pensé que la admirabas, pensé que te gustaba otra persona—murmura esto ultimo, llamando mi atención.
—¿Quién crees que me gustaba?—cuestiono. A este punto ya no sé que pueda decir.
Luka demora en hablar, como si lo que fuera a decir pudiera ser demasiado.
—Pensé que te gustaba Biel—confiesa. Eso me cae como un balde de agua fría. Me levanto alarmado y muy rojo, y no precisamente de enojo.
—¡¿Qué?!—pregunto Alarmado. Aunque hago lo imposible para sonrojarme igual fallo.
—Primero siéntate que no quiero que tengas un ataque de pánico aquí mismo—pide Luka tomando mis hombros para hacerme sentar en mi cama.
—¿P-por qué crees que me gusta Biel?— Juego con mis dedos nervioso, pero como no es suficiente tomo una de mis almohadas para abrazarlas.
No creo que quiera saber la respuesta, sin embargo, es algo que necesito, no quiero ser ignorante, mucho menos cuando sé que podría ser cierto.
—Empecemos por el hecho de que siempre lo miras y prestas atención a lo que hace, incluso antes de que me contaras lo que pasó entre ustedes pensaba que te gustaba; Segundo, sueles hablar mucho de él; Tercero, el día de la pijamada, estuviste todo el momento rojo como si un tomate hubiera explotado en tu cara, así ¡Pum!—abre y cierra el puño cerca de mi cara—Cuarta, celos, nunca reaccionabas al hecho de que Rebecca estuviera siempre con Hasiel, pero en cuanto viste a Biel con Rebecca te molesta. Otra prueba de esto es hoy, todo iba súper bien, hasta que llegó Daniel, no te gusta ver a Biel con posibles parejas. A eso se le llama celos—finaliza dejándome sin palabras, bueno, de hecho no.
—Eso no significa nada, sobre los celos es normal, me sentiría celoso si un chico se quisiera llevar a cualquiera de mis amigos y alejarlo—contradigo como si eso tuviera sentido.
Luka suspira, y no sé si es de decepción o de cansancio.
—Bien, tendré que hacerlo en tu idioma—murmura.
—¿Ah que te refieres?
—Piensa en que flor te recuerda a Biel—me ordena buscando algo entre mis libros de flores.
Una flor.
De hecho hay una flor que me recuerda a Biel, cada vez que la veo en mi jardín me recuerda a Biel. Una con muchos pétalos con una curva al final, elegante, la más elegante. Bonita y roja, una flor roja, la más roja del jardín.
—Rosa, una rosa—concluyo mirando a Luka.
Él se sienta en la cama con un libro sobre el significado de las flores y me enseña justo en la parte de las rosas.
"AMOR, al ser el más fácil te lo hemos puesto de primero, y es así, la rosa roja significa amor, amor verdadero, de las enamoradas, de la pasión, del fuego, del amor romántico."*
No necesito leer más. Miro a Luka alarmado. Ni siquiera me sirve negarlo como hace un rato, claro que me gusta. No creo que sea algo bueno. Nunca termina bien, sé que es una situación diferente, pero eso no quiere decir que no me asuste muchísimo. Se supone que todo iba a estar bien y seríamos amigos. Supongo que al final nunca dejó de gustarme. Todo se arruinará porque, de seguro, no podre ni verlo a la cara sin ponerme rojo, llegará un punto donde no será suficiente la amista, lo besare mientras estamos en su habitación, el me dirá que tiene pareja, y todo se arruinará.
—Julen—me llama Luka. —No llores...—no lo sigo escuchando porque toco mi cara y tengo las mejillas mojadas. No me había dado cuenta que estaba llorando.
—No quiero arruinarlo, Luka, es imposible que Biel guste de mi—lloriqueo abrazándolo.
—No es imposible—me dice, pero solo lo debe ser para consolarme.
—No sabes eso...
—Tu tampoco, de hecho—me interrumpe. —Si soy súper sincero, creó que también le gustas, siempre te trata con mucho más cariño que a cualquier otra persona, lo he notado.
—¿Y que debo hacer, decirle?
Luka trata de limpiar mis lágrimas, en vano porque no dejan de salir.
—Sé que es difícil porque no tienes indicios, no es como si se hayan besado antes o cosas a sí, pero yo de...—enseguida me sonrojo y desvío la mirada—¿Por qué te sonrojaste y pusiste esa cara? No me digas que...Julen—advierte mi nombre y no puedo mentirle.
—Si nos besamos... Ayer de hecho, en el sofá, creo que incluso tengo marcas en la cintura porque me agarro muy...—hago silencio cuando estoy hablando demasiado y Luka me mira en Shock.
—Por Dios Julen, no besas a las personas que no te gustan, o atraen como mínimo.
—Fue para remplazar un recuerdo—explico.
—Julen, ¿me besarías?
—Eww, claro que no, asquito—la sola imagen se me hace rara.
—Yo tampoco, no besas a tus amigos, ni siquiera para remplazar un recuerdo, es obvió que se gustan—aclara con obviedad. —Fue él quien propuso la idea de remplazar al recuerdo ¿cierto? Tu nunca harías eso.
Rasco mi mejilla avergonzado.
—Umn, si fui yo el de la idea—contesto. En menos de nada siento un almohadazo de su parte. —¡¿Y eso por qué?!
—¡Eres un descarado! ¡Sugeriste que se besaran y te atreviste a negar que te gustaba! Sin vergüenza—me regaña dándome más almohadazos.
—Oye, pero dicen que los besos son para reforzar la amistad—bromeo.
—Ya, vamos, que tontería—se deja caer en la cama. —Entonces ya sabemos que te gusta, solo te aconsejo que le digas.
—¿Tu le dijiste a la persona que te gusta?—contraataco.
Él hace una mueca.
Touché.
—Es diferente, nosotros tenemos un asunto complicado de por medio—habla medio decaído.
——¿Quieres hablarme sobre eso?—sugiero y Luka asiente.
Escucho todo lo que dice con atención, hasta que se nos hace tarde y él se tiene que ir. Me duele no poder ayudarlo, pero parece algo que Luka quiere afrontar solo y no voy a meterme si no quiere. Solo estaré para él cada vez que lo necesite.
Por otra parte, en cuanto cierro la puerta y me quedo solo en casa mi cabeza viaja al día anterior en mi sofá. Por inercia toco mis labios, ahora que sé que ese calor en mi pecho, y hormigueo en mi estomago es porque me gusta Biel y no por taquicardia me tranquiliza bastante, aunque me asuste, me gusta que me guste.
Siempre que me preguntaban mi tipo ideal, sin pensarlo lo describía, hasta ahora noto que nunca me dejo de gustar. Asique le haré caso a Luka, y se lo diré cuando se de la ocasión. Entre menos lo planee mejor.
Antes de ir a mi cuarto y gritar como desquiciado en mi almohada y escuchar música de Taylor Swift para que me guste más, salgo a mi jardín hasta llegar a mis rosales. Ya casi están listos, debería llevarle rosas a Biel el viernes, para darle ánimos en el partido.
Debería llevarle de las flores que me recuerdan a él.
Nota de autora 🌸
*Aparece mágicamente después de desaparecer por mucho tiempo*
Lo siento por desaparecer, en mi defensa tenia ganas de subir una mini maratón, pero estos muchachos alargaron las cosas, y las fiestas de fin de año no las pasé en mi casa y no podía escribir ni editar.
Probablemente suba otro capitulo entre mañana y pasado, y así con el siguiente, y el próximo puesss, sabrá dios, peo no creo tardar, ya esta casi terminado.
También les hago spam, síganme en Twitter por allá subo cositas de La lógica del amor y pueden chismear o hacerme preguntas. Usuario:@brianna766841 (Se que tiene muchos números sorry por eso)
Sin más que decir
Nos leemos pronto🌸✨
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