Prologo
Prologo.
-Buenas tardes... Tsunayoshi. Soy yo, Darko Alexeyev... ¿aún me reconoces? -. Preguntó aquel doctor a través del vidrio antibalas viendo a aquel castaño que alguna vez fue el décimo Vongola.
-hheehhhhh... -. Fue el leve gruñido que soltó Tsuna, difícilmente, apenas audible.
-Veo que tu silencio va mejorado, te escucho más emocionado de lo normal, ¿estás feliz de salir de aquí? Es normal, llevas ocho años en este lugar, yo también quiero salir, pero con la familia Nesterov completamente eliminada, no hay ningún lugar al que podamos ir en Rusia sin que alguien más intenté degollarnos, así que pensé... en ir a Japón, ¿eres de allí verdad? Con suerte encontraremos a tus padres después de devolverte tu capacidad motriz -. Dijo aquel doctor con una sonrisa plasmada en el rostro pese a estar rodeado de cenizas y hielo de lo que alguna vez fueron sus colegas de trabajo.
-Aparte de eso... ¿Soretto sigue dormido? Si es así, será mejor que nos vayamos ahora -. Darko apretó un botón y el vidrio antibalas se apartó dejándose así mismo sin protección.
Por su lado, Tsuna estaba hecho un ovillo en un rincón de la habitación con el cabello anormalmente alborotado y despeinado, abrazando a un pequeño niño pálido de cabello castaño oscuro que dormía en posición fetal abrazando un peluche de Reborn en su forma Arcobaleno. Tsuna se levantó con el niño en brazos y camino hacia Darko a paso lento como si fuese algún tipo de zombi. En el camino, levanto una bolsa(mochila) azul y pequeña donde estaban los juguetes del niño y siguió, Darko solo puso ver como el joven Vongola avanzaba, caminaba encorvado, usaba de ropa un "camisón" blanco percudido con mangas muy, muy largas y rotas al igual que el borde en las piernas que le llegaba quince dedos sobre las rodillas.
Paso a paso, con una calma desesperante para muchos, llegaron a la salida de aquel hospital, contando de más que durante el camino había plantas y hierbas en el piso y paredes, piedras, tierra, ropa sucia y correosa, algunos huesos y otras cosas. Salieron del lugar y Darko los llevo a un auto estacionado justo a la salida del hospital, había nieve y hacia frio, así que el doctor le dio su bata al castaño que se cubrió a él y al niño en sus brazos, obviamente, con ayuda de Darko ya que Tsuna no tenía habilidad motriz ahora.
El auto arranco dejando atrás aquel hospital en ruinas que ponía en la entrada, "Hospital Psiquiátrico Sadovich".
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