28.
[NIALL]
—¿Está bien? ¿Está bien? —me pasee nuevamente por la habitación—. ¿¡Por qué jodidos le dije eso!? Le di vía libre al idiota para que haga lo que quiera, tengo que ser imbécil, no hay otra explicación, ¿cómo se me ocurre hacer algo así?
La risa combinada de Suri y Liam no estaba haciendo nada por calmar el ataque de pánico que estaba comenzando. No era como si yo hubiese buscado que esos dos me escucharan, es más, estaba bien teniendo mi crisis en privado pero el par de chismosos no podían quedar afuera de lo que sucedía. Ellos me habían abordado en el momento en que di un paso fuera de la habitación que compartía con Dacel y no hubo amenaza que valiera para espantarlos.
Liam levantó la mano, pidiendo la palabra por lo que le dedique una mirada fulminante—. Si no vas a decir nada que me ayude, no abras la boca.
—No creo que exista una frase que te ayude en este momento —rio—. Pero si te hace sentir mejor, pasé por algo parecido cuando comencé a salir con Zayn.
—¿Huh?
—¿Acaso crees que acepté tan fácilmente el estar enamorado del idiota de Zayn? —rodó los ojos, como si la simple idea fuese estúpida—. Luché conmigo mismo y contra mis sentimientos, no quería sentir nada por el playboy de la ciudad, mucho menos si a eso le sumaba el que fuera parte de una banda de motociclistas. Estaba aterrado y odiaba sentirme de ese modo.
Lo miré, ahora más interesado en sus palabras—. ¿Y qué hiciste?
—Zayn me dijo algo que me mostró una parte diferente de su personalidad y me animó a intentar conocerlo mejor, tener una razón que me pareciera viable para quererlo.
—Y la encontraste. —terminé por él.
—Por supuesto que no —frunció el ceño, malhumorado—. Ese idiota dejó que Louis y tú arrojaran cerveza sobre mí y me humillaran, no hubo nada de bonito en eso.
Hice una mueca—. Lamento eso.
Agitó una mano en mi dirección, espantando mis palabras—. Sin rencores.
Me senté en la cama, enfrentando el sofá en el que estaban acomodados—. ¿Cómo encontraste una razón para dejarlo entrar en tu vida?
—Aún no la he encontrado.
Parpadeé, confundido—. Pero...
—No necesito razones, lo amo y él me ama, y ambos somos felices —se encogió de hombros—. Si hay amor de por medio, entonces supongo que no es necesario encontrar razones lógicas para quedarme a su lado.
Lo miré mal antes de hundir mi rostro en la almohada—. Ahh, no me están ayudando en nada.
—¿Cómo quieres que te ayudemos si ni siquiera nos has dicho lo que te sucede? —Suri palmeo mi pierna—. Lo único que sabemos es lo que has estado balbuceando la última media hora.
—No quiero hablar sobre ello.
—Si no nos hablas de eso, no podremos ayudarte.
—¿Por qué creen que necesito su ayuda? —gruñí—. Esto está comenzando a parecerse a una reunión de señoras, no quiero ser una señora.
—No eres una señora y, ¿qué rayos significa eso de todas maneras?
—Bueno, eso... —me levanté, mirando en su dirección mientras pensaba como decirlo sin ofenderlos. No había una, ellos se ofenderían de igual manera—. No importa —hundí nuevamente mi rostro—. Si no van a ayudarme, entonces lárguense.
—Esta es mi habitación. —Suri golpeo mi pierna con más fuerza.
Miré alrededor, cerciorándome que el pollito decía la verdad antes de empujarme fuera de la cama y ponerme de pie—. Entonces me voy yo, y para que lo sepan, son un asco como apoyo emocional.
—¡Espera un momento, Suri aún no ha podido darte ningún consejo, talvez él pueda ayudarte!
—No lo creo, todos sabemos que no tuvo ningún problema aceptando su enamoramiento por Kaled —pensé en ello un momento—. Talvez deba ir a preguntarle a Kaled.
—¿Estas rechazando mis valiosos consejos?
—Los dos sabemos que tú te derretías con una mirada de Kaled, aún lo haces, eso ni siquiera se asimila a mi situación, así que tus consejos no valen de nada.
—Él tiene razón —Liam secundó ganándose un codazo en las costillas de parte de su amigo.
—Puedo darte consejos amorosos, no tiene nada que ver el que no haya vivido la misma situación. —aseguró.
Suspirando, crucé los brazos sobre mi pecho y le hice un gesto con la barbilla—. Adelante, dame un consejo.
Él pareció pensarlo por unos momentos—. Bien, creo que deberías dejar de enloquecer por todo.
—¿Ese es tu consejo? —elevé una ceja—. ¿Que deje de enloquecer? ¿¡Acaso recuerdas con quien estás hablando!? "Locura" es mi segundo nombre.
—No, tu segundo nombre es James, igual que el mío. —Liam intervino y estuve a punto de golpearlo con el primer objeto contundente que consiguiera.
—No sé quién te dijo eso, pero no es de tu incumbencia —aseguré.
—Volvamos a los temas amorosos —Suri pidió—. Y sobre el consejo, creo que deberías aceptar a Dacel sin pensarlo demasiado, él hará lo correcto para ambos, confíale el poder de manejar su relación hasta que te sientas cómodo.
—No creo que eso sea...
—¿No confías en él? —elevó una ceja.
—¿Confiar? —pensé en ello por unos momentos, intentando descubrir la respuesta a esa pregunta antes de asentir con suavidad—. Si, si confió en él.
—Entonces permítele ser quien lleve el control. —una sonrisa extraña se abrió paso en sus labios—. En todos los sentidos.
—Suri, no lo presiones tanto. —Liam le dio un empujoncito—. Creo que su cabeza estallaría si le agregas eso a la mezcla.
—¿De qué están hablando?
—De nada —el ojimiel hizo un gesto de despedida en mi dirección—. Ahora, ve a cambiarte, debemos asistir a la inauguración de la tienda de Harry en una hora.
Les dedique una mirada curiosa antes de voltearme para dirigirme a la puerta—. Bien, me largo.
—Y Niall —Suri llamó cuando estaba cruzando la puerta—. Para tu información, te mantuviste toda la conversación, diciendo que estabas enamorado de Dacel, ¿se lo has dicho?
—Yo no dije eso.
Ellos compartieron una mirada extraña antes de rodar los ojos al mismo tiempo—. Solo vete, Niall.
Frunciendo el ceño, salí de la habitación y caminé por el pasillo, aun pensando en las palabras de esos dos. Tal vez no era una mala idea cederle el control total a Dacel.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro