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15.Primer paso: ser amigos✓

Biel

«—Puedes hablar cuando estés listo, yo no te obligare a nada—dice con un tono calmado la señorita Mia.

Me parece sorprendente su paciencia conmigo, si fuese yo, ya me hubiera mandado a la mierda.

Pero lo cierto es que es la tercera sesión y nunca me ha obligado a nada, me hace algunas preguntas o actividades que no entiendo muy bien, no obstante, a ella parecen darle resultado. Suelto un suspiro antes de contarle algunas cosas.

No sé qué decirle y lo nota porque me hace preguntas que me ayudan a hablarle de algunas cosas.

—Supongo que quiero mejorar, por mí y por los que quiero—llego a una conclusión después de un rato.

—¿Me quieres decir en que aspectos sientes que te equivocas? —cuestiona serena.

Rasco mi barbilla pensativo.

—A veces no mido las consecuencias de mis actos, ni cómo afectan a los demás porque me suelen beneficiar. Tampoco me pongo a ver si me dejo llevar por lo que siento llegar a hacer cosas que no debería—respondo, inseguro.

—¿Cuáles han sido estos sentimientos? —otra pregunta, me da vergüenza responder, sin embargo, la señorita Mia tiene una sonrisa que me motiva.

Doy una larga respiración y exhalación.

—Celos, muchos celos, tristeza y rabia—aprieto los ojos cuando termino de hablar. Me cuesta mucho decir este tipo de cosas. —Los podía reprimir, pero llegó el punto en el que sentí que podría explotar . Y así hice con todo, a veces callaba cuando no quería a hacerlo, o no actuaba cuando quería... yo me...

—Reprimes tus emociones—interviene y asiento con la cabeza de acuerdo. —Por miedo a ser débil—agrega.

Quisiera decir que no, pero sí.

—Por eso, también es miedo a fallar y que todo salga mal—admito.

—Fallar es parte de la vida Biel, nunca vamos a ser prefectos, o vamos a tomar todas las decisiones correctas por más que queramos—explicó serena.

Frunzo los labios, entre la comprensión y confusión.

—¿Entonces me dejo llevar así cometa errores? —cuestiono.

La señorita Mia se ríe bajito y frunzo el ceño.

—Mereces ser libre y expresarte como te plazca, es un derecho ciudadano, pero la libertad de expresión siempre es válida hasta que dañamos a otros por nuestras acciones, ser libre y liberar tus emociones también se trata de ver un poco más allá, recuerda que tus acciones pueden ser perjudiciales para alguien. La libertad es hacer lo que quieres sin dañar a nadie para serlo, tener conciencia. Quieres hacer algo, hazlo, pero piensa en sí vas o no a dañar a alguien. Quieres acercarte a alguien piensa en cómo hacerlo sin dañar a la persona en el proceso.

«Debemos pensar en lo que esa persona podría sentir también, a eso se le llama responsabilidad afectiva.

—Quiero saber sobre eso—comento cuando ella termina de hablar.

—Bien, solo ten en cuenta que esto y todo el proceso que vas a pasar tendrá altos y bajos, que es algo que se cocina a fuego lento pero que sabe delicioso al final—me recuerda y murmuró un "Si" más para mí que para ella.

—Es un proceso que estoy dispuesto a pasar—acepto decidido.

Por mí y los que amo.

—Muy bien—murmuró con una sonrisa».

Esa conversación fue hoy en la mañana con la señorita Mia antes de salir a la excursión. Mis sesiones son los viernes y lunes, dado que no quería cancelarla ella me sugirió que llegara unas horas antes.

Resulta que ahora que investigo por mi cuenta la responsabilidad afectiva se trata de que mis acciones, palabras, y actitudes pueden dañar a otros. Sé que primero soy yo, pero no quiere decir que debo pisotear o no preocuparme por los demás a mi alrededor. Una broma que me haga gracia a mí no significa que le hará gracia a la persona contraria. Suena difícil hacerlo cuando no sé a ciencia cierta que pasa por la cabeza de los demás.

—A mí no me molesta, te conozco y sé que no lo dices en serio—aclara Marco, —además también sé diferenciar cuando dices algo de verdad o algo para joder.

Asiento de acuerdo a sus palabras, aunque en el fondo me preocupa que sepa tanto de mí.

Él se mueve incomodo en el asiento de autobús, de tirones del cuello de su suéter y sacude su bolsa.

—Te dije que no vinieras, sabía que el viaje era largo y no ibas a estar tranquilo—le reclamo. Me ignora rotundamente y en eso Hasiel, que está en el asiento de adelante, se voltea para vernos.

—Esta vez te apoyo—dice y Marco refunfuña entre dientes mientras termina de acomodarse. —Te quiero amigo, pero eres demasiado activo como para quedarte más de dos horas sentado sin hacer nada.

Marco hace una mueca caprichosa y no entiendo como puede ser tan grande, pero comportarse como todo un bebé. Ruedo los ojos y saco una switch para dársela.

——Gracias Biel...

—Pareces un niño pequeño—murmuro recargando mi cabeza en la palma de mi mano.

—Pues tu miras a mi nuevo amigo como un bebé mira una galleta—objeta Hasiel y no puedo contradecirlo.

¿Nuevo amigo? —no podré contradecirlo, pero puedo preguntar porque le llama así.

No porque me moleste o algo así, ni al caso, tampoco es mi problema. Si no porque ayer le estaba huyendo a Julen. Si Juju no se hubiera acercado seguiría huyéndole.

—Aún no te perdono que lo hayas hecho pensar que tú lo odiabas a él—le recuerdo y frunce el ceño.

—Ew, ya olvida eso, estaba asustado ¿sí? —me pide. —Es la mejor persona del mundo, no quisiera que me odiara. Él dijo que está bien, aunque sigue viéndose algo decaído.

En eso estoy de acuerdo. Ayer en la cena con mi papá, a pesar de decir que está bien, no es el mismo Julen alegre de siempre.

—La chica que le gusta lo rechazó, más bien le dijo que tenía novio desde hace mucho tiempo, la chica que le gusta, su mejor amiga, yo estaría igual—Habla Marco, regresándome la switch.

—Imagínate cuando se entere que tú nunca estuviste interesado en ella y todo fue un estúpido plan—divaga Hasiel, y en seguida me asusto.

Claro, eso. Lo había olvidado y que mierda más grande, pero no puedo decirle nada. Se va a dar cuenta de que me gusta y eso no es parte del plan.

—Se lo diré, pero no ahora, recuerden el Plan—Ambos asienten.

—Estamos en la fase dos—menciona Marco sacando una hoja de rayas achurrada y rota en las esquinas. No puedo creer que la traiga.

—¿Por qué tienes eso? —le pregunta Hasiel riéndose.

—Es que se me olvidan las cosas y no quiero olvidar el plan—explica, —siempre la llevo en mi bolsillo o la dejo donde pueda verla.

Sin querer me hace reír él desgraciado.

—Idiota.

—De nada, sé que me amas Bibi—dice con exceso de melosidad.

En cuanto escucho el apodo me dan ganas de arrojarle algo en la cabeza. Desde que les conté de donde salió el "Juju" de Julen ahora no paran con eso.

—¿Cuándo empezamos la fase tres? —inquiere Hasiel, mientras recuesta la cabeza en la parte superior del asiento.

—Aún no estamos para eso, han pasado muy pocos días y—me pauso a mí mismo por unos segundos, — le sigue gustando Rebecca—prosigo bajito, Hasiel es novio de Rebecca y siento que debo tener cuidado al mencionarlo.

Hasiel debe notar eso porque hace un ademán con su mano, restándole importancia.

—No me moles...

—Claro que no le molesta si cree que Julen no gusta de ella—suelta Marco de la nada. Me deja confundido y a Hasiel igual.

—¿Cómo? —pregunta mi amigo en un hilo de voz. Solo me quedo en mi lugar para escucharlo.

Marco rechista y se vuelve a acomodar en el asiento.

—Es obvio, al menos para mí, Julencito nunca le importo ni vio sospechoso todo el tiempo que Rebecca pasaba con Hasiel, ni mucho menos cuando lo empezó a llevar a fiestas...

—Podría pensar que somos amigos—lo interrumpe Hasiel.

—A eso voy, la única vez que reaccionó fue cuando Rebecca se acercó a Biel, más bien, cuando Biel se acercó a Rebecca e inventaron lo de salir a una cita—explica Marco. —Además ¿Han visto como mira a Biel en los partidos? Se le cae la baba, y nunca lo he visto mirar a Rebecca.

La respiración se me descontrola con tan solo en pensamiento de que tengo una mínima oportunidad.

—Eso tiene mucho sentido—opina Hasiel.

Lo tiene, pero no quiero ilusionarme y luego que todo se vaya a la mierda, si tenemos que ser amigos solamente así será. No quiero forzar nada de esto. No obstante, Si hay posibilidades de algo más voy a dar todo para que funcione.

—No, dejemos eso, si hay algo entonces me lo dirá él mismo —les advierto.

—No te dirá nada si piensa que solo quieres ser su amigo, por eso ya deberías estar en el paso tres—insiste Marco.

Quiero contradecirlo, pero recuerdo las palabras de mi Papá.

"Ya son amigos, solo ve al punto, coquetéale. Si esperas demasiado puede que se haga tarde para cuando quieras hacerlo".

—Si me rechazan será su culpa—les advierto.

Bueno, de verdad espero que no lo haga, y si lo hace al menos que me deje ser su amigo. Maldición eso sería aún más difícil.

—Eso no pasará, tienes el encanto, y lo conoces. Le agradas a su madre, lo que te da puntos, habla con Luka para que te ayude—señaló Marco. —Además tienes lo más importante.

—¿Qué es? —pregunta Hasiel por mí.

—Que le atraes, reacciona a ti, lo vi en las gradas ¿Crees que reaccionaria igual con Luka? Claro que no —responde con un tono y actitud demasiado confiado. —Ya le has gustado antes, puedes hacerlo ahora.

Ese es otro buen punto, a decir verdad, demasiado. Anteriormente me había dicho lo mismo, pero siendo sincero, no lo creía del todo. Sé que soy un poco egocéntrico, tal vez mucho, no suelo dudar de mi, sin embargo, cuando se trata de Julen dudo de todo lo que sé.

—Eres muy chismoso ¿Lo sabes, no?—le digo a Marco.

Él me da una mirada despreocupada, Mientras que Hasiel evita reírse.

—Lo soy, pero gracias a este chismoso pasaras casi todo el día con tu chico.

No entiendo lo que ha dicho, pero no puedo cuestionarlo porque un profesor nos dice que bajemos del autobús porque van a acomodar los puestos. Hacemos lo que nos dicen y lo primero que veo es a Julen de perfil con la mirada pérdida al lado de Luka y Eliam.

Estoy a punto de ir para estar con Julen, pero Marco me jala para que me pare con él.

—¿Qué hiciste? ¿Y en donde está Hasiel?—le pregunto confundido.

—Hasiel esta con Rebecca—señala a la pareja que está hasta atrás— Y lo primero lo veras en unos minutos.

Quiero volver a preguntar, no obstante, él profesor que nos había mandado a bajar del autobús carraspea para que prestemos atención.

—Buenos días chicos, ya es hora de abordar, pero primero quería darle las gracias a los chicos del equipo de fútbol que decidieron posponer un juego importante para que se pudiera dar este paseo, ya que otro día hubiera sido más complicado por razones que no les importan—anuncia con una voz perezosa. Los demás empiezan a murmurar cosas. —Silencio chicos, ahora haremos esto lo más organizado posible y Gracias a Marco que dio la idea pudimos hacerlo—vuelve a decir y miro a recién aludido como diciéndole "¿Qué has hecho?", el alza las cejas con una sonrisa maliciosa. —Como ya son grandes, supongo que no todos querrán ver lo mismo, así que se van a dispersar en parejas de dos, ya seleccionadas por Marco, a medida que los llame ustedes suben al autobús.

Los primeros dos nombres Son el mío y el de Julen.

Él maldito este, lo amo. Mi amigo se acerca y me susurra un "de nada" y doy las gracias.

Cuando subo al autobús veo a Julen parado en medio sin sentarse en ningún lugar. ¿Me estaba esperando? Es tan lindo. Me encanta lo lindo que se ve hoy en especial. Tiene un short holgado beige que llega un poco por encima de su rodilla; zapatillas un poco altas y sus medias son algo largas porque llegan un poco más arriba de su tobillo. Por obligación todos tenemos algo que nos identifique como estudiantes y el tiene el suéter de la escuela (yo tengo mi abrigo) también trae un sombrero de lana verde pastel que le queda muy bonito.

—Puedes sentarte donde más quieras—le aviso.

—Oh, está bien.

Va directamente al fondo del bus y celebro mentalmente, gracias a eso podremos hablar sin problemas o podrá dormirse si quiere.

Julen se sienta en el lado de la ventana y me siento a su lado. Estoy tan nervioso que me siento algo tonto.

Miro a Julen y noto que Se ve algo ido y distante cosa que me preocupa.

—¿Estas bien? Pareciera que no estuvieras aquí—menciono. Julen me mira y abraza su mochila.

—Lo siento, no lo había notado—habla dándome una sonrisa que podría derretirme. —Es que ayer no pude dormir—Recuesta su cabeza en la mochila y cierra los ojos.

Amo sus pestañas, además se ve súper bonito su cabello.

Dejo de mirarlo porque me siento acosador, en eso Luka y Eliam entran al bus y se sientan unos puestos más adelante. Luego Marco y Hasiel que se sientan a lado de nosotros en los puestos de atrás. Ambos me giñan el ojo. Supongo que se sentaron ahí para que yo pudiera hablar libremente con Julen. Me parece extraño que Hasiel no se haya sentado con Rebecca, aunque supongo que ella también sabe del plan de Marco. Justamente Rebecca sube junto con Luciana, ambas nos saludan antes de sentarse más adelante. En los minutos siguientes solo son los otros chicos en del bachiller de humanidades subiendo a este y al otro bus.

Mientras el maestro nos da indicaciones de lo que debemos hacer miro a Julen y veo que está cabeceando hasta que su cabeza golpea el vidrio y se levanta asustado.

—Auch, por diosito, casi me parto la cabeza—dice para si mismo.

—Hey, ten cuidado—le digo tocando su cara y el lado del golpe. Julen no me dice nada aunque parece querer hacerlo. Agarro mi mochila para buscar una sudadera negra que guarde por si acaso y se la doy. —Úsala, subieron el aire acondicionado así que hará frio, y duérmete aquí—señalo mis piernas.

Julen se sonroja un poco pero toma la sudadera y se la pone. Como no me puedo quedar quieto, lo ayudo a acomodarse, le quito el sombrero y lo pongo sobre mi mochila, seguido cubro su cabeza con la capucha de la sudadera y por último subo el porta vasos que separa los asientos para que pueda recostarse.

—Gracias Biel—susurra solo para nosotros.

—Esta bien, solo descansa.

Deja su bolsa en el suelo y se recuesta en mi regazo, como no es tan alto me estiro para quitar sus zapatillas teniendo cuidado de no golpearlo, para que suba los pies al asiento y esté más cómodo. En cuanto el bus arranca lo siento más pesado en mis piernas y supongo que es porque se ha dormido.

Giro la cabeza para susurrarle a Marco que me devuelva mis audífonos, no obstante en cuanto lo hago él me esta mirando como diciendo "Eso campeón, conquista a tu hombre".

—Dame mis audífonos antes que te golpeé—refunfuño aguantando una risa.

—Amargado ¿No ves que soy el mejor amigo del puto mundo? —Hasiel se ríe a su lado y le da mis audífonos para que me los pase. —Agradéceme o no te los doy.

Ruedo los ojos al escucharlo.

—Gracias Marco, ahora dámelos—le pido lo más amable que puedo.

—Tan lindo—farfulla dándome los audífonos.

Pongo a reproducir AM de Arctic Monkeys porque me encanta. Y se siente mucho mejor escucharlo con Julen en mis piernas.

En general me gusta Arctic Monkeys, pero desde que AM me recuerda bastante a Julen me gusta aun más. Do I Wanna Know? Es prueba de eso, es justamente como me siento con Julen. Porque yo definitivamente quisiera saber si esto que siento es correspondido.

¿Qué haría Julen si le dedicara esa canción?

Sabría que siempre termino yendo hacia él, siempre quiero hacerlo, como si me arrastrara por Julen

Siempre, definitivamente siempre quiero llamarlo y estar ahí con él.

Ah, mierda, quiero dedicarle muchas canciones. Desearía ver su cara sonrojada después de besarlo. Desearía pedirle un beso de buena suerte antes de mis partidos, sé que suena cursi, pero lo deseo. Deseo ver todo de él

Julen

Abro los ojos poco a poco. Lo primero que veo cuando me acostumbro a la luz es el rostro de Biel. Tiene los ojos cerrados y una expresión relajada. Noto que tiene una de sus manos en mi cintura, y enseguida me pongo nervioso.

Dormí muy bien, no sé cuanto tiempo, pero es lo que necesitaba.

Ayer la cena con el padre de Biel fue increíble, y me trataron muy muy bien. Sin embargo, cuando llegué a casa mi mamá me avisó que iba a dormir fuera, supongo que eso me puso ansioso y no pude dormir hasta las cinco de la mañana.

Le agradezco muchísimo a Biel que me ha dejado dormir en su regazo aunque sea incómodo para él. Últimamente me pregunto porqué es tan amable, es decir, es algo normal, somos amigos, pero ¿No es demasiado agradable? No veo que sea así con Marco o Hasiel.

Tal vez sean ideas mías.

—Hola—lo escucho decirme. No me había dado cuenta que me estaba mirando.

—Hola—devuelvo.

—¿Cómo dormiste?—inquiere mientras acaricia mi cabello.

—Muy bien, Gracias Bibi—digo esto ultimo para molestar, pero solo sonríe calmado. —¿Cuánto tiempo dormí?

—Una hora y media, los demás están comprando mientras cargan Gasolina, aun falta para llegar—me explica.

Hasta ahora noto que el bus no se mueve, y efectivamente tampoco hay ruido de otras personas.

—Lo siento, te quedaste aquí por mi culpa—Biel niega enseguida.

—No pienses en eso, le dije a Marco que nos trajera algo de comer.

¿Ven? Es demasiado dulce este chico, es decir, de pequeño también era dulce, pero aunque pareciera que no, lo es aun más.

Nos quedamos así por un rato, mirándonos sin decir nada. Sigo acostado en su regazo aunque debería haberme quitado ya. Si soy muy sincero me siento cómodo. Además, hay algo en la forma que me mira que me gusta y me confunde muchísimo.

A Medida que pasan los segundos siento mis mejillas calentarse y mi corazón acelerarse, ojalá y sea taquicardia.

—Fue divertida la cena de ayer —menciono para romper el silencio y el contacto visual.

—Si, la cara de mi papá cuando te vio después de tanto tiempo es de película—concuerda con una sonrisa.

Y si, el padre de Biel se quedo medio en Shock al verme después de tanto tiempo. Fue bastante divertido y admiro la manera en la que su papá es tan agradable y dulce.

—Cuando el señor Miyazaki se echó a reír de Belén porque el fideo se le fue por el camino viejo y a él le pasó lo mismo fue lo mejor.

—Si, aunque cuando intentaste agarrar el sushi con los palillos y salió volando será insuperable, tu cara fue un poema, Ni William Shakespeare se atrevió a tanto—opina y me sonrojo de la vergüenza.

Ahgg, que momento más vergonzoso. Fue tan inesperado que todos nos quedamos callados hasta que Belén se empezó a Reír.

—Silencio, es muy difícil, para ustedes es fácil porqué están acostumbrados, están acostumbrados—empiezo a refunfuñar—tu comes el desayuno con palillos, lo vi los días que me quedé con ustedes, imagínate, yo nunca los había usado—me levanto de su regazo y me acomodo en mi asiento para estar de lado y poder verlo— Qué Descortés, que Descortés, burlándote de un pobre inexperto..

Me callo cuando Biel toma mi rostro con una de sus manos y acerca mi cara a la suya. Incluso puedo sentir su respiración.

—Hey, no hagas una rabieta—murmura con un tono suave. El vuelve a abrir la boca para decir algo.

—¿Q-que estas h-haciendo?—lo interrumpo sin querer, no sabia que iba a hablar.

—Déjame hablar Juju —Biel vuelve a jalar mi cabello como ayer en las gradas y vuelvo a reaccionar de la misma manera. No sé que nos habrá picado, y tampoco tengo intención de averiguarlo ahora mismo. Siquiera hago el intento de apartarme, solo me quedo esperando lo que sea que quiera decir. —Lo siento, fui un descortés porque eres inexperto—dice al final.

¿Ah?

Abro los ojos desconcertado, por mi madre, debí alejarme con los ojos cerrados. Encontrarme con sus ojos oscuros no debería acelerar tanto mi corazón. Siento su respiración en mi cara, y su nariz rozar la mía. 

Si tan solo acercara más mi rostro podría...

—Biel ya traje las cosas que pediste...

La voz de Marco llega a nosotros y me alejo recuperando mi racionalidad que parecía haberse ido a comer un heladito. Biel también se acomoda en su asiento y yo hago lo mismo. Recuesto mi cabeza a la ventana y abrazo mis piernas.

¿Marco tendrá algo de maní? Digo, para ver si me da alergia y me muero de una. Juro que no sé que me pasa.

¿Me estaré quedando más tonto? ¿Eso se puede? Oh diosito, casi hago una locura.

—Cuando suene el silbato será hora de que regresen aquí y entonces yo los guiare al área de comida—nos dice el profesor—Oh, por cierto, el silbato sonará lo suficientemente alto para que se escuche por todo el zoológico, no se hagan los locos—advierte y todos asentimos.—Bueno, pueden largarse.

En ese justo instante todos se dispersan.

Hablé con mis amigos en el bus y cada uno quería ver algo diferente asique estuvimos de acuerdo con quedarnos con nuestras parejas. Bueno, Biel no dijo nada, asique no sé a donde quiera ir.

—¿A dónde quieres ir—pregunto evitando el contacto visual.

—A donde tu quieras ir, yo te sigo—responde con simpleza.

Empezamos a caminar hacia el área de aves según el mapa que nos dieron. Éste lugar es muy bonito y gracias a Dios también el día. Son las doce del mediodía y el sol está bastante fuerte. Me encanta venir a aquí porque hay demasiadas plantas y se siente tan natural y lindo que es toda una experiencia.

Cuando llegamos al área de los cocodrilos en vez de las aves vuelvo a mirar el mapa, rasco mi cabeza confundido, las aves están del otro lado, pero se supone... ah, no entiendo.

—No sabes leer el mapa—escucho decir a Biel.

Me vuelvo hacía él y alzo el rostro para verlo. Enseguida recuerdo lo del bus y me sonrojo. Él actuó como si nada, seguro es algo normal y yo estoy pensando cosas raras.

—No, no sé—admito dándole el mapa.

—Lo puedo notar, estamos al otro lado—afirma y quito el rostro avergonzado. —Era de esperar si tienes el mapa al revés.

Oh, vamos, pueden reírse de mi, me lo he ganado.

—Que desastre—murmuro.

Sin esperarlo Biel aparta varios mechones de mi cabello, vuelvo a mirarlo y noto que tiene una mueca apacible en el rostro.

—No digas eso, yo nos guiare está vez, solo que agarra mi mano o suéter no te vayas a perderte—dice lo último con un tono burlón.

Le doy un pequeño empujón antes de tomar una de sus manos. Lo siento sobresaltarse por eso, pero me agarra más fuerte sin llegar a lastimarme.

No sé porqué, pero hay algo cálido en mi pecho al ver nuestras manos juntas. Ni siquiera me siento nervioso o ansioso, creo que me siento bien, aunque me corazón se acelera un poco y mis mejillas no pueden dejar de estar rojas todo el camino.

En menos de cinco minutos caminando llegamos a la zona de aves. Son muy lindas y pintorescas, hay un letrero que dice que hay mas de quince especies en este lugar.

Es tan bonito todo que zarandeo el brazo de Biel.

—¡Mira que bonitas!—Le ordeno emocionado.

—Las estoy viendo, son muy hermosas—responde riéndose, seguramente de mi, pero no me importa en estos momentos. Busco mi celular en mis bolsillos para tomar fotos, no obstante no puedo encontrarlo. —Lo dejaste en el bus—avisa.

—Ay, Estoy demasiado bobo—murmuro para mi mismo.

—Déjalo, yo tomaré fotos y te las envío.

Me da el mapa y saca su teléfono del bolsillo y empieza a tomar muchas fotos. Incluso me indica que me pare al frente para tomarme una foto, como sigue sosteniendo mi mano no puedo apartarme tanto, pero en vez de soltarnos, simplemente sonrío hasta donde puedo.

—Tómanos una selfie para mandársela más tarde a mi mamá—le pido y el asiente.

Ambos nos reímos y siento que salimos muy bien. Aunque el se queda viendo la foto más tiempo.

—Es nuestra primera foto juntos después de tanto tiempo—menciona.

Es cierto, de alguna forma que lo haya dicho lo vuelve especial.

Seguimos caminando durante una hora más por todo el zoológico y es bastante entretenido. Biel no ha soltado mi mano y yo tampoco tengo intención de hacerlo. Es bastante divertido estar con él porque suele hacer muchas caras sin darse cuenta o refunfuñar y murmurar tonterías.

Lo único malo es que Biel es alto y grande al igual que sus pasos, además camina demasiado rápido. ¿Cree que estamos en una carrera? Yo no tengo tan mala condición física, pero no la suficiente para seguirle el ritmo.

En serio ¿Qué le ha estado dando Belén de comer a este chico?

Me detengo de manera abrupta cosa que lo sorprende, Jesús, María y todo Jerusalén, no puedo con mi vida. Pongo mis manos en mis rodillas para tomar aire, aunque no quería soltarlo, ya estoy muy cansado.

—Espera un segundo, no sé como caminas tan rápido—le digo con la voz entre cortada por las largas respiraciones que estoy dando. Maldición, creo que ahora si me va a dar un paro cardíaco.

—Juju, Calma, respira hondo, luego exhala—me ordena preocupado. Hago lo que dice varias veces y como funciona le agradezco. —Me hubieras dicho que te estabas muriendo, puedo caminar más lento si lo pides—me regaña.

—Al principio pensé que podría, además ¿Qué pasa contigo? ¿No te agotas nunca?—le devuelvo.

—Hago ejercicio y juego fútbol—responde —Estar noventa minutos detrás de un balón en un campo de ciento veinte metros tiene sus ventajas—se encoje de hombros.

—Presumido.

—Si tu lo dices—En eso me da la espalda y se agacha, no entiendo hasta que dice:—Súbete a mi espalda, no te me vayas a morir.

—Soy muy pesado.

—Yo puedo contigo, Créelo, asique ven.

Para contradecirlo hago lo que dice, pero enseguida me arrepiento porque siento sus manos en mis muslos, y el hecho de que me carga como si yo fuera una maldita pluma me hace sentir como un tonto. Como no me quiero caer me agarro de sus hombros y pego mi pecho a su espalda.

—Ni siquiera te atrevas a decirlo—le advierto. Sé que quiere decir algo como "¿Ves que si soy fuerte?" con un tono súper egocéntrico.

—No sé a que te refieres—se hace el loco.

—No me provoques Alejandro Antonio, ahora llévame fiel corcel—juego con él.

—Recuerda que aun te puedo soltar.

—No me preocupo, mi madre nunca te lo perdonaría—respondo confiado. Aunque suelto un grito cuando el hace el amague de tirarme.

—¿Decías?—insinúa y le doy un golpecito en el pecho.

2:30 p.m

Se me perdió el muchacho.

Hace un rato él profesor toco el silbato y tuvimos que regresar, pero de un momento a otro Biel desapareció. Como traigo mi mochila pensé en compartir mi comida porque mamá hizo demasiada para mi solo y todos mis amigos tienen la suya, y como no vi que trajera algo pensé en él. Resulta que cuando estaba conversando con Luka y Eliam desapareció.

Tendré que preguntarle a Marco porque Hasiel está con Rebecca y no quiero interrumpirlos. Sin embargo, me da pena porque Marco está con todo el equipo de fútbol y ellos son lo más fascinante de la escuela, además que son que animalotes como Biel.

No creo que me vayan a morder.

Voy hasta donde ellos, tienen un escándalo asique me toca carraspear varías veces para llamar su atención.

—Hola—los saludo, ellos me devuelven el saludo, todos parecen estar medio tontos porque no dejan de mirarme raro.

—¿Qué necesitas?—me pregunta uno de ellos.

—B-bueno, yo quería saber si me podrían decir donde está Biel—pregunto mirando a Marco.

—Está en el bus—me responde.

—Oh, Gracias, adiós chicos.

Todos responden a la misma vez y me echo a reír porque me parecen tiernos.

Voy hasta el bus, saludo al conductor y entro, entonces veo a Biel sentado en nuestro puesto con los audífonos puestos y los ojos cerrados. Toco su mejilla varias veces cuando estoy a su lado. Su rostro se ve confundido cuando me ve.

—¿Por qué regresaste?

Biel quita la mirada y se ve algo avergonzado.

Woaa, que lindo.

—Traje dinero porque se me olvidó decirle a mi papá y a Belén que tenía que traer comida, y aquí no hay ningún lugar que venda que comer—explica.

—Yo te daré de la mía...

—No es necesario.

—Claro que lo es, un chico tan grande no puede estar sin comer, además tengo comida para ambos. —Me siento en sus piernas sin pensarlo mucho y seguido tomo su rostro entre mis manos para que me mira. Uy, está muy rojo—No tiene nada de malo pedir ayuda—le digo con una sonrisa para que no tenga tanta pena.

—Está bien.

Entonces caigo en cuenta de que me senté en sus piernas.

—Oh, lo siento, ya me cambio—me disculpo mientras me levanto, joder estoy muy nervioso. No logro hacerlo porque Biel me vuelve a sentar sobre él.

—Tranquilo, así ensuciaremos menos, es más ya sé qué haremos—Biel aprieta mi cintura y se cambia de puesto conmigo encima. Por suerte el autobús tiene los vidrios polarizados si no esto se vería muy raro. —Ahora si sacas las cosas podrás acomodarlas ahí y no tendremos todo encima.

No es mala idea, pero nuestra posición si lo es, no puedo estar tranquilo.

Hago lo que sugiere, saco los tuppers de comida que preparó mi mamá y los acomodo en el asiento. Uno trae papás asadas; Otro una ensalada de vegetales; Y otro con pollo a la plancha. El único problema es que solo hay una cuchara.

—¿Te molestaría comer de la misma cuchara?

—No—responde de inmediato.

Le doy de comer a él primero, y luego yo, y así hacemos con toda la comida. Se siente bastante bien estar así. Conversamos e incluso bromeamos juntos. De alguna manera se siente natural, tranquilo. Supongo que es porque somos amigos, aunque no creo que haría esto con Luka, es un poco diferente, aunque no reconozco porqué.

El resto de nuestro día la pasamos juntos, incluso cuando el autobús nos deja en la escuela Biel me invita a comer pan con café en una cafetería nueva. Luego me dejó en casa, aunque nos quedamos conversando un rato más en su auto.

Cuando entro casa me recuesto en la puerta para cerrarla con mi peso y me quedo ahí con una tonta sonrisa en el rostro.

—¿Por qué estás rojo?—escucho a mi mamá preguntarme y me sobresalto asustado.

—¡Mujer! ¡Casi me matas!—le reprocho. —¿No deberías estar en el trabajo?

—Salí temprano, niño malcriado, no me grites—me regaña dándome un coscorrón en la cabeza. —Ahora explícame porque pareces un tomate, o si no lo malpensaré.

—¿Malpensar?

—Si, eres un adolescente, yo fui una, no sé si tengas una pareja y en realidad te hayas ido con esa persona y tener sexo...

—¡Mamá! ¿Qué estás insinuando?—grito alarmado.

Ella se ríe a carcajadas.

—¿Debí darte una charla antes? Creo que te compraré condones por si acaso—prosigue—Un lubricante también, ¿pastillas del día siguiente? Bueno no creo que sean necesarias—divaga para sí misma.

—¡Ya basta! ¡No hice nada!—aclare al punto de colapsar.

—¿Entonces por qué te asustas?

—Solo me fue muy bien y estoy feliz—le confieso aunque no es del todo cierto.

Ella me da una mirada curiosa, pero no dice nada más.

Y yo solo repito todo como un disco rayado él resto del día hasta dormirme. 


Holaaaaaaa 🎀

Actualización ramdon porque llegamos a las 3k leídas👏👏👏👏👏

✨MUCHAS MYCHAS MUCHISIMAS GRACIAS💕✨

¿Qué les pareció el capitulo?

Yo amo mucho lo que sigue, porque faltan como dos o tres capítulos para que acabe la primera parte del libro. 

En el próximo capitulo veremos a un Julen más jardinero que nunca, pero sobre todo, un Julen que en su confusión encuentra claridad en sus plantas. 

Sin más que decir...


Nos leemos pronto🌸


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