Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

31.

[DACEL]

Acomodando mejor la pequeña gorrita en la cabeza de Shin, lo mantuve contra mi pecho mientras observaba a una de las enfermeras ordenando la ropa, que había comprado antes de llegar al hospital, en una especie de cajón plástico que tenía el nombre del pequeño sobre un mueble cercano. Sabía que no usaría la mayoría de las cosas allí hasta que saliera de la incubadora, pero no me importaba comprarlo para él, más aún cuando Tom me había informado que el pequeño gorrito que llevaba se lo había obsequiado la madre del niño en la incubadora cercana.

Él merecía tener ropa que había sido comprada pensando en él, al menos eso creía.

Ahora tenía un gorrito nuevo, una bonita camisa, un par de escarpines y guantes, todo del mismo color verde agua que combinaba con su nueva manta dentro de la incubadora.

¿Que? Nadie dijo que yo no podía ser tan baboso como Kaled lo era con Tommy.

—Adivina quien pesa 1196gramos —Tom canturreó, agitando una tabla de información frente a él mientras se acercaba.

Sonreí detrás del cubre bocas, aun cuando él no podía ver el gesto—. Wow, alguien está creciendo rápido.

—¡Si lo está! —el chico festejó—. Si sigue de esta manera podrá salir de la incubadora pronto, así que no puedes dejar de venir ni un día.

—Él puede hacerlo bien sin que yo esté aquí.

—Ambos sabemos que no, los bebes reaccionan mejor si hay alguien cuidando de ellos constantemente —volvió a agitar la tabla mientras apoyaba la cadera en el mueble que soportaba la balanza detrás suyo—. Ochenta gramos en una semana es más de lo que muchos niños nacidos con el mismo tiempo de gestación logran.

Acaricie la pequeña manito de Shin, sintiendo un tonto orgulloso al saber que lo estaba haciendo tan bien—. Él es fuerte.

—¿Cataloga para ser un Fire Spirit?

—Sin duda lo único que le falta es la chaqueta de cuero y la motocicleta. —aseguré.

—Y talvez tu apellido acompañando su nombre —sus uñas parecían muy importantes para él mientras arrojaba aquella frase—. Digo, solo para que se le haga más fácil el trámite para entrar en el grupo.

—¿Estás seguro de que tu segundo nombre no es "Indirecta"? Porque seguro que eso es lo que mejor te sale.

Se encogió de hombros—. Solo quiero lo correcto para Shin.

—Alguien lo adoptará, no tengo porque ser yo, Tom —bueno, mierda, decirlo dolía, pero sabía que tenía que hacerlo: — No soy la mejor opción para criar un niño.

—¿De qué hablas?

—Bueno, vivo en una casa llena de motociclistas, tengo una pareja poco estable anímicamente y el hospital se traga todo mi tiempo. —le recordé—. ¿Crees que ese es un buen ambiente para un bebé como Shin? Él necesita tranquilidad, cuidado y estabilidad, y son cosas que no puedo proveerle.

—Lo que Shin necesita es una familia que lo ame y tú tienes una gran familia que lo adorará en el instante en que lo vean.

Lo sabía bien, todos habían adorado a Tommy desde el primer instante en que puso un pie dentro de la casa, pero eso no quería decir nada. Aunque tenía un trabajo estable no podría pasar mucho tiempo con él y temía demasiado que Niall tuviese una crisis por ello. Él estaba cambiando, mejorando paso a paso, pero eso no quería decir que fuese a aceptar un bebé sin ningún tipo de problemas.

—Solo piénsalo, Dacel —Tom pidió.

Suspiré—. Créeme, es en lo único que he pensado últimamente.

—Bien, lamento arruinar el momento, pero es hora de que ese pequeño vuelva a la incubadora y tú te vayas. Me crucé a Niall cuando fui a dejar tu informe, me dijo que estaba buscándote.

—¿Niall? —pregunté sorprendido mientras me ponía de pie, sin querer soltar a Shin todavía.

—Sí, yo estaba igual de sorprendido que tú.

Dejé a Shin en la incubadora, asegurándome de que estuviese bien abrigado antes de volver a mirar a Tom—. ¿Hace cuánto que lo viste?

Miró hacia el reloj brevemente—. Media hora más o menos, me dijo que estaría en la sala de espera hasta que estuvieses desocupado para atenderlo.

—¿Por qué no me avisaste antes?

—Estabas ocupado, no quise molestarte —hizo un gesto vago con la mano.

Acariciando la cabecita de Shin a través de los agujeros de la incubadora, susurré un adiós antes de caminar hacia la puerta—. Será mejor que me marche antes de que Niall enloquezca y haga una escena.

—Extrañamente, él estaba bastante bien cuando lo dejé, así que no te preocupes tanto por él.

Si, el problema era que yo siempre estaba preocupado por él.

—Cuida bien de Shin mientras no estoy. —pedí.

—Sabes que lo haré.

Dirigiéndome directamente al sector de casilleros, recuperé mi mochila y deseché el uniforme de pediatría, reemplazándolo con ropa de calle que había guardado allí. Una vez estuve presentable, me dirigí a la puerta y por el pasillo, directo a la sala de espera. Ignoré completamente el llamado de Mandy cuando pasé por el control de enfermeras -la niña aceptaba una respuesta negativa- y esquivé completamente los intentos de la jefa de enfermeras para que me quedará a ayudarla unas horas más.

Estaba apurado, ¿acaso las personas no lo comprendían?

Extrañamente, al llegar al área de espera, no vi ningún escándalo ni ninguna crisis en estado de ebullición. Es más, Niall estaba sentado en un rincón, enfundado en sus jeans oscuros rotos y descansando sus botas de motociclista sobre la silla frente a él. Uno de sus auriculares estaba prendido en su oreja, pero al parecer no estaba escuchando nada, ya que parecía bastante concentrado en hablar con una mujer con un bebé en brazos.

Él hasta parecía estar siendo... amable y social.

¿Acaso el mundo se estaba acabando y nadie me había avisado nada?

Esperé un momento a que la tierra se abriera bajo mis pies y me tragara, pero cuando nada sucedió, decidí acercarme. Niall levantó la mirada en cuanto estuve a solo unos pasos de distancia, su mirada se detuvo en la mía por varios segundos antes de que sonriera, poniéndose de pie.

—Gracias por la charla, Bren —sonrió hacia la chica—. Espero que el pequeño Dylan mejore.

—Gracias, Niall, eres un amor.

Seeeh, esa palabra no era exactamente la que usaría para mi rubio neurótico.

¿Qué rayos estaba sucediendo allí?

Siguiendo al chico hacia la salida, decidí hablar cuando dimos un paso fuera—. ¿Qué rayos fue es...?

—Kaled me llamó —me interrumpió—. Tommy envío su agenda a dormir con los peces y necesita unos contactos para hoy, si puedes llámalo, ¿sí?

—¿Estabas haciéndole un favor a Kaled?

—Sep. —explotó la "p" entre sus labios mientras revolvía sus bolsillos en busca de las llaves de su motocicleta.

—Diablos, y yo aquí, pensando que habías venido a verme a mí solo porque me extrañabas.

—No dije que no tuviese intenciones ocultas cuando acepte hacer el favor. —me dio una extraña sonrisa sobre su hombro antes de acercarse a su motocicleta y enviar su pierna sobre la misma, sentándose antes de volver a dirigir sus brillantes ojos celestes hacia mi—. ¿Daz?

—¿Mmm? —ahora era yo quien buscaba mis llaves.

—¿Tu deseas formar una familia en algún momento?

Me detuve y lo miré—. ¿Que?

Colocando la llave en el encendido, evadió mi mirada mientras jugaba con los llaveros que colgaban de la misma—. Cuando era pequeño, solía soñar con eso. Quería tener mi propia familia, una con niños a los que pudiera darles el cariño que mi padre nunca me dio. Soñaba con tener una casa, un buen trabajo y una linda esposa —sonrió irónicamente antes de fruncir la nariz—, cambié de perspectiva en ese último punto cuando entré a la adolescencia.

—Suerte para mí.

—Si, supongo —se encogió de hombros y volvió su mirada a sus manos, balanceando la moto a los lados—. Llegó un momento, en algún lugar de esos años, en que dejé de querer cosas. Porque a pesar de lo mucho que las deseara, no podía tenerlas y eso dolía más que cualquier otra cosa, pero de un tiempo acá, muchas cosas que desee en ese entonces comenzaron a llegar a mí.

Se detuvo y esperé en silencio, porque era suficientemente extraño que Niall comenzara una charla de este tipo por sí mismo.

—Muchas cosas han cambiado... dentro de mi —cerró los ojos—. Cosas que creí que estaban rotas, al parecer, tenían reparación. Ahora veo que tengo mucho más por lo que luchar porque puedo tener todo lo que quiera si lo intento.

—¿A dónde vas con esto, rubia?

—Todos estamos luchando continuamente con nuestros demonios, los míos son grandes, pero sé que puedo con ellos porque no voy a bajar los brazos —sus ojos brillaban cuando me miró—. Mientras tú te mantengas tomando mi mano, seguiré luchando.

—Siempre estaré aquí.

—Lo sé, eres como un tatuaje permanente. —rio acuosamente—. Y lo peor es que hasta comienzas a agradarme.

Rodé los ojos y él sacudió la cabeza con diversión.

—A lo que voy es que, cuando era más joven, no luché por nada de lo que quería porque nunca me vi capaz de ganar ninguna de esas peleas. Pensé que estaba jodido de la cabeza y lo estoy, realmente no voy a negar eso, pero me di cuenta de que no es tan malo como pensaba y que talvez es esta locura que me pesa sobre la cabeza lo que me ayudé a ganar todas las batallas enfrente.

—Enfrentemos. —corregí.

Me miró, una pequeña sonrisa tirando de sus labios mientras asentía—. Enfrentemos —confirmó antes de tomar aire—. Quiero hacer realidad esos sueños, Daz, ahora que sé que puedo, quiero tener todo lo que soñaba de niño.

—¿Y eso es...? —sabía a donde iba, pero necesitaba una confirmación con palabras claras.

—Un jet ski volador, ¿a ti que te parece, imbécil? —me dio una mirada que claramente decía que creía que era idiota antes de tomar aire, seguramente para calmarse—. Ya tengo una casa, Kaled prometió que me dejará trabajar en uno de los talleres, te tengo a ti, que no eres una linda dama, pero bien, me conformaré.

—Jodete. —susurré.

Sonrió—. Quiero un hijo, Daz, quiero probarme a mí mismo que puedo hacerlo mejor, que no soy igual que mi padre.

Wow, eso era una gran petición—. Ya demostraste que puedes ser un padre increíble con Tommy.

—No es lo mismo —sacudió la cabeza—. No soy yo quien le cambia los pañales, lo alimenta y lo lleva a dormir. Ni quien lucha en el baño para que el mocoso no escape del agua o le enseña palabras o caminar y andar en bicicleta. No es a mí a quien llama "papá", yo soy su tío, no su padre.

Lo entendía, en algún punto lo hacía. Mi mente volvió al pequeño bebé dentro del incubadora y de repente, todo fue muy claro para mí. Shin nos necesitaba tanto como lo necesitábamos a él y sabía bien, que este había sido un punto de inflexión en nuestra relación. Las cosas cambiarían de ahora en adelante. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro