Tercera Persona P.O.V.

El día siguiente, Lyanna no se despegó de Daenerys pues esta se levantó vomitando y la loba se pasó el día como una sombra para su esposa. Todos seguían movilizándose y repartiendo ahora todas las armas de vidriagón que hicieron y a repartirlas según el estilo y preferencia de las personas. Esa noche, los dos Lannister adultos junto a la cachorra estaban mirando un fuego mientras que compartían una jarra de vino

Ty: ojalá padre estuviera aquí -se gana una mirada de padre e hija- me gustaría ver qué cara pondría ahora que sus dos hijos y su nieta se disponen a morir por defender Invernalia y además uno de ellos siendo ahora Lord Comandante de la Guardia Real Targaryen nuevamente -se lleva la copa a los labios y bebe de ella

Jamie: sería algo digno de verse

Myrcella: no sería ni la mitad de lo que madre, ella sí que sería algo grandioso -los tres se ríen entre dientes- Recuerdo la primera vez que vinimos, la primera vez que vi este salón -gira su mirada por las mesas vacías acumuladas a los lados. Padre era un león dorado, mientras que vos tío Tyrion un putañero borracho -ambos se sorprenden por esas palabras en boca de la que una vez fue princesa y ella sonríe a sabiendas- no os sorprendáis tanto, pasé algunos años en Dorne no importa lo que salga de la boca siempre que sea lo adecuado a la persona adecuada. Y además no soy la misma cachorra indefensa y temblorosa que una vez se sentó frente a la gran Reina Leona

Jamie: sí, es cierto. Ya no eres esa niñita -la mira con nostalgia

Tyrion: todo era más simple en aquel entonces

Jamie: no era tan simple... Yo me acostaba con mi hermana, y tú solo tenías un amigo en el mundo que se acostaba con su hermana

Tyrion: hablaba en términos relativos

Jamie: lo añoras?

Tyrion: pues claro que lo añoro

Jamie: mis días de León Dorado acabaron pero tú aún puedes seguir putañeando

Tyrion: no es así, las cosas serían más fáciles de ese modo -suspira

Myrcella: los peligros de instruirse -levanta su copa y ambos hombres la siguen y beben 

La puerta del Gran Comedor se abre y entran Brienne, Bronn y Podrick, a lo cual Jamie se levanta rápidamente mientras que Myrcella y Tyrion comparten una sonrisa y regresan su mirada a Jamie

J: mi señora -saluda a la gran mujer

Brienne: no pretendíamos interrumpir, veníamos buscando un lugar abrigado donde...

Bronn: contemplar nuestra inminente muerte -se encoge de hombros interrumpiéndola y Podrick lo mira divertido, y camina hacia una jarra de vino y comienza a servirse una copa

Tyrion: entonces estáis en el lugar preciso, queréis meados de estos? -camina y también sirve una copa- no están mal ni tampoco bien -tiende una hacia los otros dos que seguían parados a mitad de la sala

Podrick: gracias mi señor

Brienne: no lo creo -se interrumpe al ver la cara de cachorro pateado de Podrick y da un suspiro exasperado a este- media copa -es instruye

Tyrion: y vos? -pregunta a la gran mujer, mientras llena la copa hasta que se derrama para Podrick

Bri: no gracias. Debería tratar de dormir

Jamie: de verdad, creéis que alguien dormirá estos días? -con la ayuda de Myrcella arrastran tres sillas más para los recién llegados frente al fuego

Myrcella: uníos -le asiente a la silla

Bri: muy bien, solo un sorbo -asiente y se sienta en una silla

Bronn: oh pero si sabe cómo beber -dice con sarcasmo llevándose una mirada mortal de la mujer mientras que Tyrion y Podrick dan una sonrisa detrás de sus copas. En ese momento aparecen Ser Davos, Tormund

Davos: vaya qué tenemos aquí

Tyrion: ser Davos uníos -levanta la jarra con vino

Davos: no no gracias vine por esto -se acerca y coloca frente al fuego- pensé que podría aguardar la muerte congelándome los huevos ahí fuera o aguardar la muerte aquí calentito

Tormund: podría ser una de nuestras últimas noches en este mundo sabéis? -dice mientras se posiciona frente a Brienne

Bri: sí, me alivia que estéis aquí... aquí, luchando con nosotros y sobrevivierais a Guarda Oriente -explica algo incómoda

Tyrion: os tomáis algo? -le ofrece la jarra

Tormund: traigo del mío -levanta el cuerno que usa como recipiente y lo mira, se gira luego a Jamie- os apodaban Matarreyes

Jamie: bueno, algunos todavía quedan

Tormund: a mí me llaman el mata gigantes, queréis saber por qué? -agarra una silla y se posiciona frente a él y cerca de Brienne- maté a un gigante a los 10 años y luego me encaramé a su cama con su mujer, cuando despertó sabéis lo que hizo? me puso a mamar de la teta durante 3 meses. Así me puse tan fuerte, leche de giganta -se lleva el cuerno a la boca y comienza a beber y este se derrama por toda su boca mientras todos lo miran incrédulos

Davos: me tomaré esa copa -dice mientras lo mira y se gira hacia Tyrion para coger una de las copas

Pasan unos minutos en silencio, hasta que Myrcella habla en voz baja y todos escuchan dado el silencio en que se encuentra la habitación

Myrcella: podría ser una de nuestras últimas noches en el mundo -reflexiona las palabras de Tormund en voz alta

Tormund: eso mismo dije, leoncita -se ríe entre dientes mientras se golpea la rodilla

Myrcella: no, no. Podría ser una de nuestras últimas noches en el mundo... esta mañana hablé con Lady Sansa y ambas compartimos la misma opinión, no queremos irnos de este mundo sin casarnos con aquellos que amamos -reflexiona y Jamie se endereza ante el recuerdo de Trystane Martell

Lyanna: y entonces por qué no lo hacéis? -hace una entrada ya que caminaba con Viento Gris y Medianoche después de revisar al resto de la manada- disculpad no pude evitar escucharos -asiente con respeto ante los presentes

Todos: majestad -se levantan de sus asientos y hacen diferentes reverencias unas más correctas que otras

Myrcella: y majestad, qué queréis decir? -Lyanna sonríe mientras mira hacia el suelo y estira su mano para acariciar a Viento Gris

Lyanna: os he hablado alguna vez de mi querido gemelo? -sonríe ante el recuerdo y comienza a explicar su idea