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Tercera Persona P.O.V.
Al día siguiente, continuaron con las preparaciones para la gran guerra para que solo quedaban muy pocos días. Todos notaron, como una sonrisa, más grande de lo común, estaba continuamente en la cara de Lyanna cada vez que miraba o se quedaba pensando en Daenerys. Esa noche, Lyanna subió a las murallas de Invernalia seguida de Medianoche y contempló el cielo oscuro y contempló la luna, a la cual observó y entendió que quedaban pocos días para la luna llena. Algo que si coincidía con una batalla nocturna les daría algo de luz en la noche oscura. Escuchó unos pasos acercársele y puede ver a Sam subiendo las escaleras y posicionarse a su lado y mirando junto a ella el cielo y el horizonte hacia el Norte
Sam: se lo has dicho? -pregunta a su mejor amiga y Reina
Ly: no -suspira cansada, pues todo está comenzando a agobiarla
S: eres muy cauta... te tomas tu tiempo, esperas el momento idóneo
Ly: es solo... Sam, Jon... ha cambiado y no estoy segura de cómo le sentaría esta nueva información
S: lo sé, todavía tengo que hablar con él acerca de haberme mentido sobre mi familia -dice mal humorado- pero confío en ti, sé que harás lo que crees que es correcto
Ly: gracias -le sonríe por el voto de confianza
S: tengo una pregunta qué te tiene tan sonriente hoy? -levanta una ceja
Ly: nada en particular -trae a su rostro una pequeña sonrisa al recordarlo
S: ya, claro... -en eso se escuchan pasos y ambos al girarse ven a Jon subir el último tramo de escaleras
Jon: qué hacéis aquí?
Ly: planear un ataque contra ti -le sonríe a su hermano- no recuerdo que era lo que más odiabas, las gachas o la cerveza de la Guardia de la Noche? -pregunta bromeando
Jon: Dioses no por favor, piedad majestad -dice dramáticamente. Los tres se ríen y por primera vez desde que regresó, a Lyanna le parece ver al hermano que dejó en primer lugar
Sam: simplemente hablábamos de cuando las cosas eran más simples
Jon: sí, pero que yo recuerde. De una forma u otra nunca fueron nada simples -se ríen entre dientes
Ly: Daenerys habló con Sam -informa a Jon quien no parece hacer las conexiones de hacia donde va- al parecer le dijiste, a Sam que ella quemó vivos a su padre y hermano -lo mira algo acusadora. Los tres adoptando un semblante más serio
Jon: lo hice -admite mientras asiente- porque fue lo que Petyr Baelish me contó, además yo también habría hecho eso si os soy sincero -dice sorprendiendo a las otras dos personas- pero ya no importa, me disculpo por los inconvenientes que te haya podido ocasionar Sam. Nunca fue mi intención -mira con disculpa a su amigo
Sam: de acuerdo, Jon. Todo está bien -le da una pequeña sonrisa que Jon regresa y mira al frente, mientras los otros dos comparten una mirada algo preocupada
Finalmente vuelven a escuchar pasos subir las escaleras y al mirar ven al actual Lord Comandante de la Guardia de la Noche, Edd. quien se pone entre Sam y Jon, mientras que Lyanna pasa una de sus manos por el pelaje de Medianoche
Edd: y ahora nuestra guardia comienza
Jon: y Gilly y el pequeño Sam?
S: Gilly consiguió dormirlo y actualmente está preparando un pequeño bolso para cuando estén en el Gran Comedor. Estarán bien, estarán a salvo
Jon: si quieres ir con ellos...
Ly: por protegerlos -aclara a su amigo
S: todos se olvidan de que fui el primero en matar a un Caminante Blanco -reclama ofendido- he matado cenitas
Edd: un cenita
S: he salvado a Gilly más de una vez, robado muchos libros de la biblioteca de la Ciudadela y pasé el puño de los Primeros Hombres. Me necesitáis ahí fuera
Edd: si hemos llegado a ese punto estamos jodidos
S: bueno lo de jodidos no sería del todo adecuado -Edd se gira para mirarlo mientras Lyanna y Jon se miran entre ellos y comparten una risa entre dientes
Edd: Samwell Tarly, matador de Caminantes Blancos, amante de las Damas. No necesitamos más signos de que el mundo se acaba
S: piensa en cómo empezamos. Nosotros, Green, Pyp... incluso tú Lyanna
Ly: no me cuentes -levanta las manos- te recuerdo que morí, por intrusa y traidora -se encoge de hombros- no pinté nada allí
Jon: entonces solo quedamos nosotros tres
Edd: que el último que quede queme a los demás -los cuatros se quedan callados y miran al horizonte del Norte
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